Prueba BMW X7 M50d, no siempre hay un pez más grande
El más grande de la casa de Múnich. El BMW X7, y en este caso con la motorización diésel más potente y bajo el paraguas de BMW M. ¿Qué podría salir mal?. 400 CV y 720 Nm de par máximo abalan a este trasatlántico de superlujo, con el que cualquier ruta que escojamos siempre desearemos que sea aún más larga.
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Publicado: 01/01/2021 20:00
Lujo, tamaño y distinción. Estos términos podíamos usarlos con facilidad desde hace décadas para describir coches con un alto nivel cualitativo y económicamente cuantitativo. No desde hace tanto tiempo, estos términos podríamos incluirlos en carrocerías SUV, lo que resultó toda una herejía en su día, pero que hoy en día posee un gran valor mediático. Pero, ¿y si a todo esto le sumamos un motor diésel de 400 CV?, la respuesta es que hasta no hace muchos años a alguien podría haberle dado un ataque al corazón de oír tal cúmulo de contradicciones.
Hoy en día tenemos SUV de todos los tipos y colores: potentes, deportivos, lujosos, más grandes, más pequeños, etc… Las potencias que rondan algunos rivalizan directamente con la de grandes deportivos. Tenemos el ejemplo de Lamborghini y su Urus, Aston Martin y su DBX o BMW y su X5 M, todos ellos superan los 600 CV, pero un escalón por debajo en cuanto a potencia aunque por encima en cuanto a lujo y saber estar, nos encontramos alternativas como el Mercedes GLS o el BMW X7. Enormes SUV de puro lujo que serían capaces de humillar en una drag-race a muchos deportivos, y aún así hacer un largo viaje con ellos, gastando poco combustible y siendo lo más parecido a viajar en una alfombra voladora.
En esta ocasión vengo a hablaros del BMW X7, y no de una motorización de entrada ni nada parecido, sino más bien de la opción más cara y potente del abanico de motores diésel del gran SUV de BMW. Su denominación: M50d. Y sí, esa M tiene mucho que decir en la ecuación final, pues gracias al toque del departamento deportivo de la marca alemana se han aderezado múltiples partes del mismo. Pero antes de hablar sobre sus prestaciones y comportamiento, conozcamos un poco mejor qué podemos ver en este mastodonte de la carretera.
Una fisionomía que quita el hipo
5,15 metros de longitud, 2 metros de ancho y 1,9 de alto. ¿Pasar desapercibido?, ¿qué es eso?. Nos resultará muy difícil que no nos vean con este coche. Dejando de lado su ya de por sí gran tamaño, su estética es imponente desde todos y cada uno de sus ángulos desde los que quieras mirarlo. En el frontal encontramos un prominente parachoques con unas más que generosas aberturas por las que fluir el aire. Este viene de la mano del paquete BMW M, el acabado con aspiraciones más deportivas y que le dan el toque definitivo a este X7.
Las decoraciones exteriores de la carrocería, como la enorme parrilla o el resto de zonas que normalmente irían con un cromado superficial, aquí los encontramos con un tono bronce mate. Las taloneras laterales también tienen un mayor protagonismo, así como las brutales llantas de 22 pulgadas, que vistas en conjunto con el gran tamaño del coche, parecen hasta pequeñas.
En la parte inferior del parachoques trasero, dos enormes salidas de escape reales con forma trapezoidal son acogidas por el resto de la zona decorativa en el mismo acabado que la parrilla. Pero si aún después de ver lo bestial del diseño exterior seguimos teniendo dudas acerca de cual es la motorización que monta el coche, sólo tenemos que mirar sobre el faro trasero derecho para darnos cuenta que esta no es una versión convencional, sino más bien la más potente del catálogo diésel, el M50d.
Si te gusta por fuera, espera a montarte
Pero ya que nos impacta tanto desde fuera, abramos la puerta y sentémonos en el lugar de honor del coche. No, no hablo del puesto del conductor, sino de la segunda fila de asientos. Sí, hoy empezaremos hablando desde la zona trasera, o más bien intermedia. Nuestra unidad monta la configuración de 6 asientos. 2-2-2, divididos en 3 filas. Y sí, la segunda fila es simplemente perfecta para viajar. Unos asientos individuales que no tienen nada que envidiar a los 2 de la primera fila, con unos reposabrazos individuales, reglaje electrónico, calefacción en los asientos, masaje y un espacio para las piernas digno de los mejores aviones en primera clase.
Este BMW X7 está hecho tanto para disfrutar del viaje tanto si te llevan como para cuando llevas. En la segunda fila es espacio y las comodidades son extraordinarias, tanto que podremos incorporar un par de pantallas tras los asientos delanteros, con las que podremos ponernos una peli y entretenernos más aún durante nuestro trayecto, el cual desearemos que sea lo más largo posible.
