Prueba BMW 420i Coupé, suficiente y sin estridencias
BMW está en pleno proceso de cambio. Su nuevo rumbo incluye mecánicas de energía limpia y diseños radicalmente diferentes a lo conocido. El BMW 402i Coupé rompe con ciertas reglas básicas para mejorar en muchos otros aspectos. Lo analizamos en profundidad.
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Publicado: 04/10/2021 19:00
Cuando uno imagina un coupé deportivo de BMW se imagina al típico BMW M4 o en su defecto al BMW M8. Los dos representan el culmen de la esencia deportiva bávara, el sueño de cientos de conductores al que solo unos pocos pueden acceder. Cuando no puedes hacerte con los servicios de un M puedes ir descendiendo por la escalera de las prestaciones hasta topar con el BMW 420i Coupé, el modelo de acceso de la familia.
La duda que surge ante esta unidad siempre es la misma: ¿será suficiente para colmar mis pretensiones? La respuesta es siempre la misma: Depende. Depende de lo que te pida el cuerpo, depende del dinero que tengas y depende de lo que busques o necesites. No hay una respuesta fácil para semejante interrogante, aunque una cosa sí que te puedo asegurar: es buen coche.
La marca alemana está en pleno proceso de cambio. BMW sabe que está siendo atacada por sus máximos rivales de Audi y Mercedes, y por ello necesitaba una estrategia nueva. Romper con el pasado y tomar un nuevo rumbo. La familia se está segmentando. Por un lado, encontramos los vehículos eléctricos y electrificados de la familia i. Por otro los modelos deportivos de la rama M, y por otro, en un mundo intermedio, modelos como este 420i Coupé.
El apartado estético es siempre tema importante cuando hablamos de un deportivo. Un coche no solo tiene que serlo, sobre todo tiene que aparentarlo. Cuando BMW desveló el diseño del nuevo Serie 4 surgieron muchas voces criticando el cambio, yo entre ellas. Sin embargo, debo reconocer que pasados unos meses el ojo se me está acostumbrando a esta nueva identidad de marca. Hoy firmaría por un F32 post-restyling con paquete M, pero igual dentro de unos meses no lo haría con tanta confianza.
Te guste o no te guste es lo que hay. La apariencia mejora cuando te alejas del morro. La trasera es realmente bonita, muy similar a la del Serie 8. Unos faros horizontales y alargados crean la sensación de anchura típica de deportivo. La vista de perfil es magnífica, y nadie me podrá negar que como coupé es uno de los más vistosos. Llama mucho más la atención que un Audi A5 o un Mercedes Clase C Coupé, sus dos máximos rivales. Por supuesto, no hace falta decirlo, el paquete M Spot es esencial, sin él el coche pierde mucho vigor y resulta bastante anodino.
Los Serie 3 y BMW Serie 4 siempre han sido modelos hermanados. Ambas gamas comparten gran cantidad de elementos, incluyendo una plataforma CLAR adaptada para las medidas concretas, que en este caso nos llevan a los 4,77 metros de lago, 1,85 metros de ancho y 1,38 metros de alto para una distancia entre ejes total de 2,85 metros. Tal batalla, ampliada en cuatro centímetros con respecto a la edición anterior, mejora considerablemente las condiciones de habitabilidad interior. Más espacio para los dos pasajeros posteriores, aunque el acceso a esa fila sigue siendo incómodo para personas mayores o de movilidad reducida.
El interior del 420i es un sitio muy agradable donde estar. Estructuralmente hablando el diseño es idéntico al del BMW Serie 3, así que por ese lado se pierde un poco de esencia. En cambio, en lo que se refiere a calidad de ejecución, la buena elección de materiales y la gran ejecución de la fabricación nos permiten disfrutar del interior mejor concebido de la categoría. Sensación de aplomo y durabilidad combinado con una calidad percibida muy alta. Típico de BMW.
Gracias a esa nueva plataforma, el Serie 4 pasa a disfrutar de un equipamiento muy similar al del resto de modelos de la familia. Pocas discordancias vas a encontrar entre este coupé y el Serie 8, por ejemplo. Los diferentes niveles de acabado nos dan acceso a diferentes tecnologías. No se puede decir que el equipamiento base sea muy generoso, pero si te rascas el bolsillo podrás incluir una inmensa colección de elementos y juguetes que harán tu vida a bordo más cómoda.
Algunos elementos a destacar son: faros láser, techo solar, asientos delanteros calefactables, tres zonas de climatización, Head-Up Display, instrumentación digital, asientos deportivos (excelentes) con ajuste electrónico, calefacción auxiliar, control por gestos, mando fónico, sistema multimedia con pantalla táctil de 12,3 pulgadas, navegador, cámaras de 360º, WiFi, Android Auto, Apple CarPlay, cargador inalámbrico, equipo de sonido Hardman/Kardon, iluminación ambiental y el más completo equipo de asistentes a la conducción y elementos de seguridad.
