Prueba BMW 318d, una compra lógica basada en 40 años de experiencia
El segmento de las berlinas medias parece estar sufriendo duros reveses en los últimos años gracias al avance de los SUV. Sin embargo los escalafones más altos palían las ventas. Y hoy os traemos la prueba de uno de los más vendidos, el BMW 318d.
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Publicado: 10/08/2016 09:00
La historia del Serie 3 es una historia de éxito en BMW. Es de lejos el modelo más vendido de la firma bávara. Su nacimiento data de 1975, y es junto con el Audi A4 y el Mercedes Clase C, la berlina más representativa del segmento D. En esta ocasión me pongo tras el volante de la que es la variante más vendida de todas, el BMW 318d. Una versión que puede resultar la apuesta perfecta si demandamos un producto sin demasiadas estridencias mecánicas pero con la siempre calidad de BMW.
Como ya he dicho el BMW Serie 3 acumula a sus espaldas más de 40 años de vida. Cuatro décadas que no solo le han servido para ser el BMW más vendido de la historia, más de 10 millones de unidades vendidas, sino una de las berlinas medias más comercializadas. Un trabajo de perfeccionamiento que abarca desde la primera generación, la E21, hasta esta última, la sexta, denominada con el código F30. Es de hecho el más longevo de todos los rivales del segmento premium.
La sexta generación ya lleva unos añitos con nosotros, pues la vimos por primera vez en el año 2012. El año pasado BMW decidió darle una pequeña actualización estética y tecnológica, que es la que hoy nos ocupa. Ligeras modificaciones en la carrocería que mejoraban lo presente, con una estética que es, de lejos, la más deportiva y agresiva de todas las rivales. O por lo menos a mí es la que más me gusta.
A pesar de llevar ya casi cuatro años en el mercado sin apenas variaciones, el Serie 3 sigue luciendo tan bien como el primer día. BMW siempre dota a sus modelos de una raza más deportiva, esa misma que lleva impregnada en su ADN. Las nervaduras marcadas, con los pasos de rueda prominentes son su seña de identidad, al igual que los típicos riñones de la parrilla frontal que son algo más que un símbolo. Son un emblema más reconocible que el propio logo de la firma.
Soy de la opinión que una berlina de este tipo debe lucir siempre con el acabado más elegante de todos los que disponga. En este caso lo hacía pues equipaba el nivel Luxury, el que a mi parecer presenta un perfecto equilibrio entre estilo refinado y deportividad. Es un coche caro y eso significa que el cliente tipo no será especialmente joven. Sin embargo como la estética no es cuestión de edades, BMW dispone de más niveles, que en ese caso sí, demuestran que un BMW puede llegar a ser estéticamente potente sin que su motor lo acompañe.
En este caso entramos en el terreno M. Si optamos por este paquete, que repito no llevaba la unidad de pruebas, conseguimos que el Serie 3 se parezca un poco más al BMW M3, aunque sin llegar al nivel de este claro. Son retoques estéticos que sí mejoran la sensación de deportividad y que permite que BMW disponga de un Serie 3 para cada uno de los potenciales compradores. Sin embargo, repito, a mí me gusta de cualquier manera. Puede que tenga una imagen vista, pero la verdad es que está envejeciendo a las mil maravillas, como ya le paso a la generación E30, E36 y E46.
Dejando a un lado el exterior y adentrándome en el habitáculo, he decir que rápidamente se identifica el estilo BMW, y no lo digo solo por el olor. Desde hace unos años los alemanes nos vienen presentando un interior bastante semejante entre sus modelos. Esto hace que se pierda parte de diferenciación pero sin embargo genera esa sensación de estar ante un BMW con solo abrir la puerta.
No hay nada que reprochar en términos de confort, incluso en parado el Serie 3 hace gala de un habitáculo perfectamente diseñado y construido. Los materiales son muy buenos, los sistemas, botones, pantallas y controles se encuentran colocados de una forma lógica a la que uno se hace rápidamente. Otra ventaja de tener todos los interiores parecidos. La postura de conducción en este caso sí que es diferente, pues a diferencia de otros rivales, el Serie 3 te permite ir muy bajo, con una regulación del asiento muy grande tanto a lo largo como a lo alto.
