Prueba BMW X2, no hay dos sin tres
En el mercado ya hay muchos SUV que afirman ser coupés, e incluso BMW cuenta con dos, pero como ya se sabe no hay dos sin tres, y para cumplir con el refrán surge el BMW X2, nosotros ya hemos podido probarlo.
24 min. lectura
Publicado: 05/02/2018 00:05
Quién nos iba a decir hace casi 20 años, cuando fue lanzado el primer BMW X5, que a día de hoy el mercado iba a estar plagado de SUV. Lo que parecía ser una moda pasajera se ha convertido en el segmento más importante. Los hay de todos los tipos, formas, tamaños y colores, y BMW es especialmente activa en esto de fabricar SUV. Llega al mercado el último de ellos, el BMW X2, el cual ya he tenido ocasión de conocer y probar por las carreteras de nuestro país vecino, Portugal.
Echando la vista atrás cuesta creer lo mucho y lo rápido que ha crecido este segmento. Ya no es una tendencia, es una realidad absoluta, y solo hay que echar un vistazo a las marcas para darse cuenta hasta dónde se ha llegado. Como decía más arriba, en 1999 BMW se lanzó a esto de los SUV, escogieron el cinco a sabiendas de que algún día podrían incluir más modelos, y vaya si lo han hecho. De hecho la gama X está casi completa, habiendo desde el X1 al excelso, y todavía no oficial, BMW X7.
Hoy tenemos que centrarnos en la parte más baja de la gama, en la de acceso. De un tiempo a esta parte los SUV han ido evolucionando su diseño, y ya no son esas cajas de zapatos que en su día fueron. A día de hoy contamos con estilos muy originales, como el de este BMW X2 que podría decirse que se encuentra a medio camino entre un SUV convencional y uno coupé.
Hay que tener en cuenta que el X2 es el hermano guapo del BMW X1, es imposible no hablar de uno sin hacer referencia al otro, pues al fin y al cabo, salvo por el diseño y por ciertos detalles, son el mismo coche. Eso sí, los diseñadores de BMW se lo han currado para que no lo parezcan. Mientras que el X1 es el miembro sensato de la familia, el X2 explota ese lado deportivo y atrevido que todos tenemos. Es un SUV pensado para aquellos que no quieran el típico SUV, que busquen algo diferente, con un punto cañero.
Pero cuidado con las apariencias que pueden engañar. Como ya es habitual en BMW existen diferentes paquetes que cambian el aspecto del coche en cuestión. El caso del X2 no es ajeno, y es por eso que contamos con cuatro niveles de acabado: el base, Advantage, M Sport, y el novedoso M Sport X. Los dos últimos son los que le confieren al X2 ese aspecto tan interesante, y aunque cuesten lo mismo sobre el papel, el nivel M Sport X combina detalles deportivos con detalles más propios de un SUV, como los carenados de plástico negro en los pasos de rueda, por ejemplo.
Este paquete M Sport X es estrenado por el X2, que buscará las diferencias con el X1 en gran parte del exterior, como los riñones de la parrilla, los faros, las estriberas, los parachoques, el portón del maletero... Como ya he dicho los diseñadores de BMW han conseguido crear el efecto de estar ante un coche completamente diferente. Por último no puedo olvidarme de las pinturas, algunas de ellas son particulares para este modelo, y son las que acabarán por marcar las diferencias visuales.
En cuestión de gustos no hay nada escrito, eso está más que claro. Personalmente no soy un enamorado del estilo del X2, por lo que me quedaría antes con su hermano sensato. Pero seguro que más de uno y más de dos opina de forma diferente, y ahí está la gracia. Para los que busquen un corte más tradicional está el X1, mientras que los que busquen algo más arriesgado está el X2. Es la misma jugada que BMW lleva años repitiendo, primero con los BMW X5 y X6, y dentro de poco con el X3 y el BMW X4, cuya nueva generación está cerca de presentarse. Hay mercado para todo.
