Prueba BMW 420d Gran Coupé, lógica en su máxima expresión
La que probablemente sea la alternativa más lógica del catálogo del nuevo BMW Serie 4 Gran Coupé, tiene el diésel como receta básica. Hemos podido probar su mecánica denominada 420d que detona 190 CV y una comodidad pasmosa. Un auténtico rey de los largos viajes que será capaz de enamorarte tanto por su estética como por su dinámica.
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Publicado: 13/02/2022 19:00
La pasada generación del BMW Serie 4 supuso la incorporación de una nueva nomenclatura para la firma de Múnich, pero también un nuevo apellido que se conjugó junto a ella. Este apellido fue “Gran Coupé”, y dio paso a un enemigo natural para el rey de la gama, el BMW Serie 3, este nuevo modelo proponía un aspecto más deportivo y juvenil, así como una mayor dotación de elementos de serie, todo bajo la única condición de un incremento en el coste inicial. Ahora, y con motivo de la renovación generacional del BMW Serie 4, hemos podido conocer la nueva variante de carrocería del modelo coupé, siendo la tercera en llegar al mercado después de ambas variantes de dos puertas.
El BMW Serie 4 Gran Coupé ofrece como punto inicial una mayor dosis de practicidad con respecto a sus hermanos de gama, pero también una mayor y más importante dotación de equipamiento de serie si lo comparamos con el Serie 3. Es un coche que ha venido para ponérselo difícil a todos los distintos integrantes de la gama media de la marca, y no es para menos, ya que este se presenta como una de las mejores opciones de compra de toda la familia BMW.
En primer lugar: su estética. Si su principal rival lo tiene en casa, ciertamente el Serie 4 tiene aquí ganada gran parte de la batalla. Su imagen es realmente descomunal si lo comparamos con el Serie 3. La agresividad y deportividad de este es notablemente mayor, algo que transmite una imagen espectacular lo mires por donde lo mires. Desde BMW afirman que aunque estos dos modelos sean ciertamente similares en cuanto a su oferta, lo cierto es que lo tienen muy claro y especifican que cada uno de ellos va encaminado hacia un tipo de cliente muy diferenciado. A pesar de esto, las lógicas comparativas están ahí y muchos clientes pueden llegar a dudar profundamente entre adquirir uno u otro, aunque, en este caso, cualquiera de las dos opciones será un acierto.
Si lo comparamos con el resto de modelos de su gama, el Gran Coupé proporciona ese toque diferenciador que va de la mano de un destino mucho más familiar y práctico. Este crece en distancia entre ejes, así como en la longitud total del mismo, aunque no de forma extrema o delirante, el Gran Coupé ha cogido la receta inicial de la primera carrocería y lo ha adaptado a un cuerpo mucho más maduro y polifacético. Todo esto dirigido principalmente hacia la ganancia de esas dos puertas de acceso adicionales para la segunda fila, lo que culmina dibujando una línea de auténtico "coche para todo”.
La generación saliente del Serie 4 Gran Coupé dejó el listón realmente alto: deportividad, agresividad estética y capacidad de transportar cómodamente a toda una familia y su correspondiente equipaje. En esta nueva generación todos esos detalles han sabido llevarlo un paso más allá sobre un cuerpo que ahora alcanza los 4,783 metros de longitud, 1,852 metros de ancho y 1,442 metros de alto; esto redunda directamente en una mejora en todas sus cotas: 14,5 cms de largo, 2,7 cms más ancho y 5,3 cms más alto. Todo en pos de incrementar la capacidad y la habitabilidad interior. Si la generación previa te gustó, toma buena nota de lo que nos presenta aquí BMW.
Si comenzamos hablando por su exterior, el Serie 4 Gran Coupé ha ganado una estética bien diferenciada de su hermano más casto, el Serie 3. La enorme parrilla frontal de nueva factura de la que hace gala el coupé se ha trasladado completamente aquí. Como novedad se han añadido las nuevas manetas de apertura de puertas que sustituyen a los tiradores clásicos, este es un elemento traído directamente desde el BMW i4, el hermano más ecofriendly de este que tenemos hoy aquí. El parachoques trasero también ha recibido un pequeño retoque sobre sus hermanos de gama, motivo que queda relegado a una mera reordenación estética. Junto a la motorización 420d que conocemos hoy, se equipa una doble salida de escape redonda (una a cada extremo).
