Prueba Dacia Sandero 2019, no es sólo cuestión de precio (con vídeo)
El Dacia Sandero es un auténtico superventas no sólo en España sino en toda Europa. Para conocer al detalle el coche más exitoso de la marca nos ponemos tras el volante del Dacia Sandero Stepway 0.9 TCe 90 CV GLP.
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Publicado: 28/04/2019 20:00
El Dacia Sandero fue el coche más vendido de Europa en el canal de particulares. En España también queda claro su papel fundamental en la gama del fabricante al ser el más popular entre particulares en 2018, igual que lo fue en 2017 y en 2016. Su fórmula funciona pero ¿cómo lo consigue?
El precio es lo primero que se nos viene a la cabeza y efectivamente es uno de los grandes atractivos de este utilitario del segmento B. Pero el análisis no debe ser tan simplista porque tras probarlo hemos comprobado que no es su único argumento. Hay otras cosas que lo hacen interesante… y también cosas a las que nos hace renunciar.
Dacia se reinventó en 2004 gracias al Grupo Renault y desde entonces se ha convertido en un actor clave de la industria del automóvil gracias a su política de ofrecer coches sencillos a precios asequibles. El Sandero es su modelo estrella y se anuncia en el mercado español por un precio que arranca en los 7.340 euros, una tarifa prácticamente imbatible en su segmento.
Hay tres acabados en la gama que se llaman Access, Essential y Confort. Lógicamente ese precio de derribo es para el Sandero Access y consigue ser tan barato porque es prescinde de casi todo: los parachoques vienen sin pintar, no tiene de serie ni aire acondicionado, ni radio, ni ordenador de a bordo, ni elevalunas eléctricos. Casi nada. Olvidémonos de él.
Los acabados Essential y Confort son más interesantes porque llevan un equipamiento más razonable. Además pueden estar asociados con una variante del Sandero que es el Sandero Stepway el cual hemos tenido ocasión de examinar. No cabe duda de que el Stepway, disponible desde 9.125 euros, es la versión más atractiva del utilitario rumano gracias a un moderno aire crossover. La sencillez de su propuesta no deja de lado cierta sofisticación con un aspecto actual.
Los elementos camperos quedan evidenciados con una calandra con detalles cromados que recuerda a la del Dacia Duster y los paragolpes específicos de esta versión con protecciones integradas en cromo satinado. Las protecciones negras recorren la parte inferior del vehículo incluyendo los pasos de rueda y los faldones laterales así que al circular por zonas no asfaltadas la carrocería está protegida.
Otros elementos propios de este acabado son las barras de techo, las carcasas de los retrovisores exteriores en cromo satinado, unas bonitas llantas de aleación de 16 pulgadas y, lógicamente, la inscripción “Stepway” en las puertas delanteras. Es común al resto de versiones los faros con una firma lumínica compuesta por cuatro puntos de luz y los pilotos traseros también con cuatro elementos iluminados (que en realidad se encienden con una única bombilla).
El Sandero mide 4,07 m de longitud así que es del tamaño de un Renault Clio o un SEAT Ibiza. Por su parte el Sandero Stepway mide apenas dos centímetros más y tiene como principales rivales al Ford Ka+ Active o el Hyundai i20 Active. Es un coche pequeño, urbanita y resulta visualmente atractivo, es bonito por fuera pero por dentro es otro cantar.
Un interior tosco pero bien aprovechado
El habitáculo tiene una presentación muy sencilla que bien podría haberse diseñado hace unos cuantos lustros. No hay elementos mullidos por ninguna parte, todo es de plástico duro pero en general son materiales bastante agradables al tacto incluso aquellos que están más apartados de la vista. Los ajustes resultan correctos y transmite mucha sensación de solidez, todo parece duradero.
Visualmente no es un alarde de sofisticación y en algunas cosas se ve un poco rudimentario con unos mandos un poco toscos, varias zonas con tornillos a la vista o la tapa de la guantera que cae a plomo al abrirla. Una guantera que tiene una capacidad muy grande y será donde guardaremos la mayoría de las cosas (junto con los bolsillos de las puertas) porque en general el resto de los huecos son pequeños.
La instrumentación se lee bien pero es muy simple. Da una información demasiado básica porque en esta versión no cuenta con ordenador de a bordo así que no muestra datos como el consumo medio del coche, la temperatura del motor o la autonomía restante. Los retrovisores se ajustan manualmente, salvo en el tope de gama.
En cuanto a equipamiento no se ofrecen las últimas tecnologías que han llegado al mercado, está claro, pero sí que tenemos todo lo básico que podamos necesitar y un poco más si echamos mano de la lista de extras. Lo más tecnológico que vamos a encontrar en este Dacia es el sistema multimedia que es opcional (496 euros).
