Comparativa Mazda3 5 Puertas vs Sedán, dos personalidades a elegir (con vídeo)

La cuarta generación del Mazda3 propone dos estilos diferenciados gracias a sus carrocerías de 5 Puertas y Sedán que disfrutan de varias características específicas para cada una de las versiones. Analizamos en vídeo cómo son este hatchback de cinco puertas y el sedán de cuatro puertas.

Comparativa Mazda3 5 Puertas vs Sedán, dos personalidades a elegir (con vídeo)

22 min. lectura

Publicado: 16/02/2020 18:00

Mazda3 hatchback contra Mazda3 sedán, ¿Con cuál te quedas tú?

¿5 Puertas o Sedán? El nuevo Mazda3 tiene dos personalidades. Este modelo ha sido uno de los lanzamientos más importantes para el fabricante japonés en estos últimos años y se ofrece con dos tipos de carrocería que vamos a analizar: un hatchback de cinco puertas y un sedán de cuatro puertas.

Ésta es la cuarta generación del Mazda3, un modelo que nació en 2003 como la apuesta de la marca japonesa en el trascendental segmento de los compactos. Todas las generaciones han propuesto en su gama un hatchback de 5 puertas y un sedán. El nuevo Mazda3 no podía faltar a esta tradición.

A primera vista uno puede pensar que son iguales, que sólo cambia la forma del maletero. Sin embargo, hay multitud de diferencias que hacen que ambos coches tengan enfoques diferentes. La distinción más clara la vamos a encontrar en el apartado estético así que vamos a empezar por ahí.

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La diferencia de precio entre ambas carrocerías es de sólo 500 euros

Dos estilos diferenciados

Repasando el frontal La diferencia más evidente es el marco de color oscuro que bordea la silueta de la parrilla del 5 Puertas, mientras que el modelo de tres volúmenes propone esa pieza en un acabado en cromo brillante. Esta solución es recurrente en más partes del vehículo, ya que los detalles cromados dan una imagen más elegante y el color negro sugiere un estilo más agresivo y deportivo. También la trama de la parrilla es distinta en ambos casos.

Los faros sí que son iguales y en las dos carrocerías pueden disfrutar de iluminación led. Un elemento que puede pasar desapercibido es que el paragolpes frontal es diferente. En un primer vistazo son muy parecidos pero observando más detenidamente se aprecian claras diferencias ya que la parte inferior del hatchback presenta una sección en color negro mientras que el Sedán todo es una única pieza del mismo color.

En la vista lateral podemos comprobar que del pilar B hacia adelante ambos coches son idénticos. La única excepción son las llantas. Dependiendo del nivel de equipamiento el Mazda3 puede llevar llantas de 16 o 18 pulgadas. Las de 16 son exactamente iguales para las dos carrocerías. Pero las de 18, que son las que tenemos aquí, tienen el mismo diseño pero tiene un acabado oscurecido en el 5 Puertas y plateado en el Sedán.

Los frontales se diferencian en el diseño del paragolpes, la trama de la parrilla y las molduras

Del pilar B hacia atrás es obvio que la silueta y el tamaño es diferente. Con 4,66 m de longitud el Sedán es 20 cm más largo que el hatchback, pero la anchura y la altura es la misma. Ese incremento de longitud se ha conseguido alargando el voladizo trasero, la distancia entre ejes sigue siendo la misma. Se proponen tres volúmenes muy marcados para el Sedán y dos para el 5 Puertas, que presenta una parte posterior más imponente con un pilar C muy grueso.

El 5 Puertas muestra un spoiler sobre la luneta, siempre en color negro. El Sedán prescinde de ese elemento para mostrar una luneta que continúa la línea del techo y cae suavemente sobre el maletero. Esa fluidez en las formas le da una ventaja aerodinámica a altas velocidades, lo hace más eficiente que el hatchback.