Chucherías no te van a faltar, aunque como ya he dicho te van a salir algo caras. Es un problema muy recurrente en las marcas premium. Si bien el equipamiento de serie no es malo, el comprador tipo de este tipo de vehículos lo compra por su parte emocional, y en las emociones juega mucho el factor; "ya que estoy..." Eso va a provocar que la factura final crezca rápidamente, algo que no me termina de gustar. Hay que tener en cuenta que el que se compra la versión de acceso es porque no quiere, o no puede, gastarse mucho dinero.
El maletero ofrece una capacidad mínima de 440 litros. Un baúl ampliable que no permite objetos muy voluminosos
Y ya que hablamos del feo asunto del dinero conviene mencionar que el precio de salida del Serie 4 es de 47.900 euros, sin ofertas o descuentos. El paquete M Sport suma 4.600 euros más, y a partir de ahí tienes a tu disposición la larga lista de elementos opcionales que ya te he comentado, así como una amplia variedad en molduras, pinturas y llantas de hasta 19 pulgadas. Variedad hay para caer malo.
Lo que se recibe de serie con el 420i Coupé es un motor de confianza probada y excelente en según qué circunstancias. Se trata de un bloque fabricado en aluminio con cuatro cilindros y 1.998 centímetros cúbicos, turboalimentado. Desarrolla 184 caballos de potencia y 300 Nm de par motor entre las 1.350 y las 4.000 revoluciones. Siempre encontramos acoplado un cambio automático de convertidor de par con ocho relaciones que envía toda la potencia al eje posterior.
Prueba BMW 420i Coupé
Me pongo en la piel de quien busque un coupé premium de dos puertas para pasear y el primero que me viene a la cabeza es el 420i Coupé. Tiene todo lo que se puede pedir de él. Por un lado, la apariencia ya mencionada, por otro, el comportamiento suave y equilibrado que se desea. Si vamos buscado algo que no sea eso sufriremos una pequeña decepción pues no vamos a conseguir lo que deseamos.
Si queremos más rendimiento tendremos que echar mano de los Serie 4 firmados por M, en un primer escalón el M440i y en un segundo el M4. Para mi gusto la opción ideal es el 430i, me parece el más equilibrado de toda la gama, y es el único que ofrece esa combinación de varios mundos: prestaciones, apariencia, deportividad y confort. El 420i es el más dócil, civilizado y suave de toda la familia. Con esto claro, seguimos.
Lo que más me ha gustado es que con el 420i quedas bien vayas donde vayas. Y además los desplazamientos se realizan de lo más cómodos y suaves. La configuración de la suspensión permite realizar viajes largos sin apenas inmutarse. El aislamiento interior permite que pocas molestias se filtren al habitáculo. Todo ello hace que hablemos de un elevado confort de marcha que no vamos a encontrar en otros modelos de la familia.
En cuanto al motor, la cilindrada me parece correcta y las prestaciones también. Está lejos de ser un M4, pero para el día a día es más que suficiente. Gracias a la configuración la entrega de potencia es muy buena. El par está disponible en un amplio rango de revoluciones, y eso permite que al requerir más fuerza por parte del motor la encontremos en casi cualquier punto del cuentarrevoluciones. Los diferentes modos de conducción permitirán que esa entrega sea más o menos agresiva.
La velocidad es buena, más que suficiente teniendo en cuenta los límites cada vez más restrictivos de la DGT. Pero lo mejor de todo es el comportamiento dinámico en general. En un tramo de curvas saca a relucir el excelente chasis que soporta todo el conjunto. Es tan bueno en su comportamiento que en cierto modo te olvidas de la escasa potencia. Te lo puedes llegar a pasar muy bien dejando mucho margen de seguridad. La carrocería apenas se inclina y hay que ser muy agresivo para sacarlo de su sitio.
Todo ello lo logra con un equilibrio muy bueno entre prestaciones/rendimiento/consumos. Es lo bueno de tener la versión menos potente, que el consumo va a ser el más ajustado de todos. A lo largo de la semana de pruebas he podido constatar que el gasto puede oscilar entre los seis y los 7,5 litros de media. En autopista es fácil lograr cifras cercanas a los 6 litros a los 100 Km, pudiendo incluso bajarlos. En ciudad por el contrario se dispara hasta los 7,5 litros, algo lógico por otra parte.
Con todo lo dicho creo haber dejado claro que el BMW 420i Coupé es una excelente opción para aquellos que busquen un coupé de dos puertas sin muchas pretensiones deportivas. Sus 184 caballos son más suficientes, aunque rinden lo justo. Lo mejor de todo es la calidad de su interior, el amplio equipamiento y su dinámica en curva. En eso demuestra que es el mejor del segmento. ¿Las partes menos positivas? La falta de prestaciones en ciertos momentos, el precio de venta y de los opcionales y el acceso a la segunda fila de asientos.