Prueba Honda Jazz, eficiente y único en su segmento
El modelo más eficiente y práctico de la gama Honda se llama Jazz. Este coche se declara como la única propuesta monovolumen híbrido del segmento B. Su mecánica dotada de un apoyo eléctrico es capaz de conseguir consumos realmente bajos con una practicidad diaria como pocos.
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Publicado: 07/04/2021 20:00
El segmento de los monovolúmenes se está quedando muy desolado. Grandes marcas que antes apostaban fuertemente por este segmento, han hecho un rotundo giro y han enfocado su estrategia hacia unos productos de corte más SUV. Honda por su parte, siempre ha encaminado la estrategia con el Jazz de una manera muy particular. Un monovolumen del segmento B, pero ahora con una profunda dosis de hibridación. Estas condiciones lo hacen ser un modelo único en su especie, y eso es lo que más nos gusta de él.
El Honda Jazz es capaz de enamorarnos gracias a su simpática estética, algo que no es muy usual en este tipo de segmento, ya que solían gustar por otras virtudes. Su aspecto es muy desenfado, con líneas suaves y apéndices muy redondeados. Nada de afiladas aristas o líneas rectas, aquí visualmente todo es suave y armonizado. En el frontal encontramos unos faros con luces y tecnología LED que podremos disfrutar de serie con cualquier acabado del Jazz. Las llantas por su parte tienen un diámetro de 16 pulgadas y tienen un diseño que favorece la aerodinámica del vehículo.
Si recorremos la zaga, unos faros también LED con una firma lumínica muy concreta decoran esta zona del coche, la cual es algo más simple y poco elaborada que el resto. En la zona inferior derecha, vemos la inscripción e:HEV, la cual hace apelativo de la tecnología de propulsión que utiliza.
El Honda Jazz se presenta como un modelo puramente lógico y con un tamaño contenido. Apenas cuenta con 4.04 metros de longitud, 1,69 metros de ancho y 1,52 metros de alto. Unas cotas que le otorgan ese aspecto tan urbano, pero que están sobradamente aprovechadas en todos los ámbitos posibles. Podemos escoger entre el 3 acabados para el Jazz (Confort, Elegance y Executive) y uno como tope de gama llamado Crosstar, el cual viene a dar por primera vez, una alternativa crossover al modelo. Hace unos meses pudimos poner ambos a prueba en esta comparativa con video incluido.
Si nos adentramos en el habitáculo del Jazz, vemos un interior muy bien aprovechado en cuanto a espacios, huecos donde guardar objetos y con una habitabilidad más que buena, en general. Si ocupamos el lugar del conductor encontramos un volante de sólo dos radios forrado en cuero, el cual únicamente podremos tener con ese tapizado si accedemos al acabado más alto, el Executive. Dicho acabado, incluye también múltiples sistemas de seguridad de todo tipo, el navegador GARMIN, la conexión vía Apple CarPlay de forma inalámbrica, apertura y arranque manos libres, sensores de aparcamiento delante y detrás o el panel de info-entretenimiento táctil de 9 pulgadas, la cual debemos incidir en lo bien que funciona y la fluidez que proporciona. Como detalle final, debo incidir en la seguridad que aporta el Jazz a todos sus ocupantes ya que posiblemente sea el único modelo del segmento B que incluye hasta 10 airbags en el interior, incluido el novedoso airbag central, ubicado entre sendos asientos delanteros. Una vez dicho esto, continuamos con conociendo el habitáculo.
Los asientos están tapizados en tela y cuero sintético, estos materiales también los podemos encontrar en paneles de las puertas o en la zona superior del salpicadero. Es un material que resulta muy atractivo tanto a la vista como al tacto, y se agradece profundamente que hayan decidido prescindir, en mayor medida, del odiado negro piano, al contrario que en la mayoría de marcas actuales. Dichos asientos acogen muy bien el cuerpo y son sobradamente cómodos para todas las situaciones, con un mullido general muy bueno.
Tras el volante encontramos un cuadro de instrumentos digital, el cual nos proporciona mucha información en todo momento, pero su personalización es nula. Su visibilidad disminuye en días especialmente soleados, pero por regla general tiene un funcionamiento notable en todas las situaciones. Bajando un poco la mirada sobre el salpicadero central, vemos un módulo de la climatización con diales y botones físicos (un nuevo agradecimiento para Honda), así como la calefacción en los asientos. En el selector de la caja de cambios automática, vemos junto a las clásicas posiciones, una denominada “B”, esta hace alusión al modo de frenada regenerativa, algo que nos vendrá especialmente bien para recorridos urbanos. Por último, en el salpicadero tenemos una doble guantera, así como dos útiles posavasos en los extremos del mismo.
Pasando a la fila trasera, la habitabilidad es notable. Tenemos un sobrado espacio para las piernas y también para la cabeza, personas de hasta 1,90m podrán viajar con comodidad. Sí echamos en falta un reposabrazos central, pero esto es algo que difícilmente encontraremos en un vehículo del segmento B. La homologación trasera es para 3 pasajeros, y aunque incidimos que el central no es el más adecuado para realizar un viaje, lo cierto que este no es de los más incómodos que hemos probado, ya que posee un mullido muy bueno y el túnel de transmisión central es prácticamente inexistente. Como detalle práctico y curioso en este coche, posee los llamados Magic Seats, que no es más que la función de abatir los asientos horizontal y verticalmente, dejándonos en este último caso, con un espacio vertical muy amplio para cuando queramos transportar objetos de gran tamaño.
