Prueba de consumo (I): BMW 118d
¿Cuál es el consumo real de combustible de la versión 118d del BMW Serie 1? Recorremos más de 1.000 kilómetros en un fin de semana para comprobarlo. El 118d tiene un motor turbodiésel de 143 CV asociado a un cambio automático de ocho marchas. El kit deportivo juega en nuestra contra por los grandes neumáticos que conlleva.
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Publicado: 22/07/2014 08:00
Con la llegada del mes de julio se da el pistoletazo de salida de las vacaciones veraniegas. Los desplazamientos por carretera se incrementan todos los fines de semana de julio y agosto, desde las grandes ciudades hacia las zonas costeras. La ruta por carretera más común tiene su origen en Madrid en dirección a la costa levantina y ése es el recorrido que vamos a realizar con un BMW 118d para comprobar cuál es su consumo real de combustible.
Durante un fin de semana haremos el trayecto Madrid-Alicante-Madrid, además de pequeños desplazamientos, que sumarán más de 1.000 kilómetros que a buen seguro nos permitirá conocer bien el rendimiento del compacto de propulsión trasera. Con 143 CV, el 118d es la opción intermedia en cuanto a potencia de la gama diésel del Serie 1: Se sitúa por encima de los asequibles 114d (95 CV) y 116d (116 CV) y por debajo de los prestacionales 120d (184 CV) y 125d (218 CV).
Consideraciones iniciales
El BMW 118d parece el punto de equilibrio entre rendimiento y eficiencia. Además está asociado al cambio automático de ocho relaciones para que nos podamos olvidar del embrague. Con un turbodiésel BMW TwinPower Turbo de cuatro cilindros en línea, inyección directa y turbo de geometría variable, esta versión del BMW del segmento C satisfará a aquellos que busquen un comportamiento deportivo como ya te contamos en nuestra prueba en profundidad del modelo.
Los datos homologados de consumo de la versión automática del 118d son 5,1 l/100 km en territorio urbano y 3,7 l/100 km en ciclo extraurbano. El consumo combinado es de 4,2 l/100 km. Veremos cuánto hay de cierto en estas cifras.
El modo Eco Pro mejora la eficiencia del Serie 1
En la ficha técnica he visto que el peso de esta versión con el equipamiento de serie es de 1.425 kilos, más o menos en la media del segmento. A pesar de contar con la práctica carrocería de cinco puertas no haré uso de las plazas traseras: viajaré solo y con ligero equipaje así que en total, y sumando el equipamiento opcional, serán algo más de 1.500 kilos los que moverá el motor de gasóleo.
Entre los elementos de equipamiento opcional que lleva esta unidad cabe destacar el paquete deportivo M, que cuesta 3.300 euros. El kit aerodinámico le sienta realmente bien pero además de la estética exterior también se personaliza el interior con unos asientos deportivos tapizados en tela y Alcántara, molduras específicas, reposabrazos delantero deslizable y un impecable volante de cuero M.
En el plano dinámico, el paquete M añade una suspensión deportiva y unas llantas de 17 pulgadas con unos neumáticos Bridgestone Potenza S001 de altas prestaciones en unas desproporcionadas medidas de 225/45 R17 delante y 245/40 R17 detrás -las llantas de serie son de 16 pulgadas con 195/55 R16 en ambos ejes-. Estos enormes zapatos nos van a dar mucha tracción pero a buen seguro penalizarán el consumo mucho más que otros de baja resistencia a la rodadura y medidas más razonables.
Tengo poca intención de realizar una conducción deportiva así que viajaré con el modo Eco Pro activado, que ofrece un buen confort en viajes largos y optimiza el gasto de combustible mediante la gestión específica de la transmisión, la calefacción y el aire acondicionado.
Arrancamos
El punto de partida de nuestra aventura con el Serie 1 es la sede de BMW Group España. Mi primera etapa, de corto recorrido, me llevará hasta la zona sur de Madrid así que una opción es atravesar la capital de norte a sur y la otra es tomar la M-30 (o Calle 30 o como quiera que la llamen ahora). Sin pensarlo dos veces elijo ir por la M-30 Oeste para salir por la A-5 y después coger la M-50 hasta mi destino.
