Prueba Dacia Jogger Eco-G, nadie da más por menos
Dacia siempre se ha caracterizado por ofrecer un enfoque sensato y sin lujos en sus modelos dando a cambio espacio y confort a un precio contenido ¿Funciona esta receta en el nuevo Jogger, el modelo más grande y familiar de su gama?
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Publicado: 12/01/2023 18:00
El Dacia Jogger es un monovolumen sucesor de los exitosos Logan MCV y Lodgy. Es sencillo y práctico, tiene un interior que puede ser configurado con cinco o siete plazas y disfruta de versiones con etiqueta Eco a un precio imbatible. A priori es un modelo familiar muy interesante que he tenido oportunidad de probar a fondo.
Es el modelo más grande del catálogo de Dacia con 4.547 mm de longitud, 1.784 mm de anchura y 1.674 mm de altura. Emplea la misma plataforma que el Dacia Sandero, una herencia que también se traslada a su diseño porque todo el frontal es idéntico al Sandero Stepway.
Del pilar A hacia atrás el Jogger tiene su propia personalidad. La carrocería presenta un estilo que está a medio camino entre un monovolumen, un station wagon y una furgoneta, además de sumar algunos elementos con aire crossover. Es una mezcolanza muy heterogénea que sin embargo funciona bien: es un vehículo familiar de diseño atractivo.
Su diseño esconde algunos detalles ingeniosos como unas barras longitudinales de techo modulables. De forma manual y en apenas unos segundos estas barras pueden disponerse de manera perpendicular como una baca para soportar cargar de hasta 80 kg. Simple y práctico.
Nuestra unidad de pruebas es la Serie Limitada Extreme que supone el tope de gama del monovolumen rumano. Presenta unas llantas de aleación de 16 pulgadas con diseño específico, retrovisores y antena tiburón con acabado negro brillante y algunos adhesivos distintivos.
En el interior la tapicería también es específica para el acabado Extreme. El salpicadero del Jogger, que también es compartido con el Sandero Stepway, está realizado en plástico duro pero una moldura de material textil la recorre horizontalmente aportando un toque agradable. También son un acierto los detalles en acabado cromado satinado para los tiradores de puerta, el contorno de los aireadores o los mandos de climatización.
En todo buen vehículo familiar siempre vienen bien que haya múltiples huecos para depositar objetos y el Jogger tiene varios compartimentos que suman 23 litros de capacidad extra. El equipamiento del tope de gama incluye acceso y arranque sin llaves, volante regulable en altura y profundidad, climatizador automático, freno de estacionamiento eléctrico, cámara trasera y sensores de estacionamiento.
El sistema multimedia Media Nav Evolution es extremadamente intuitivo de manejar. Tiene una pantalla táctil de 8 pulgadas y cuenta con funciones de radio, telefonía, navegación, reconocimiento de voz, compatibilidad con Android Auto y Apple CarPlay y conexiones Bluetooth y USB. Además, el sistema de audio Arkamys con seis altavoces proporciona una calidad de sonido más que correcta.
Detrás, me ha llamado la atención que la banqueta posterior queda en una posición muy alta, tanto que los pasajeros de esta segunda fila de asientos ven por encima de los de la primera. La posición es muy erguida pero, aun así, cómoda. Hay espacio abundante para las piernas y la cabeza y las tres plazas son del mismo tamaño porque la anchura, sin ser excesiva, es suficiente como para que tres adultos viajen con una amplitud suficiente.
No hay salida de ventilación para esta zona, ni tampoco tomas USB. Al menos Dacia sí ha dispuesto una toma de 12 V, grandes ventanillas que proporcionan mucha luminosidad y cuentan con elevalunas eléctricos y hay unas prácticas bandejas plegables tipo avión tras los respaldos delanteros.
El Jogger puede estar configurado con cinco o siete plazas. En este segundo caso la tercera fila está compuesta por dos asientos individuales que pueden acomodar pasajeros de talla media. De esta manera podemos hablar de siete plazas reales, a diferencia de lo que ofrecen la mayoría de SUV que suelen recurrir a dos plazas diminutas.
Además, para estos dos asientos extra disfrutan de otra toma de 12 V, un par de posavasos y el magnífico detalle de que la tercera ventanilla lateral tiene una apertura de tipo compás. Tanto los asientos de la segunda como de la tercera fila se pueden abatir -dejando un gran escalón- y los de la tercera también se pueden extraer con una gran facilidad debido a su ligereza.
El bajo peso de las butacas posteriores se debe a su simplicidad, nada de lujos o ajustes más allá de lo básico. De hecho, solo tienen anclajes Isofix las plazas de los extremos de la segunda fila. Carecen de ese equipamiento -que no puede ponerse ni de manera opcional- la plaza delantera derecha, la plaza central de la segunda fila y las dos plazas de la tercera fila.
