Prueba Citroën C5 Aircross, diseño, versatilidad y sobre todo confort (con vídeo)
En un mar de SUV ¿cómo puede destacar uno? Pues el Citroën C5 Aircross se anima a atraer a clientes que busquen un diseño diferente, una gran versatilidad interior, y sobre todo un confort de marcha como solo Citroën sabe hacer. Todo ello por un precio razonable.
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Publicado: 19/04/2020 13:00
Entre 2001 y 2017 el Citroën C5 que todos hemos conocido tenía una forma clásica. Una berlina con sus tres volúmenes de toda la vida de Dios. Sin embargo la moda SUV ha arrasado con todo y en 2018 esa clásica berlina se despide para dejar paso a un nuevo C5, esta vez con el apellido Aircross. El Citroën C5 Aircross es el SUV más grande que la casa francesa tiene ahora mismo a la venta, y es hora de analizarlo y conocerlo a fondo. ¿Me acompañas?
El cambio de signo ha sido casi obligado. Las berlinas ya no son lo que eran en cuanto a ventas y los SUV lo conquistan todo. Gracias al C5 Aircross los franceses, aunque algo tarde, se introducen en el segmento más popular del mercado europeo, el C-SUV. Comparte plataforma con el DS 7 Crossback y con el Peugeot 3008, y puede que sus hermanos a su vez sean sus rivales más directos. Aunque de esos no le faltan, porque también podemos mencionar al Volkswagen Tiguan, al Renault Kadjar, al SEAT Ateca, el Hyundai Tucson, el KIA Sportage….
Para diferenciarse de todos ellos Citroën ha apostado por ofrecer un diseño de SUV pero con un claro toque francés, sobre todo en el morro donde hay mucha línea horizontal, mucho plástico negro y algún elemento cromado para aportar un toque refinado. Esos mismos toques lo encontramos en los laterales. Una gran pieza cromada que se lleva casi todo el protagonismo. Llama la atención que el techo puede ir en contraste, algo no muy habitual en este segmento.
Por cierto, ¿os acordáis de los famosos Airbumps del Citroën C4 Cactus? Pues tras su paso del tiempo han quedado relegados a meros elementos de decoración en la parte inferior de las puertas. El C5 Aircross puede contar con hasta 30 combinaciones diferentes para el exterior y cinco para el interior, y parte de esas combinaciones se deben a que la moldura de las puertas puede cambiar de color para que así cada cliente opte por una solución más personal.
En cuanto a la trasera da la sensación de estar ante un coche mucho más grande de lo que realmente es, por tres razones. Elementos muy grandes, como los faros, muchas líneas horizontales, y portón del maletero de grandes dimensiones. Por cierto, ese portón, que puede ser eléctrico, nos abre a un baúl de buenas proporciones. 580 litros de capacidad mínima, ampliables a 720 litros si desplazamos al máximo la segunda fila de asientos, como luego veremos, y un máximo de 1.630 litros.
En líneas generales debo reconocer que me gusta el C5 Aircross, no me enamora, pero sí que lo veo diferente al resto de C-SUV que inundan el mercado, así que es de agradecer. Pero a la hora de pasar al interior… pasa que Citroën ha escatimado gastos en algunos puntos. No me convencen nada los materiales empleados. Mucho plástico duro a la vista. Parte superior e inferior del salpicadero, paneles de puertas y túnel central. Eso por ejemplo no pasa en un 3008, donde se han buscado soluciones baratas pero que entregan mejores sensaciones.
En cierto modo uno se olvida de esos materiales al echar un vistazo a la presentación de los elementos. Lo primero que llama la atención es el cuadro de instrumentos digital. No llega de serie, solo está disponible a partir del nivel de equipamiento más alto de los tres que hay, que son: Star, Live y Shine. Así que ya sabéis, si queremos contar con el cuadro de instrumentos digital hay que optar por el acabado más alto de todos.
Es un display sencillo y muy conocido en el Grupo PSA. Tiene diferentes opciones de visualización y para el precio que supone está muy bien resuelto. No llega a la calidad de imágenes del instrumental de un Peugeot 2008, pero tampoco le desmerece mucho. El otro elemento que llama la atención es la pantalla del sistema multimedia. Al igual que el cuadro, es otro elemento que ya hemos visto muchas veces en modelos de Peugeot y Citroën.
