Prueba Audi S5 Coupé, el equilibrio sobre cuatro ruedas

Audi sigue renovando su gama A5 paso a paso. En ella encontramos un abanico de posibilidades impresionante. Desde los más eficientes de la familia hasta el dominante RS 5. Sin embargo es el Audi S5 Coupé, tras el cual nos ponemos al volante, el que presenta el mayor de los equilibrios.

Prueba Audi S5 Coupé, el equilibrio sobre cuatro ruedas

16 min. lectura

Publicado: 19/04/2017 09:00

Renovado de arriba a abajo, el A5 y su familia se muestran más competitivos para los nuevos tiempos

Gleichgewicht. Si eres capaz de pronunciarlo, enhorabuena, pero para el resto de mortales no germanófonos el significado de esta palabra es equilibrio. Y es que aunque Audi se empeñe en poner la sigla S a su gama media, es sin duda alguna la más equilibrada de todas ellas. Aunque ya tuve ocasión de comprobarlo, puede que esta vez la sensación haya sido mayor al probar el nuevo Audi S5 Coupé. Una joya que pasa muy desapercibido.

Hay que ser sincero. Los de Ingolstadt tienen especial predilección por sus RS. Ojo, no seré yo el que les quite la razón, pero los Audi RS 6, RS 3, e incluso el Audi RS 7 que probé hace poco, están dedicados para unos pocos acaudalados de este mundo. Ya no es que sean caros de comprar, que lo son, sino que son exageradamente caros de mantener, lo que los hace más lejanos al mundano pueblo. Y ya ni hablemos del Audi R8, que juega su propia liga.

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Audi también es consciente que esos coches tienen una salida muy limitada, y es por ello que en entre los RS y la gama normal encontramos los denominados S. Esos que se sitúan en un punto intermedio en cuanto precio, rendimiento, potencia... Es por eso que yo la considero como la más equilibrada de todas. Haciendo un símil cinéfilo: el R8 y los RS son para mayores de 18, los normales para todos los públicos, y los S para los mayores de ocho años.

Los ingenieros tenían un trabajo complicado. Mejorar el viejo Audi A5, traerlo al siglo XXI y posicionarlo en un segmento tan competitivo como el de los Coupés deportivos. Un trabajo laborioso que han rematado a la perfección. Exteriormente se ha envuelto con un diseño que ya es habitual en la firma de los cuatro aros. Un estilo que arrancó con el Audi A4 y que en años venideros irá asociándose al resto de las berlinas de la casa. Personalmente no termina de gustarme, y creo que hay otros modelos similares más bonitos, como el Mercedes Clase C Coupé.

El S5 es discreto, aunque a veces le es imposible camuflar su alto rendimiento

Pero bueno, en términos de estilo es mejor no pronunciarse, porque hay a quien le puede parecer bonito y a quien no se lo puede parecer. Pero una cosa está clara, resultón y llamativo es un rato. Es un Audi rojo. Con eso está dicho todo. Si bien el exterior puede causar cierta controversia, el interior no lo hace. Calidad, equipamiento, ergonomía, diseño...todo reunido en un mismo espacio que eso sí, hay que reconocer que empieza a estar demasiado visto. Salvo el Audi A3, y algún que otro modelo suelto antiguo, todos son iguales.

Veo lógico que Audi lo haga así. Subirse en cualquiera de sus coches es una experiencia ya conocida. No hace falta investigar dónde están las cosas o saber cómo funcionan, porque todos son iguales y funcionan de la misma manera. Es una estrategia que han copiado de su hermano Volkswagen. Con ella se pierde algo de personalidad, pero se gana en abaratamiento de costes. Es algo que no me termina de convencer, pero no es algo exclusivo de Audi, sino de todas las marcas germanas en general.

El S5 es 60 kilogramos más ligero que su predecesor, además de contar 800 piezas nuevas en su motor

El reto a la hora de crear el nuevo A5 no solo fue estético o mecánico, sino tecnológico. Toda la gama tenía que transportarse a los tiempos modernos introduciendo sistemas y dispositivos de última generación. Y vaya si lo ha hecho. El A5 cuenta con toda la tecnología que uno podría esperar en la actualidad, además de nuevos gadgets que incrementan esa experiencia vanguardista. Me refiero al Audi Virtual Cockpit, al Head-Up Display, a los diferentes asistentes y vigilantes... A todo en general.

