Prueba Hyundai i30 N Performance, pura rabia coreana
El Hyundai i30 N se presenta como uno de los compactos deportivos más queridos dentro del sector automotriz. Su corto periodo vital le ha bastado para cosechar toda una legión de acérrimos amantes; y he de decir, que no es para menos.
18 min. lectura
Publicado: 01/11/2022 20:00
He de decir que ponerse tras los mandos de un Hyundai i30 N es toda una experiencia que sirve para demostrar con justificación suficiente de que no sólo existe vida en los SUV y los coches eléctricos. La variante más prestacional de la gama i30 de Hyundai es posiblemente uno de los mejores compactos deportivos del mercado actual. Su potencia de hasta 280 CV pone el sello a un modelo que es pura rabia asiática y es muestra de que un coche deportivo jamás debe pasar desapercibido.
Esta no es la primera vez que ponemos a prueba la mecánica más potente de la gama del Hyundai i30, ya que anteriormente pudimos hacer lo propio con la versión primigenia, con el i30 Fastback N, así como con toda la gama N sobre el trazado del Circuito del Jarama. En definitiva, es un modelo que ya conocemos desde hace años, pero no por ello nos cansamos de probar nuevamente -eso podría considerarse un delito-.
¿Qué nos depara la estética del nuevo i30 N Performance?
Como bien sabréis, el Hyundai i30 N se actualizó convenientemente hace aproximadamente un año, junto a la renovación de mitad de ciclo de la variante mecánica más lógica. El deportivo implementó novedades como los nuevos faros con la renovada firma lumínica LED interior, además de incorporar la nueva parrilla con un patrón actualizado en la que se sitúa la letra N en un extremo; por si no recordábamos el coche que teníamos delante. Por último, su parachoques se ha modificado levemente para resultar más agresivo y continúa insertando la clásica línea roja en la zona baja del mismo.
En el perfil del modelo apenas se encuentran modificaciones con respecto a la variante precedente, más allá de acoger un nuevo diseño de llantas que pueden ser de 18 o 19 pulgadas dependiendo de la motorización escogida (normal o Performance). En cuanto a colores para decorar la carrocería, Hyundai presenta un total de 5 opciones para el i30 N: Performance Blue, Sunset Red, Serenity White, Dark Knight y Atlas White. En el caso del i30 N Performance, se añade un color adicional, el Phantom Black. Por último, en la versión más prestacional, las pinzas de freno irán decoradas en color rojo con la inscripción de la N sobreimpresa.
En la trasera, en términos generales, apenas ha modificado su aspecto desde la primera versión que se desvelara en 2017. Presenta un nuevo parachoques que integra un difusor mucho más deportivo, junto a dos salidas de escapes redondas de generosas dimensiones. También sus faros son nuevos y presentan la nueva firma lumínica. En el resto de apartados, el nuevo i30 N sigue siendo el mismo que todos conocimos, incluido el alerón y la tercera luz de freno en forma de triángulo en el centro de la parte superior.
Un interior muy racing y equipado
Si abrimos la puerta de acceso al interior, nos daremos de bruces con un espacio que a priori puede parecer convencional, pero bastará con sentarse en cualquiera de sus asientos delanteros para darse cuenta de que este coche sube la ecuación hasta otro nivel. Los mencionados asientos delanteros presentan una estructura muy deportiva, ya que son tipo baquet y están tapizados en Alcantara. Estos se amoldan con total perfección al cuerpo y nos sujetará en el paso por curva. Incluyen un logotipo N retroiluminado muy vistoso, sobre todo en momentos de baja luz.
Pero en esta zona será donde mayor diferenciación encontremos entre el i30 N “normal” y el i30 N Performance, ya que este último vendrá notablemente más equipado. El modelo más accesible presenta la pantalla central táctil de un tamaño mucho más comedido (8 pulgadas), mientras que el más prestacional hace lo propio con una de 10,25 pulgadas. En ambos modelos el cuadro de instrumentos será con la clásica configuración de agujas y una pequeña pantalla de 7 pulgadas en el centro.