Y eso que no estamos hablando de un coche low cost, ni mucho menos. Hace poco BMW España anunció los precios de venta del X2, dejando el presupuesto de salida, con descuentos, en 35.850 euros. Es mucho dinero por un SUV que por sus medidas, 4,36 metros de largo y 1,82 metros de ancho, va ubicado en el segmento C-SUV, donde encontramos rivales como el Audi Q3, el Mercedes GLA o el Range Rover Evoque, entre otros.
Obviamente hablamos de segmento premium, y eso se deja notar principalmente en el interior. Hace unos días ya tuvimos ocasión de verlo y conocerlo por dentro, y ahora al igual que entonces el X2 llama la atención por su buen hacer en materia de interiores. En este punto los diseñadores lo han tenido un poco más fácil, no nos vamos a engañar. Lo que han hecho es coger el habitáculo de un X1 y trasplantarlo al nuevo modelo. Pocas diferencias vemos entre uno y otro, aunque haberlas las hay.
¿Te gusta el acabado M Sport X? Pues entonces tendrás que sumar 6.250 euros más al ticket de compra
Hay que fijarse en los detalles para encontrar los cambios. Elementos como las molduras, las tapicerías o las costuras son los que marcan la diferencia, al igual que una palanca del cambio automático que en futuro se irá integrando en el resto de modelos de la casa. No puedo decir que BMW haya arriesgado en esta parte, y en cierto modo se echa en falta esa actitud transgresora del exterior. Por decirlo de alguna manera es la misma estructura que ya nos hemos acostumbrado a ver.
Si bien esto significa cero riesgos, también supone la garantía del trabajo bien realizado. El hecho de que el X2 sea un coche premium viene marcado por su calidad de fabricación y por la cantidad de equipamiento que puede disponer. Está claro que en cuanto a calidad poco hay que reprochar, materiales de buen tacto, y una gran sensación de durabilidad y fabricación, sin embargo hay algunos remates y ajustes que tendrán que mejorarse en un futuro.
En cuanto al equipamiento hay mucho, y no es habitual ver tantos elementos en un SUV de esta categoría. La lista es prácticamente infinita y la carga tecnológica solo estará condicionada por el tamaño de nuestra cartera. Como detallarlos todos haría de esta prueba algo interminable, debo remarcar la presencia de una pantalla de hasta 8,8 pulgadas que a partir de ahora puede ser manejada tanto a través de nuestros dedos como mediante el sistema iDrive típico de BMW.
Pero este no es el único elemento a destacar, pues también debo mencionar los faros de LED, el Head-Up Display, el equipo de sonido Hardman Kardon, el acceso y arranque sin llave, el portón del maletero eléctrico, la cámara trasera de aparcamiento, el control de crucero adaptativo, y una buena lista de sistemas de seguridad activa y pasiva tales como el control del ángulo muerto, el asistente de mantenimiento de carril, el avisador de colisión o el lector de señales de tráfico. Como ya he dicho una larga e impresionante carga tecnológica más propia de segmentos superiores.
Entonces, si el X1 y el X2 presentan un diseño interior muy parecido y un equipamiento calcado, ¿dónde están las diferencias? Pues para encontrarlas es necesario que entre a valorar la habitabilidad. Más concretamente de la segunda fila de asientos, pues en la parte delantera las cosas no cambian. Dado que el X2 prefiere el diseño a la funcionalidad se pierden valiosos centímetros dedicados a albergar a los ocupantes de esta segunda fila de asientos. Gran parte de la pérdida llega por la línea descendente del techo que provoca un espacio menor para la cabeza. De hecho personas de talla alta tendrán problemas.
Hay algo que todavía no he mencionado, y es que el X2 es 79 milímetros más corto que un X1, aunque mantienen la misma batalla. Eso implica que el espacio para las piernas es exactamente igual, resultando ideal para cuatro ocupantes ya que un quinto no viajará nada cómodo por culpa de la línea del techo, del elevado túnel de transmisión y por una menor cota de anchura. Así que cuando te imagines viajando con el X2 a lo largo y ancho mundo, imagínate a cuatro como máximo porque si no el viaje se hará muy pesado.
