Prueba Citroën C4 X BlueHDI 130, practicidad de bajo consumo

Los coches diésel siguen siendo una gran opción dentro de ciertos modelos o nichos de mercado. Nosotros hemos podido poner a prueba el Citroën C4 X con la motorización de 130 CV y la impresión ha sido más que positiva en multitud de apartados.

Prueba Citroën C4 X BlueHDI 130, practicidad de bajo consumo
El Citroën C4 X es uno de los modelos más polivalentes de la gama gala.

16 min. lectura

Publicado: 07/04/2024 18:00

La tónica general del sector automotriz es caminar al unísono hacia la electrificación del parque móvil. Eso parece un hecho del que nadie puede huir y al que nadie puede discutir. Sin embargo, siguen existiendo diferentes preferencias para una movilidad en el día a día y dar por hecho de que la electrificación es la única e indubitable solución para todo el mundo no tiene sentido. Por eso hay marcas que siguen apostando por las mecánicas más «clásicas», como los bloques movidos por gasolina o diésel, nada de elementos eléctricos. Una de ellas es Citroën.

La firma francesa, bien es cierto que cuenta con toda una gama de coches totalmente eléctricos o incluso híbridos enchufables; y más que irán llegando en los próximos años. No obstante, también cuenta con alternativas para los clientes que no buscan o no necesitan tales avances. Y uno de los ejemplos claros es el Citroën C4 X, el sedán más accesible y más práctico de la gama, al cual hemos podido poner a prueba junto a su motor BlueHDI de 130 CV. Sí, movido por diésel.

En la imagen frontal del C4 X queda patente su descendencia directa de la versión compacta.

Conozcamos al Citroën C4 X

El Citroën C4 X ya es un «viejo conocido» para todos. El modelo fue presentado oficialmente hace ya casi dos años, concretamente, durante el verano del año 2022. En su momento supuso toda una disrupción para la gama de Citroën, pues el C4 X llegaba para ocupar la zona más accesible de la gama familiar con un nuevo diseño tipo «Fastback» (como lo denominan en la marca) y que tanto éxito les ha dado.

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Concretamente, este tipo de diseño hace referencia a lo alargado de su carrocería; un formato muy similar al que Peugeot emplea en algunos de sus modelos, como el 408 o el recién estrenado E-3008, del que ya hemos podido hablar en esta primera toma de contacto. Concretamente, dicha carrocería se sitúa actualmente en los 4,6 metros de longitud, que si lo comparamos con su hermano, el C4 «a secas», son unos 30 centímetros extra que se añaden a su zona posterior.

Visto desde el frontal, el C4 X es inconfundiblemente un C4. Sus ópticas delanteras cuentan con la ya conocida forma de «Y» que derivan del propio emblema de Citroën, sus dos chevrones. En la zona inferior del mismo se alojan las luces antiniebla (en los acabados más altos), así como una parrilla con lamas dispuestas en diagonal.

La longitud del Citroën C4 X es de 4,6 metros.

El perfil de este modelo es significativamente llamativo, ya que podríamos decir que su primera mitad es la de un Citroën C4 «al uso», mientras que su mitad trasera es la de un coche totalmente nuevo. Como ya hemos mencionado, su silueta es muy particular, y es que, a grandes rasgos, podríamos decir que es un C4 al que se le ha pegado un tercer volumen para incrementar su capacidad de carga. Por un lado, el diseño puede chocar a muchos (a mi personalmente me gusta), pero por otro lado, su nivel de practicidad ha crecido notablemente.

Por último, en este repaso a su exterior la trasera cuenta con un diseño bastante neutro, si la comparamos con su frontal. Aquí, tan sólo destacan sus faros de grandes dimensiones o el nombre de la marca francesa coronando el centro del portón del maletero. La zona inferior presenta un difusor decorativo, así como un parachoques acabado en plástico negro que le da ese toque «aventurero», lo cual se extiende por todo el bajo del modelo.

En términos puramente decorativos, el Citroën C4 X cuenta con una paleta de colores que consta de siete opciones: Blanco Banquise, Rojo Elixir, Blanco Okenite, Gris Acero, Azul Eclipse, Gris Platino y Negro Perla. Por otro lado, no existe alternativa para sus llantas, las cuales se incluyen de serie con los diferentes acabados; la nuestra (acabado MAX) cuenta con un diámetro de 18 pulgadas.

Ese trasero es el responsable de que el C4 X sea más práctico que su alternativa compacta.

Un interior más que correcto

Nos metemos de lleno ahora en su habitáculo. Lo primero que salta a la vista es el uso generalizado de tapizados y recubrimientos de tacto acolchado. No obstante, también hay espacio para los plásticos duros o el tedioso negro piano, aunque en una proporción significativamente menor. Punto positivo.

Tras el volante se ubica una pantalla a modo de instrumentación digital. En ella no se presentan grandes datos o un aspecto muy personalizable. Más bien su enfoque es el de proporcionar la información justa y necesaria, como la velocidad a la que se circula, la autonomía restante o el nivel de combustible del tanque. Poco más. Bajo la luna delantera se aloja también un Head-Up Display realmente práctico en el día a día, aunque su información se limitará a la velocidad de circulación.

La mayor parte de la información pertinente se detalla en el panel central, el cual cuenta con un tamaño de 10 pulgadas. También cuenta con las clásicas conexiones móviles vía Apple CarPlay y Android Auto de forma inalámbrica. Más abajo se encuentra el módulo de climatización con botones físicos (segundo gran punto positivo), así como una bandeja donde poder cargar el smartphone de forma inalámbrica.

El interior está tapizado en materiales hechos para durar, aunque sería mejor con menos negro piano.