La pantalla de 7 pulgadas del sistema de infoentretenimiento tiene una calidad de imagen correcta aunque da muchos reflejos, el funcionamiento táctil podría ser mejor y la integración de la pantalla en el salpicadero no es que sea un alarde de ingeniería precisamente. Va en el centro del salpicadero en lugar de en la parte alta así que hay que desviar la mirada de la carretera más de lo deseable.
La pantalla no es ninguna maravilla pero el sistema de infoentretenimiento en sí está muy bien: es muy completo, muy fácil de utilizar, los menús son intuitivos, el navegador va muy bien y además es compatible con Android Auto y Apple CarPlay. Además el equipo de sonido que viene de serie en el pequeño utilitario fabricado en Marruecos tiene sólo cuatro altavoces pero se oye bastante bien. Se puede manejar mediante un práctico mando satélite, típico en los modelos de Renault y heredado por la familia Dacia.
Los asientos son muy sencillos, no recogen mucho el cuerpo pero resultan cómodos al tener un buen mullido. Lucen bastante bien sobre todo con la tapicería de tela específica de la versión Stepway. Se puede regular longitudinalmente el asiento y la inclinación del respaldo, por supuesto manualmente, no hay reglajes eléctricos. De manera opcional el conductor puede regular la altura del asiento, de la dirección y de los cinturones delanteros, tres cosas que forman parte del Pack Confort por apenas 60 euros.
El acceso a las plazas traseras es muy cómodo porque las puertas se abren con mucho ángulo y dejan un hueco grande para pasar. El espacio delante es muy bueno, pero detrás también es notable teniendo en cuenta que estamos en un coche de apenas cuatro metros de largo. Tanto en longitud como en altura hay sitio suficiente para ocupantes con una estatura de hasta 1,85 metros. En anchura tres adultos irán muy apretados como ocurre en todos los coches de este segmento aunque el que esté en la posición central tendrá un confort razonable ya que no hay un reposabrazos tras el respaldo ni un túnel de transmisión voluminoso.
La fila posterior disfruta de unos bolsillos en la parte trasera de los respaldos de los asientos delanteros, incluso uno en el lateral del acompañante, pero poco más. Una vez más queda patente que el equipamiento es austero. No hay ningún punto de luz para esta fila, ni salidas de ventilación, ni elevalunas traseros eléctricos, ni un reposabrazos.
En cuanto al espacio de carga, el maletero del Sandero ofrece 320 litros de capacidad así que está por encima de la media del segmento. Hay muchas partes en las que está la chapa a la vista, mostrando las soldaduras y anclajes (y algún filo), es una pena que Dacia no haya decidido taparlos con algunas molduras de plástico sencillo.
No se puede dividir el espacio de carga en dos alturas ni hay muchos elementos para sujetar cosas aparte de un par de ganchos. Bajo el piso se puede llevar una rueda de repuesto opcional que cuesta 74 euros, excepto en la versión GLP ya que el hueco es ocupado por el depósito de gas licuado. Si se abaten los asientos traseros queda un escalón pero el maletero amplía su volumen hasta los 1.200 litros.
En cuanto a la gama mecánica del Sandero, hay un diésel 1.5 Blue dCi de 95 CV que sube bastante el precio del coche pero que gasta muy poco así que sólo nos compensa si vamos a hacer muchísimos kilómetros. También hay un motor de gasolina 1.0 SCe de 75 CV que no interesa porque tiene unas prestaciones pobres.
La tercera mecánica disponible es un motor de gasolina de menos de un litro de cilindrada. Es el 0.9 TCe de 90CV y cuenta con tiene turbo e inyección indirecta. Es la opción más buscada con diferencia y motivos no faltan ya que es la mejor compra en la mayoría de los casos por fiabilidad, precio y prestaciones.
Este motor de 90 CV tiene un variante con GLP, un combustible por el que Dacia está apostando y que es el que hemos probado. Con respecto a la versión que sólo emplea gasolina, esta variante de gas licuado no varía ni las prestaciones ni la sonoridad pero cuesta 1.180 euros más y sólo está disponible con el acabado Essential. Su ventaja es que el gas licuado cuesta bastante menos que la gasolina, contamina un poquito menos y nos da derecho a lucir la etiqueta medioambiental Eco en el parabrisas.
Este propulsor de 90 CV y tres cilindros el motor es algo ruidoso, llegan algunas vibraciones y en general se ve poco refinado. Ofrece una buena respuesta a medio régimen y da unas prestaciones normales para su potencia. Hay un modo Eco que hace que la respuesta del motor sea un poco más moderada con la intención de rebajar algo el consumo.