Esa voluminosa parte trasera del 5 Puertas resulta muy llamativa. El cuerpo del Mazda3 presenta líneas limpias, con suaves curvaturas que juegan con la luz y por eso es muy importante el color de la carrocería. Aquí también hay diferencias ya que hay ocho colores exteriores para el Sedán y nueve colores para el 5 Puertas. La discrepancia está en el color Polymetal Gray, disponible en exclusiva para el hatchback. De hecho, ahora mismo en toda la gama de Mazda sólo hay otro modelo que ofrezca esa tonalidad, el CX-30.

Aunque sobre gustos no hay nada escrito creo que no me equivoco si afirmo que el Mazda3 hatchback es uno de los compactos más bonitos del mercado. Más aún con este impresionante color Soul Red Crystal, un rojo característico de Mazda que impresiona por su profundidad y sus reflejos. El Sedán está vestido con el color Machine Gray, otro de los colores identificativos de la marca japonesa.

El Sedán es 20 cm más largo que el 5 Puertas

Atrás es donde, lógicamente, todo es distinto ya que uno se decanta por un portón y el otro no. Destacan especialmente los pilotos traseros porque los del 5 Puertas son mucho más atractivos gracias a su elaborado perfil y el formidable diseño tridimensional. Sin embargo, el Sedán es mucho más conservador y recurre a unas ópticas más sencillas y planas.

El paragolpes trasero también es singular para cada versión, de una forma más evidente que el delantero. Una vez más el color negro está más presente en el 5 Puertas, con una sección de esa tonalidad en acabado brillante recorriendo la parte inferior. Ambos estilos de carrocería, eso sí, mantienen la doble salida de escape.

En definitiva, son diferencias en ocasiones sutiles pero que orientan a que el 5 Puertas transmita una impresión más dinámica, más deportiva y más emocional mientras que el Sedán propone un aspecto más elegante, clásico y sofisticado. Dos personalidades diferentes.

El portón del Mazda3 5 Puertas permite un acceso más amplio y cómodo al maletero

El espacio de carga, clave en la decisión

El espacio de carga de ambos coches también muestra grandes diferencias como era de esperar. El maletero del Mazda3 hatchback ofrece un volumen de 358 litros situándose por debajo de la media en este segmento. Hay que tener en cuenta que el espacio se reduce si equipamos el sistema de sonido opcional firmado por Bose puesto que el subwoofer se coloca en el suelo del maletero.

El hueco de carga es muy sencillo, demasiado. Está bien rematado pero faltan perchas, ganchos o compartimentos donde colocar objetos pequeños o bolsas. Tampoco hay una base que permita colocar la carga a dos alturas. Por supuesto se pueden abatir los respaldos de los asientos traseros en una proporción 60:40 para ampliar el volumen hasta los 1.026 litros.

En el borde del portón hay un botón pero se trata de que tenga un sistema de apertura eléctrico sino que al apretar este botón se cierra coche, se bloquean todas las puertas ¡Mucho ojo porque absurdamente las bloquea incluso aunque tengamos la llave del coche dentro!

358 litros para el maletero del hatchback japonés

El maletero del modelo de cuatro puertas tiene ventajas e inconvenientes respecto al 5 Puertas. La ventaja más evidente es que el volumen de carga del Sedán es notablemente más grande, 450 litros, es decir 92 más que el hatchback. En cuanto a realización no hay diferencias: está muy rematado pero no hay apenas soluciones para sujetar o distribuir la carga. Lo que sí encontramos son unos tiradores que permiten abatir remotamente los respaldos traseros, obteniendo de esta manera hasta 1.138 litros de capacidad.

Hay 27 cm más de espacio longitudinal, midiendo desde el extremo del maletero hasta el borde de los respaldos traseros, pero también hay 5 cm de altura. Así que es un espacio más largo pero más bajo. El hueco que deja la portezuela es 2 cm más ancho que el portón del 5 Puertas pero la altura es mucho menor así que es más complicado meter aquí objetos voluminosos. Tenemos la paradoja de que el Sedán caben más cosas que en el 5 Puertas, pero en el 5 Puertas caben cosas más grandes.