Un interior ya conocido, al igual que su tecnología y calidad

En estos términos Audi tiene pocos rivales en la actualidad, y aunque alguna marca premium sea capaz de igualar su tecnología, no la exponen de la misma manera. Me gusta el toque minimalista y vanguardista del interior. Todo ello se completa con este gran toque de calidad que proviene de materiales bien elegidos y rematados que dan una gran sensación al tacto. Un interior a la altura de un gran coche.

Pero créeme cuando te digo que todo lo anteriormente dicho se queda en minucias cuando toca hablar de la mecánica y la dinámica del Audi S5. Esta nueva generación, la tercera, estrena plataforma. Más ligera y rígida que su predecesora. Con esto ya debería valer para encontrarnos ante un coche diferente, pero si además sumas todos los componentes nuevos, y la configuración de estos, el resultado final es increíble.

Y es que no se necesita mucho para tenerlo todo. Por ello Audi ha echado mano de un V6 TFSI de tres litros que consigue desarrollar 354 caballos de potencia y 500 Nm de par que son transferidos al asfalto a través de una caja de cambios automática tiptronic de ocho velocidades y una tracción total quattro configurada para coches de alto rendimiento. Si hablo de cifras, no hay grandes diferencias con el modelo pasado, apenas 21 caballos extra, pero que parecen un mundo.

El corazón del S5 es un V6 de tres litros con turbocompresor de doble entrada

Prueba Audi S5 Coupé

Permíteme que en esta ocasión pase deprisa por la parte de espacio, habitabilidad y demás conceptos de confort. Solo unas pocas pinceladas. Es un 2+2, por lo que los ocupantes traseros sufren falta de espacio, aunque no tanto como cabría esperar. Más se sufre para entrar o para salir de ese angosto hueco. En cuanto a maletero, cuesta creer que un coche que esté pensado para correr disponga de tanto hueco. 465 litros que permiten albergar muchas maletas y bártulos.

Bueno, vayamos al tema en cuestión. Seguro que por lo que te he ido contando ya te habrás hecho una idea de qué me ha parecido el S5. Realmente creo que es un coche fantástico. Tanto es así que es lo más parecido que he encontrado a conducir un Porsche 911. Y eso, amigo mío, son palabras mayores.

Y es que soy de la creencia que más vale un coche con menos potencia y equilibrado, que otro con cientos de caballos desbocados que te obligan a sobreconducir y en cierto modo no disfrutar la experiencia. El que diga que a más potencia más diversión, se equivoca. No al menos en el mundo real. La potencia no es mala ni dañina, y sabe Dios que es tan adictiva como divertida, pero hay que saber integrarla en un coche, y sobre todo hay que saber llevarla en el día a día.

Diferentes modos de conducción para diferentes estados de animo. En todos ellos el S5 es bueno

Justamente eso es lo bueno del S5. Es un coche que te vale perfectamente tanto para un uso diario como para un uso más deportivo y ocioso. Su potencia y su conducción se hacen muy controlables para todo el mundo. Es cómodo, silencioso, nada duro, equipado y además no es especialmente tragón. Si llevas cuidado y no te animas más de lo debido, puedes rondar consumos cercanos a los ocho litros a los 100 kilómetros. Un dato que realmente me parece sensacional teniendo en cuenta que puedes alcanzar 250 Km/h de velocidad punta y hacer el 0 a 100 Km/h en 4,7 segundos.

Esos son los datos que hay que valorar del S5. Porque no te confundas con lo ahorrador que puede llegar a ser, el S5 siempre te está picando, siempre quiere alegría y es uno mismo el que tiene que controlarse y serenarse para no hacer caso a las peticiones del coche. La tentación es mucha, y cuando sucumbes a ella te encuentras ante una orquesta perfectamente afinada que te saca una sonrisa inmediata y que ni siquiera al llegar a la primera curva te va a desaparecer.

