Prueba BMW X5 M50d, el lujo y el confort por encima de la deportividad
BMW nos presentó hace un año la que sería la cuarta generación del primer SUV de la historia de la marca bávara. Pero hoy, nosotros os presentamos una prueba completa de la variante diesel más potente de la gama X5, el M50d y sus 400 CV de puro lujo son capaces de quitar el hipo hasta al más acérrimo seguidor de los motores de gasolina precedidos de la letra M.
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Publicado: 14/11/2019 20:00
BMW deslumbró al mundo, en el ya lejano año 1999, cuando nos presentó el que sería el primer SUV de la marca alemana, el cual vendría a denominarse como X5. Un gran vehículo tanto en capacidades como en tamaño. Sus motorizaciones lo llevaban desde los 3 litros de cubicaje únicamente para el diesel, hasta los 4.8 como tope de gama para la gasolina.
Los tiempos han ido cambiando mucho en estos 20 años. Tanto que la marca alemana ya nos oferta 6 numeraciones extras de estos vehículos sobre elevados, desde el “pequeño” BMW X1 al titán X7. Si nos fijamos, en estos modelos, excepto el X1, todos y cuentan con una opción M Sport, unas con un ligero retoque que los hace especiales y otras de puro músculo deportivo.
Y es que además de mostrarnos 7 modelos de diferentes tamaños, en estos 20 años, hemos pasado por nada más y nada menos que 4 generaciones del enorme X5, y una característica de este coche, es que ha ido creciendo considerablemente hasta llegar a ser el monstruo devora asfalto que hoy tenemos en nuestros mercados.
Pero, ¿quién nos iba a decir ahora, en una época en la que el diesel está más mermado que nunca, que BMW mostraría al mundo una versión retocada por M Performance, y con combustible diesel para el X5?. Sí, diesel y deportivo. A la poste son cosas que no casan mucho. Pero la receta inicial no es que tenga mala pinta precisamente.
Como ya sabemos, aunque los diesel no sean llamados generalmente a la deportividad, son motores que tienen un nivel de entrega de par máximo muy superior a los mismos motores de combustible de gasolina, esto nos deja con una sensación de fuerza mucho más intensa que en cualquiera del combustible rival. ¿760 Nm de par máximo te suenan suficientes?.
Sí, lo sé, he podido pecar de abrupto, pero la mareante cifra así lo merece. 760 Nm de par máximo es capaz de crear una tortícolis hasta al mas entrenado. Sus 400 CV no te dejarán indiferentes. Lo garantizo. Pero he corrido mucho, vamos a conocer un poco más a fondo este modelo.
La motorización que hoy venimos a poner a prueba es, ni más ni menos, que la M50d, la más potente dentro de la motorización diesel del X5. No es la más potente dentro de la gama completa, ya que esos trofeos los ostentan las versiones 50i, así como el todopoderoso X5 M. El M50d lo conocimos en el mismo momento en que BMW nos presentó la cuarta generación del X5, siendo efectivamente, por aquel entonces, la motorización más potente de su abanico. Mi compañero Javier Gómara ya pudo poner a prueba al este gigantesco SUV durante la presentación del mismo.
Dicho abanico engloba actualmente generosas motorizaciones, partiendo del diesel, encontramos desde el denominado 25d con 231 CV, el 30d de 265 CV hasta llegar al máximo exponente con el M50d y sus 400 CV. Para los motores de gasolina, comenzamos con el 40i y sus 340 CV, seguidamente llegamos al M50i con 530 CV y culminamos en el bestial X5 M y sus 600 CV o 625 CV para la variante Competition. También disponemos de una versión con tecnología híbrida enchufable la cual se denomina como xDrive45e y nos deja 394 CV.
El BMW X5, cuenta con 3 acabados distintos. El inicial y más básico sería el “De Serie”, seguidamente encontramos el más campero y preparado para salir del asfalto denominado “xLine”, y por último el acabado deportivo M Sport. El X5 M50d que hoy probamos, monta este último acabado de serie, ya que se trata de un vehículo M, no puro, pero M al fin y al cabo.
Un exterior que llama, y mucho, la atención
Exteriormente, este coche podríamos catalogarlo de muchas cosas, pero jamás de pequeño y urbanita. Sus cotas hablan por sí solas: 4.922mm de longitud, 2.004mm de anchura y 1.745mm de altura, además de una distancia entre ejes de 2.975mm. Un auténtico monstruo, el cual, como imaginaréis, tampoco es precisamente un coche ligero ya que a la hora de pasar por la báscula la cifra asciende por encima de las dos toneladas y media.