Además de todo lo mencionado, el Performance equipa de serie también arranque por botón, calefacción en sendos asientos delanteros, calefacción en el volante y pedales en aluminio. Adicionalmente también incluye la apertura sin llave y numerosos asistentes y sistemas de seguridad activa y pasiva, como el sensor de lluvia, sensor de aparcamiento delantero, reconocimiento de señales o el sistema de detección en ángulos muertos.
Dejando a un lado el equipamiento del coche, pasamos a los asientos traseros. Estos son igual de espaciosos y confortables que los de un Hyundai i30 “normal”, pero presenta un tapizado mixto de cuero y Alcantara. En el asiento central se guarda un reposabrazos con el que los ocupantes de los asientos de los extremos viajarán con mayor comodidad.
Por último, pasando al espacio de carga, este presenta una capacidad mínima de 381 litros; mismo volumen que otras versiones del i30. Los respaldos de la segunda fila son abatibles en una proporción 60:40 y nos deja con un espacio total de 1.287 litros. En los i30 N (ambas versiones) en la zona más profunda del maletero queda vista la barra trasera anti torsión que, aunque puede ser un poco innecesaria que esté a la vista, le da un aspecto simplemente brutal.
Mecánica y precios
Como ya he mencionado con anterioridad, el Hyundai i30 N cuenta con dos versiones, una primera de acceso que presenta una potencia máxima de 250 CV y una posicionada como la más prestacional entre ambas y que se apellida Performance, el cual obtiene hasta 280 CV. La diferencia de prestaciones entre ambas variantes es notable, y aunque los dos monten el mismo bloque motor turbo de cuatro cilindros, el resto de aspectos difieren bastante.
Además de una puesta a punto mucho más radicalizada y un coche, en definitiva, más equipado, el Performance presenta un menor tiempo de ejecución del 0 a 100 km/h, ya que culmina esta maniobra en apenas 5,9 segundos, mientras que el “normal” hace lo propio en 6,4 segundos. También el par máximo entregado es notablemente superior en el Performance, ya que presenta 392 Nm (el normal son 353 Nm).
En ambas opciones siempre la velocidad máxima estará limitada electrónicamente a 250 km/h y sólo el Performance puede incorporar como opción un cambio automático 8DCT de 8 relaciones, aunque, desde aquí recomendamos siempre escoger la versión manual, ya que ese cambio es simplemente excelso. Por supuesto, esta ganancia de prestaciones del Performance tiene un apartado negativo y es el consumo de combustible, el cual se incrementa en torno a medio litro de media cada 100 kms. El i30 N no es especialmente un coche ahorrador en ninguna de sus variantes, aunque de esto hablaremos más detenidamente en la prueba dinámica.
Sin embargo, sí es un buen ahorrador en el siempre controvertido tema económico, y es que el i30 N se presenta como uno de los hot hatch más asequibles del mercado. Y sí, como uno de los mejores también, demostrando así que las sensaciones no están reñidas con un buen precio de partida.
El Hyundai i30 N comienza su precio en 36.350 euros, a los que se pueden restar hasta 4.400 euros por promociones de la compañía, lo que presentaría un coste inicial de 31.950 euros para la versión “normal”. En el caso del Performance habría que sumar algunos euros más que con descuentos se puede adquirir por 38.300 euros, y dado que apenas tiene opciones extras porque viene completamente equipado su precio podremos encarecerlo sólo 500 euros más por la elección de la pintura. Por último, la variante Performance de cambio automático suma 3.000 euros más a la versión manual y se sitúa en los 41.300 euros.
Empiezan los fuegos artificiales
No, no es una manera de hablar. Con sólo arrancar el i30 N Performance nos daremos de bruces con un sonido bronco y algunos gorgoteos con los que todos oirán que ya está activo el coreano. Y es que únicamente sentándonos en el asiento del conductor nos daremos cuenta de que no estamos ante un Hyundai i30 convencional, sino que aquí los asiáticos han jugado sus cartas de la mejor manera posible. La adicción a su posición de conducción llega a ser un hecho constatable.
