Prueba Audi RS 6 Avant Performance, otra amarga despedida

Las últimas noticias del sector del automóvil se centran en China y en Europa. En la llegada de nuevos coches y en la despedida de algunos míticos. Creo que es la última vez que probaré el Audi RS 6 Avant.

Prueba Audi RS 6 Avant Performance, otra amarga despedida

16 min. lectura

Publicado: 06/10/2024 10:00

Últimamente tengo la sensación de repetirme. Si sigues la actualidad de mundo del motor notarás que hay dos tipos de noticias. La llegada de una nueva marca/modelo de China y los problemas de Europa y de sus marcas. Este último tipo de actualidad lleva asociadas otros contenidos, desde los malos resultados económicos a la desparecían de modelos que han formado parte de la vida de los europeos durante mucho tiempo. Sintiéndolo mucho, este es uno de esos casos.

Su presencia amenazante sólo es la antesala de lo mucho que puede ofrecer.

Si, lamentablemente Audi va descatalogar a uno de sus coches, bajo desde mi punto de vista, más importantes. Está claro que el RS 6 Avant está lejos de ser el Audi más vendido de la marca, pero pocos coches a lo largo de la historia de la compañía, por no decir que ninguno, ha hecho tanto por las siglas RS como esta berlina de altos vuelos. Piénsalo, ni mi querido Audi R8, otro del que ya nos hemos despedido, por cierto, ha hecho tanto por la imagen deportiva de los de Ingolstadt. Y eso que han habido coches muy importantes.

Empezando por el génesis de esta historia, el RS 2, en 2002 Audi dio la gran sorpresa al presentar una berlina familiar, una ranchera, con una potencia altísima. El éxito, huelga decirlo, fue inmediato. El RS 6 Avant empezó a adornar las carpetas de muchos adolescentes, ente los que me incluyo, así como los sueños de muchos adultos adinerados. Ya con la llegada de los móviles y de las Redes Sociales, el RS 6 Avant ocupó un buen número de publicaciones.

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Está claro que no es el Audi más vendido, pero si ha generado una gran deseabilidad por la marca de los cuatro aros. Más que un coche, más que un familiar, una meta aspiracional. Si uno lo piensa bien, el gran éxito de los alemanes fue unir un gran motor a un coche que por sí solo no despierta ninguna curiosidad. No vamos a negarlo, una berlina ranchera no era una compra pasional hasta que Audi presentó el RS 6 Avant. Tras eso todo cambió. El mundo descubrió que había mercado y fue cuando se despertó la batalla por las rancheras más potentes del mundo. Sus colegas alemanes contraatacaron tímidamente con los E63 Estate y BMW M5 Touring, coche que por cierto ha vuelto a la escena internacional recientemente.

También otros intentos vanos procedentes de Estados Unidos o Italia, pero no había nada que hacer, Audi controlaba el mercado y hoy todavía lo sigue haciendo. Sin embargo, mucho me temo amigo mío que nos queda poco. ¿Habrá otro RS 6 Avant a la venta? Si, pero no será como este. Será eléctrico. Estamos ante otra despedida, una más en lo que llevamos de año por parte de los cuatro aros. La familia RS se va desmantelando poco a poco. Es hora de saludar a otro tipo de deportividad. Una que correrá más, pero que dirá mucho menos.

5 metros de largo para una berlina familiar con 630 caballos de potencia.

Audi ha decidido que sus modelos pares van a ser 100% eléctricos, mientras que los modelos impares mantendrán arquitecturas térmicas parcialmente electrificadas. Como ya te puedes imaginar, el 6 es un número par y, por lo tanto, se ha pasado al enchufe y los electrones. No hay más que echar un vistazo a los nuevos Audi A6 y Audi A6 e-tron Avant. Nacidos como coches eléctricos ellos y todas sus variantes, incluidas el RS 6 Avant. Como ya te hemos indicado en algún momento, los ingenieros de Audi ya lo están afinando y ajustando para sacarlo al mercado a mediados del próximo año.

