BMW X5 2019, ya hemos probado su recién estrenada cuarta generación

Hace casi 20 años BMW no tenía ni un solo SUV en sus filas, a día de hoy ya vamos por siete. Pero hoy toca hablar del primero de todos ellos, del BMW X5 2019 que ya hemos probado con su cuarto cambio de generación.

BMW X5 2019, ya hemos probado su recién estrenada cuarta generación

27 min. lectura

Publicado: 07/11/2018 20:00

¿Por dónde se empieza a construir una casa? Lo más lógico sería pensar que por el suelo, pero en 1999 BMW decidió hacerlo por el tejado. Los SUV apenas existían pero los alemanes decidieron lanzarse a la palestra con el más grande de todos ellos. Lo lógico hubiera sido empezar por el pequeño y luego ir creciendo, pero no. El BMW X5 estrena su cuarta generación de cara al año 2019, nosotros ya lo hemos podido probar brevemente durante su presentación nacional, y os adelantamos una cosa: si así es el 5 no queremos ni imaginarnos cómo es el 7.

Aunque parece un X3, no lo es. El X5 hace patente la nueva filosofía de diseño de la casa

El hecho de empezar por el X5 tampoco supuso un problema para BMW, como bien confirman las cifras de ventas acumuladas. Nació como la respuesta natural al Mercedes GLE, que por aquella época se denominaba ML, y que supuso todo un experimento acertado por la marca de la estrella de tres puntas. BMW vio que a sus colegas les funcionaba así que se pusieron manos a la obra para tratar de igualar la contienda. Así surgió la figura de la gama X que ya acumula más de 5,4 millones de unidades vendidas en todo el mundo en menos de 20 años.

El BMW X5 es un modelo muy especial para la firma, y no solo por el hecho de ser el primer SUV. También supuso un punto de inflexión para una marca más bien chapada a la antigua, y con una filosofía muy clara y poco enfocada a seguir tendencias. Pero claro el mercado manda y si hay demanda tienes que proporcionar la oferta. Por ese motivo vemos como la familia creada por el X5 ha crecido hasta tener el carnet de familia numerosa, pues ya acumula siete miembros, el último de ellos el BMW X7, que hace más bien poco que lo conocimos.

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Pero centrémonos en esta cuarta generación. Con ella se dice adiós a una promoción que nos acompañaba desde el año 2013. Ni seis años completos ha tardado BMW en renovar al X5, y tiene su porqué en un mercado que evoluciona y cambia tan deprisa que obliga a las marcas a iniciar el desarrollo de un nuevo modelo incluso cuando el actual apenas acaba de pisar el asfalto. Ahora, la pregunta clave es: ¿Qué cambia?

Pues todo depende desde que punto de vista se mire. Si lo hacemos por delante la verdad es que no vemos cambios muy llamativos. Haberlos, haylos, y muchos pero en líneas generales el morro se parece tanto al que ya conocíamos que parece que no cambia nada. Pero si te fijas rápidamente verás los cambios. La parte más llamativa de esta sección son los clásicos riñones de BMW. Con la nueva filosofía de diseño éstos toman un mayor protagonismo y un mayor tamaño, exagerado dado que si bien antes eran un detalle más del frontal ahora son la sección más grande de todas. Tampoco se puede negar el hecho de que por delante se parezca mucho a un BMW X3.

La trasera se nota mucho más cambiada y particular. Así sí será fácil reconocer un X5 nuevo

Acompañándolos encontramos los grupos ópticos principales, con nuevo estilo y nueva tecnología, láser como sus hermanos mayores, y un enorme parachoques que se deshace de los viejos faros antiniebla volviendo a colocarlos en su zona habitual. Obviamente, como ya es costumbre en la casa, contamos con diferentes paquetes y líneas de equipamiento que cambian el carácter estético del coche, pudiendo ser más o menos elegante o más o menos deportivo. El sumun de este último carácter lo proporcionan los accesorios M Performance.

Si recorremos el lateral del coche descubrimos la sección menos cambiada. En líneas generales el perfil del X5 no cambia con el estreno de esta cuarta generación. Tan solo se introducen nuevos juegos de llantas de hasta 22 pulgadas, las más grandes de la casa, detalles como una menor cantidad de plásticos negros o una nueva línea de cintura que dibuja mejor el contorno del paso de rueda trasero. Sin embargo es la mejor parte para conocer las nuevas medidas del X5, que crece 36 milímetros de largo, 88 de ancho y 19 de alto. Gracias a ello roza los cinco metros de largo y sobrepasa los dos de ancho. Es decir, una bestia.

