Prueba BMW Serie 1 128ti: lo justo y necesario
Primera prueba del BMW 128ti, versión deportiva en el ecuador de la gama del compacto alemán. Sus 265 CV y su puesta a punto es una más que interesante combinación para aquel que busque un modelo deportivo para todos los días.
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Publicado: 12/02/2021 11:30
Con esta versión, el fabricante crea una gama más escalonada para el BMW Serie 1 y trae de nuevo a la palestra las siglas “ti” -originalmente “TI” - que antes lucieron modelos como el 1600 TI, 1800 TI, 2002 TI, 323ti compact o 325ti a finales de los 90.
Es el acrónimo de “Turismo Internazionale” y como vas ver se trata de una versión picante del Serie 1, con elementos que lo distinguen y con una puesta a punto que permite disfrutar sus prestaciones, como ya hicieron los modelos que nacieron bajo esta insignia. Por ello en esta ocasión vamos a empezar hablando de las mejoras a nivel técnico y luego pasaremos a hablar de su aspecto.
Con esta versión la gama del compacto de BMW completa las opciones gasolina, creando una versión intermedia entre el M135i xDrive de 306 CV (54.000 euros) y el 120i de 178 CV (36.400 euros) quedando este 128ti en un precio de partida de 43.700 euros y 265 CV. Sé lo que estás pensando, todos sabemos que los precios de los coches no suben como nuestros sueldos. Aquí puedes ver sus precios con descuentos.
Técnica: garantía para disfrutar
A nivel técnico el BMW Serie 1 128 ti tiene los elementos necesario para garantizar esas sensaciones deportivas que se le presume a cualquier modelo BMW. Empezando por equipar de serie la suspensión deportiva M Sport que baja su altura en 10 milímetros, lo realmente interesante es la multitud de elementos que han sido heredados de su hermano mayor, el M135i xDrive.
Para empezar el motor, su corazón, un cuatro cilindros turbo que desarrolla un potencia máxima de 265 CV y 400 Nm de par máximo, que le permite realizar el 0 a 100 km/h en 6,1 segundos. El consumo homologado según ficha técnica entre 6,1 y 6,4 litros cada 100 km, pero si le añades un litro más te acercas más a la realidad, al menos en mi experiencia durante la presentación. Es exactamente el mismo motor que la versión superior, con un mapa motor diferente, apropiado a sus características.
Las barras estabilizadoras y el diferencial mecánico Torsen de deslizamiento limitado son otros elementos que provienen del hermano mayor. En comparación con el tope de gama el 128ti no equipa tracción xDrive, por lo que es 80 kilos más ligero que este, homologando un peso (DIN) de 1.445 kilos. De serie también equipa el sistema de frenos M Sport con pinzas de freno roja que resulta una primicia para la Serie 1.
Estos elementos tienen como objetivo mejorar su dinámica, las sensaciones al volante y todo lo que engloba a esa experiencia. Si quieres ofrecer una versión deportiva tendrás que tener argumentos a tu favor y BMW por suerte no solo ofrece una estética moderadamente diferente, si no también estos cambios técnicos tan valorados en los usuarios de este tipo de modelos. En este sentido especialmente valioso el hecho de montar un diferencial mecánico, que sin lugar a dudas garantiza un plus de tracción cuando afrontamos curvas y queremos disfrutar de las prestaciones.
Exterior del BMW 128ti
La unidad que nos han asignado en la presentación tiene un color blanco con multitud de detalles en negro y rojo. Los elementos de color rojo son exclusivos de la versión 128ti y estos son las entradas de aire en los extremos del paragolpes, las estriberas laterales con los anagramas de la versión, que pueden omitirse si queremos una mayor discreción y también las pinzas de freno.
Otros elementos incluidos de serie en esta versión son los pilotos delanteros oscurecidos Shadowline y las llantas de aleación de 18 pulgadas con diseño 553 M en acabado bicolor asociados a los neumáticos deportivos Michelin Pilot Sport 4, que sin coste puede equipar neumáticos convencionales.
La parte trasera es de sobra conocida, con una salida doble de escape cuyas colas son de color negro y para rematar el conjunto, el difusor que las separa también viene de serie en color negro brillante. En los extremos del paragolpes trasero encontramos unos apliques de color rojo, a juego con los delanteros.
No son de serie ni los retrovisores ni los riñones en negro, pero el primero puede elegirse sin coste y el segundo por algo menos de 250 euros. El alerón trasero M que equipa la unidad de nuestras fotos no es de serie -que es más discreto-, este opcional según el configurador de BMW España tiene un coste de 307,64 euros. También hay una llanta disponible de 19 pulgadas.
El 128ti está disponible en 6 colores, además de blanco, en negro Saphirschwarz, gris Mineralgrau, Storm Bay, rojo y azul. En los dos últimos los detalles exteriores de color rojo son de color negro, lo cual a nivel personal desmerece un poco, ya que a mi modo de ver los detalles rojos característicos de esta versión deben estar presentes.
