Prueba Ford Tourneo Courier 2024, llega el monovolumen más «pintón» de la casa
Ford dio la sorpresa con el nuevo Tourneo Courier. Su aspecto juvenil y desenfadado hizo que muchos se fijaran en un sector que no suele ser el más atrevido o atractivo, lejos de términos prácticos. Pero, ¿qué tal es el Courier en la vida real? Hora de una primera toma de contacto.
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Publicado: 19/02/2024 20:00
Las furgonetas son un segmento que han cambiado significativamente en los últimos años. Tanto es así que ahora son vehículos con un elevado potencial práctico, pero también con un gran confort de marcha y todos los beneficios atribuibles a un turismo «convencional». Las versiones de pasajeros son los herederos directos de los ya prácticamente extintos monovolúmenes que todos recordamos de la primera década del 2000, por ello están recibiendo un alto nivel de interés por un cliente que busca la practicidad ante todo.
Seamos sinceros, las furgonetas (o monovolúmenes) no son los coches más pasionales de la mercado. Su potencial más bien se centra en otros apartados, algo que ya sucedía hace 20 años con los primeros de su tipo. Modelos como el Renault Scenic, Ford C-Max u Opel Zafira, por mencionar algunos, fueron algunos de los más conocidos hasta no hace demasiado tiempo. Ahora, sus principales premisas han sido adoptadas por estos modelos que ahora son «lo más» para su tipo de cliente potencial.
Así es el Ford Tourneo Courier
Dentro de la gama de furgonetas de Ford encontramos dos grandes familias bien diferenciadas: Transit y Tourneo. Estas apuntan hacia un cliente con vistas puramente laborales o de una practicidad diaria, respectivamente. Dentro de la familia de los monovolúmenes para pasajeros, a día de hoy, se encuentran, por tamaño de mayor a menor: Custom, Connect y Courier. El último en llegar ha sido el más pequeño Courier para enfrentarse a modelos tan bien asentados como el Volkswagen Caddy, Mercedes Clase T o Renault Kangoo.
Estéticamente, el Ford Tourneo Courier llama mucho la atención por contar con una imagen del todo desenfadada. En el frontal toma todo el protagonismo su enorme parrilla de color negro que aúna dentro de sí misma los propios grupos ópticos, los cuales se dividen en dos secciones, una superior para la luz LED diurna y una más abajo para la luces de carretera. En el centro de la misma se sitúa el actualizado emblema de Ford. En los extremos del frontal, dos nuevas molduras también en plástico negro decoran la zona donde se ubican los antiniebla.
La trasera, aunque no es tan llamativa como su frontal, cuenta con elementos muy atractivos. En el centro del conjunto se ubica el nombre del modelo en gran tamaño, así como el emblema de la marca norteamericana. Sus grupos ópticos son bastante simplistas en cuanto a diseño (tampoco hace falta más), dispuestos en forma vertical y unidos con la ya mencionada moldura de plástico negro.
En términos generales, el Courier cuenta con una decoración de plástico negro, también por los bajos de todo el modelo, simulando así el carácter aventurero del mismo y acercándolo al sector más popular a día de hoy: el de los SUV. Pero si hay algo que llama poderosamente la atención es la posibilidad de decorar su carrocería pintada en dos tonos, con el techo en color blanco.
Sin salir de su decoración, cuenta con llantas de 16 o 17 pulgadas en su catálogo, mientras que la paleta de colores disponibles consta de siete tonalidades. De estas, únicamente podrán montar el techo en color blanco los Gris Cactus y Verde Bursting, o en color negro, el Frozen White por un coste extra de 420 euros.
Las medidas exteriores del Ford Tourneo Courier son las siguientes: 4.337 mm de longitud, 2.076 mm de ancho y 1.817 mm de alto. Su distancia entre ejes está marcada en 2.692 mm, mientras que su altura al suelo es de 170 mm. Es capaz de cargar hasta 700 kilos de peso en su interior y remolcar una tonelada.
Un interior práctico y muy Ford
Mirando hacia su habitáculo, el Ford Tourneo Courier estrena numerosos elementos, así como una nueva disposición de elementos sobre el salpicadero. En términos generales, el modelo cuenta con un espacio donde los botones se han reducido significativamente, dejando ahora únicamente una pequeña hilera donde se podrá acceder al menú de la climatización, ayuda al aparcamiento o el volumen del sistema multimedia. También se ha ubicado aquí el propio botón de arranque del coche.
Sobre el propio salpicadero, y abrazadas por una moldura en negro piano, se encuentran las dos pantallas clásicas de los coches actuales: instrumentación e info-entretenimiento, las cuales cuentan con una diagonal de 12 y 8 pulgadas, respectivamente. El sistema está operado por la versión SYNC 4, que incluye navegación, conexiones inalámbricas a Apple Carplay y Android Auto, así como aplicaciones propias. De forma paralela, también incorpora una multitud de huecos portaobjetos, así como un cargador inalámbrico para smartphone en la consola central.
Por supuesto, tratándose del tipo de vehículo que es, el Ford Tourneo Courier presenta una excelente relación entre espacio habitable y comodidad interior. Sus asientos delanteros guardan un mullido más que agradable, pero también sujetan bien el cuerpo en los extremos, haciendo que sean realmente cómodos, así como prácticos.