Se maneja de forma táctil con mucha facilidad y buena respuesta. Tiene muchos sistemas integrados y no requiere mucho tiempo aprender a manejarla. El único problema que yo le veo es que todas las funciones del coche se manejan desde ella, y eso obliga a desatender mucho la conducción. Está bien que en tenga botones rápidos digitales abajo, pero al final y al cabo vamos a tener que desviar la mirada de la carretera y eso implica riesgos.
Pero la pantalla no es el único elemento que nos obliga a desatender la carretera. También está la botonera de algunos asistentes a la conducción, y el mando que controla el control de crucero. Las dos cosas están ocultas por el volante y hasta que no te hagas a la idea de cómo funcionan tienes que bajar la mirada y comprobar que estás haciendo. Más riesgo.
En el apartado tecnológico el C5 Aircross se muestra bien dotado. Aunque el equipamiento de serie no está especialmente completo, sí que podemos tirar de opcionales y mejorar las cosas. Opcionales que además no salen caros. Algunos elementos importantes a destacar son los faros full LED, la cámara trasera, el portón eléctrico, el ya mencionado cuadro de instrumentos, el navegador, el techo solar, el cargador por inducción, o el climatizador bizona entre otros. A eso debemos sumar una gran dotación de elementos de seguridad de serie para toda gama.
Al C5 Aircross se le presupone un concepto familiar, y este lo demuestra en algunas cosas más que en otras. En la fila trasera hay un espacio óptimo para los pasajeros, aunque no es tan bueno como por ejemplo el de su hermano 3008. Pero donde sí puede sacar pecho es en modularidad. En lugar de una banqueta dividida dispone de tres asientos individuales. Cada uno de ellos es desplazable longitudinalmente 15 centímetros, y gracias a ello podemos alterar la disposición de los asientos según nos convenga.
Todas las plazas miden lo mismo, y eso quiere decir que en la teoría todos los ocupantes tienen el mismo espacio. Digo en la teoría porque como podrás imaginar, el espacio para los hombros no es tan grande como para que cinco pasajeros viajen en el C5 Aircross de forma cómoda. Lo bueno es que esta plaza central no tiene la molestia de un túnel de transmisión, porque como ya os adelanto, no hay versiones con tracción a las cuatro ruedas.
Bajo el capó el C5 Aircross echa mano de una gama cortita y sin muchas estridencias. Para los motores térmicos se emplean bloques de tres y cuatro cilindros con potencias de 130 y 180 caballos. Recientemente ha visto la luz una unidad híbrida enchufable con 225 caballos de potencia y una autonomía eléctrica de 50 Kilómetros. Todas las unidades envían exclusivamente la potencia a las ruedas delanteras y la gestión se deriva a cajas de cambios manuales de seis velocidades o automáticas de tipo convertidor de par de ocho relaciones.
Al volante del Citroën C5 Aircross
Para nuestra prueba la unidad equipaba una solución que puede ser muy interesante por sus amplias posibilidades. Nuestro C5 Aircross montaba la mecánica PureTech 180 que irremediablemente lleva siempre asociada una caja de cambios automática EAT8 de ocho velocidades de tipo convertidor de par. Una apuesta a tener en cuenta si vamos a circular durante la mayor parte del tiempo en situaciones de carga media o alta.
Estamos hablando de un SUV que no es excesivamente pesado, 1.615 kilogramos en orden de marcha. Por eso los 130 caballos del PureTech 130 pueden quedarse algo cortos si circulamos siempre cargados. No es tanto por la potencia como por el par. Así que nuestra recomendación es que optéis por las opciones BlueHDi 130 o PureTech 180 si vamos a circular en estas condiciones habitualmente o si vamos a circular por puertos de montaña de forma repetida.
Si optamos por el PureTech 180, como en el caso de la unidad de pruebas, conseguimos a cambio una mecánica muy bien resulta. El empuje es correcto y el rendimiento está muy equilibrado. Lo más destacado es, sin lugar a dudas, el confort de marcha. Citroën se ha esforzado en este aspecto en los últimos desarrollos, y es muy notable en el caso del C5 Aircross.