El Hyundai i30 N Performance incluye hasta 5 modos de conducción: Eco, Normal, Sport, N y N Custom. En cada uno de ellos, el sistema de gestión del coche variará la rigidez de la dirección, tarado de las suspensiones, sensibilidad del acelerador o el sonido que emana de su escape; sin embargo, y aunque parezca irónico, a pesar de que seleccionemos el modo más desapercibido (Eco) el i30 N seguirá siendo una bestia capaz de dejar en ridículo a buena parte de deportivos de alto nivel.
Este siempre será un modelo duro (en todos los aspectos), ruidoso y rabioso; da igual cuál sea el modo de conducción escogido, ya que la elección se basará en "duro", "muy duro" o "durísimo". Y por supuesto esto no es un punto negativo, puesto que es un coche que tiene muy claro el mercado y los clientes potenciales a los que encandilar. Este no es un coche con el que hacer un viaje tranquilo, consumiendo poco y en el que prime el confort de marcha, para eso Hyundai ya tiene otros modelos que inciden en dicho sector.
Sus asientos, aunque son realmente cómodos y prácticos para pasar un día de trackday o hacer una ruta por nuestra serranía más cercana, lo cierto es que después de un viaje de algunas centenas de kilómetros nuestros riñones se verán más perjudicados que entusiasmados. No obstante, como digo, hay otros modelos en el mercado que son aún más incómodos que este.
Aunque siempre querremos circular en Modo N, principalmente para poder escuchar la dulce melodía de su escape, en ciudades en los que los baches están a la orden del día sentiremos lo mismo que una fruta al ser batida. Sin embargo, la solución a esto llega desde el modo N Custom, en el que se podrán ajustar todos los parámetros del coche para adaptarlos a nuestro gusto.
Entrando en el apartado de dinámica y sensaciones puras, el i30 N Performance podríamos presentarlo como un auténtico bólido del asfalto. La ganancia de velocidad en el 0 a 100 km/h es espeluznante, y no por las cifras como tal, ya que demora casi 6 segundos en ejecutarlo, sino por el mero hecho del sonido rebotando con ansia en el habitáculo, la dirección durísima y sus amortiguadores haciendo lo propio. Como digo, no son las especificaciones como tal (que también) sino las sensaciones que es capaz de darnos esta maravilla de origen coreano.
Por supuesto, si hablamos de "peros", su mayor inconveniente será un consumo del todo elevado. El i30 N Performance presenta un consumo medio en un recorrido por autopista de 6,9 litros. Puede parecer una cifra no tan exagerada, pero esta la logré haciendo una conducción "muy eco"; en caso de una conducción normal, con el aire acondicionado activado y rodando a velocidades legales, lo normal será no bajar de 8 litros. En cambio, por ciudad estas cifras se disparan. Circulando en modo normal y con los clásicos "arranca-para" de los atascos, lo normal será ver cifras en torno a los 11 litros de media. Por último, si queremos darnos un capricho de domingo e ir a nuestra carretera de curvas favoritas, la media será de alrededor de los 12 litros.
Como digo, este coche es pasión pura, aunque una pasión que puede llegar a ser algo cara cada vez que pasemos por la gasolinera. En comparación, un Volkswagen Golf GTI puede reducir la media del i30 N Performance en aproximadamente 2 litros en cada apartado, aunque no dará unas sensaciones ni parecidas a lo que es capaz el coreano, ni tampoco igualará su precio de partida, siendo el alemán notablemente más caro.
Conclusión
El Hyundai i30 N Performance me ha parecido el perfecto juguete para tener en el garaje. Todo lo que hace es para darnos a entender que las sensaciones son lo primero en un coche deportivo y que todo lo demás está de más. Por contra, sus consumos no son lo más apropiado que tiene el modelo, aunque para muchos será una contrapartida asumible a cambio de tener el que posiblemente sea el mejor compacto deportivo del mercado.