Prueba Audi TT RS, bonito y práctico kart matriculado
Audi puso el broche de oro a la familia del TT con la variante más deportiva RS. Sus 400 CV extraídos del motor de cinco cilindros en línea, así como una puesta a punto de lo más capaz, hacen que este modelo sea uno de los que más divertidos de toda la gama de modelos alemanes.
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Publicado: 18/08/2022 19:00
Audi lanzó al mercado la primera generación del TT hace más de 20 años. Desde su llegada, el pequeño coupé alemán supo encandilar a propios y extraños gracias a unas líneas muy fluidas, llamativas y sobre todo, atractivas. Aquella primera generación tuvo su cúspide prestacional sobre el motor 3.2 de gasolina que emanaba 250 CV junto a la clásica tracción quattro de la firma. Más de dos décadas después, el TT sigue entre nosotros, aunque notablemente modernizado y con una variante firmada por el departamento más deportivo de la marca.
El primer Audi TT RS llegó junto a la segunda generación del modelo, en el año 2010. Una estética más agresiva y unas prestaciones más generosas hacían que el modelo fuese un paso más allá de todo lo conocido hasta el momento dentro de la gama del coupé de Audi. Esta variante mecánica se podía adquirir con techo fijo o, alternativamente, descapotable con techo de lona.
Posteriormente, la tercera generación del Audi TT volvió a presentar una variante RS de altas prestaciones, la cual también se comercializó en variante coupé o descapotable. Sin embargo, con el paso de los años, la variante de techo de lona ha desaparecido del catálogo y actualmente tan solo se puede comprar la versión coupé.
La variante más deportiva del modelo alemán nos deja con una estética renovada y mucho más agresiva que en sus hermanos de gama. En primer lugar, en el frontal se han insertado unas tomas aerodinámicas más grandes y generosas para poder dotar de ventilación al bloque de cinco cilindros y 2.5 litros de cujicaje que se aloja bajo el capó delantero. En la propia parrilla se puede identificar la insignia de TT RS y “quattro” en la parte inferior de la misma. De hecho, esta será una de las diferenciaciones estéticas más claras con respecto a las alternativas más accesibles.
En el perfil se distinguen unas llantas de mayor tamaño, con opciones de entre 19 o 20 pulgadas, concretamente. En el interior de estas se alojan unos discos de freno perforados, los cuales podrán ser “mordidos” por unas pinzas decoradas en color negro o, alternativamente, en color rojo. Los pasos de rueda, a pesar de lo que muchos puedan pensar, no sufren modificaciones con respecto a otras variantes, pues siempre presentan esos abultamientos por los que ya se caracteriza la imagen del modelo.
Sin embargo, si echamos un vistazo a su trasera esta no dejará indiferente a nadie. En primer lugar, es más que probable que llame particularmente la atención su generoso alerón fijo situado sobre el portón del maletero, y el cual se puede ver a través de los espejos retrovisores mientras se conduce. En la zona inferior de la zaga se aloja un difusor que abraza la doble salida de escape ovalada; todo ello decorado en color negro brillante. Por último, sus faros traseros serán de LED de serie, aunque opcionalmente se podrán escoger unos con tecnología OLED de aspecto tridimensional que le sienta particularmente bien.
En términos generales, el Audi TT RS presenta una paleta de colores compuesta por ocho tonalidades para su exterior, donde el color Verde Kyalami será la opción exclusiva para la variante más deportiva del coupé. Adicionalmente, Audi ofrece la personalización de ciertos elementos para acabados en negro brillante o aluminio mate.
Pasando al habitáculo del pequeño coupé, encontramos una disposición de doble fila de asientos (2+2), donde todo el protagonismo es para los ocupantes delanteros, pues las plazas traseras serán principalmente destinadas a acomodar niños, mascotas o como maletero auxiliar, pues su espacio es del todo limitado aunque los asientos delanteros estén regulados en una posición muy adelantada. La mencionada segunda fila está homologada para un máximo de dos ocupantes.
En la fila principal se disponen dos asientos deportivos que poseen un muy buen agarre para todo tipo de fisionomías de sus ocupantes. Estos estarán tapizados en cuero Nappa u opcionalmente en Alcantara. Sobre el respaldo se sitúan los logos de RS, que también encontramos por otros espacios del interior.
No obstante, una de las cosas más llamativas del habitáculo será la ausencia total de pantalla central de información y entretenimiento. Audi arriesgó notablemente al incorporar todas sus funciones sobre el panel de instrumentos digital. Esto nos deja con un salpicadero mucho más limpio de elementos, pero algo más complejo para hacerse a su funcionamiento. El aire acondicionado se podrá encender, apagar o regular a través de unos mandos dispuestos en las propias salidas de aireación.
El mencionado panel de instrumentación digital posee un diagonal de 12,3 pulgadas y a través de él se podrán manejar la práctica totalidad de funciones ya conocidas que habitualmente se ubican sobre el panel central, tales como la conexión a Apple CarPlay, Bluetooth, navegación, etc… Su manejo se podrá llevar a cabo mediante los mandos dispuestos en los brazos del volante o, alternativamente, mediante los alojados sobre la consola central junto a la palanca de cambios. En el volante también se encuentran los botones de arranque o de selección de modos de conducción (Comfort, Auto, Dynamic e Individual). En definitiva, Audi presentó un cockpit del todo centrado en su conductor, garantizando así la mínima necesidad de desviar la mirada hacia otros elementos.