Como vemos por sus cotas, este coche llama la atención por lo inmenso que se ve en la circulación diaria, pero también por lo bonito que es, y es que aunque su tamaño sea magnánimo, su estética ha sido cuidada al detalle. Si es cierto que a simple vista esta cuarta generación ha sido una evolución de lo conocido estéticamente en la anterior, pero si nos fijamos detenidamente, el coche ha cambiado por completo. A mejor, por supuesto.
En el bestial frontal vemos como ha aumentado el tamaño de los dos riñones (algo típico actualmente) y en su interior encontramos una parrilla activa, la cual se acciona cuando exista la necesidad de una mayor ventilación. También han modificado completamente sus grupos ópticos añadiendo la opción de incorporar tecnología láser. Su parachoques rediseñado, con dos enormes entradas en los extremos, las cuales acogen a la iluminación de antinieblas, así como un hueco central posicionado por debajo de los riñones, que también sirve como toma de ventilación y donde se ubica el radar de proximidad.
Exteriormente este X5 con sus 4.922 mm de longitud es capaz de hacer palidecer a muchas berlinas de corte premium
Pasando la vista al lateral del X5 vemos la continuidad de diseño de este con respecto a la generación anterior. Unas llantas de 22 pulgadas nos hacen ver que estamos ante todo un portento del asfalto, poca arena catará este mastodonte. El emblema M situado junto a la toma decorativa lateral, nos indica el acabado escogido, aunque como hemos dicho anteriormente, nuestra unidad concretamente, lo trae de serie. Unas enormes pinzas de frenos azules firmadas por M Performance, necesarias por otra parte para frenar a este gigante, ponen la guinda a un conjunto redondo.
Culminando con la zona que más ha variado con esta nueva generación, la trasera ha ganado muchos enteros con la modificación. Unos enormes faros alargados acogen incluso parte del perfil del X5. En la zona inferior, un parachoques decorado con un difusor en tono gris hace juego con el cromado de sus dos gigantescas salidas de escape, situadas en cada extremo y que poseen una forma trapezoidal. Nada de escapes falsos aquí. Reales como la vida misma. La traca final la pone el emblema M50d situado en la derecha del conjunto y que funciona a la perfección como declaración de intenciones.
Pero ya que estamos hablando de la zona trasera y antes de meternos de lleno en su interior, hablemos de su maletero. De su brutal maletero. Su doble portón característico de los X5, con apertura automática, nos dan acceso a una enorme zona de carga con una capacidad de 650 litros en condiciones normales o 1.860 litros si abatimos los asientos traseros. BMW nos brinda la posibilidad de instalar una tercera fila de asientos, la cual se oculta bajo el piso del maletero. Nuestra unidad no monta dicha opción, pero si sois de los que os gusta la atención al detalle, el travesaño que acoge a la cortinilla que hace las veces de bandeja trasera, se oculta o despliega de forma electrónica. Nada de esfuerzos en este lujoso yate del asfalto.
Un interior de puro lujo
Ahora que ya hemos hecho las presentaciones oportunas de su exterior y zona de carga, pasemos al interior, y es que en esta zona del BMW X5 es más conveniente hablar de tecnología, confort y lujo más que de novedades puramente estéticas, que también las hay, entre ellas nuevo salpicadero, que acoge la enorme pantalla del sistema de info-entretenimiento, así como un túnel central donde encontramos la palanca de cambios con el famoso detalle de cristal, la mayoría de comandos junto a esta, el selector de modos de conducción o el módulo con el que controlar el sistema multimedia.
Pero como he dicho, el interior del X5 es sinónimo de tecnología. Una serie de innovaciones propias del BMW Serie 7 o del Serie 8. El X5 es uno de los máximos exponentes en cuanto a innovación tecnológica dentro de BMW, ya que el X7, puede montar los mismos gadgets que el X5, así como el X6 que está más enfocado a un tipo de conducción más dinámica.
Comenzando por la incorporación del panel digital de la instrumentación, un viejo conocido de la marca, el cual pudimos probarlo durante pruebas como la del BMW Serie 3, el nuevo Serie 1 o el BMW X7. Este aditivo, como ya sabemos, nos da la información relativa a la conducción en tiempo real, así como nos mostrará las instrucciones del GPS o los modos de conducción escogidos. Quizás no tan personalizable como sí lo es el famoso Digital Cockpit del Grupo VAG, pero muy atractivo si lo consideramos como una guinda que endulza aún más si cabe el redondo interior del X5.