Pero es llegar a la parte trasera y descubrir como por sorpresa que sí, que estamos ante una nueva generación. Sin lugar a dudas es la parte más cambiada de todas. Las ópticas es lo que más llama la atención dado que rompen con el estilo que siempre les había caracterizado. Son el elemento principal, diseñados para copar toda la atención, pero también debemos prestar atención a la doble salida de escape trapezoidal y a las protecciones de plástico de la defensa. Todo ello no quiere decir que no se conserven cositas típicas del X5, como el doble portón, que tan práctico resulta para el campo y que además ahora presenta doble apertura eléctrica.

La calidad ya estaba, la tecnología también, pero ahora se han actualizado todos los sistemas

Las nuevas tendencias de diseño obligan a deshacerse de la mayor cantidad posible de botones físicos en los interiores de los coches. Y si no podemos eliminarlos todos al menos dejar el menor número posible u ocultarlos a simple vista. Siguiendo estos gustos tan escandinavos los diseñadores de BMW han creado un habitáculo que combina el minimalismo y la calidad a partes iguales. Se parece a lo que había en el pasado, pero con un toque de nueva escuela que le sienta muy bien la verdad.

Por supuesto esa gran atención por los detalles, los acabados y los materiales viene también combinada con una tecnología de vanguardia y de última generación. El X5 es punta de lanza en BMW en lo que a tecnología se refiere, junto con el BMW Serie 7 y el BMW Serie 8. Este tridente es el escaparate que habitualmente utiliza BMW para introducirnos nuevos gadgets o sistemas, y esta ocasión no es ajena. A lo mucho que ya se disponía en la tercera generación, se suman ahora novedades que sin alterar mucho la tecnología le dan un nuevo aire.

El X5 dispone de varias líneas de acabados: la base, el deportivo M Sport y el campero X Line

Claro es el ejemplo del sistema operativo iDrive 7.0 que se hace patente en las dos pantallas del interior del nuevo X5, la de la consola central y la del cuadro de instrumentos. Ambos paneles digitales presentan un diseño mucho más avanzado, aunque la tecnología intrínseca que manejan no cambia mucho, todo sea dicho de paso. Esto no supone ningún problema pues al fin y al cabo el X5 sigue siendo un portento tecnológico. Una vez más el sistema será controlado por el mando rotatorio clásico del iDrive que sigue estando presente en el túnel central tal y como lleva haciendo casi 10 años.

Un poco más arriba hemos comentado que BMW ha procurado eliminar o disimular la mayor cantidad de botones posibles, pero hay cosas imposibles en esta vida, y una de ellas es deshacerse de todos ellos. Lo que se ha conseguido es desviar la mayoría de ellos al túnel central, justo al lado de la palanca de cambios y el módulo de gestión del iDrive. Es aquí donde también encontramos los típicos actuadores que permiten cambiar los modos de conducción del coche, el botón de arranque, el freno de mano eléctrico, y la altura del coche o configurarlo en modo campero.

La mayoría de botones van a parar al túnel central, que muestra un nuevo aspecto

Pero sin lugar a dudas la parte más llamativa y novedosa del cockpit es la zona de control de la climatización. Aunque los botones son demasiado pequeños para ser manejados de forma precisa y cómoda conduciendo, están integrados de una forma brillante ya que consiguen reducir la presencia visual de botones sin por ello perder las ventajas que suponen los botones de toda la vida. Junto a esa botonería tenemos un pequeño display que muestra la información de la temperatura de cada uno de los lados. No es muy grande, pero lo suficiente como para verse sin problemas.

Seguro que te estarás preguntando qué cuál es esa tecnología de vanguardia de la que tanto hablamos pero que apenas hemos detallado. Pues la lista es enorme, así que mejor resumir un poco para no alargar esto más de lo debido. Cámara de 360 grados, control gestual, climatización de hasta cuatro zonas, asientos climatizados, con masaje los delanteros, posavasos climatizados, acceso y arranque a través del smartphone, faros láser, asistente de aparcamiento autónomo, equipo de sonido Bowers&Wilkins con hasta 1.500 vatios de potencia, carga por inducción, y por supuesto una larga y completa lista de elementos de seguridad activa y pasiva. A partir del año que viene el X5 será uno de los agraciados en disponer del control por voz que responderá bajo el comando "Hola BMW".