Echando la vista hacia la fila trasera de asientos se pueden ver tres plazas, donde la central (como suele suceder) es algo más dura y no tan confortable como las dos de los extremos, aunque utilizable. El espacio general aquí, tanto para las piernas como para la cabeza, es enorme. Personas de alta estatura no tendrán ningún problema para viajar cómodos.
Por último, echando un vistazo a su maletero, encontramos un enorme volumen donde guardar objetos; concretamente, 570 litros en su configuración mínima desde el piso hasta la bandeja o 1.188 litros si se cuenta hasta el techo. En caso de necesitar aún más espacio, la segunda fila se puede abatir en una proporción 60:40 para alcanzar los 1.198 litros o los 2.162 (en caso de contar el volumen hasta el techo).
Motorizaciones, acabados y precios
La más pequeña de las furgonetas de Ford cuenta, de momento, con una única motorización disponible: el archiconocido bloque EcoBoost de 1.0 litros de cubicaje que eroga 125 CV. Este se podrá vincular con una transmisión manual de 6 velocidades o una automática de 7 relaciones. Su consumo homologado se sitúa en torno a los 6,8 litros a los 100 km, mientras que sus cifras de emisiones rondan los 160 g/km, según su homologación en ciclo WLTP.
Más adelante también contará con una variante totalmente eléctrica en su gama de la que aún se desconocen buena parte de los detalles. Se montará sobre la misma plataforma del Puma eléctrico, tendrá 136 CV y se podrá recargar a una potencia de hasta 100 kW en corriente alterna. Su llegada está programada para finales del presente 2024.
El modelo se podrá adquirir seleccionando entre tres acabados muy completos: Trend, Titanium o Active. El más asequible (Trend) parte de los 26.900 euros, mientras que los otros dos (Titanium y Active) hacen lo propio desde 28.470 y 29.999 euros, respectivamente. Incorporar el cambio automático tendrá un coste adicional de unos 2.500 euros, aunque dependerá del acabado escogido.
Prueba de conducción
Como ya hemos mencionado, el Ford Tourneo Courier (y los monovolúmenes en general) tiene claro cuál es su cliente tipo, y no es precisamente aquel que quiera un coche dinámico y con el que poder ir a «coger curvas» un domingo. Más bien se enfoca en un tipo de persona que busca la practicidad, la comodidad y la habitabilidad ante todo. Hasta aquí todo está muy bien, y lejos de renunciar por completo al primer grupo descrito, el Tourneo Courier se acerca más a este que cualquier otro monovolumen que haya probado hasta ahora.
No, no quiero decir que el Courier sea el modelo ideal con el que ir a tomar curvas a la sierra, sino que su dinámica es tan propia de una marca como Ford que sería reconocible hasta con los ojos vendados. Todos los modelos de la marca siempre se han valido de un dinamismo con mayúsculas, y aquí vuelve a suceder esto.
Durante nuestra primera toma de contacto hemos podido poner a prueba al modelo principalmente por vías rápidas (autopistas o autovías), pero también sobre carreteras de montaña; y no, no defrauda. Su propia concepción hace que el coche sea algo «blandito» de suspensiones (menos de lo normal), pero en otros términos cuenta con una puesta a punto propia de la firma norteamericana.
Su dirección tiene un tarado más rígido y que comunica realmente bien qué sucede más allá del aro del volante. En la misma medida, también da un buen feeling el tacto de sus pedales o el de la caja de cambios, la cual mantiene la viveza del coche en el rango necesario, y en caso de precisar subir o bajar marcha lo hará a una gran velocidad.
A pesar de todos estos atributos, el modelo es realmente cómodo para llevar a cabo largos viajes sobre cualquier tipo de asfalto. Esto viene gracias a las mencionadas suspensiones, pero también a una posición de conducción muy natural y cercana a la de un turismo, algo de agradecer a Ford.
Entrando en otro término de cosas, el Courier cuenta con una buena insonorización interior, especialmente en recorridos por vías rápidas. No obstante, sí se deja sentir el ruido aerodinámico, algo lógico dado el propio diseño de los monovolúmenes modernos. Sin embargo, los que no se dejan oír en ninguna medida son el de rodadura o el de su mecánica.
Podríamos seguir hablando de su consumo durante nuestra prueba, pero dado que era una presentación y hay muchas cosas que probar, lejos de obtener una cifra real y explícita, debo decir que estos números hay que cogerlos con pinzas. Durante nuestro recorrido total, el Courier con cambio automático finalizó con una media de 8,2 litros a los 100 km. No obstante, he de admitir que esta cifra está realmente lejos de la normalidad para el modelo, donde sin ánimo de dudas, no será complicado rondar los 6 litros a los 100 km en condiciones normales y junto a una conducción diaria.
Las mejores conclusiones podremos sacarlas próximamente, durante una prueba más extensa y proporcionando unos datos más reales, especialmente en cuanto a consumos. Sin embargo, el Courier me ha dejado con muy buen sabor de boca en esta primera toma de contacto, especialmente en términos que no son tan imaginables dentro de un monovolumen, como es una lograda dinámica.