Finalmente, enfocándonos en el espacio de carga, su volumen mínimo es de 304 litros. Un espacio que nos puede parecer algo justo, pero que si tenemos en cuenta las medidas del coche y la habitabilidad interior lograda, lo veremos como un espacio correcto. En caso de que necesitemos un volumen más amplio, podremos abatir los asientos traseros, ganando un volumen máximo de hasta 1.205 litros.
Levantando el portón del capó encontraremos un motor de gasolina i-VTEC de 4 cilindros con 1.5 litros de cubicaje y que, gracias al sistema eléctrico y mecánico, conjuntamente ejercen una potencia total de 109 CV y 253 Nm de par máximo. Puede parecer una potencia algo escasa, pero lo cierto es que en ningún momento echaremos en falta más, ya que es justo lo que necesitaremos en nuestro día a día.
La batería es de tímidas proporciones. Tiene una capacidad máxima de tan sólo 0,7 kWh, un volumen que se antoja escaso, pero que cumple su cometido de manera notable. Esta se activará en mayor o menor medida dependiendo del modo en el que circulemos: EV, Hybrid o Engine. En el primero, el Jazz se moverá en modo 100% eléctrico, en el segundo ambos motores actuarán conjuntamente y en el último, únicamente dará cobertura a las ruedas el motor térmico principal.
Prueba de conducción
Montarnos en el Honda Jazz y emprender la marcha, es símbolo de una conducción relajada y tranquila. La comodidad es muy generalizada en todo momento, así como la bajísima rumorosidad de todo el conjunto, salvo cuando precisamos de una aceleración mayor y revolucionamos el motor térmico, el ruido sí es bastante más audible desde el habitáculo, pero esto nos sucederá únicamente en contadas ocasiones.
La dirección es muy suave y no es tan directa como nos gustaría, ya que tienes que realizar un giro convencido para que tenga una repercusión como tal para la trayectoria del coche. Este no es un coche con el que irte de tramo para coger curvas, es más bien el mejor amigo que tendrás si tus desplazamientos son en gran parte por ciudad. Y es que en este terreno es donde el Jazz saca toda su artillería a relucir. Circulando con el modo B del cambio, la mayor parte del tiempo podremos ver como circulamos en modo EV, ya que las muchas frenadas a las que sometemos a un coche en ciudad, ayudan directamente al aumento de carga de la batería, ahorrando una gran cantidad de combustible.
La visibilidad al exterior también es un punto muy a favor de este coche. La superficie acristalada aquí es muy generosa en todos los lados del coche. En el pilar A encontramos una división del mismo, formando un espacio en el que ganamos también en visibilidad. Estas dotes unidas al pequeño tamaño del coche, hacen que sea el mejor aliado a la hora de buscar aparcamiento en las abarrotadas calles de nuestras ciudades. Su agilidad en este terreno también es un punto sobresaliente.
Más arriba me refería a que el campo de batalla predilecto del Jazz será la ciudad, y es que es donde hallaremos unas cifras de consumo más contenidas, siendo sorprendentemente fácil ver cómo el consumo medio roza sin apenas esfuerzo los 3,5 litros. Una auténtica pasada en este aspecto. Todo lo contrario sucede cuando encaramos vías donde se le pida un esfuerzo mayor al motor térmico, como autopistas, donde la media de consumo aquí se eleva hasta los 4,7 litros, una cifra más cercada a lo homologado oficialmente según el ciclo WLTP que lo estima en 4,8 litros.
Su conducción inspira a ser muy tranquila, jugando continuamente con los consumos y la participación (o no) del motor eléctrico. Como digo, en ciudad es raro el momento en el que circulemos que no lo hagamos en modo EV. En el cuadro de instrumentos podremos seleccionar la opción de ver qué motor nos está dando en cada momento la potencia, y donde podremos confirmar la baja participación generalizada del bloque térmico.
Conclusión y precios
Como conclusión a esta prueba, debo decir que el Honda Jazz me ha sorprendido mucho y para bien. Su conducción tranquila y eficiente nos deja con unos consumos muy bajos en vías urbanas, conjuntamente a una comodidad, practicidad y una baja rumorosidad de marcha como prácticamente ningún coche del segmento B nos deja.
Cómo opinión personal sé que es un coche en el que muy poca gente se fijaría a la hora de pensar en un coche que adquirir, su diseño simpático aunque anodino, no encajaría en la tónica que buscan las personas que comprar un vehículo de su segmento, pero a título personal, es un coche que recomendaría para aquella persona que hace muchos recorridos por vía urbana y necesita de un habitáculo cómodo y práctico, así como una mecánica con un gasto de combustible sencillamente ridículo. Por supuesto lo recomendaría con el acabado Executive, ya que la diferencia de precios entre el modelo de entrada y el tope de gama se ve recompensado con un gran aporte de distintos gadgets.
Encaramos la recta final de esta prueba hablando sobre el precio de partida del Honda Jazz en nuestro país. Podremos hacernos con una unidad con el acabado Confort (de acceso), por un precio de partida de 22.150 euros, una cifra que bien sabemos no es precisamente baja, aunque podremos hacernos con un Jazz Executive muy bien dotado de accesorios por 25.050 euros, una cantidad que viendo el generoso equipamiento del que goza, sí que se nos antoja mucho más atractiva proporcionalmente a la hora de hacernos con una unidad.