Mirando a su tercera fila de asientos, podemos decir que es la que menos comodidades ofrece, pero no por ello decir que sean malas, incómodas o pequeñas. Sus dos asientos son suficientemente anchos para que cualquier persona viaje cómodamente aquí, al igual que el espacio para las piernas es bastante bueno, debemos decir que en este aspecto dependerá de la voluntad de los ocupantes de la segunda fila, ya que de ellos dependerá que tengan más o menos espacio. Aquí no encontramos ni asientos calefactables, ni reposabrazos pero incidiremos en que aún así, son mucho más confortables que los de la mayoría de vehículos que vemos por nuestras calles.
Y volviendo a nuestra rutina explicativa, sentémonos en el asiento del conductor y veamos. Calidad extraordinaria en todos y cada uno de sus acabados. Todo el interior está recubierto en piel firmada por BMW Individual, así como las zonas bajas con una acolchada moqueta. Esta unidad monta la opción del cristal “CraftedClarity”, que nos aporta toques con formas cristalinas en zonas como la palanca de cambios, el control del iDrive o el botón de arranque. Otras funciones que vemos aquí es la de masaje o asientos calefactados y ventilados. Primera clase, esto es así.
En el apartado puramente de conducción, tenemos la ya conocida instrumentación digital que ya hemos probado en infinidad de unidades de la marca y que nos sigue resultando igual de insuficiente. Justo al lado tenemos la pantalla de info-entretenimiento, la cual podremos manejar de forma táctil, por el mando del iDrive, mediante mecanismos de voz o a través de gestos. Sí, hay para todos los gustos. Como es de esperar este sistema tiene conexión con Apple CarPlay, pero no Android Auto.
Si pensamos qué es lo que podemos poner del catálogo de extras en nuestro X7, podemos resumirlo con un “todo lo que se nos ocurra”. Desde faros láser, pasando por visión nocturna, WiFi, señal de TV, cámaras 360º hasta climatización de 5 zonas, posavasos térmicos o suspensión neumática. Cuando decimos todo, es de verdad todo. Este modelo junto al BMW Serie 7 son los buques insignias de la marca bávara, así que olvidad todo lo que habéis probado anteriormente de la casa de Múnich. Esto es, de verdad, otro nivel.
Finalizando con el apartado del maletero, este cuenta con 3 niveles de espacio, dependiendo siempre de la configuración que tengamos adoptada en nuestro X7. Si tenemos dispuestas las 3 filas de asientos, el volumen de carga será de 326 litros. Ya estamos hablando de una capacidad superior a la de muchos utilitarios. Si abatimos los dos últimos asientos, de manera electrónica por supuesto, aquí esfuerzos los mínimos, nos quedaremos con una capacidad de 750 litros. Y si abatimos también la segunda fila, el total será de 2.120 litros. ¿Decíais algo de la capacidad de una furgoneta?. Como contrapartida, la separación principal del espacio de carga y el habitáculo será la tercera fila de asientos, y una vez los abatamos, esta separación desaparece, quedando el centro de los dos asientos de la segunda fila expuestos a la carga que llevemos en el maletero.
Terminamos hablando de sus tripas, y es que bajo el capó se encuentra un enorme motor diésel de 6 cilindros cuatri-turbo. Una arquitectura poco conocida, pero que le ha servido a BMW para poner en el mercado una mecánica potente a la par que eficiente. Desgraciadamente este bloque está condenado a la extinción, las duras exigencias por parte del gobierno europeo con respecto a las emisiones hace que su viabilidad quede en entredicho. Pero como iba diciendo, este potente motor nos deja con un total de 400 CV y 760 Nm de par máximo. La caja de cambios es la archiconocida ZF de 8 velocidades, y la tracción escogida para este monstruo no podría ser otra que xDrive.
Prueba dinámica
Llega el momento de conducir este tanque de las carreteras, y sí es enorme y al conducirlo se siente tal que así. Si sólo querías saber esto, puedes estar tranquilo. Si quieres seguir leyendo sobre su dinámica, tengo mucho que contarte, y no sólo sobre sus hercúleas dimensiones, que perfectamente podría darnos para otro artículo, sino más bien de todo lo demás.
Una vez nos sentamos y acomodamos (nunca mejor dicho) en su enorme butaca con el volante por delante, arrancamos el 6 cilindros y su sonido es más que bueno. Ni un sólo atisbo del clásico traqueteo de los motores diésel, el sonido aquí está muy trabajado, y no me refiero únicamente al que oímos en el habitáculo, ya que sería fácil que este estuviera retocado para darnos las sensación de que bajo el capó guarda un V8 americano. No es así. El sonido está puesto a punto para que también se oiga brutal fuera del coche. ¿Comprar un gasolina por el sonido?, no habéis oído este.