El maletero del Audi TT RS, a pesar de lo que pueda parecer, es muy aprovechable, pues sus formas son muy cuadradas y es profundo; suficiente para transportar hasta 3 maletas de tipo cabina o una compra diaria. Su volumen de capacidad mínima es de 305 litros ampliable mediante el abatimiento de la segunda fila de asientos.
Metiéndonos de lleno en el terreno más característico del Audi TT RS encontramos que bajo su capó se aloja el conocido bloque de gasolina de cinco cilindros en línea y 2.5 litros de cubicaje que es capaz de erogar hasta 400 CV y 480 Nm de par máximo entre las 1.700 y las 5.850 rpm. Toda esta potencia se transmite al asfalto por vía de la caja de cambios automática de 7 relaciones y una tracción total quattro permanente. El peso total del coche es de apenas 1.500 kilos en orden de marcha.
A través de las colas de escape existen dos opciones de sonido, “Sport” o “Estándar” seleccionables a través de un botón específico ubicado en la consola central o vía los propios modos de conducción. Estos últimos afectarán principalmente a la sensibilidad de los pedales (el acelerador particularmente), en la rigidez de su dirección y sus amortiguaciones (siempre que esté equipado con la denominada “suspensión deportiva RS Sport Plus”), así como en la velocidad en el cambio de marchas.
Prueba de conducción
Es posible que el Audi TT RS sea uno de los coches más adictivos de cuantos posee la marca actualmente en venta -y son unos cuantos-. Yo, particularmente, pude probar este deportivo hace escasas semanas durante el evento celebrado por la firma en el Circuito de Navarra y al que acudimos para probar toda la gama más deportiva. De todos ellos, y salvando las claras distancias, el TT me dejó con una de las mejores sensaciones de conducción. Un par de meses después puedo confirmar estas buenas sensaciones en todos los ámbitos.
Coche de tamaño reducido, pues apenas alcanza los 4,2 metros de longitud; sensaciones de auténtico deportivo “matagigantes”, ya que sus 400 CV rinden de forma realmente espectacular; y, por último, una puesta a punto como es de esperar por parte del departamento más deportivo de Audi.
Sus asientos son muy bajos y acogedores, pues están totalmente enfocados al agarre y la sujeción del cuerpo en momento de éxtasis en una carretera de curvas o sobre el asfalto de un trazado. El volante, en su posición más baja, queda a la altura del pecho del conductor, así como la vista se sitúa justo a la altura del volante. La posición es la clásica de un coche de carreras. Si a esto sumamos una rigidez generalizada en todos sus mandos, un generoso pomo de la palanca de cambio o el brutal sonido que emana de sus colas de escape, tendremos la receta perfecta para un domingo muy divertido.
No obstante, el Audi TT RS no es un coche incómodo o que se pueda considerar poco práctico en un uso diario (dependiendo del caso concreto). Sus asientos son bastante cómodos y sus suspensiones pueden ser muy duras (modo Sport) o algo menos duras (modo Comfort); por que sí, incluso en su modo más “blandito” el TT RS es más rígido que muchos otros modelos mal llamados “deportivos”.
La dirección es realmente directa y es capaz de hacer que en una carretera de curvas podamos afinar al máximo el paso por curva. Esto unido a unas suspensiones con un recorrido mínimo hacen que la sensación en todo momento sea la de conducir un kart con matrícula -y algunos cilindros de más-. El estruendo al subir de vueltas y exprimir cada una de sus marchas no tiene precio, algo que ya pudimos comprobar que ha disminuido en decibelios si lo comparamos con su renovado hermano, el Audi RS 3, algo que hace sentir aún más pena por la desaparición de la variante descapotable; disfrutar de todo esto con el cielo como techo debía ser una auténtica gozada.
Su caja de cambios responde realmente rápido a todos los requerimientos del conductor y desde el primer instante en el que se pisa el pedal del acelerador la respuesta es inmediata. Concretamente, a partir de las 3.500 revoluciones, el sonido empieza a ser todo una locura, una locura que llega a su punto máximo a las 6.500 revoluciones. Aunque, por supuesto, no será necesario acudir a la zona roja del cuentarrevoluciones, ya que tan solo con pasar de forma aparentemente tranquila, las miradas, las sonrisas y los dedos pulgares se alzarán en todo momento. Este coche mola y eso es algo que no solo siente quien lo conduce, sino también quien lo aprecia desde fuera.
Entrando en el poco agradecido tema de consumo de combustible, debo decir que el TT RS es tal y como esperaríamos, un coche “tragón”. En ciudad su consumo estará situado fácilmente en torno a los 15 litros. Los continuos para-arranca-acelera, no son una buena receta para la eficiencia y los bajos niveles de consumo. En autopista, siendo cuidadoso con el pedal derecho, el deportivo coupé podrá presentar unas cifras de alrededor de los 7,5 litros. Eso sí, siendo muy cuidadosos, pues en el momento en el que queramos hacer una conducción totalmente normal, aunque respetando límites de velocidad establecidos, el consumo de gasolina se estabilizará en los 9 litros.
Conclusión y precios
El Audi TT RS se encuentra en peligro de extinción. Esto quiere decir que en los próximos meses, Audi lo retirará del mercado sin un sustituto que tome su puesto. Solo por este motivo ya debería ser excusa suficiente para hacerse con una unidad de este pequeño juguete. Aunque siempre y cuando puedas permitirte desembolsar los 93.180 euros que cuesta el modelo de base o los muchos extras que se le pueden añadir desde su lujurioso catálogo de extras. No obstante, a pesar de la abultada cifra en la factura final, dicho desembolso no dolerá lo más mínimo.