Haciendo juego con la instrumentación digital, encontramos la pantalla multimedia situada en el centro del salpicadero. En esta tendremos acceso a todo lo relativo con la información y el entretenimiento durante el viaje. Tiene tecnología táctil y su fluidez es digna del mejor ordenador particular que nos podamos imaginar. Junto a la posibilidad de instalar aplicaciones, también podremos disfrutar del sistema de navegación que tan bien se desenvuelve en todo tipo de situaciones o del BMW ConnectedDrive.
Ambas pantallas nombradas previamente tienen el apelativo de iDrive 7.0, elnuevo sistema operativo instalado en los BMW y con el cual podremos interactuar con el coche diciendo la frase mágica: “Hola BMW”. De esta manera invocaremos al asistente por voz, al cual podremos darle instrucciones como “tengo frío”, “ponme algo de música” o “me aburro”, entre otros muchos cientos de comandos. El X5 también incorpora conectividad Apple CarPlay, siendo de los pocos vehículos que son capaces de adoptar dicha conectividad únicamente a través del Bluetooth del iPhone, y no a través de conectarlo por cable, infinitamente más cómodo.
En cuanto a tecnología de seguridad, incorpora todo lo que cabría esperar de un coche de este tipo. El sistema de mantenimiento de carril unido al Control Activo de Crucero, podríamos decir que es lo más parecido a una conducción autónoma que podremos disfrutar actualmente. También es posible conectar el Asistente de Atascos o retenciones, dando la posibilidad al conductor de relajarse ya que el coche echará a andar automáticamente y frenará cuando sea necesario, no cansándonos en exceso en estas situaciones.
Pero como he dicho, en este coche, la tecnología, el lujo y el confort se dan la mano. Bajo la pantalla de info-entretenimiento central nos encontramos con el sistema de aire acondicionado con la posibilidad de activar los asientos calefactables o ventilados. El volante de nuestra unidad también tenía instalada dicha tecnología de calefacción. Sus asientos que parecen más auténticas butacas de un salón de lujo se amoldan a la perfección a cualquier cuerpo, con infinidad de reglajes y ajustes, así como la posibilidad de incorporar la función de masaje.
Y es que todo el interior de este coche rezuma lujo a través de un cuero de primera calidad y unos ensamblajes perfectos. Nada tiene un mínimo de movimiento ni indeseables crujidos de materiales mejorables. Todo casa a la perfección con todo. Los altavoces que incorporaba nuestra unidad era unos opcionales firmados por Bowers & Wilkins que harán las delicias de todo melómano. Un sistema de refrigeración o calentador de bebidas situado junto a la palanca de cambios mantendrá nuestra bebida en su punto ideal.
La guinda final a un interior de lujo la pone el enorme techo solar, ahora un 30 por cierto más grande que en la generación anterior, y que tiene el nombre de Panomara Sky Lounge. Esto viene de la tecnología LED que incorpora el vidrio, y que cuando se hace de noche lo veremos iluminado del color escogido, dando una sensación distinta a todo lo conocido.
Si quieres un auténtico SUV de lujo y no temes hacer desaparecer de tu cuenta bancaria más de 6 cifras, el X5 es tu coche
En su fila de asientos trasera vemos incrementada su habitabilidad. En el anterior BMW X5 ya el espacio era más que generoso, pero en esta cuarta generación ha aumentado levemente. En esta fila, tres pasajeros de estatura media viajarán con todas las comodidades, incluido el sistema de aire acondicionado, así como la calefacción en los asientos. El asiento central es abatible en forma de reposabrazos y portabebidas, dando una mayor comodidad en caso de viajar solo dos pasajeros en la fila trasera. BMW da la posibilidad de montar dos pantallas de 10,25 pulgadas en el respaldo de los asientos delanteros, sirviendo de sistema multimedia y entretenimiento a los pasajeros de la segunda fila.
Prueba de conducción
Para poner a prueba al BMW X5 M50d, me propuse realizar una ruta por varios de los pueblos y localidades de la sierra madrileña, cruzando así toda clase de vías como autopista o carreteras secundarias, de esta manera comprobaría, tanto el consumo en dichas calzadas, sinuosas carreteras curvadas o tediosas rectas de autovías, como su dinámica puesta a punto por M Performance.