El X5 nunca ha sido discreto en cuanto a tamaño, pero claro está que esta cuarta generación tenía que crecer con respecto a la pasada, y eso ha hecho a su vez que ofrezca un mayor espacio para los ocupantes y la carga. En las filas traseras se notan esos pocos milímetros que se han ganado, en realidad hace más el mejor aprovechamiento de la batalla que el crecimiento en sí, pero oye, bienvenido sea. Tres pasajeros podrán viajar con toda comodidad en esta fila. En lo que a capacidad de maletero se refiere el X5 nos brinda un sensacional espacio mínimo de 650 litros y un máximo de 1.860. Opcionalmente BMW sigue ofreciendo la tercera fila de asientos plegable y oculta bajo el suelo del maletero.

El enorme maletero del X5 da mucho juego. Su doble portón puede ser eléctrico

Al tratarse de uno de los buques insignia de la casa, la gama mecánica que monta va acorde a las circunstancias. Aquí no verás un motor más pequeño que un bloque de seis cilindros en línea. Este se montará en la mayoría de unidades, como es el caso del 40i y el 30d. Este último supondrá la versión de acceso al X5, ofreciendo un mínimo de 265 caballos. Además de estas versiones encontramos el M50d, el más potente y extremo de la familia, al menos por el momento, y el 45e iPerformance, que juega en el otro extremo de la balanza, siendo el más eficiente y respetuoso con el medio ambiente. Esta versión híbrida enchufable desarrolla un máximo de 394 caballos y dispone de una autonomía eléctrica de hasta 80 kilómetros.

Por supuesto todas las unidades llegarán de serie con un cambio automático ZF de convertidor con ocho relaciones y el consabido sistema de tracción total de BMW, xDrive. En ningún caso el X5 podrá disponer de una tracción solitaria, garantizando así un mejor comportamiento en campo, donde no contará con la ventaja de la reductora, y una mayor seguridad cuando la situación de la calzada se complique. En lo que a precios se refiere el nuevo BMW X5 parte de los 72.800 euros del 40i, llegando a los 76.000 euros del 30d, y los 111.900 euros del M50d. Por el momento no se han anunciado los precios del e45 iPerformance que llegará a mediados del año que viene.

Prueba BMW X5 2019

¿Cuál es el sentido de un X5? Pues el X5 representa para BMW uno de sus coches más importantes. Ya ha quedado claro que es uno de esos coches que estrena tecnología, es por decirlo de alguna manera el hermano mayor de una familia que posteriormente va cediendo sus cosas a sus hermanos pequeños. Pero también es un coche que debe demostrar de lo que es capaz BMW en lo que a dinámica, conducción y técnica se refiere.

El 30d sigue siendo la opción más recomendada por rendimiento, prestaciones y consumos

El público que puede acceder a la compra de un X5 nuevo es porque busca obtener lo más de lo más en todos los sentidos, incluyendo la conducción. No podemos olvidar que estamos hablando de BMW, una marca que en lo más profundo de su ADN lleva impregnado el concepto de deportividad, así que el caso de un gran SUV como este debe mezclarse la calidad de rodadura y la conducción más deportiva posible. Conceptos que no suelen ir de la mano.

No te quepa duda de que el X5 satisfará las exigencias de los compradores más duros. En lo que a conducción se refiere es, sin lugar a dudas, uno de los mejores SUV a los que puedes echar mano. De hecho solo me viene a la mente un colega, también alemán, cuyo nombre recuerda a un cantante puertorriqueño, con eso digo todo. Cuesta creer que una mole de casi 2.2 toneladas sea capaz de moverse con este aplomo y a la vez con esta soltura.

Como ya es habitual hay diferentes modos de conducción: Eco, Confort, Sport, Individual y cuatro más para el Offroad

No hay entorno donde se encuentre fuera de lugar. Obviamente las autopistas serán el terreno favorito para conductor y coche por la sencillez que representan, pero sí nos metemos en un tramo más revirado y ratonero el chasis y toda la técnica que se esconde sale a relucir haciendo que nos olvidemos de su tamaño y su peso. Pero eso sí, mucho cuidado con el pedal del acelerador porque llegados el momento hay que parar y controlar toda la masa que hay en movimiento. Se agradece entonces un tacto de pedal exquisito.

Esa técnica a la que hacemos referencia viene marcada por elementos esenciales. Lo primero es el chasis. Aquellos que hayan tenido la difícil labor de ajustar y poner a punto la estructura se merecen una buena ronda al final de la noche. Ha tenido que ser un verdadero trabajo de chinos, pero ha merecido la pena. Es una de las claves del buen manejo del X5. Como ya decimos es capaz de soportar un trato mucho más exigente de lo que en un principio cabría esperar, y si lo comparamos con sus antecesores es como el día y la noche.