Esta sencillez es clave dentro de Dacia tanto para ofrecer un producto muy fácil de usar y conducir pero también para reducir costes que lo mantengan como un modelo muy asequible. Eso también obliga a renunciar a cosas con consecuencias como que el Jogger solo ha recibido una estrella en las pruebas de seguridad de Euro NCAP. En realidad el test de impacto lo hizo el Sandero Stepway pero el organismo especializado en seguridad equipara los resultados con los que obtendría el monovolumen.
Esto no quiere decir necesariamente que el Jogger no ofrezca la suficiente protección en caso de accidente, el mal resultado se debe principalmente a una cuestión de equipamiento. El programa europeo de evaluación automóviles hace mucho hincapié en los sistemas de seguridad y los asistentes de conducción (ADAS) incluidos de serie, ayudas electrónicas poco presentes en este modelo por una cuestión de costes.
El familiar de Dacia puede llevar airbags frontales, lateral y de cortina, sistema de frenada de emergencia asistida -detecta vehículos pero no peatones o ciclistas-, detector de ángulo muerto y detector de fatiga del conductor. También incluye limitador y regulador de velocidad y ayuda de arranque en pendiente, entre otras cosas.
Sin embargo prescinde de asistente de mantenimiento de carril o el reconocimiento de señales de límite de velocidad y el avisador de cinturón no abrochado no opera en las plazas de la tercera fila. Está claro que es un área de mejora para el monovolumen de Dacia.
Una de los aspectos más destacados del monovolumen rumano es el espacio de carga, una característica que le aporta una enorme polivalencia. Con las siete plazas operativas el espacio es de solo 160 litros -medido hasta el borde del respaldo- pero abatiendo los asientos de la tercera fila se consiguen 565 litros y si se retiran -lo que dejaría cinco plazas usables- la capacidad llega hasta los 696 litros. Abatiendo también la segunda fila se alcanzarían los 1.807 litros de volumen, un enorme espacio similar al de una furgoneta.
Más de 1.000 km sin parar a repostar
La gama mecánica del Dacia Jogger está compuesta por el motor de gasolina 1.0 TCe de 100 CV con tres cilindros y la versión bifuel 1.0 Eco-G con 100 CV. A principios de 2023 llegará el esperado Jogger Hybrid, el primer modelo híbrido de la marca rumana.
Dacia se ha hecho fuerte en el terreno de las motorizaciones de gas y es el propulsor que he probado. El Jogger Eco-G usa gasolina y gas licuado (GLP), una solución que le permite disfrutar de las ventajas de la etiqueta medioambiental Eco. Está vinculado a una caja manual de seis velocidades de manejo correcto.
Este propulsor tiene una respuesta agradable a pesar de que las prestaciones son escasas como se evidencia al comprobar que necesita 13,2 segundos para pasar alcanzar los 100 km/h desde parado. Evidentemente, este rendimiento discreto se agudiza cuando el coche va cargado con pasajeros o equipaje.
El aislamiento acústico es mejorable y la suspensión tiene un tarado blando buscando un mayor confort de marcha por lo que las oscilaciones de la carrocería son notables en giros acusados. Está claro que el Jogger está configurado decididamente hacia el confort y a realizar una conducción tranquila, nada que objetar siendo un vehículo familiar.
Hay un modo Eco que se activa pulsando un botón. Se supone que sosiega la respuesta del motor para hacer una conducción más eficiente pero la verdad es que apenas he notado diferencia de prestaciones o consumo con ello puesto o quitado. Con otro botón se puede seleccionar la fuente de alimentación (GLP o gasolina).
Los depósitos dan cabida a 50 litros de gasolina y 40 litros (22,6 kg) de autogás. Gracias a ello es posible superar una autonomía total de más de 1.000 km. El consumo de GLP se sitúa en unos 8 l/100 km lo que facilita en torno a 400 km que se pueden hacer con una carga del depósito de gas.
En la versión probada el Jogger Eco-G homologa un consumo de gasolina de 7,8 l/100 km en ciclo WLTP que resultarían en unos 650 km de autonomía con el depósito de gasolina. Sin embargo, haciendo una conducción eficiente durante la prueba he conseguido unos consumos mucho más bajos, en torno a 6,5 l/100 km, de manera habitual. Me ha resultado sorprendente una diferencia tan grande a favor.
En resumen, este familiar puede mejorar en asistentes de conducción y prestaciones pero resulta un modelo es polivalente, asequible, confortable y tiene etiqueta Eco. Además, el Dacia Jogger está a la venta desde 18.040 euros en versión de cinco plazas y desde 20.450 euros con siete asientos. Nadie da más espacio por ese precio.