En el momento en el que accedemos al interior del Serie 4 Gran Coupé, el entorno se hace completamente familiar. Todo es prácticamente calcado a lo que ya conocemos del BMW Serie 3, aunque todo es únicamente bajo apariencia ya que en la práctica sí que la diferencia es más notable; de esto hablaremos más adelante. En la segunda fila de asientos el espacio es sobrado para las piernas, pero no tanto para la cabeza, personas de más de 1,85 metros de estatura aquí ya irán algo escasos. Esto se debe a la propia caída del techo mucho más pronunciada y que lo dota de esa apariencia de coupé. Este es un coche homologado para 5 pasajeros, aunque si queremos que los que viajen en la segunda fila se encuentren realmente cómodos, lo mejor será tomárnoslo como un vehículo para cuatro ocupantes.
El espacio de carga es uno de los grandes atributos que presenta el Serie 4 Gran Coupé, con un gran portón de acceso por el que podremos dar cabida a objetos de todo tipo a través de un volumen mínimo de 470 litros. Su espacio es notablemente aprovechable ya que presenta unas formas bastante rectilíneas, el único inconveniente será la altura en la zona más próxima al propio portón donde esta no es excesiva. En la generación actual, el maletero ha perdido 10 litros de su capacidad si lo comparamos con la versión previa, esto ha sido con motivo de una apuesta mayor por el espacio en la segunda fila. Esta leve pérdida de tamaño no será, ni mucho menos, algo preocupante o que debamos tener en cuenta, ya que el espacio sigue siendo bastante generoso para todas las situaciones. En caso de que necesitemos un volumen aún mayor, sus asientos traseros se abaten en una proporción 40:20:40 y nos presentan así una capacidad de hasta 1.290 litros.
Metiéndonos de lleno en la mecánica que hoy conocemos, el denominado 420d, bajo el capó aloja un bloque motor de cuatro cilindros movido por diésel con 1.995 centímetros cúbicos y sobrealimentación por turbo. La potencia que es capaz de generar son 190 CV a 4.000 rpm y un par máximo de 400 Nm desde las 1.750 vueltas. Como elemento adicional, incorpora un sistema de hibridación ligera a 48 V que dota de un pequeño apoyo al motor de combustión con lo que reduce levemente el consumo de combustible, este aporta un toque extra en momentos puntuales como las salidas, arranque y aceleraciones. Gracias a este, el 420d Gran Coupé presume de portar la ansiada etiqueta ECO de la DGT. Toda la potencia de la que hace gala su propulsor, es enviada completamente al eje trasero a través de una caja de cambios automática Steptronic de ocho relaciones.
Para finalizar el apartado de presentación del coche llega el momento más incómodo y es el de sacar a relucir el tema económico. El BMW Serie 4 Gran Coupé, según el configurador oficial de la marca, tiene un precio inicial de 51.700 euros, el cual pertenece al modelo de entrada movido por gasolina, el 420i. En caso de que queramos optar por esta mecánica diésel -la única de todo el catálogo- el precio de partida será de 52.650 euros, a lo que, si estamos por la labor, habría que sumar el precio de acabados más completos como el M Sport que incrementa la factura en 2.600 euros. Si queremos dotar a nuestro BMW de más personalidad, el largo catálogo de extras solo tendrá fin dependiendo del tamaño de nuestra cartera.
Prueba dinámica
Mucha gente, al interesarse por este modelo, se pregunta si esta motorización será suficiente para un desplazamiento y un uso diario (y algún que otra alegría de domingo), y lo cierto es que rotundamente sí. El 420d es un coche que cumple con todas y cada una de las expectativas esperadas por un coche de este tallaje, aunque lo de la alegría de fin de semana, tampoco esperemos las prestaciones de un auténtico deportivo porque, aunque tenga sus puntuales toques, este coche ni lo es ni aspira a serlo, sino que más bien su enfoque está puesto sobre otros apartados.