El nuevo cuadro de instrumentos presenta un gran diseño y mucha información

Teniendo esa base tan buena el resto de elementos técnicos no hace sino redondear el escenario global. La suspensión neumática siempre es un esencial en este tipo de coches. El X5 no la trae de serie en los acabados base, pero recomiendo a todo comprador que se haga con ella. El coche cambia mucho, elevando el confort y el manejo de forma estratosférica. Esta suspensión también es especialmente práctica para el campo, donde nos permite variar la altura de la carrocería en hasta ocho centímetros, y con ello se amplía la altura de vadeo, máximo 50 centímetros, y los ángulos de ataque y salida.

Pero la suspensión no puede encargarse por sí sola de controlar todo el peso del coche una vez entramos en curva. Por ese motivo BMW ha introducido lo que llama estabilizador activo del balanceo. Lo que en realidad hace este artilugio es compensar el ángulo de inclinación de la carrocería a su paso por curva, así el coche gira más plano con menor balanceo del peso y por lo tanto mayor agilidad para cambiar de dirección. El último punto de atención lo merece el eje trasero direccionable. La ventaja de tener cuatro ruedas que giran es que el coche se hace más pequeño en zonas estrechas y más ágil en tramos rápidos y ratoneros.

Pero hay que ser sinceros y reconocer que la mayoría de clientes no van a realizar una conducción excesivamente dinámica. Tampoco es que muchos X5 vayan a tocar la tierra, pero de saberse que es capaz de solventar con muy buena nota ejercicios y entornos de cierta dificultad. No dispone de reductora pero sí de una serie de programas y modos de conducción que alteran el comportamiento del coche y de la tracción total xDrive. Como tal solo hay un modo de conducción offroad, pero este es capaz de desplegarse a su vez en cuatro modalidades: Gravel, Sand, Rocks y Snow. El sistema se encarga por sí solo de variar la altura del coche y de bloquear el diferencial trasero si es que así fuera necesario.

El nuevo módulo de control del iDrive presenta un nuevo aspecto, pero es muy similar al anterior

Pero como ya decimos hay que ser sinceros y reconocer que aunque el X5 puede hacer según qué cosas, no será normal general verle haciéndolas. Y es completamente lógico. El comprador tipo del X5 no será dado a mancharse las botas de barro, en todo caso de nieve cuando suba a esquiar. Vuelvo al principio y digo que lo que se busca es ir cómodo, seguro y envuelto en una agradable sensación de la mejor calidad germánica. En todos esos aspectos cumple a la perfección, y es un coche ideal para hacer muchos kilómetros, uno tras otro sin esfuerzo y de forma relajada, con tus asientos climatizados e incluso dándote un masaje.

En este punto hay que prestar especial atención al gasto. El X5 no es un coche especialmente barato, y tampoco resulta especialmente económico de mantener. En lo que a consumo de carburante se refiere, el mejor parado es el 30d que según su ficha técnica se conforma con seis litros cada 100 kilómetros en ciclo mixto. El M50d sube la apuesta hasta los 6,8 litros, y el 40i hasta los 8,5. En realidad, por muy jugoso que pueda resultar el precio de venta de la unidad de gasolina, no es especialmente recomendable dado que la pérdida va a ser cuantiosa dado que vamos a pasar más a menudo por la gasolinera.

Conclusiones

El BMW X5 tenía poco margen para mejorar, pero lo ha hecho en todos los sentidos de cara a esta cuarta generación. Es un coche más poderoso en todos los sentidos. El cambio estético le ha sentado muy bien, y aunque si diseño está ligeramente más enfocado al mercado americano, donde gustan de tener volúmenes grandes, la verdad es que resulta muy atractivo. Por dentro el cambio se centra principalmente en la tecnología y en ofrecer un mayor espacio y una mejor sensación de confort para todos los ocupantes. Aunque dicha tecnología no se ha incrementado demasiado, sí que se presenta de una manera mucho más avanzada y moderna.

El X5 no se deja nada en el tintero. Llega con todo para seguir siendo una referencia en el segmento

Pero para nosotros la verdadera mejora del nuevo X5 reside a la hora de ponerse tras el volante. El primer SUV de BMW siempre ha ofrecido mucho confort y una gran calidad de rodadura, pero ahora permite exprimir más esa faceta deportiva que siempre ha caracterizado a la marca. No todos los conductores van a saber apreciar esta nueva cualidad del X5, pero ofrecerla, la ofrece gracias a una técnica muy avanzada. En cuanto a pegas, alguna tendrá, pero por el momento solo podemos hablar de un puesto de conducción algo extraño, donde el conductor va muy arriba y el resto de elementos muy abajo. Esperamos poder contar con una unidad más adelante para así poder analizarla más a fondo.

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