PruebaPrueba Citroën C4 Cactus e-HDi 92 ETG6 (III): Prueba dinámica, conclusiones y valoraciones

El Citroën C4 Cactus es la apuesta de la marca francesa en el segmento de los SUV con carácter urbano. Sus motores eficientes permiten entregar rendimiento y bajos consumos. Los motores e-HDi de Citroën presentan un excelente compromiso entre rendimiento y gasto de combustible. El Cactus con su liviano peso, sabe aprovechar esta circunstancia mejor que ninguno.

Prueba Citroën C4 Cactus e-HDi 92 ETG6 (III): Prueba dinámica, conclusiones y valoraciones

14 min. lectura

Publicado: 04/12/2014 09:00

Está claro que la primera atracción del Citroën C4 Cactus es su diseño. Como ya hablamos en la segunda parte de esta prueba, la marca francesa vuelve a lanzar al mercado un modelo muy arriesgado, en cuanto a diseño. Sin embargo en esta ocasión me centraré más en el aspecto dinámico del propio coche. En nuestro caso en particular, el Cactus tenía una configuración que a priori puede parecer muy tentadora por su relación rendimiento-precio. Nos referimos al motor e-HDi de 92 CV con la caja de cambios completamente automática ETG6.

La eficiencia y rendimiento de los motores e-HDi está más que contrastada. Está claro que Citroën sabe fabricar propulsores que entregan de la misma manera un correcto rendimiento y unos consumos realmente bajos. Puntos muy importantes, si tenemos en cuenta que el Cactus está diseñado para realizar una vida útil más urbana que otra cosa. Sin embargo también es capaz de hacer un gran servicio si nos alejamos de estos entornos altamente congestionados.

Sencillo a la vez que estiloso, así podríamos definir perfectamente el diseño del Citroën C4 Cactus

Prueba dinámica

Como ya he dicho el bloque de cuatro cilindros e-HDi se me antoja como uno de los mejores de toda la gama del Cactus. Por encima de estos sólo encontraremos los motores BlueHDI, que son más potentes que los de nuestra prueba. También existen opciones de gasolina, que con la tecnología de última generación consiguen unas cifras de consumo realmente buenas. En este caso el más potente y moderno lo tenemos en el PureTech de 110 CV con sistema Start&Stop.

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Volviendo a nuestro caso el motor de 1.560 centímetros cúbicos es capaz de entregar una potencia máxima de 92 CV a 4.00 revoluciones por minuto, con un par motor que marca su récord en 230 Nm a unas muy tempranas 1.750 rpm. Si analizamos estos números observamos que el Cactus es capaz de entregar la mayor parte de su fuerza en un rango muy bajo de revoluciones, algo que se agradece mucho si necesitamos una aceleración repentina, ya que circulando a velocidades normales no andaremos muy lejos de esas revoluciones, pero como ya os dije el cuadro carece de cuentarrevoluciones, por lo que es imposible saberlo con exactitud.

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Aunque no tengamos esos datos a nuestra disposición, a la hora de conducir se nota como el motor es muy alegre en sus reacciones. 92 caballos pueden no parecer demasiados, pero siempre importa la cantidad de peso a mover. En el caso del Cactus estamos hablando de una ligereza asombrosa, oficialmente se quedan en 1.145 kilos. Esto hace que realmente no sean necesarios más caballos. Solo si nuestro uso diario implica circular por puertos de montaña podríamos plantearnos otra alternativa más prestacional, pero para el común de los mortales con este motor basta.

Las cifras de prestaciones obviamente no son impresionantes, tampoco es el objetivo del coche, sencillamente no ha sido diseñado para este uso. Tenemos que, acelerar de 0 a 100 Km/h tarda unos 11,4 segundos, alcanzando una velocidad máxima de 184 Km/h. Como comprobarás, cifras discretas. Como ya os digo, siento insistir, no es lo que se busca en este coche, así que no lo miréis de mala manera.

Con prestaciones discretas, el Cactus sabe aprovechar cada caballo con su claro carácter rodador

Donde sí destaca es en el campo de los consumos. Realmente buenos. La tecnología siempre está ahí para ayudar a que tardemos mucho en visitar la estación de servicio. El principal aliado lo tenemos en el sistema Start&Stop, muy útil para la ciudad. Su funcionamiento es muy simple, con parar el coche, el motor se detiene, esto en el caso del automático. Si circulamos con uno manual la operación deberá acompañarse con el punto muerto y el freno. Tanto la entrada, como la salida en funcionamiento del motor es muy suave, no hay tirones ni vibraciones molestas. Atrás quedaron aquellos sistemas primitivos que hacían que entraras en cólera al segundo semáforo.

Con esto en la mano, y volviendo a los consumos, no costará nada hacer cifras que ronde los cinco litros a los 100 kilómetros. Obviamente en ciudad el gasto será mayor, la tecnología ayuda, pero tampoco tanto. Será en carreteras abiertas y a velocidades normales donde sacaremos todo el jugo al motor, durante la prueba la cifra final se quedó en 5,2 litros. No me sorprendería que si actuamos de una forma altamente eficiente y ahorradora los consumos puedan bajar holgadamente de la psicológica cifra de los cinco litros. Una de las mejores cualidades de este coche tan particular.