Sus 190 CV rinden con maestría sobre todo tipo de vías, especialmente si nuestra finalidad será la de hacer largos viajes. Los largos trayectos a bordo se pasan realmente sin acusados dolores de espalda o incomodidades extremas. Este es un coche hecho para devorar kilómetros y kilómetros de autopista por el menor coste y un importante nivel de comodidad. Sobre este tipo de carreteras, el 420d Gran Coupé presume de mostrar unos consumos que realmente pueden resultar de risa, pudiendo bajar de los 4,6 litros de media sin mayor trabajo y sin apenas despeinarse. Gran parte de culpa de este dato la tiene su capacidad de generar el llamado efecto vela o desplazamiento por inercia, el cual en momentos puntuales de velocidad continua sobre un trazado recto y llano, es capaz de mantener la velocidad del coche desconectando momentáneamente el motor térmico, lo que redunda directamente en un recorrido a un consumo de cero.
La amortiguación, a pesar de que este modelo monta el acabado M Sport y tiende a ser algo más firme, ciertamente crea un espacio bastante apacible en todo momento, proporcionando a los ocupantes de una sensación de ligereza como pocos de su segmento, pero también es capaz de dotarnos de una buena estabilidad sobre un trazado de curvas, para esos momentos en los que queremos sentirnos más felices de la cuenta. Opcionalmente, BMW ofrece bajo el suculento catálogo de extras, una suspensión regulable llamada “adaptativa M” la cual es muy recomendable de adquirir.
En cuanto a la dinámica y la conducción más pura, el BMW Serie 4 Gran Coupé, presenta una mayor firmeza si lo comparamos con el Serie 3, su centro de gravedad es más bajo y sus vías se han ensanchado levemente. Esto dará como resultado un mayor aplomo en carretera y una más importante sensación de deportividad. El puesto de conducción también es algo más bajo que en su hermano de gama, lo que incide aún más en las sensaciones que acabamos de mencionar.
El BMW 420d Gran Coupé proporciona confort de marcha, bajos consumos y una capacidad única para dejar boquiabiertos a todos a su paso
Durante cualquier viaje de largo recorrido, así como en cualquier desplazamiento diario, el 420d Gran Coupé proporciona una gran comodidad a todos sus ocupantes -siempre que sean 4 como mucho-. El acceso a las plazas traseras se hace con bastante facilidad aunque algo más complicado que en un Serie 3, principalmente por el motivo de tener un techo más bajo y con caída del pilar C más generosa. Una vez instalados en sus ubicaciones, los pasajeros disfrutarán de un puesto bastante cómodo y que acoge a la perfección todas las curvas de nuestra fisionomía, así como también ejerce una sujeción notable del cuerpo.
Su dirección juega mano a mano con una caja de cambios que en ningún momento decepciona o se queda atrás de lo que esperamos. La firmeza y precisión de la propia dirección hace que, aunque este no sea un M4, podamos motivarnos a enlazar curvas sobre carreteras divertidas. Las levas situadas tras el volante harán lo propio en dotarnos de ese ambiente deportivo que a todos nos gusta y del que siempre presume la firma alemana. Aunque si lo que de verdad queremos es deportividad tendremos que vernos obligados a recurrir a otras mecánicas del catálogo como el 430i o, directamente, al tope de gama, el M440i.
Este es un coche hecho por y para proporcionar comodidad, bajos consumos y devorar cientos de kilómetros de autopista sin apenas percatarnos. Por vías urbanas dará el mismo resultado, aunque en ocasiones el sistema de arranque y parada del motor puede hacerse algo tedioso ya que siempre detendrá el bloque mecánico aunque lo que queramos sea disminuir la velocidad en una circulación completamente normal. Este sistema no es desconectable a menos que recurramos al modo Sport, el cual cambiará notablemente las aptitudes del coche restando suavidad y aumentando el consumo de combustible.