La mayoría de centímetros perdidos provienen del voladizo trasero, lo que provoca una reducción en el volumen del maletero. Como mínimo se dispone de 470 litros, 35 menos que el X1, y cómo máximo 1.355 litros que se consiguen al abatir por completo la segunda fila de asientos, la cual por cierto lo hace en una proporción 40:20:40. Sin embargo el menor volumen del maletero no es el mayor de los problemas, ya que para mí lo peor es la altura de la boca de carga. Más alta de lo recomendable y que no pondrá fácil las maniobras de carga y descarga.
Hace no mucho tiempo BMW empezó a emplear plataformas de tracción delantera. Los primeros modelos en usarla fueron los más familiares de la casa, los BMW Serie 2 ActiveTourer y GrandTourer. El X1 de segunda generación fue el siguiente en aprovecharla, y por consiguiente el X2 también lo hace. Eso quiere decir que emplea las ruedas delanteras para moverse, pero dado que estamos ante un SUV también es posible seleccionar una tracción total xDrive, aunque solo para las versiones diésel, pues las unidades gasolina, al menos por el momento, no tienen esa posibilidad.
Una gama mecánica que por el momento es corta, con dos motores diésel y otros tanto gasolina. La potencia mínima corresponde a los 140 caballos del sDrive18i, mientras que la superior llega de la mano del sDrive20i con 192 caballos, dos más que la versión correspondiente en gasolina, el sDrive20d. Sin embargo la gama no se quedará aquí, y si echamos un vistazo a la familia X1 descubriremos los próximos modelos en llegar, incluido el modelo de acceso; el sDrive16d con 114 caballos, y las variantes más potentes, los xDrive25d y 25i con 231 caballos respectivamente.
Por supuesto, y como ya es habitual, BMW permite que todas las opciones sean asociadas a una caja de cambios automática Steptronic, aunque en el caso de las versiones tope de gama llegan con ella de serie. Y si por algún motivo te estás preguntando si llegarán versiones M Performance, nada de eso. BMW ni siquiera ha contemplado su llegada, y no las habrá. Otro cantar son las unidades híbridas, que están sobre la mesa pero que por el momento no tienen fecha de llegada.
Prueba BMW X2
Está claro que esta prueba dinámica va a tener mucha parte en la que habrá que mencionar al X1, lo mismo que ha pasado con todo lo anterior. Repito que no es una medida tomada al azar, ya que son el mismo coche. Bueno, para ser sinceros no son exactamente iguales, ya que uno busca el punto de vista más tradicional y el otro uno más arriesgado. BMW considera que el comprador tipo del X2 será diferente al del X1, más juvenil, con más ganas de pisar el acelerador, y por lo tanto uno que necesite tanto confort a la hora de rodar.
Y tras haberlo te puedo asegurar que el X2 es diferente. Posiblemente sea el modelo de la gama X con mayor calidad de conducción, pues no da la sensación de estar conduciendo un SUV. Lo primero de todo es por su puesto de conducción. Vale que la altura general del coche no sea excesiva, de hecho es una de las cosas que más llama la atención nada más verlo, pero una vez sentado al volante puedes ir sentado muy abajo, algo que me gusta.
Obviamente al ir más bajo el centro de gravedad favorece a la conducción. La suspensión es sustancialmente más dura que la de un X1, bueno y que la de un X3, pero sin llegar a ser seco de reacciones. Esta configuración no es modificable, pues a pesar de contar con diferentes modos de conducción: Eco Pro, Confort y Sport, ninguno de ellos actúa sobre la suspensión, por lo que la firmeza no cambia. En una conducción alegre se agradece ya que no tenemos las habituales oscilaciones, permitiendo un paso por curva muy rápido.
Pero obviamente el confort sale penalizado, aunque no en exceso. La unidad de prueba llevaba montadas unas llantas de 19 pulgadas, con un tren de rodaje rebajado en 10 milímetros. Es mucha pulgada si lo que buscamos es el pleno confort, de hecho si eres de esos que sólo buscan un coche cómodo, siento decirte que igual el X2 no es tu coche. Seguro que con una llanta de menor tamaño recuperamos algo de confort, pero por supuesto afectará a la estética, la principal arma de este coche.
