Prueba BMW 530e Berlina, innovación y eficiencia en un híbrido enchufable de gran caché

BMW ha apostado totalmente por la electrificación en la nueva generación del Serie 5. Su gama está representada por versiones gasolina y diésel con tecnología mild hybrid de 48 V, híbridos enchufables e incluso versiones totalmente eléctricas identificadas como BMW i5. En esta ocasión tengo conmigo la variante PHEV que brilla por su versatilidad.

Pero antes cabe mencionar la importancia de este modelo para la marca bávara. El BMW Serie 5 es la berlina ejecutiva más vendida del mundo con más de 10 millones de unidades comercializadas a través de medio siglo y ocho generaciones. El primero llegó en 1972 como sucesor del BMW 2000, fue el BMW 520. Estrenaba la combinación de números de tres dígitos para indicar la serie del modelo y motor, iniciando la nomenclatura que sigue siendo utilizada en los modelos del fabricante. Marcando tendencias desde el principio.

Identificada con el código G60 para la carrocería berlina, la actual generación llegó al mercado a mediados del año pasado, si bien las variantes plug-in hybrid tardaron unos meses más en aparecer. Hay dos versiones en los concesionarios: el BMW 530e está disponible con carrocería Berlina y Touring además de la posibilidad de escoger la tracción total xDrive. Por encima, como tope de gama de este tipo de propulsión PHEV se encuentra el BMW 550e xDrive Berlina.

¿Cómo es el sistema PHEV de BMW?

Ambos utilizan la tecnología BMW eDrive para sistemas híbridos enchufables con leves diferencias técnicas, siendo la más destacada que el BMW 530e se asocia a un motor de gasolina de cuatro cilindros mientras que el 550e sube la apuesta con un propulsor de seis cilindros en línea.

He convivido con la opción de acceso, el BMW 530e Berlina. Lleva un motor de combustión de 2,0 litros y 190 caballos y un motor eléctrico de 135 kW (184 caballos) que está integrado en la transmisión Steptronic Sport de ocho velocidades. La potencia total del sistema alcanza los 299 caballos y 450 Nm.

Con estos números el modelo alemán se mueve con mucha vitalidad. Es un coche rápido siendo capaz de pasar de 0 a 100 km/h en apenas 6,4 segundos y además cuenta con un truco bajo la manga: manteniendo accionada la leva izquierda se activa la función Sport Boost que extrae todo el potencial de la mecánica durante 10 segundos, algo útil si necesitamos hacer un adelantamiento fulminante.

El PHEV de BMW alcanza una velocidad punta de 230 km/h, más que suficiente para volar en una autobahn mientras que la velocidad máxima en modo eléctrico es de 140 km/h. Esto significa que podemos hacer cualquier tipo de trayecto sin gastar una gota de gasolina siempre que haya carga suficiente en la batería.

El 550e llega hasta los 489 caballos, tan espectaculares como innecesarios. El 530e va sobrado, funciona con una majestuosa suavidad y hay que reconocer que su propulsor de cuatro cilindros suena bien. Gastarse más en el 550e me parece que aporta poco. Sus vitaminas extra mejoran las prestaciones, evidentemente, pero luchar contra el cronómetro no creo que sea un punto clave para un coche cuyo peso en vacío supera los 2.080 kg y en el que tiene mucho más sentido buscar un gran confort. Si quieres algo especial y radical debes mirar al salvaje BMW M5 que lleva el rendimiento a otra dimensión.

Hay una ventaja interesante a favor del 530e frente al 550e. Ambos comparten la misma batería de iones de litio con 19,4 kWh de capacidad neta (22,1 kWh brutos) pero el 530e tiene una autonomía eléctrica mayor debido a su rendimiento más moderado y a sus sistema de tracción.

Dependiendo del equipamiento y neumáticos montados, la autonomía eléctrica se establece entre 93 y 103 km para este 530e Berlina si bien yo no he conseguido acercarme a esas cifras aun rodando a ritmos muy relajados. En mi uso habitual, he rondado normalmente los 75 km que no está mal pero reconozco que esperaba más.