Obviamente el cambio manual es más consumista que el automático, que está programado para ser asombrosamente eficiente. Antiguamente Citroën prescindía de las cajas completamente automáticas. Su apuesta era por un cambio manual pilotado CMP que la verdad no resultaba nada bueno de usar. Gracias a dios eso ya es parte de la historia, ya que actualmente los cambios son puramente automáticos y reciben la denominación ETG. El nuestro era de seis marchas.

El cambio automático es muy sencillo de manejar. Mediante tres botones se selecciona el modo que queramos: Neutral, Drive y Reverse

Aunque el funcionamiento es mucho mejor que el CMP tengo que decir que sigue siendo un cambio poco refinado. En el mercado hay opciones realmente buenas donde fijarse, posiblemente la mejor de todas es el DSG de Volkswagen. En el caso del Citroën los cambios se realizan con demasiada lentitud. Esto hace que las transiciones puedan resultar incómodas, incluso produciendo un desplazamiento del cuello hacia delante y hacia atrás, nada exagerado ni dañino por supuesto, pero molesto al fin y al cabo. Otro problema es que si necesitamos realizar una conducción más alegre, en ciertos momentos la caja se pierde, incluso realizando cambios que no esperamos.

Sí que es cierto que siempre podemos realizar los cambios desde las levas del volante, pero aún así en muchas ocasiones el coche considera que es hora de cambiar y volverá a hacerlo de forma automática, incluso no deja reducir a nuestro gusto. Está claro que están preprogramadas una serie de revoluciones y por encima de ellas el cambio nunca se realizará, por mucha palanca o leva que acciones. A su favor hay que decir que resulta realmente barato hacerse con uno. Mientras que otras cajas automáticas encarecen en gran medida el presupuesto, Citroën apuesta por una opción barata, unos 900 euros.

Como ya digo, el campo habitual del Cactus es la ciudad. Sin embargo se le nota un claro carácter rodador. Te llevará del punto A, al punto B sin inmutarse. Es una alegría ver cómo cada día más los coches se siente con ganas de rodas, de hacer kilómetros. En muchos modelos urbanos aventurarse a realizar viajes largos es ponerse en una situación comprometida. Olvídate de eso en el Cactus, le gusta viajar y se le nota. Apuesto a que dentro de unos años veremos unidades con muchas cifras sumadas a su odómetro.

No hay dudas que el cambio podría ser mejor, pero realmente es una opción barata, apenas 900 euros

Conclusiones

El Citroën C4 Cactus es un coche atípico, no solo si lo comparamos con el resto del mercado, sino que si también lo hacemos dentro de la gama de la marca francesa. A pesar de incluir las siglas C4, en realidad su plataforma la toma prestada del C3, pero su mayor tamaño le hace estar más acorde con el modelo superior. Esto se nota en gran medida en el espacio interior. Aunque no sea una nave espacial, el Cactus sí que permite que cuatro ocupantes viajen cómodamente, si me apuras un quinto tampoco iría mal. Lo mismo ocurre con el equipaje de estos. El maletero está pensado para un uso diario, compras, bolsas, mochilas, bártulos, pero eso no quita para que los 358 litros den mucho juego.

Aprovechable de principio a fin. Todo el espacio del interior permite que los ocupantes puedan ir cómodos y relajados en todo momento

En cuanto a diseño está claro que o te gusta o no lo hace. No hay término medio. Eso sí, te aseguro que muchas cabezas se girarán a tu paso. Es atrevido, es diferente y es funcional. Todo esto ayuda a que las ventas sean mejores de lo esperado. Además las opciones de combinación entre color de carrocería y los famosos protectores hacen que podamos ver unidades realmente llamativas. De hecho los Airbump me han parecido sensacionales. En un principio se me antojaban inútiles, pero tras probarlo, me declaro seguidor incondicional de ellos. Son realmente prácticos, van a ahorrar muchas horas de taller de chapa.

En cuanto a su dinámica hay que decir que presenta luces y sombras. Las luces claro está que las pone el motor. Esos e-HDi de Citroën son una verdadera delicia en cuanto rendimiento contenido y consumo mínimo. Puedes echarte a la espalda todos los kilómetros que quieras que ni se inmuta. Sin embargo las sobras llegan con el cambio ETG6. Aunque los ingenieros franceses han trabajado para ofrecer un producto mejor que el viejo CMP, todavía está a años luz de la competencia. De hecho, a pesar de que sea una opción barata, yo no optaría por él.

Sí vas a la caza de algo diferente y rompedor no lo dudes, el Citroën c4 Cactus es tu coche

A modo de resumen tengo que decir que el Cactus me parece un producto diferente, gusta el estilo personal que aporta, pero creo que hay ciertos detalles que podían haber sido mejorados, sobre todo en el interior. Otro de los puntos en los que no destaca el Cactus es en su equipamiento. A día de hoy es casi imprescindible que un coche llegue con asistentes a la conducción, cosa que el Cactus no hace, y teniendo en cuenta que la unidad de pruebas alcanza un precio superior a los 23.000 euros, ya revisamos los precios de venta, me parece que se debería mejorar este aspecto. Sin embargo si buscas algo diferente, para ir cómodo y relajado, con un estilo francés sin igual, que consuma poco y rinda bien, el Cactus es tu coche.

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