Lo que me ha llamado mucho la atención es la dirección. Me ha sorprendido el tacto tan pesado que presenta, me gusta. En un mercado donde cada vez se abusa más del exceso de sobredireccion cuesta encontrar un tacto de volante así, y menos en un SUV. Da igual el modo de conducción que selecciones, es pesada. Transmite mucha información, además de ser rápida y precisa. Pena de ese volante tan grueso que a mí personalmente no me termina de gustar.
Pero no vayas a pensar que con todo esto que te estoy contando el X2 no tenga alma de rutero, porque ni mucho menos. Como ya he dicho el puro confort no es su principal cualidad pero tampoco es que resulte ser un coche incómodo, está bien aislado, con buenos materiales, por lo que lo poco que pierdes por un lado lo ganas sobradamente por otro.
Si hablamos de la parte motriz, debo decir que durante la presentación solo fue posible disponer de la variante 20d xDrive, que a su vez llevaba asociada una caja de cambios automática de doble embrague de siete velocidades. El motor es el mismo que podemos ver en cualquier otro modelo de la casa con igual denominación. Un bloque súper conocido con 190 caballos de pura confianza germánica.
En un futuro no muy lejano llegarán más mecánicas, incluida la más potente de la gama, el xDrive25d con 231 caballos
Muy progresivo en todo el rango de revoluciones, resulta muy agradable tanto para una conducción tranquila como para una más alegre. Aquí sí que se dejan notar los diferentes modos de conducción, pues aunque el motor se comporte igual, el tacto del acelerador cambia, volviéndose cada vez más reactivo según avancemos en la escala deportiva. Los saltos entre modos se notan, algo que tampoco suele ser habitual.
También se nota en el cambio, que en el caso del 20d es un convertidor de par habitual de BMW. Sinceramente creo que no hay mejor cambio que este para un coche de este tipo, suave cuando tiene que serlo, y contundente cuando se le exige sus máximas prestaciones. Me hubiera gustado probar la nueva caja de doble embrague, pero esa por el momento solo está disponible con la mecánica 20i. Habrá que esperar a otro momento para ello.
Dado que por el momento ha salido a la luz la parte más eficiente y menos prestacional de la gama, nos encontramos con unos consumos realmente ajustados. Obviamente en este punto ganan la partida las unidades diésel, que llegan a mostrar un gasto medio mínimo de 4,5 litros a los 100 kilómetros. Por el contrario las motorizaciones de gasolina tampoco es que sean demoledoras en cuanto a consumo, ya que su gasto mínimo oficial es de 5,5 litros a los 100 kilómetros. Decir que durante la prueba no hubo lugar a comprobar la veracidad de tales consumos, por lo que queda pendiente para las próximas pruebas que realicemos.
Conclusiones
No importa la forma el tamaño, el color o el estilo de un SUV, todos se venden. A pesar de que el mercado está plagado de ellos lo fabricantes siguen y siguen mostrándonos nuevos conceptos. BMW es especialmente activa en este campo como bien demuestra su extensa y exitosa gama X. El último miembro en incorporarse a ella ha sido el BMW X2, un producto pensado para aquellos que quieren adentrarse en la moda pero que quieran hacerlo desde un punto de vista diferente.
Las principales armas del X2 son su diseño, su equipamiento, su calidad y su comportamiento. Factores que en realidad siempre han acompañado a los productos de la firma alemana. Sin embargo ese estilo ha provocado que por el camino se queden factores importantes como la habitabilidad, sin hablar del precio. Como mínimo un X2 es casi 2.000 euros más caro que el X1, y eso que hablamos del mismo coche, y no de uno que sea especialmente barato. Obviamente habrá quien pague ese dinero de forma gustosa, pero a mí me resulta excesivo. Todo sea por la imagen.