En el habitáculo es imposible saber si estamos en el 5 Puertas o en el Sedán. Ambas carrocerías mantienen exactamente el mismo diseño y la misma gran calidad de realización, con buenos materiales y buenos ajustes. Con este coche Mazda ha puesto su punto de mira en los modelos de marcas premium y hay que reconocer que ha hecho un buen trabajo.

El Sedán tiene un maletero de más capacidad

Lo único que podemos reprochar es el uso excesivo del plástico negro brillante en la consola central un material que queda muy bonito pero que se ensucia con facilidad y se ralla con mirarlo. No sólo Mazda sino todos los fabricantes están cayendo en esta moda, pero que no te engañen, únete a la Liga en Contra del Negro Piano.

El equipamiento disponible también es el mismo así que tanto una carrocería como la otra pueden llevar control de crucero adaptativo, una base de carga inalámbrica para smartphones, el freno de estacionamiento eléctrico, una instrumentación parcialmente digital donde el cuadro central es una pantalla o un sistema multimedia con pantalla de 8,8 pulgadas compatible con Android Auto y Apple CarPlay.

Así que el interior del 5 Puertas y del Sedán es igual… pero hay una excepción. Las versiones con motor Skyactiv-X, el motor de gasolina de 180 CV, pueden tener tapicerías exclusivas. En ese caso el 5 Puertas puede vestir una tapicería de piel de color rojo que no puede llevar el Sedán, y el Sedán puede tener una tapicería de piel blanca que no puede tener el 5 Puertas. Insisto, esa diferencia, la única, sólo es para las versiones con el motor más potente de la gama.

El Mazda3 presume de acabados impecables y diseño interior minimalista

Las plazas traseras del Mazda3 5 Puertas ofrecen un espacio normal para un coche de este tamaño. No son especialmente brillantes pero dos pasajeros de hasta 1,80 m de estatura irán bien, tres irán apretados. En esta fila tenemos un reposabrazos, un bolsillo tras el respaldo del asiento derecho (el izquierdo no tiene) y se echan en falta salidas de ventilación. En la segunda fila del Mazda3 Sedán todo es exactamente igual que en el hatchback. Hay el mismo espacio para las rodillas, para la cabeza, la misma anchura y los mismos elementos de confort así que aquí ni ganamos ni perdemos nada.

Diferencias dinámicas sutiles

Pongámonos en marcha haciendo un repaso rápido de las mecánicas del nuevo Mazda3. Tenemos un motor de gasolina Skyactiv-G de 122 CV, un motor de gasolina Skyactiv-X de 180 CV y un motor diésel Skyactiv-D de 116 CV. Salvo que hagas un millón de kilómetros al año olvídate del diésel, cuesta 2.000 euros más que el gasolina de 122 CV y desde luego los gasolina encajan mucho mejor con la filosofía de este coche. Una filosofía en la que se apuesta por el confort y el refinamiento.

Además ambos gasolina cuentan con la etiqueta medioambiental Eco gracias a que son semihíbridos al disfrutar de la tecnología Mazda M Hybrid. Cuentan también con un sistema de desconexión de cilindros así que cuando no hace falta una gran dosis de potencia funcionan sólo dos de los cuatro cilindros del motor.

El motor Skyactiv-G cuenta con un sistema de desconexión de cilindros y está vinculado a un sistema mild hybrid

En cuanto a prestaciones, consumos y emisiones, las diferencias entre ambas carrocerías son escasas. De hecho, en trayectos por ciudad y alrededores son prácticamente idénticos, van a obtener los mismos valores tanto el hatchback como el Sedán. Sólo es en carretera, circulando a ritmos de autopista, cuando el Sedán saca ventaja de su mejor aerodinámica y obtiene mejores registros, pero en todo caso la diferencia es minúscula. En esas circunstancias, con el Sedán se pueden conseguir consumos de 0,2 o 0,3 l/100 km menos que en el 5 Puertas.