Con el depósito de GLP, es decir sólo usando gas, se pueden hacer unos 350 o 400 km aproximadamente. El sistema es del especialista Landirenzo y un indicador en la consola nos permite abrir o cerrar el paso del gas y saber cuánto nos queda. Por otro lado el consumo de gasolina, sin tener en cuenta el gas, ronda los 6 l/100 km.
El ruido aerodinámico se percibe claramente a partir de los 90 km/h y se nota sobre todo a velocidades de autopista, a unos 120 km/h, obligando a elevar el tono de voz para hablar con los ocupantes o a subir el volumen de la radio. El Sandero Stepway, además, se muestra sensible al viento lateral fuerte y obliga a hacer pequeñas correcciones de la trayectoria en estas circunstancias.
La dirección tiene un tacto muy impreciso y está poco asistida, sin duda es un elemento claramente mejorable. Tampoco brilla por su suavidad el cambio de marchas, de funcionamiento tosco y siempre con cinco velocidades en todas las versiones. En definitiva, el Sandero no brilla en el apartado dinámico, ni mucho menos, estando por detrás de los vehículos generalistas de este segmento. Aquí se nota que la arquitectura B0 tiene ya unos cuantos años y es por ello que la próxima generación del Sandero recurrirá a la moderna plataforma CMF B del Grupo Renault.
En materia de seguridad lleva lo justo, cumple sin más. El equipamiento ofrece airbags frontales y laterales delanteros, asistente a la frenada de emergencia, posibilidad de desconexión del airbag del acompañante, anclajes isofix en las plazas traseras y ayuda al arranque en pendiente.
Concretando en la versión Stepway, disfrutamos de una suspensión que incrementa la altura libre al suelo hasta los 173 mm, es decir, 41 mm más que el resto de versiones del Sandero. De esta manera puede circular por caminos sencillos sin dañar los bajos del coche. Obviamente sus capacidades offroad son muy limitadas y no se ofrece ninguna versión con tracción total. Esta amortiguación es muy blanda y eleva centro de gravedad más elevado las oscilaciones son claras.
Si queremos necesariamente un coche nuevo pero el presupuesto es muy bajo, el Dacia Sandero estará inevitablemente en todas las quinielas. Como contaba al principio, el precio de partida arranca en los 7.340 euros que es un precio formidable pero con el que tendremos que renunciar a casi todo.
Dependiendo de la motorización que escojamos, el acabado y los extras el precio puede variar mucho. Sirva como ejemplo nuestra unidad de pruebas: con versión Stepway, un buen puñado de extras y el motor con GLP cuesta 12.576 euros. Es una diferencia muy grande con respecto a la tarifa del modelo de acceso aunque es cierto que, a pesar de ser una de las versiones más costosas, sigue siendo un coste muy bajo para un coche de estas características.
Habrá que encontrar un equilibrio entre lo que nos podemos permitir y de lo que podemos prescindir dependiendo los gustos y necesidades de cada uno. De todos modos, con el Sandero siempre vamos a tener que conformarnos con un equipamiento básico, sin grandes alardes tecnológicos. La comodidad de marcha es mejorable por el ruido aerodinámico, las vibraciones que llegan al habitáculo, el comportamiento de la dirección y la propia ausencia de algunos elementos de confort avanzados. Además los acabados son inevitablemente espartanos por su filosofía de austeridad.
Hay clientes que estas tres cosas no les preocupan demasiado y se fijan más en las ventajas que tiene el Sandero, que son más de lo que parecen. Y ojo a ellas. El utilitario de Dacia es un coche fiable ya que emplea componentes mecánicos muy probados así que previsiblemente nos ahorraremos dolores de cabeza en ese sentido. Además su diseño exterior resulta llamativo y bastante moderno especialmente en la versión Stepway. Por supuesto el precio es un argumento indiscutible.
A todo esto se suma que a pesar de ser un coche del segmento B es espacioso por dentro, con unas buenas plazas traseras y un maletero notable lo que le da un punto más de versatilidad al poder ser utilizado como vehículo único en una unidad familiar. Por si fuera poco el Stepway amplía las posibilidades de uso más allá del asfalto.
Fijaos bien: fiabilidad, diseño y precio. O lo que es lo mismo: que salga bueno, que sea bonito y que sea barato. Bueno, bonito y barato. Unas cualidades muy deseables por un espectro muy amplio del público. Y, de regalo, es espacioso y versátil. Definitivamente la compra de un Dacia Sandero no es sólo una cuestión de precio sino que muchos clientes lo ven como una compra muy racional y aquí está la clave de su éxito.