Prueba Hyundai i10 1.2 MPI N Line, simple pero sobradamente preparado
Los coches pequeños ya no son lo que eran, ahora son mejores. El Hyundai i10 es una excelente alternativa para moverse por la ciudad y sus alrededores sin tener que decir adiós a muchas comodidades.
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A la hora de comprarse un coche nuevo uno descubre rápidamente dos detalles. El primero, es la grandísima oferta disponible. Muchos tipos de carrocerías, tamaños, marcas, mecánicas, colores… La segunda, y más preocupante, es el encarecimiento de los precios en todas las categorías. Hoy no hay coches baratos, pero sí hay unos coches que cuestan menos que otros. El Hyundai i10 es el más barato de la marca coreana. Un cochecito lógico y cargado de honestas razones. Lo descubrimos.
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El i10 es el sucesor espiritual del Atos. Hyundai lo presentó a finales del año 2007 y desde entonces ha sido el coche más pequeño de la casa hasta la aparición del actual Hyundai Inster. Hoy ya son tres las generaciones que el modelo ha sufrido, la última de ellas en 2020, actualizada en 2023 para así ofrecer el aspecto que hoy vemos en las imágenes. Una considerable mejora estética que deja atrás la clásica asociación de ideas de pequeño es sinónimo de feo o cutre. El i10 rompe con todas las reglas de la categoría.
Al igual que lo hacen otros rivales del segmento como el KIA Picanto, su primo hermano. Pocos coches de este tamaño encontrarás tan bien presentados y equipados. Con la regla en la mano el i10 es fácilmente reconocido como un coche del segmento A. Sus 3,67 metros de largo y 2,45 metros de distancia entre ejes lo atestiguan. A esas cotas hay que sumar una anchura de 1,68 metros (sin espejos retrovisores), una altura de 1,48 metros y un peso de apenas 1.007 kilogramos para la unidad que hoy nos ocupa, el 1.2 MPI con acabado N Line.
La versión N Line es la más alta de la que Hyundai nos propone y, por lo tanto, la más cara. Entre su equipamiento de serie destacan elementos como: control de crucero, display multinformación en el cuadro de instrumentos, aire acondicionado, cierre centralizado, pantalla central táctil de 8 pulgadas, tomas USB, cámara trasera de aparcamiento y una larga lista de asistentes a la conducción. Lo único que echo en falta son unos faros principales de LED. Son halógenos y se me antoja algo pobre teniendo en cuenta el momento tecnológico en el que vivimos y el precio del coche.
Con tarifas oficiales descubrimos que el precio de salida de un i10 1.2 MPI N Line es de 20.840 euros, sin ningún tipo de oferta o promoción. Es barato comparado con los estándares actuales, pero hace unos años un i10 costaba prácticamente la mitad de precio. Se agradecen esos detalles adicionales de equipamiento, pero superada la barrera de los veinte mil euros hay que ofrecer algo más. Las pantallas y los asistentes por sí sólos no valen. Al menos estos últimos no son muy molestos y se pueden desactivar fácilmente.
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Lo que sí debo reconocer es que para lo pequeño que es el i10 está perfectamente aprovechado. La segunda fila de asientos ofrece un espacio muy generoso incluso para pasajeros de 1,90 metros de estatura. Es cómodo, aunque un tercer ocupante reducirá significativamente el confort general. El maletero también es grande par la categoría. Un mínimo de 252 litros ampliables a un máximo de 1.050 litros si se abate por completo la segunda fila de asientos en una proporción 60:40.
Al volante del Hyundai i10 1.2 MPI
Hoy estamos acostumbrados a ver exageradas potencias asociadas a sistemas eléctricos, pero en un mundo real rarísima vez se aprovechan. En un rango mucho más modesto está el i10 equipado con un motor atmosférico de cuatro cilindros y 1.2 litros. La ficha técnica anuncia un rendimiento máximo de 79 caballos de potencia y 113 Nm de par motor. ¿Es suficiente? Pues todo depende de para qué lo necesites. El motor está asociado a un cambio manual de 5 velocidades sin ningún tipo de sistema eléctrico entrometido.
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Esto le obliga a lucir la etiqueta C de la DGT. Un potencial inconveniente para quienes busquen un pequeño coche urbano con el que poder moverse por la ciudad y por sus cada vez más habituales ZBE (Zonas de Bajas Emisiones). Aunque es un problema que sólo afecta a los grandes municipios de nuestro país, es algo que debemos tener en cuenta. Los coches ECO tienen otras ventajas como pagar menos en los aparcamientos públicos en superficie. Para mí es un problema que puede limitar el número de clientes del i10.
Sin embargo, si la etiqueta no nos supone ningún problema, algo lógico, considero que el i10 es una de las mejores compras que puedes realizar. Es realmente polivalente para su tamaño. Buen diseño, mucho equipamiento, bastante espacio y un comportamiento muy digno. No es el coche más rápido del mundo, pero en el día a día, en un mundo real, es igual de rápido que cualquier súperdeportivo. Puede que incluso sea más rápido dada su agilidad para moverse por la calle.
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Es fácil de aparcar, maniobrable y nada incómodo. Como segundo coche es fantástico, o como primero y único si nos vamos a mover principalmente por ciudad y sus alrededores, o entre pueblos en distancias cortas y medias. El motor empuja con cierto brío a pesar de su carente potencia. Las primeras dos marchas son excepcionalmente cortas. Las marchas superiores son más largas. La quinta sólo se engrana en autopista.
No puedo ponerle muchas pegas, mecánicamente hablando. Puede que lo que menos me guste es el embrague. El recorrido es excesivo. El punto está demasiado arriba y puede llegar a ser incómodo. El tacto de la caja es bueno, con transimisiones bastante precisas. El volante también tiene su peso, transmite mucha información. Obviamente, no hay absurdos modos de conducción. Sencillez en su formato más pequeño.
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El comportamiento del i10 es siempre el mismo. Resolutivo en ciudad y algo más incómodo en viajes largos por culpa del ruido generado por el motor y el pobre aislamiento. Es algo que debemos tener en cuenta. Si estás acostumbrado a coger mucha autopista puede que no sea la opción que mejor te convenga. Más que nada por el confort de marcha, porque tiene buena estabilidad y un comportamiento muy digno. Hay que jugar con el cambio en diferentes momentos como salidas desde parado, adelantamientos o puertos de montaña.
Estos entornos afectarán significativamente al consumo. Ese es uno de los problemas de los motores pequeños y/o atmosféricos. El gasto depende mucho del tipo de conducción que se haga. Durante mi semana de pruebas el consumo medio ofrecido por el ordenador de a bordo ha sido de 6,4 litros con muchos recorridos urbanos. Hyundai anuncia las mismas cifras a baja velocidad. En ciclo mixto es posible bajar de los 6 litros, pero depende de la velocidad. La autonomía total es de, aproximadamente, 550 kilómetros.
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