Lo que sí está claro es que la transmisión automática lastra el rendimiento y el consumo de combustible. Las diferencias respecto a la caja manual no son grandes pero sí suficientemente significativas así que anda menos, gasta más y encima el coche es más caro. El cambio automático supone 1.800 euros más de precio final así que a priori no parece un buen negocio.

Sin embargo, hay que romper una lanza en favor de la caja automática porque también tiene sus ventajas. Es muy suave y agradable, sobre todo subiendo de marchas porque bajando marchas en ocasiones sí que es perceptible esa transición, así que resulta adecuado a la propuesta de confort del coche. Y pensarás que esos 1.800 euros han estado muy bien invertidos cada vez que sufras un atasco en hora punta.

Si no os los queréis gastar no pasa nada, el cambio manual tiene un tacto muy bueno. Hace el coche más divertido de conducir y más teniendo en cuenta que es un coche ágil y que tiene un comportamiento fantástico. Obedece muy bien el guiado del volante, es muy noble, muy neutro. Mazda siempre brilla en este aspecto y desde luego aquí no podía fallar.

Es cierto que con los motores de gasolina a veces se tiene la sensación de que andan poco. Pero eso tiene muchos matices. El motor de 122 CV ofrece unas prestaciones acordes a su potencia y es más que suficiente para la gran mayoría de conductores. El de 180 CV nos puede desilusionar un poco porque habrá muchos que esperen un comportamiento de GTI pero no tiene ese carácter. Anda muy bien, empuja mucho, pero no es un coche que incite a correr. Eso también sucede porque, tanto el de 122 CV como el de 180 CV, no tienen un gran empuje a bajas revoluciones. Hay que subirlos de vueltas y jugar mucho con el cambio para mantenerlos en la zona óptima de rendimiento.

Además, hay que sumar que los motores son muy progresivos así que no tienen un momento de empuje muy contundente, es muy silencioso, la dirección está muy asistida… todo eso beneficia la comodidad pero va en contra de las sensaciones deportivas.

El Sedán es elegante y racional, el 5 Puertas tiene un toque sofisticado y llamativo

Creo que lo que le falta al Mazda3 es un sistema con diferentes programas de conducción. Varios modos que permitan configurar la dureza de la dirección y la respuesta del acelerador de modo que puedan ofrecer una respuesta más deportiva ya que en condiciones normales siempre prima el confort. Es verdad que el cambio automático sí que tiene un modo Sport que estira las marchas más pero sólo afecta a la transmisión, el comportamiento del coche es igual.

Según los datos oficiales de Mazda las dos carrocerías pesan prácticamente lo mismo, hay en torno a un 1 kg de diferencia en favor del 5 Puertas. Me resulta sorprendente que a pesar de ser más grande el Sedán pese lo mismo pero lo cierto es que no he notado que uno sea más pesado o más torpe que el otro, las sensaciones son las mismas.

Otro detalle a tener en cuenta en el tema de carrocerías. Existe la posibilidad de equipar un sistema de tracción total pero sólo lo tiene opcionalmente el 5 Puertas con el motor Skyactiv-X, no hay ninguna versión del Sedán que pueda llevarlo. Esa tracción 4x4 puede ser interesante para quien circule habitualmente por zonas lluviosas o donde nieve con cierta frecuencia.

Aunque tienen muchos elementos en común, las dos versiones de carrocería del Mazda3 proponen personalidades diferenciadas. El Mazda3 5 Puertas es una propuesta más emocional, el robusto pilar C da un aspecto muy especial a la parte trasera y los elementos en color negro o tonos metalizados oscuros proponen una imagen dinámica. Por su parte, el Mazda3 Sedán es una propuesta más clásica y elegante con un estilo más tradicional.

Me queda un último aspecto por repasar y es el precio. El nuevo Mazda3 está a la venta desde 23.765 euros y el Sedán cuesta 500 euros más que el 5 Puertas en todas las versiones. Para conseguir el mejor precio bájate la app de motor.es y conseguirás un descuento de más de 3.000 euros en este modelo ¿Con qué carrocería del Mazda3 te quedarías tú, el 5 Puertas o el Sedán?

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