Me encuentro en el centro de Madrid, y con un coche de este tamaño circulas con mil ojos, y no lo digo solo por las muchas miradas que te lanzan los viandantes, sino más bien por no rozar con nada a tu alrededor. Una vez te acostumbras a su magnificente tamaño, la cosa se vuelve mucho más sencilla, te haces a circular con un coche de dos metros de ancho y ya cualquier cosa te parece pequeña al lado (que seguramente lo sea).
Circulo por el céntrico Paseo de la Castellana dirección norte, en busca de la M-30. El selector de modo de conducción se encuentra en modo ECO, y debo decir que este modo en raras ocasiones me convence ya que me parece bastante pesado si buscas inmediatez de respuesta, aunque sea por ciudad donde la conducción es mucho más tranquila y paciente, pero cuando necesitas incorporarte a algún otro carril o cruce de calles, no esperes una reacción rápida. Por eso, en vías urbanas lo más cómodo y razonable siempre es seleccionar el modo Confort, con el que tendrás rapidez de reacción sin llegar al excesivo modo Sport.
Al ser un Sábado, la conducción por el centro de Madrid es más tranquila que si se tratase de un día de diario, ya que los atascos brillan por su ausencia y puedes disfrutar mucho más de la conducción de este coche. Me incorporo a la M-30 sin ninguna situación reseñable y avanzo hasta hasta incorporarme a la M-607 dirección Tres Cantos y Colmenar Viejo.
Esta vía, aunque no es considerara una autopista como tal, sí está desdoblada, pudiendo circular por ella hasta 100 kilómetros por hora, por lo que es buen sitio para hacernos a la idea de cómo se desenvuelve este monstruo por grandes carreteras extraurbanas. Conecto el asistente de mantenimiento en el carril, así como la velocidad de crucero, y compruebo que efectivamente todos los dichos eran ciertos. El sistema se mueve con total soltura. Perfectamente podríamos pensar que estamos ante un coche con conducción autónoma plena. En el momento de querer manejar personalmente el volante y tomar el control, el sistema no es nada intrusivo con nuestra conducción.
Por esta vía, el consumo del X5 M50d es mucho menor del que cabría esperar con este nivel de potencia, situándose en unos más que correctos 6,7 litros a los 100 kilómetros. Una media aceptable teniendo en cuenta sus características. Por supuesto debemos ser conscientes de que, en el tipo de vía mencionada, la velocidad media es muy continua y se precisa de muy poca potencia como tal.
Continuamos nuestro viaje con máxima tranquilidad, con el modo confort y una buena banda sonora de fondo saliendo a través de los impresionantes altavoces Bowers & Wilkins que incorpora esta unidad. Completamente recomendable para los más melómanos, ya que es una auténtica delicia para nuestros oídos. Esto siempre conjugado con unos asientos que se acoplan a tu cuerpo a la perfección y hacen de un largo y tedioso viaje, algo mucho más cómodo y placentero.
Dejamos atrás las ventajas de tener el doble carril y enlazamos con la M-611 dirección Miraflores de la Sierra, que para quien esté familiarizado con esta vía, estamos hablando de una senda bastante atractiva para los que nos gusta conducir ya que tiene sus buenas curvas, así como un paisaje frondoso muy pintoresco. Reinicio el medidor del consumo medio de combustible y continuamos en el modo Confort. Aún no es la hora de invocar al modo más deportivo.
Por esta carretera el X5 se siente inmenso, que lo es, pero realmente, a pesar de esto, no se siente poco ágil, por lo que su conducción es bastante confiada (la comodidad es algo que ya damos por hecho). La caja de cambios reacciona bien cuando exigimos un cambio algo más rápido o un rango de revoluciones óptimo para equilibrar la diversión al confort. Recordemos que el cambio que incorpora este coche es uno automático Steptronic con 8 velocidades, que se comporta realmente bien ante cualquier situación.
Su desenvolvimiento es considerablemente bueno tratándose de un coche que coquetea con las dos toneladas y media y con unas dimensiones titánicas
Continuamos por la M-611 hasta llegar a la población de Miraflores de la Sierra, desde ahí ponemos rumbo al Puerto de Canencia a través de la M-629. Esta es una carretera muy buena para activar ese modo Sport y poner a prueba de lo que es capaz este mastodonte. Pero antes de seguir, debo decir que el X5 ha marcado un consumo medio de 7,2 litros. Sigue siendo muy correcto para el rendimiento que ha dado durante este tramo de carretera.