Tengo muy claro que esta ha sido la última vez que he tenido la oportunidad de probar uno de mis coches favoritos. Uno de los pocos coches nuevos que realmente me compraría si tuviese el dinero suficiente para pagarlo y mantenerlo. Es triste, pero es lo que toca. No creo que ningún cliente del RS 6 haya pedido semejante cambio, así que para encontrar los culpables hay que poner el ojo en dos enclaves, Bruselas, capital de la Unión Europea, e Ingolstadt, la sede de Audi. Mal los primeros por tomar medidas drásticas que afectan a millones de personas sin medir sus repercusiones sentimentales y reales, y mal los segundos por privarnos de un coche que durante más de 20 años ha hecho historia.

El interior está bien acabado, pero se abusa en exceso del Pianno Black.

No hay que ser ningún especialista ni ningún apasionado de los coches para darse cuenta que está ranchera no es otra más de las que te encuentras por la calle, cada día menos, por cierto. Su aspecto es tan vasto que llama la atención, incluso con la discreta decoración de la unidad de pruebas. Visto desde cualquier ángulo resulta amenazante, bruto y con un toque canalla que me encanta y que seguro a también. Destaca entre el tráfico y nada más verlo sabes que quien lo lleva sabe lo que se hace.

Por si no lo habías notado me encanta el Audi RS 6 Avant, me cuesta mucho ser imparcial con este coche, aunque reconozco que tiene algunos fallitos. Tonterías que encuentras tras buscar algo desesperantemente. Pero ninguna de esas críticas se centran en el aspecto. A pesar de lo que su tamaño indica, es un coche muy manejable a la hora de circular en ciudad. Ya lo dije la primera vez que lo probé, es una excusa perfecta para crear una familia y moverte con él para cada cosa que necesites.

Plazas traseras amplias y cómodas para tres niños o dos adultos.

Es un deportivo vestido con un traje de faena. Elegante para ir a una reunión de trabajo, sexy para ir a recoger a los niños o para ir a hacer la compra y familiar para cuando toque hacer las maletas y viajar donde uno quiera sin la dependencia de un enchufe y sin ansiedad de saber si llegas al destino. Por no mencionar el tiempo que tardas en recargar. Ese es otro debate que merece un artículo más extenso y centrado. No sería Justo despedirme de mi querido Audi RS 6 Avant de esa forma.

El verdadero secreto de este enorme pedazo de acero y aluminio alemán está en el morro, Justo detrás del eje delantero. El motor. Un imponente V8 turbo Made in Germany. Si bien Audi lleva años especializada en los motores de cinco cilindros en línea, podríamos decir que no se le da nada mal el V8, aunque también es cierto que han contado con la ayuda de sus hermanos de Porsche. También te digo que no es un mal árbol bajo el que cobijarse. Un motor hecho íntegramente en aluminio y llevado al extremo por los mismos ingenieros que han hecho a Audi una de las marcas más laureadas del mundo del motorsport.

Esa doble salida de escape puede llegar a emitir un ruido glorioso.

Son 3.996 centímetros cúbicos y 32 válvulas que desarrollan 630 caballos de potencia a 6.000 revoluciones y 850 Nm de par entre las 2.300 y las 4.500 vueltas. Los 4,99 metros de largo y 2.165 kilogramos de RS 6 Avant se catapultan hasta los 100 km/h en 3,4 segundos alcanzando su tope de velocidad, electrónicamente limitada, a los 280 kilómetros por hora. Si comparas esas cifras con cualquier deportivo del mercado verás que ninguno tiene 565 litros de maletero y cinco cómodas plazas. Por más que lo pienses no tiene sentido, pero funciona.