Aunque el SUV ya no cuenta con la fantástica suspensión hidroneumática de la berlina, en su defecto se ha desarrollado una suspensión con topes hidráulicos progresivos. El nombre por sí solo ya anuncia perfectamente el comportamiento. Dentro de estos amortiguadores, en lugar de haber uno solo hay otro en el tope superior. De esta forma cuando el muelle principal se comprime, el tope hidráulico amortigua y suaviza el impacto, haciendo a su vez que la extensión sea más progresiva.
En el rango de precio del C5 Aircross no hay un SUV tan cómodo como él. Un disfrute poder hacer viajes largos
Todo esto se traduce en que el Citroën C5 Aircross muestra un confort de marcha excelente, muy superior al de sus rivales y semejante al de modelos de corte premium y segmento superior. A esos amortiguadores hay que sumar un motor de gasolina de alto refinamiento y una superficie acristalada más gorda para que así no se filtren ruidos ni mecánicos ni aerodinámicos. La marca lo llama desplazamiento de alfombra voladora.
Esa buena sensación de marcha lastra significativamente la dinámica de conducción, pero no tanto como uno podría imaginar. La suspensión es blanda pero a la vez firme. Sujeta bien al coche en el paso por curva, y aunque no sea la más efectiva en estos terrenos, no descompone por completo la dinámica. No es un coche para "irse de tramo", peroen realidad el comportamiento es muy equiparable al de otros modelos de la categoría. En estehttps://www.motor.es/mt-admin/noticias/noticia/65646# aspecto sigue destacando el tacto de un SEAT Ateca.
Contamos con tres modos de conducción: Eco, Normal y Sport. En síntesis son los tres lo mismo pero con diferente nombre. En todos ellos el C5 Aircross no modifica el tacto de la suspensión, por lo que el coche se comporta igual. Eso sí, sí que cambian algunos componentes, como por ejemplo la respuesta del acelerador, la velocidad del cambio automático y el endurecimiento de la dirección, solo un poco.
Ya que hablamos de la dirección merece la pena mencionar que es completamente insensible. Hay direcciones excesivamente asistidas, direcciones que transmiten poco y luego está la dirección del C5 Aircross. Es tan insensible que no aporta ninguna información. Guía bien el coche, pero no hay apenas feeling entre el conductor y el asfalto. Esto no importa en un trato urbano, al contrario ayuda, pero es negativo en una conducción más dinámica.
Alguno de vosotros se está preguntando acerca de los consumos. Un SUV grande, con un motor razonablemente potente, y caja de cambios automático es sinónimo de consumo elevado, pero he ahí otra sorpresa que nos depara el C5 Aircross PureTech 180. A lo largo de nuestra semana de pruebas, tras haber pisado todos los entornos posibles, el ordenador de a bordo siempre marcó un consumo entre los 7,5 y los 8,2 litros en función del escenario. No son medias excesivamente altas teniendo en cuenta el conjunto, pero sí que es cierto que donde mejor vamos a sacar provecho de la mecánica es en carreteras abiertas a velocidades sostenidas.
Al tratarse de un SUV todo el mundo espera que pueda adentrarse por el campo con cierta solvencia, y sí, lo hace, pero no hay que olvidar que hablamos de un SUV sin opción de tracción total. En su defecto Citroën ha incluido un selector de modos de conducción offroad. Tenemos barro, arena y nieve/hielo. Al seleccionar cada uno de ellos la electrónica limita la respuesta del coche para que así podamos salir del problema en el que nos encontremos siempre y cuando no sea demasiado complicado.
En cuanto a precios Citroën nos pide un mínimo de 18.550 euros por el más económico de los C5 Aircross. Eso le hace ser uno de los C-SUV más económicos del mercado. En el caso de la unidad de pruebas el precio final se dispara hasta los 33.304 euros. Mientras la variante híbrida dispara su precio hasta un mínimo de 40.350 euros, aunque asociado al acabado Shine, el más alto de todos.
Opinión final del Citroën C5 Aircross
El C5 Aircross es uno más entre un mar de SUV. Para hacerse notar basa su apuesta en el diseño, en la versatilidad interior y sobre todo en el confort. Posiblemente sea uno de los coches más cómodos que hemos conducido últimamente, y no nos referimos solo a los SUV. Sin embargo también tiene defectos a tener en cuenta, como los materiales del interior, una gama mecánica corta y una conducción dinámica que podría mejorar. Una opción muy tentadora para aquellos que busquen un SUV sin grandes pretensiones y con buen precio.