Selecciono el modo Eco Pro y nada más entrar en la M-30 me encuentro con la agradable sorpresa del poco tráfico existente a pesar de ser viernes, por lo que puedo rodar a ritmo constante entre los 60 y 70 km/h. Se dan las condiciones perfectas para obtener consumos contenidos y de hecho es a los 18 kilómetros de iniciar mi recorrido cuando obtengo la media más baja de todo el fin de semana: 3,7 l/100 km. Un buen dato con todo a favor, aunque con el climatizador conectado permanentemente como no puede ser de otra manera a estas alturas del año en la capital.
El 118d homologa un consumo combinado de 4,2 l/100 km
Saliendo de la vía de circunvalación de la capital puedo aumentar el ritmo y rodar a unos 90-100 km/h hasta llegar a Fuenlabrada, ciudad desde la que saldré al día siguiente hacia la costa levantina. Callejeando por la localidad madrileña compruebo que el sistema Auto Start/Stop es un poco brusco en las re-arrancadas pero que, sin duda, permite ahorrar combustible.
El recorrido urbano eleva el consumo unas décimas: al final del trayecto el ordenador de a bordo marca 63 kilómetros recorridos, 5,3 l/100 km de media y una velocidad de 43 km/h. El primer contacto con el modelo de BMW me ha dejado un buen sabor de boca, veremos cómo se comporta el día siguiente, cuando haré una ruta de más de 400 kilómetros.
De camino a la costa
El sábado amanece despejado y el sol empezará a apretar pronto así que el aire acondicionado empieza a trabajar desde el principio. Pongo el ordenador parcial a cero y meto la ruta en el navegador, que me marca mi destino a 411 kilómetros cogiendo las vías de peaje R-4 y AP-36. Evitando carreteras de pago la distancia se incrementa hasta los 426 kilómetros necesitándose apenas 18 minutos más. Como me sobra más tiempo que dinero acepto esta opción sin peajes que plantea el navegador Professional de BMW.
La idea es coger la M-50, continuar por la A-3 y en La Roda (Albacete) tomar la A-31 hasta la provincia de Alicante. Entre destinos turísticos tan conocidos como Benidorm, Villajoyosa, Santa Pola o Torrevieja me dirijo a Elche. Una consideración importante es que el punto de partida está a 660 metros sobre el nivel del mar hasta los apenas 60 de Elche. Un desnivel a mi favor de 600 metros que a buen seguro repercutirá en un consumo más ajustado.
El 118d se muestra como un excelente rutero
En los primeros kilómetros de la A-3 hay algo de tráfico y me muevo entre los 90 y los 110 km/h pero una vez fuera de la Comunidad de Madrid la carretera se despeja bastante. En los 100 primeros kilómetros el ordenador del Serie 1 marca 4,6 l/100 km con una media de 92 km/h.
En la provincia de Cuenca, entre Montalbo y Honrubia, hay varios puntos en obras. No me pilla de sorpresa porque tengo la sensación de que en la A-3 las obras no se crean ni se acaban, sólo se transforman. Siempre hay algún punto con un laberinto de marcas viales amarillas y conos, aunque en esta ocasión la circulación se mantuvo fluida.
A mitad de camino toca parar para estirar las piernas. La velocidad media hasta este punto ha sido de 101 km/h y el consumo ha bajado hasta los 4,4 l/100 km. Al BMW le quedan 200 kilómetros por delante.
La segunda mitad del trayecto mantengo el coche entre los 120 y los 130 km/h de aguja la mayor parte del tiempo. El consumo no sube, porque una vez pasada Almansa hay frecuentes bajadas en las que puedo sacar provecho del modo planeo: la transmisión se desacopla del motor aprovechando la inercia para moverse ‘a vela’.
Salgo de la A-31 y enlazo con la A-7 para entrar a Elche por el norte, cuando el ordenador marca unos excelentes 4,3 l/100 km de media a 108 km/h de media. Circulo por las calles ilicitanas en dirección al centro, donde tras dar varias vueltas encuentro un sitio para aparcar. Después de más de 400 kilómetros, la media de velocidad se queda en 100 km/h y el consumo en 4,4 l/100.
En la segunda parte de esta prueba veremos cuánto consume en el camino de vuelta.