De hecho lo hace muy bien. Para mi, como ya te dije en la segunda prueba del RS 6 Avant, es el coche total. Se desenvuelve bien en todo tipo de entornos. Aunque cueste creerlo es un coche apto para todos los públicos. No es más difícil de conducir que cualquier SUV de mercado. Es muy noble, aunque también puede causar temor, pero será el conductor y su responsabilidad los que lo hagan. Para eso están los modos de conducción. Habituales e innecesarios en cualquier coche corriente, pero súper útiles en este caso.

El vano motor está comprimido al máximo. Apenas cabe una tuerca más bajo el capó.

El RS 6 varía notablemente su comportamiento en función del programa seleccionado. El modo efficiency, suena ridículo en un coche así, nos presenta a abuelita de Caperucita. Tarda en reaccionar a las órdenes de aceleración como si te estuviese dando ese periodo de reflexión para que te pienses si realmente quieres desatar toda la fuerza, algo que lograremos bajando hasta la marcha correcta o pisando al máximo el acelerador. En esos casos si, el motor responde con contundencia, algo que hará con normalidad en los programas más deportivos.

El modo Dynamic no solo tensa los componentes mecánicos como el acelerador, la caja de cambios y la suspensión (se pone muy dura), también abre las dos válvulas del sistema de escape para que el V8 ofrezca su mayor rugido. Un bramido ronco, poderoso y en ocasiones explosivo. Luego, en el volante, encontramos las dos opciones más extremas; RS1 y RS2. Prepárate para el lobo. La principal diferencia entre ellas es que en el modo 2 se desactivan las ayudas a la conducción. Es decir, uno se queda a solas con el RS 6. El final ya lo pone la sensatez y la habilidad tras el volante de cada uno.

Los modos de conducción alteran el comportamiento del Audi RS 6 Avant.

Sin embargo, en un mundo real es imposible acabarse este coche y este motor. Su pegada y su velocidad son tan descomunales que cuando quieras acelerar ya tienes que frenar, porque si, ese es el momento más delicado al hora de conducir el RS 6 Avant como un loco. Son más de dos toneladas de peso lanzadas a velocidades realmente altas que hay que parar para poder entrar en la siguiente curva. Si llegado el momento has hecho todos los deberes, velocidad y marcha, el baile que te espera tras el volante es realmente divertido.

El chasis es capaz de asumir un trato inhumano. Soporta centelleantes cambios de dirección así como una basta entrada en curva. No se descompone fácilmente. Por supuesto, también ayudan la tracción total que se monta de serie y los grandes discos carbocerámicos que monta la versión Performance. Indispensables en cualquier RS 6 a mi modo de ver. Sinceramente, en carreteras abiertas es imposible exprimir este coche, se le nota muy sobrado y solvente. Puede con todo lo que se le pide y sólo en circuito podemos explotar cada centímetro cúbico con responsabilidad.

La velocidad es demencial. El V8 empuja hasta el infinito.

Entonces, ¿qué sentido tiene un coche así? Ninguno, pero esa es la gracia y ese es el mérito de Audi. No tiene ninguna lógica comprarse una ranchera con 630 caballos y un precio mínimo de casi 170.000 euros, pero sin duda, con el dinero en mi cuenta bancaria, me lo compraría sin pensármelo. Es el exceso por el exceso. Una berlina que no tiene sentido, pero que genera enormes dosis de dopamina y adicción. Vale para todo. Está perfectamente fabricado y te hace sentir especial. Un poco loco, pero especial.

Como ya he dicho un poco más arriba, sí, por supuesto que tiene fallos, pero son chorradas. No me gusta la cantidad de Pianno Black que Audi ha usado en su interior. Tampoco me gusta que las levas tras el volante sean de plástico, pero sobre todo, lo que menos soporto, con mucha diferencia, es que no me lo puedo comprar. A pesar de todo, esta prueba acaba con pena y con una enorme sensación de impotencia por saber que, con toda probabilidad, esta será la última vez que me ponga tras su volante. Al menos he tenido la suerte de poder decir que durante unas semanas fue mío. Hasta siempre.

El punto más delicado es la frenada, a lo que ayudan los discos carbocerámicos.

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