Un artículo aparte darían sus asientos delanteros (de hecho lo hicimos hace unos años). Estos son los llamados Advanced Comfort y son realmente anchos y muy mullidos. Su comodidad es muy elevada, especialmente ante largos viajes por autopistas, haciendo que el ocupante apenas sienta cansancio o dolor muscular. Estos además cuentan con función de calefacción y masaje. Mirando su segunda fila de asientos, en esta se podrán acomodar personas de elevada estatura, sin riesgo a circular apretados o con falta de habitabilidad.

Por último, el tamaño de su maletero es uno de los puntos fuertes de este coche, así como una justificación para su propia existencia. Como hemos comentado anteriormente, este modelo cuenta con una imagen casi calcada al C4 «a secas», aunque con un tercer volumen más prominente. Este precisamente es el culpable de que el C4 X cuente con una capacidad mínima de 510 litros; realmente generoso.

Mecánica y precios del Citroën C4 X

El Citroën C4 X cuenta actualmente con una multitud de opciones mecánicas. Entre estas se encuentran dos variantes 100% eléctricas (hace unos días pudimos ponerlo a prueba), dos de gasolina (110 y 130 CV), una híbrida de 136 CV y, por último, una diésel.

Su maletero es muy generoso ya que cuenta con 510 litros de volumen.

Nuestra prueba, concretamente, se centrará en esta última variante, el motor BlueHDI de 130 CV, 300 Nm de par máximo y transmisión automática EAT8 de ocho relaciones de tipo convertidor de par. Concretamente, esta motorización consta de cuatro cilindros en línea y 1.5 litros de cubicaje.

El Citroën C4 X en España parte de un precio de 22.500 euros para la variante de gasolina PureTech de 130 CV con cambio manual. La motorización que probamos hoy, la BlueHDI 130 hace lo propio desde los 28.450 euros, un precio más que competitivo, ya que con el acabado Plus llega realmente bien equipado. Como referencia, nuestra unidad adoptaba el acabado MAX (el tope de gama de las mecánicas térmicas).

Prueba de conducción

Bien es cierto que esta no es la primera vez que ponemos a prueba un modelo de Citroën por lo que es una compañía ya bien conocida por nosotros, y todos sus coches se caracterizan por un gran punto fuerte: la comodidad a bordo. Esta cualidad vuelve a darse en el caso que hoy nos ocupa. El Citroën C4 X es un coche con el que no pesa hacer kilómetros, ya sea a través de tediosas y pesadas autopistas, por ciudad o por carreteras secundarias. Todo le cabe.

El Citroën C4 X con el motor BlueHDI es una de las mejores alternativas del mercado.

La propia comodidad no sólo proviene de sus ya mencionados asientos (que también), sino que estos se combinan a la perfección con unas amortiguaciones realmente bien trabajadas. Un elemento ya clásico dentro de la firma gala. Esto juega mano a mano con unos mandos de conducción muy suaves, como su dirección, aunque no en exceso, dejando así un margen (no demasiado grande) para el feeling con lo que sucede más allá del aro del volante.

También son muy suaves sus cambios de marchas, imperceptibles en la práctica totalidad de situaciones. Esta caja de cambios, además de la función de cambio automático también tiene la posibilidad de hacer los cambios mediante las levas situadas tras el volante, algo que no será demasiado rápido, por lo que no tiene una ventaja real sobre la opción automática. Por lo general siempre tiraremos de esta última opción, en una conducción normal.

La comodidad que mencionaba anteriormente también se forma gracias a sus asientos, los llamados «Advanced Comfort». Estos, además, en los acabados más altos, cuenta con funciones como la calefacción y el masaje. Son perfectos para largos trayectos gracias a su generoso mullido, aunque una sujeción más generosa del cuerpo por los laterales no vendría mal.

Sus asientos Advanced Comfort son realmente buenos en comodidad y cuentan con función masaje y calefacción.

Como se puede ver, en términos generales, es un coche con una conducción significativamente suave, relajada y sosegada en todos los aspectos. Aquí no hay sobresaltos o brusquedades de ningún tipo. No obstante, hay que sacar a colación que el aislamiento de ruidos externos tiene bastante mejoría, especialmente en el apartado de la aerodinámica pero sobre todo sobre la rodadura. Estos son bastante audibles cuando circulamos a medias y altas velocidades.

Si hay que sacar otro «pero» al Citroën C4 X, este podría ir destinado directamente a su mejorable visibilidad a través del retrovisor interior. Se podría decir que es algo comprensible, ya que las propias formas del coche no facilitan tan visión, pero sí es algo que hay que tener en cuenta, especialmente a la hora de aparcar en sitios algo justos o incluso al circular por vías urbanas.

Sin embargo, el Citroën C4 X que hemos podido probar (BlueHDI 130) cuenta con unos consumos realmente sobresalientes. En ciclo urbano la media rondará, por lo general, los 5,7 litros a los 100 km, una cifra correcta. No obstante, en autopistas o carreteras secundarias esta cifra bajará sin apenas trabajo de los 5 litros.

El Citroën C4 X, en España, parte desde los 22.500 euros para la versión de gasolina.

Como referencia, en nuestra prueba y tras unos 400 kilómetros realizados con nuestra unidad la media general se situó en 5,3 litros a los 100 km, habiendo realizado recorridos de todo tipo y por todas las vías posibles. Este es un dato realmente bueno.

Conclusión

El Citroën C4 X es un coche que me ha gustado mucho para un público que busca practicidad, comodidad y buenos consumos por encima de todo. ¿Tiene puntos mejorables? Por supuesto, pero ciertamente estos no son tan evidentes o reseñables como para llegar a eclipsar mínimamente sus bondades. Un coche que sin duda habría que tener en cuenta.

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