Prueba Hyundai i20 ACTIVE, dinámica de compacto
Llega el momento de ponernos al volantes del nuevo Hyundai i20 ACTIVE. El crossover compacto está disponible en dos mecánicas gasolina de tres cilindros de hasta 120 CV y una diésel de cuatro con 90 CV, siempre unidos a un cambio manual y tracción a las rueda delanteras.
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Publicado: 30/01/2016 15:30
Seguimos con nuestra prueba del nuevo Hyundai i20 ACTIVE que tuvo lugar durante la presentación nacional de principios de semana. Una vez vista la primera parte en la que presentábamos al vehículo y analizábamos tanto el interior como el exterior, toca arrancar el motor y ponernos al volante del nuevo crossover coreano.
Comportamiento como el de un compacto
Su altura se eleva respecto al suelo 20 mm más en comparación con el Hyundai i20 de cinco puertas. Tanto las suspensiones como el control de estabilidad tampoco han sido modificados, aunque ha endurecido un poco los amortiguadores para que al principio sean algo más firmes para compensar la altura extra.
Durante la labor para la transformación de utilitario a crossover el vehículo no ha perdido aplomo en la carretera, al menos perceptiblemente. Nos da la sensación de estar dentro del compacto de lo bien que se comporta. Sorprende el reducido nivel de balanceo cuando tomamos una curva y su agilidad es más que correcta.
Mecánicas de tres y cuatro cilindros
Hemos probado las mecánicas 1.4 CRDI de 90 CV y el reciente 1.0 T-GDI de 120 CV de Hyundai, la misma que tuvimos la oportunidad de conocer en el nuevo Ceed. De forma similar a la experiencia con su primo de KIA, este propulsor tricilíndrico gasolina hace que se mueva el coche mejor de lo esperado sin embargo es susceptible a incrementar considerablemente el consumo medio cuando le damos alegría al pedal derecho.
En cambio, el propulsor diésel sin llegar a ser un cohete mueve correctamente al crossover con consumos reales no demasiado alejados de los homologados (5.2 litros/100 km reales vs 4.3 litros de consumo medio homologado, nada mal para un puerto de montaña), además cuenta con la ventaja de un mayor par motor de 240 Nm entre 1.500 y 2.500 rpm. Aunque eso si, notaras un incremento de las vibraciones al volante.
En el interior a penas notarás un aumento del sonido del motor diésel respecto al gasolina ya que el aislamiento es bueno, desde fuera percibirás rápidamente que se trata de un propulsor que quema gasóleo.
El 1.0 T-GDI de 100 CV no hemos tenido ocasión de probarlo pero la diferencia entre ambos gasolina es simple electrónica. La entrega de par es exactamente la misma , 171.6 Nm a 1.500 vueltas, mientras que la entrega de CV termina en este a las 4.500 rpm cuando en la versión de 120 estira hasta las 6.000. Esto quiere decir que el comportamiento del 100 CV debe ser muy similar al del 120 CV siempre que trabaje por debajo de las 4.500 rpm, lo que corresponde a un uso muy cotidiano.
Todos los motores se ofrecen con un cambio manual de cinco o seis velocidades dependiendo del propulsor equipado. El cambio de cinco velocidades es de serie en el gasolina de 100 CV, mientras que el de seis relaciones lo es en el gasolina de 120 CV y el diésel de 90 CV. La opción de equipar una transmisión automática no está ni siquiera prevista por el fabricante.
Conclusiones
El Hyundai i20 ACTIVE llega al mercado como una alternativa muy a tener en cuenta para aquellos que deseen un vehículo muy compacto (4 metros de largo), cómodo y resultón visualmente. Es cierto que el i20 ACTIVE es más llamativo estéticamente que el cinco puertas presentado el año pasado que ha tomando la senda de un diseño más equilibrado y apto para todos.
Los acabados y ajustes de sus componentes son muy correctos dando una sensación de convincente calidad y su dotación es de serie muy completa destacando que en el acabado más alto contiene tecnología de segmento superior.
El comportamiento es como el de un compacto cualquiera, lo que se traduce en que no requiere poseer habilidades extra para conducir este crossover y el vehículo reaccionará excelentemente en todas las situaciones cotidianas. Su actitud campera no va más allá de su elevada altura y añadidos sobre la carrocería.
En cuanto a sus mecánicas la diésel es la que más me convence pero el gasolina es un motor que hay que llegar a entenderlo, te sorprenderá por sus prestaciones pero tendremos que poner atención a nuestra manera de conducir si no queremos que se dispare el consumo. Echamos de menos la opción de equipar una transmisión automática.
El mayor atractivo de Hyundai es sin duda una excelente relación entre calidad y precio. No tiene nada que envidiar a sus rivales en cuanto a diseño y acabados pero el coreano siempre será más accesible económicamente a igualdad de características. Además todo ello siempre estará respaldado por los 5 años de garantía que ofrece el fabricante sin coste alguno y sin límite de kilometraje, ampliables para que también incluyan las revisiones durante ese periodo.