La máxima potencia de carga es de 7,4 kW y una carga completa llevará algo más de tres horas. En un vehículo premium de este este precio cabría esperar una opción de carga rápida que pudiera aprovechar la movilidad con cero emisiones también en viajes pero BMW no da esta posibilidad.

El coste de uso y las ventajas fiscales del Serie 5 PHEV lo hacen interesante tanto para particulares como para empresas que busquen una berlina ejecutiva

El consumo de combustible con la batería descargada ha rondado los 7 l/100 km, un valor razonable teniendo en cuenta el tamaño y peso del Serie 5. Por cierto, habitualmente los PHEV suelen disponer de un depósito de combustible pequeño pero no es el caso de este Serie 5 enchufable que tiene un tanque de 60 litros.

¿Demasiado? El Serie 5 es el más grande de su segmento

La comodidad a bordo y la magnífica insonorización de la cabina convierten a la berlina de gama alta en una brillante elección para hacer viajes largos a pleno confort. En entornos urbanos también ofrece un gran bienestar pero se encuentra con el hándicap de su desmesurado tamaño.

El nuevo Serie 5 tiene 5.060 mm de longitud, 1.900 mm de anchura y 1.515 mm de altura. Esos más de 5 metros de largo implican que es, con diferencia, el modelo del segmento E más grande. Con respecto a sus principales rivales, este BMW es 11 y 12 cm más largo que el Mercedes Clase E y el Audi A6 respectivamente.

A priori es positivo pensar en que tenemos más coche pero también es cierto que resulta menos práctico, especialmente a la hora de buscar estacionamiento o maniobrar. Su aspecto es imponente, eso sí. Con una estética conservadora, el Serie 5 mantiene su habitual esencia de ser elegante con un puntito deportivo. El único aspecto excéntrico es la parrilla iluminada Iconic Glow con una luz blanca que resalta su contorno.

El principal beneficio de la excepcional extensión de su carrocería es que el 530e Berlina tiene una capacidad del maletero es de 520 litros que están muy bien para un vehículo enchufable que tiene que dejar espacio para una batería de gran tamaño. Quien necesite más tiene la opción de elegir el familiar 530e Touring para aprovechar un práctico portón y un hueco de carga de 570 litros.

Donde no se nota tanto la longitud de este BMW es en la plazas traseras. Son grandes, sí, pero no dan más espacio para las piernas que el Clase E o el A6. Los ocupantes de estos asientos posteriores disfrutarán de un confort climático asegurado mediante los asientos calefactados, el climatizador automático de cuatro zonas con salidas tanto en la parte central como en los pilares aseguran y las cortinillas enrollables de las puertas.

Delante es aún más cómodo, con asientos que tienen calefacción, ventilación, función de masaje e innumerables puntos de reglaje. Además, el privilegiado conductor tiene ante sí un puesto de conducción digital bautizado como BMW Live Cockpit Professional. Consta de un cuadro de instrumentos de 12,3 pulgadas y una pantalla multimedia de 14,9 pulgadas unidos en una misma estructura curva.

Este sistema multimedia utiliza el sistema operativo BMW ID8.5, la última versión disponible en los modelos de la marca alemana. Tiene un interfaz atractivo con menús bastante intuitivos y una larguísima lista de funcionalidades. Cuenta con navegación con sistema de realidad aumentada, control de funciones mediante gestos e incluso la plataforma AirConsole para pasar el rato con videojuegos integrados con el vehículo parado.

En cuanto a calidad, es lo que esperas de un coche de lujo. En el 530e todo está perfectamente ajustado y transmite solidez. Entre los materiales destacan algunos elementos de la consola central que están elaborados en cristal tallado, un toque de distinción. Por supuesto también hay una amplia variedad de combinaciones de tapicerías y molduras a elegir.

El BMW Serie 5 híbrido enchufable está a la venta desde 80.335 euros. Como es habitual en los fabricantes premium, el equipamiento de serie es algo escueto dejando una larga lista de extras para configurar el coche a la carta. La unidad de pruebas del 530e Berlina supone una factura de 100.000 euros para que te hagas una idea. ¿Tienes claro qué no puede faltar en tu Serie 5?