El 318d es el modelo más vendido de BMW, Una compra lógica aunque cara. La calidad hay que pagarla y el emblema también
Donde siempre ha sufrido BMW es a la hora de acceder a las plazas traseras. La verdad es que en este punto no destaca, pues rivales como el Audi A4 que ya probamos, le puede poner la cara roja con suma facilidad. Tampoco es que sea el coche más inaccesible del mundo, pero cuesta entender que un modelo familiar presente esa complejidad para entrar a sus plazas traseras. Una persona mayor o con ciertas restricciones a la movilidad puede resultarle una maniobra no muy sencilla de completar. Eso sí el espacio para las piernas es más que suficiente, aunque la plaza del medio paga las consecuencias por un túnel de transmisión muy alto.
Resulta curioso que en cifras de volumen de maletero el Serie 3 iguale los datos de sus dos rivales alemanes. 480 litros como mínimo que presentan unas medidas rectangulares y muy correctas que permiten aprovechar cada uno de esos litros. Eso sí la boca no es excesivamente alta, aunque sí ancha. No habrá problemas a la hora de meter equipaje largo aunque si es voluminoso deberemos maniobrar la carga para que así pueda entrar. Un espacio realmente práctico, de hecho parece tener más litros de los que figuran en su ficha.
Es hora de hablar de tecnología. La verdad es que el mundo cambia muy deprisa, y la tecnología es a día de hoy uno de los principales motivos de compra. Por ello BMW se vio obligada a actualizar el Serie 3 el año pasado, para que así pudiera lucir sistemas más avanzados, pudiendo igualar a su competencia, sobre todo al Audi A4, que en su beneficio es el más moderno de los tres.
Pero BMW no se quedó corta y supo hacer un excelente trabajo. El Serie 3 no es el más moderno de todos los modelos de la marca alemana, pero aun así dispone de más elementos de los que realmente podemos llegar a necesitar. De serie el nivel tecnológico es más que elevado. Para mejorar lo existente se disponen de cuatro niveles de equipamiento: Advantage, Luxury, Sport y M Sport.
Con respecto al nivel de la unidad de pruebas, el acabado Luxury, este supone un extra de precio de 7.400 euros, el más caro tras el M Sport. Pero gracias a él podemos tener acceso a llantas de entre 17 y 19 pulgadas, faros de LED, sistema de navegación Business, sensores de aparcamiento, control de crucero con función de freno, calefacción en los asientos delanteros, climatizador y volante deportivo.
Es decir, un equipamiento bastante completo, aunque eso sí, todo lo que queramos incluir de más tendremos que rascarnos los bolsillos, pues como suele ocurrir de forma habitual en las marcas premium, el precio de los extras puede llegar a elevar el precio final de forma alarmante. De hecho la unidad de pruebas rozaba los 58.000 euros de configurador. Un precio que de todas todas me parece exagerado. Aunque más adelante te detallaré las conclusiones.
Es hora de saltar al apartado dinámico. A ese terreno donde BMW se mueve como pez en el agua, y donde el Serie 3 debe destacarse por encima del resto. Como ya he dicho la unidad montada era la segunda de acceso en la rama diésel, el bloque 318d. Este motor TwinPower Turbo se conforma con cuatro cilindros y dos litros de cilindrada para así poder desarrollar una potencia de 150 CV. Acoplado al mismo disponía de un cambio automático que garantiza no solo la conducción más refinada posible, sino el máximo ahorro posible.
Prueba BMW 318d
En un mercado cada vez más congestionado, donde cada día más marcas pretenden luchar por entrar en el segmento premium, cuesta diferenciarse y marcar un estilo. Sin embargo esto no le pasa a BMW, que con esos 40 años de experiencia acumulada, tiene muy claro qué es lo que tiene que hacer para que el Serie 3 siga en los puestos más altos de la tabla de ventas. Aunque eso no quita para que sepan adaptarse a los tiempos y las exigencias modernas.
Todo aquel que se compra un BMW lo hace llamado por la deportividad o por la calidad. Su emblema es sinónimo de calidad, y el Serie 3 siempre ha sido identificado como la mejor berlina media del segmento. De hecho el fantástico M3 sigue siendo, a pesar de la competencia, la berlina deportiva que te tienes que comprar si es que miras una. Por cierto hace poco tuvimos ocasión de probar todas y cada una de las generaciones.