Llegó el momento. Cambios posicionados en modo manual, listos para el accionamiento a través de las levas situadas tras el volante, y modo Sport Plus activado. El sonido del X5 M50d lejos de lo que puedan pensar muchos, que al tratarse de un diesel no debe sonar bien. Con este coche olvidaos de viejas percepciones y malas lenguas. El sonido de este coche ha sido pulido hasta tal punto que suena mejor que muchos coches de gasolina que se nos vengan a la cabeza. Bien es cierto que está aumentado a través de los altavoces del coche, pero dicho sea de paso, en el exterior, sin ningún tipo de potenciador de sonido ni nada parecido, el X5 suena realmente bien.
Esto último alienta al más pintado. Teniendo además una carretera como esta por delante, el gozo está garantizado. Damos rienda suelta a sus 400 CV. Situamos en la pantalla central los indicadores deportivos que nos muestran el nivel de potencia y par máximo utilizado y rara vez llegamos a rozar las cifras reales de este coche. Alcanzar el límite aquí es imposible, eso está reservado para circuitos o carreteras con unas dimensiones considerables.
Sus cambios son rápidos. Más rápidos de lo que cabría esperar. Su dirección es muy directa y posee un tacto de conducción deportiva espléndido, así como sus frenos, los cuales son capaces de detener a esta bestia de más de dos toneladas y media en apenas unos metros, estos también poseen un toque notable, muy en la línea de deportividad de BMW M.
Poco a poco nos vamos puliendo los más de 20 kilómetros de calzada que separan Miraflores de la Sierra del cruce para incorporarse a la M-604. La diversión está garantizada con esta enorme mole. Si es cierto que sus vaivenes naturales de un coche de este segmento y dimensiones sigue existiendo. Es natural. Un vehículo capaz de hacerle frente a cualquier tipo de vía, debe estar adaptado un poco a todas ellas, equilibrándose mejor o peor para unas que para otras.
En este caso podríamos denominar al X5 M50d como un gigantesco y potente compañero para cualquier tipo de ocasión. Su enorme potencia no tendrá problemas para darte diversión o utilidad, dependiendo del lugar que cruzar. Esto no quiere decir que este coche no se pueda considerar deportivo, sino que es un claro punto intermedio entre la utilidad y la potencia bruta. BMW nos deja la deportividad con mayúsculas para el X5 M. Como debe ser.
Como he dicho, llegamos al cruce con la M-604 y conducimos dirección Lozoya, Rascafría y culminamos en el Puerto de Navacerrada. Una carretera secundaria que está medianamente transitada, y por la que el modo Confort y el cambio automático nos permiten disfrutar mientras contemplamos el espectacular paisaje con total relax y disfrute de la carretera.
Dicho sea de paso, el consumo del X5 M50d fue bastante correcto durante la mayor parte de la prueba, incluso cuando llegó el momento de sacar a relucir las garras de este monstruo, la cifra jamás subió por encima de 10 litros. Dicho así parece una cifra alta pero llevar un bloque de 6 cilindros que emana 400 CV a un alto régimen de revoluciones y en una continua subida de montaña, hasta el más pintado nos dejaría cifras superiores.
Precios y conclusión
El precio del que parte el BMW X5 es de 68.700 euros para la versión básica con el motor 25d. El X5 con motor M50d tiene un precio de partida de 103.270 euros, pero si lo que queréis saber es a cuánto asciende el precio de nuestra unidad en particular, este se sitúa en 145.132 euros. Un precio elevado, pero debemos tener en cuenta que estamos hablando de un auténtico yate del asfalto y que, además de eso, cuenta con la particularidad de una puesta a punto mecánica que es un auténtico espectáculo.
¿Me lo compraría? pues esta pregunta dudo que pueda responderla actualmente con una lógica total, ya que por ese precio actualmente existen muchos coches que encajan más con mi patrones, pero sí lo recomendaría sin lugar a dudas. Su competencia es dura ya que hablamos del Mercedes GLE 400d 4Matic con sus 330 CV o el Audi SQ7 TDI y sus 435 CV, pudiendo ser este último el rival a batir en cuanto a potencia y deportividad, pero con las miras puestas en el GLE por su lujo interior y su confort de marcha.
Como conclusión a este artículo, debo decir que en el primer momento, quizás fui un poco reticente a que este coche encajara con mi filosofía de “coche con el que sentirme cómodo”, sobre todo por sus dimensiones, pero esa sensación desapareció al instante. Este BMW X5 M50d me ha enamorado. Sin más. Su potencia hace redondo a un conjunto de por sí excelso. Bien es cierto que hay gustos de todos los colores, y lo que para unos puede resultar grande o poco atractivo, para mí, a resultado ser una grata sorpresa de la cual no me desprendería en ningún momento.