Prueba BMW M4 Competition Cabrio, una obra de arte

Estrictamente el nombre de esta nueva generación es BMW M4 Competition M xDrive Cabrio, o simplemente M4 Cabrio para los amigos, y es unos de los automóviles más perfectos que se pueden encontrar en el mercado. Hablar sobre su espectacularidad o prestaciones sería como exponer que el agua moja. Está fuera de toda duda. Voy a ir más allá y me planteo lo siguiente ¿Estamos ante una verdadera obra de arte sobre ruedas?

BMW podría haber optado por el camino fácil cogiendo la generación F83 anterior, dándole algunos retoques superficiales y añadiendo algo más de caballería a su motor. Habría sido un M4 Cabrio fantástico porque el punto de partida ya era soberbio. Pero no, la marca alemana ha cambiado todo en esta generación G83 para mejorarlo todo. «No hay arte sin transformación», como decía el cineasta Robert Bresson.

Nueva plataforma (la arquitectura CLAR), motor, transmisión, sistema de tracción, equipamientos e incluso dimensiones exteriores. El nuevo M4 descapotable es más grande en todas las cotas con 4.794 mm de longitud, 1.887 de anchura y 1.395 mm de altura, mostrando una presencia imponente.

Diseño espectacular con equipamiento de berlina de lujo

También es nuevo su estilo, actualizado de forma valiente. Como buen M no faltan las grandes entradas de aire en el paragolpes para la refrigeración del motor y los frenos, las poderosas aletas ensanchadas, las branquias laterales o las sugerentes cuatro salidas de escape integradas en el difusor específico. Todo ello salpicado por elementos en fibra de carbono y, en la unidad de pruebas, vestido en el fascinante color verde Isla de Man.

Tampoco se ha evitado la polémica parrilla con riñones enormes y verticales. Debo reconocer que cuando se presentó por primera vez la nueva generación del Serie 4 me causó rechazo pero en el M4 queda bien, especialmente porque la parte superior del marco tiene una continuidad visual con las formas del capó que lo hacen más sugerente. Guste o no a los más puristas, lo cierto es que es un estilo radicalmente diferente a lo que en teoría es la parrilla tradicional de BMW. El provocador artista Marcel Duchamp señaló «el arte tiene la bonita costumbre de echar a perder todas las teorías artísticas». Y de ser provocador, diría yo.

No obstante, el gran foco de atención en el M4 Cabrio es, inevitablemente, el techo. Es de material textil, resulta un 40% más ligera que el techo del predecesor y se puede abrir o cerrar en 18 segundos mediante un sistema totalmente eléctrico. El proceso es muy rápido y se puede accionar en movimiento a velocidades de hasta 50 km/h.

Con el techo sobre nuestras cabezas, el maletero tiene 385 litros de capacidad. Cuando está en su posición descubierta la capota roba espacio y la capacidad de carga se queda en 300 litros, un volumen 80 litros mayor que el del M4 descapotable anterior, y deja a la vista una cabina con cuatro plazas. Las traseras están pensadas para un uso ocasional.

Delante es especialmente acogedor. De serie lleva asientos deportivos M con tapicería de cuero Merino, llevan ajustes eléctricos, están calefactados y, de manera opcional, también pueden tener ventilación y calefacción para el cuello. En la lista de extras se ubican los nuevos asientos tipo baquet M Carbon calefactados que tienen un aspecto impresionante, son muy envolventes y resultan sorprendentemente cómodos.

El conductor recibe todos los datos de conducción necesarios en un cuadro de instrumentos digital personalizable con pantalla de 12,3 pulgadas y un head-up display con indicaciones M. Entre otras cosas tiene, el sistema de información proyectada tiene la función Shift Lights que muestra el momento óptimo para cambiar de marcha.

En el centro del salpicadero de este BMW está el sistema multimedia con pantalla táctil de 10,25 pulgadas que tiene conectividad inalámbrica con Apple Carplay y Android Auto, actualizaciones remotas y todas las funciones imaginables. Por el apellido M del modelo añade características como el M Drift Analyser y el M Laptimer que examinan los derrapes o cronometran el tiempo por vuelta en circuito.

Un botón rojo en la consola central da vida a la fiera alemana. Bajo el capó de esta bestia habita un motor de seis cilindros en línea, especialidad de la casa bávara. El propulsor con tecnología M TwinPower Turbo tiene 3,0 litros de capacidad y dos turbocompresores desarrolla 510 CV.

El par máximo de 650 Nm llega a las 2.750 rpm y la potencia máxima se alcanza a las 6.250 rpm, dejando un rango de trabajo amplísimo que tiene un resultado evidente: da igual la velocidad o qué marcha esté engranada, un pisotón al pedal derecho siempre se traduce en una aceleración salvaje, inmediata e implacable.