El 318d, con sus 150 CV, es el que a priori presenta el equilibrio más correcto para una conducción normal. Me ha sorprendido lo cómodo y confortable que puede llegar a ser, a pesar que el sonido de su motor no es extremadamente agradable. Es un excelente rodador y en este punto pensé que ese extra de dureza en la suspensión iba a provocar que perdiera calidad de marcha. Pero todo lo contrario. Como ya he dicho es muy cómodo, silencioso y relajante. Un coche ideal para recorrer cientos de kilómetros de forma tranquila.
La diferencia entre el cambio manual y el automático es de 2.500 euros. Un extra que realmente merece la pena
Dispone de tres modos de conducción: Sport, Confort y Eco Pro. Lo normal es circular en los dos últimos niveles. He de decir que la diferencia entre ellos es poco clara. De hecho no hace falta ir en modo Confort para extraer del coche la máxima calidad. Sí que se nota el salto con respecto al modo Sport. Es aquí donde el 318d muestra un mejor rendimiento. La caja de cambios estira la relación de cambio, la dirección se endurece y todo se vuelve un poco más sensible, incluido el pedal del acelerador.
Eso sí, uno podría pensar que con 150 CV serían más que suficientes para afrontar los viajes sin problemas, y en realidad lo son, pero con matices. El modo ECO PRO limita mucho la respuesta del motor. Está configurado para ahorrar lo máximo posible, y en ciertos momentos podemos echar en falta más vidilla del motor, teniendo que seleccionar otro mapa del motor para así poder afrontar alguna situación sin problemas.
Las autopistas y las vías rápidas son sus escenarios ideales. Pero como buen BMW se comporta de forma muy ágil en las carreteras más reviradas. Lo mejor de todo es la dirección. Precisa, rápida y con bastante transmisión. Se nota también que el chasis ha sido puesto a punto para que sea capaz de soportar una conducción más alegre, aunque en ciertos momentos puede aparecer subviraje, a pesar que estamos ante una berlina de tracción trasera. Eso sí, si uno es habilidoso y le echa valor, la trasera puede salir a pasear, siendo muy fácil de controlar.
Como ya he dicho el 318d está muy bien equilibrado, pero si de consumos hablamos, es donde uno se da cuenta de porqué es el modelo más vendido de todos. Los alemanes homologan un consumo mixto de 4,4 litros a los 100 kilómetros. Un dato que podríamos tachar de optimista, aunque no niego que en terrenos llanos, circulando a una velocidad comedida se consigan. Durante la semana de pruebas el ordenador acabó revelando un dato de 5,2 litros de media.
Muchos de los más de 1.000 Km de prueba se hicieron por autopista, y teniendo en cuenta que en diversos momentos de la prueba el motor fue exigido al máximo, la verdad es que resulta un dato realmente bueno. Eso sí, vuelvo a repetir, si circulamos en el modo más conservador éste nos obligará a pisar el acelerador más de lo debido cuando la situación se complica, y eso acaba elevando el gasto sobremanera. Aun así unas cifras excelentes que lo hacen más atractivo.
Conclusiones
Está claro que el éxito del Serie 3 es más que justificado. Al igual que sus críticas en estos más de 40 años de vida. Es un coche al que no se le puede pedir nada más y que cumple con todo lo que se le espera. Es cómodo, confortable, ahorrador, dinámico, con mucha calidad y tecnología. Todas estas cualidades hay que pagarlas a la hora de pasar por caja, aunque viendo el resultado final merece la pena.
Sin embargo, como ya he comentado, los casi 56.000 euros de la unidad de pruebas me parecen exagerados. Por ese precio mi elección sería algo menos de equipamiento y un motor más potente. El 320d es el que hay que comprarse. Es casi 3.000 euros más caro, pero merece la pena. Ganas en prestaciones, nunca te quedarás corto de motor y además apenas incrementa el gasto. Para reducir los costes se pueden eliminar elementos opcionales que no resultan del todo resolutivos, como el equipo de sonido de altas prestaciones. Aun así es una compra muy buena, y que no defraudará a nadie que la haga.