Sus 400 CV empujan con brutal poderío. 720 Nm de par máximo hacen lo propio, y sus 2 toneladas y media son capaces de despegar en cuanto hundimos el pedal del acelerador. Un auténtico trasatlántico con ruedas. No olvides ponerte la función de masaje y la calefacción en el asiento y el volante mientras haces llorar a más de un espécimen de esos que llevan 12 pegatinas en su TDI y el escape cambiado. El X7 M50d es capaz de eso y más. Con una aceleración de 0 a 100 en apenas 5,4 segundos y tiene una velocidad punta limitada electrónicamente a 250 km/h. Ya veis con qué tipo de señor estamos jugando.
Y aunque el X7 M50d es capaz de todo, su propósito es bien distinto. Ha sido creado para los largos viajes por la conocida Autobahn alemana en los que poder ir a 220 km/h, bien cómodo, silencioso y sin gastar en exceso. Por que sí, es silencioso y eficiente, por raro que nos parezca. Su interior está excelentemente insonorizado. El aislamiento con el exterior es total, y si encima decides dar voz al brutal equipo de sonido, será como aislarte en una de las más prestigiosas óperas de Viena.
Sus suspensiones, a pesar de ser las adaptativas, tienen un tarado eminentemente blando, lo que en carreteras de curvas nos dejan con unos balanceos propios de un coche de este tamaño y peso. La física es lo que tiene. Sus enormes paelleras de freno harán su trabajo con poderosa eficacia. Estos son de mayor tamaño y vienen firmados, como no podría ser de otra forma, por M, toda una declaración de intenciones. En el modo Sport la sensibilidad del acelerador se incrementa notablemente, así como el sonido del motor y las revoluciones del tacómetro. Su función es correr, y corre mucho. Circular a 120 km/h con este coche será como circular con cualquier otro a 60 km/h. Su rendimiento óptimo está mucho más arriba. Es un coche que se siente extraordinariamente cómodo a altas velocidades en autopista, y los límites de las españolas no son su ring favorito.
En condiciones normales, circulando por autopista a velocidades legales, su consumo medio será de 6,4 litros a los 100 km. Un consumo extraordinario si tenemos en cuenta factores como el peso o la potencia. Aunque en el momento en el que queramos exprimir sus 6 cilindros, estos serán algo más tragones (no demasiado), y no será difícil ver cifras más cercanas a los 9 litros, una media más esperada de un coche como este.
Pero si nuestros trayectos son generalmente de jungla urbana, debo decir que no es el coche más óptimo para movernos por las saturadas carreteras de nuestra ciudad. Su enorme tamaño se ve y se siente como si circulásemos con un trolebús. La tónica general será la de mirar a otros conductores desde arriba. En este terreno su consumo medio será de más de 8,5 litros por regla general, siempre y cuando circulemos en modo Comfort o Eco Pro, aunque eso sí, pocos conductores irán más cómodos que nosotros, y también arrebataremos más de una envidiosa mirada.
Como he dicho más arriba este coche está hecho para disfrutar llevando y que te lleven, pues bien, procedo a dejar que me lleven. Me sitúo en el asiento derecho de la segunda fila, lo desplazo longitudinalmente hacia atrás y reclino el respaldo suficientemente. El enorme techo acristalado deja ver todo lo que hay más allá. Comodidad extrema, y por un momento me siento en un vuelo patrocinado por Fly Emirates en primera clase. Una pena que la autopista se acabe y este coche no sea mío, en cuyo caso ya os digo que no pondría impedimento en viajar en primera clase en más de una ocasión.
Conclusión
Increíble. Pocas palabras más pueden describir a este monstruo diseñado por y para la comodidad y el lujo de sus ocupantes. Su potencia puede llegar a quedar en un segundo plano por culpa de un confort sin igual y un aislamiento acústico sobresaliente, pero está ahí, y cuando se necesita hace gala de aparición de la manera más bruta. El BMW X7 M50d me ha dejado atónito. No esperaba tales cualidades tan sobradamente claras en un vehículo así, pero sí, BMW me ha demostrado que el salón de mi casa no es tan placentero como yo pensaba.
Pero ahora llega el momento de darnos la noticia agria: su precio. El BMW X7 de entrada tiene un precio base de 100.747 euros para la motorización xDrive40d de 340 CV. Si en cambio queremos tener en nuestro garaje el M50d, la cifra de inicio asciende hasta los 124.000 euros, pero si queremos tocar techo con todos los ingredientes con los que podemos aderezar a este monstruo, la factura será capaz de superar holgadamente los 170.000 euros. Como dicen por ahí, “problemas del primer mundo”.