Interior con detalles rojos
El habitáculo también tiene detalles aquí y allá que lo diferencian del resto de la gama. El color de acentuación que han elegido para marcar esa exclusividad es nuevamente el rojo. Los pespuntes de puertas, salpicadero, volante deportivo y asientos tienen este tono. También el borde de las alfombrillas. El logotipo TI está bordado en el reposabrazos delantero, aunque yo también lo he echado en falta en los cabeceros de los asientos.
Todo esto si el interior tiene asientos de cuero, si son de tela Sensatec, en vez de pespuntes los respaldos de los asientos tienen una banda vertical roja exclusiva de esta versión. Ojito porque hay otros interiores de cuero o tela disponible para esta versión que le quitan sus característicos tonos rojos.
Los asientos del 128ti que he probado tiene un buen ajuste lumbar, sus pétalos recogen bien el cuerpo, su respaldo está acolchado y resultan asientos cómodos pese a sujetar el cuerpo correctamente al practicar conducción deportiva. Opcionalmente por 615 euros adicionales hay otros asientos M Sport con un diseño más espectacular aunque pierde los tonos característicos de esta versión.
El resto de elementos del habitáculo son comunes a la gama de Serie 1, instrumentación digital y pantalla del sistema multimedia tiene un tamaño de 10,25 pulgadas que ya hemos visto en otras pruebas del BMW Serie 1, que en esta versión son también opcionales.
Sensaciones al conducirlo
Al montarme, ajustarme los asientos, retrovisores y rodar los primeros metros, se comporta exactamente igual que cualquier Serie 1, incluso en conducción suave el coche resulta silencioso y pasa totalmente desapercibido. Hasta este momento era justo lo que esperaba, “un simple Serie 1 con un aspecto más pintón” pero por suerte la cosa empezó a cambiar pronto.
En el momento que pude pisar el acelerador a fondo y exigirle a su motor que sacara músculo. Y me impresionó positivamente, no tanto como la capacidad de aceleración una vez lanzado (no la pude medir pero la sensación es buena), si no por como lo hace y el sonido que transmite el habitáculo. En movimiento el sonido de escape que se aprecia desde el habitáculo tiene un tono metálico más propio de una época anterior del fabricante aunque es realzado por el sistema de audio, con un tono más grave. Juntos, el sonido es propio de un compacto deportivo. Esta solución es habitual en muchos modelos del mercado, aunque no tengan un enfoque deportivo.
Como he conocido el coche en una presentación no he podido probarlo todo lo que me hubiera gustado, pero cuando nos adentramos en carreteras con curvas es donde realmente he dado valor al trabajo que ha hecho BMW. El firme estaba mojado y algo sucio pero aún así, me he sentido cómodo exprimiendo las capacidades de esta versión. Un sutil subviraje aparece al “ir fuerte” pero en seguida el coche realiza el giro que le indicas desde el volante. La dirección muy cómoda, puede que demasiado en una versión deportiva. Imagino que en algunas zonas de España con muchas curvas y firmes deslizante por las inclemencias del tiempo -por ejemplo- una versión 4x4 sería preferible desde el punto de vista de motricidad, pero el 128ti te permite pasártelo bien sin arriesgar.
Con el sonido del motor acompañando y con la sensación de inmediatez al cambiar de trayectoria, a veces echaba en falta un cambio manual que ofrecería una mayor implicación del conductor (solo por eso, no por efectividad ni inmediatez claro), pero hay que reconocer que el cambio de marchas Steptronic deportivo de 8 relaciones cambia de marcha más rápido que yo y tiene un buen comportamiento en modo Sport.
Conclusiones
Esperaba conocer “un BMW Serie 1 con pegatinas” pero asombrosamente me he encontrado mucho más que eso. Con modelos como este, la marca alemana justifica su posicionamiento como fabricante de deportivos, pese a haber dejado atrás la propulsión algo que recordamos con nostalgia pero que no merece la pena nuestros lamentos.
BMW ha creado una versión deportiva muy digna, a la sombra del M135i xDrive pero igualmente atractiva, sobre todo por su precio, desde prácticamente 10.000 euros menos.. Es un gran alternativa a modelos como el Golf GTI, CUPRA León o Hyundai i30 N, aunque el primero es realmente su rival directo.
Lo que más me ha gustado es la dinámica y puesta apunto del mismo y que han mejorado la relación precio equipamiento del modelo. Algunos materiales del habitáculo tienen buena presencia pero al tocarlas o presionarlas no transmiten la misma calidad, ya que algunos crujen, aunque hay que decir que en líneas generales el habitáculo transmite calidad. El precio no es tampoco especialmente atractivo pero en la línea de su rival directo, el Volkswagen Golf GTI.
En los compactos actuales que dicen ser deportivos es habitual que en realidad las sensaciones entre conductor y vehículo estén muy filtradas. Los usuarios habituales echan en falta un mayor sonido de motor y rodadura, una mayor ligereza en el vehículo, una mayor inmediatez de reacciones, en definitiva un mayor protagonismo para el conductor. El 128ti puede que no sea el compacto deportivo definitivo pero BMW ha jugado muy bien su papel, creando una versión en ocasiones preferible al M135i xDrive. Y si me lo permitís ha creado una excelente base para meterle “un chispazo” a la electrónica y hacerse una buena máquina.