Desde parado, solo necesita 3,7 segundos para alcanzar los 100 km/h y en 13,1 segundos supera la barrera de los 200 km/h. Para canalizar su furia el motor se asocia a una transmisión M Steptronic de ocho velocidades con Drivelogic que expone tres programas de cambio. La caja permite un manejo secuencial a través de levas en el volante.

De las ruedas al duelo la caballería se transmite mediante el sistema de tracción total. Con ayuda del diferencial activo la capacidad de tracción asombrosa, tanto en aceleración como en paso por curva ¿Esa eficacia resta diversión? Tranquilidad, en BMW no quieren que sus M dejen de ser picantes.

Tracción trasera o total, al gusto

El M4 Competition M xDrive Cabrio lleva un sistema M xDrive de tracción a las cuatro ruedas que puede configurar su comportamiento con los modos 4WD, 4WD Sport y 2WD. Es decir, tracción total para que el coche vaya sobre raíles, tracción total con una zaga propensa a deslizar mediante el envío de un mayor porcentaje de par al eje trasero y una propulsión trasera pura con el sistema de control de estabilidad de conducción desactivado. Elige tu propia aventura.

Todas estas cosas se eligen en un menú en pantalla con innumerables ajustes de la respuesta del motor, el tren de rodaje, la dirección, la frenada, el funcionamiento del sistema de tracción total y la respuesta del control de tracción. Las dos configuraciones preferidas pueden guardarse y activarse rápidamente mediante dos selectores en el volante.

Todos los sistemas relevantes pueden ajustar sus parámetros al gusto, como la suspensión M adaptativa con amortiguadores controlados electrónicamente o la dirección M Servotronic con relación variable. Incluso el sistema de frenado (con frenos cerámicos M Carbon opcionales) tiene dos configuraciones para escoger la sensación y la respuesta del pedal. El sistema de escape específico M con válvulas de mariposa controladas electrónicamente varía su rugido y complementa las sensaciones al volante. Una buena banda sonora es imprescindible en un deportivo de altísimas prestaciones.

Haciendo una conducción tranquila con el M4 convertible es posible rondar de los 8,5 l/100 km, un dato que es formidable para un deportivo con más de medio millar de caballos. Haciendo un uso variado, regalando una conducción espirituosa de vez en cuando si las circunstancias acompañan, lo normal es obtener unos 11 l/100 km que no resulta nada descabellado.

El BMW M4 Cabrio es un coche que está hecho para hacerte sentir, para disfrutar, para emocionar. El magnífico pintor postimpresionista Paul Cézanne decía que «una obra de arte que no nace de la emoción no es arte». El M4 Cabrio apela a las emociones en todo momento, no solo cuando se exprimen sus hercúleas capacidades sino también rodando con tranquilidad.

Sabes que un coche es magnífico cuando lo disfrutas incluso en un atasco o lidiando con el tráfico urbano. La única limitación en la ciudad que vamos a encontrar con este M es que carece de etiqueta medioambiental Eco así que en los centros urbanos queda a expensas de las normativas de contaminación. No se puede tener todo.

Su versatilidad, teniendo en cuenta el tipo de vehículo que es, resulta sorprendente. Un automóvil recreacional como éste suele estar pensado para su uso esporádico, para disfrutar durante los fines de semana mientras que a diario se usa otro coche más racional. Personalmente lo he estado usando para todo ya que el M4 Competition Cabrio es incluso cómodo en una utilización cotidiana. Pablo Picasso decía que «el propósito del arte es quitar el polvo de la rutina diaria de nuestras almas» y este descapotable cumple perfectamente.

Da igual si se circula deprisa o despacio, da igual si va la capota puesta o quitada, da igual si vas lejos o cerca y da igual si es por ciudad o por carretera. Siempre que te veas reflejado en el retrovisor interior te verás con una sonrisa de satisfacción en la cara. No hay trayecto en el que no se disfrute.

Es inesperadamente cómodo, el aire te envuelve y te acaricia cuando el techo está quitado, cualquier insinuación sobre el pedal del acelerador evidencia la ferocidad del motor, el escape te seduce con su abrumadora melodía. No puedes ver la potencia, no puedes ver el viento, no puedes ver el sonido… pero todo eso lo sientes en cada parte de cuerpo. «Sentir lo invisible y ser capaz de crearlo, eso es arte», aseguraba el pintor alemán Hans Hofmann.

El BMW M4 Competition Cabrio está a la venta desde 128.250 euros, las mejores obras de arte nunca fueron baratas. Una bestia fascinante que es capaz de enamorar al más firme opositor de su nueva parrilla, al que se muestra indiferente con los coches deportivos o a quien odie los descapotables. Todos caerán rendidos a los encantos del M4 Cabrio. El cineasta David Lynch lo tenía claro: «El arte no cambia nada, el arte te cambia a ti».