La entrega de potencia es exquisita, con un par máximo que está disponible desde las 1.370 hasta las 4.500 revoluciones. Mucho margen

El V6 es el motor perfecto para los amantes de la velocidad que no quieran arruinarse en una salida dominguera o en el día a día. Su rendimiento es tan equilibrado que es lógico entender por qué la mayoría de fabricantes del mundo lo usan en sus gamas de potencia media e incluso alta. Le sienta como un guante al S5 y a su plataforma aligerada. Lo mismo pasa con el cambio tiptronic que presenta una configuración muy alegre aun circulando en modo tranquilo. Es él el que realmente explota todas las capacidades del coche.

El cambio tiptronic obra el milagro del rendimiento. Una caja de cambios extraordinaria

Por último cabe mencionar la tracción total quattro. Bien es cierto que con 354 caballos no estamos ante una bestia salvaje, pero Audi ha decidido incorporarla para que todo esté bajo control y para que cualquier tipo de conductor, ya sea experto o novato, pueda sentarse y manejar el coche sin llevarse sobresaltos. Y la verdad es que así es. El S5 resulta muy sencillo de conducir. El coche hace casi todo el trabajo por ti, y tú solo tienes que sentarte y disfrutar de la carretera y la experiencia.

Enlaza cruvas sin inmutarse. Al volante notas como todo funciona, la tracción, el motor, el cambio guerrero... Es una orquesta donde cada intérprete tiene su papel y su minuto de gloria, y todo ello aderezado con una base melódica extraordinaria que proviene de las salidas de escape. V6 puro, con ese gorgoteo juguetón al ralentí y con esa explosión controlada cuando se sube en la barra de revoluciones. Todo ello mientras cómodamente los asientos te van dando un masaje en la espalda, y allá donde ésta pierde el nombre.

Pero la perfección no existe, y aunque cuesta encontrarle pegas al S5 Coupé, las hay. Personalmente puedo olvidarme de la falta de espacio en las plazas traseras o de alguna que otra pijería sin importancia, pero de lo que no me puedo olvidar es del precio. Ya, ya sé que es un coche premium, de gama alta y todo lo que quieras, pero es que roza lo exagerado, incluso adentrándose en territorio Porsche, terreno vedado para la mayoría de fabricantes.

Las plazas traseras son algo angostas, sobre todo por la pronunciada bajada del techo

Su precio base es de 78.000 euros. Si a esto le sumamos detallitos extra, o casi todos ellos como era el caso de la unidad de pruebas, el presupuesto se dispara hasta unos mareantes 91.000 euros. Por menos precio encuentras otros juguetes como el Porsche 718 Cayman S o el siempre querido BMW M3. Por no decir que puedes hacer maravillas en secciones de segunda mano como la de Motor.es. Eso sí, si me preguntas si los vale, probablemente te respondería que sí.

Conclusiones

Pero voy a olvidarme del precio. Haciendo recopilación de todo lo dicho en la prueba, es innegable que el Audi S5 Coupé es un cochazo, el equilibrio sobre cuatro ruedas. Las miradas se las llevará el Audi RS 5, pero ahí está la gracia de la gama media. Tienes un coche discreto pero que a la vez está pensado para no serlo. Es un coche para la mayoría de los públicos, y es tal la confianza que te da que puedes ir muy deprisa sin apenas inmutarte. Sentirse un gran piloto nunca fue tan fácil.

En el día a día es calmado, cómodo y no excesivamente consumista, pero no es su terreno preferido. Su caja de cambios juguetona te pica en cada momento para salir disparado hacia un tramo de curvas donde realmente vas a comprobar lo bueno que es. Aplaudo al equipo de desarrollo del S5 Coupé. Han logrado un trabajo excelente. Ahora bien, aplaudo más bajo a los que le hayan puesto el precio. Creo que no han considerado a otros rivales, y por muy bueno que sea el coche, es excesivo.

Los S de Audi son los coches más equilibrados de su gama. Gran comportamiento para todos los públicos

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