Prueba Hyundai Kona 2021, un restyling de manual

No se puede negar que el Hyundai Kona dio el pelotazo nada más aterrizar. El segmento B-SUV es cada vez más popular, está cerca de superar a sus hermanos mayores, y dada la alta rivalidad existente el destacar se convierte en un factor, no principal, fundamental. Para destacar hay varias formas de hacerlo, con un precio bajo, con un diseño llamativo y con sistemas mecánicos de última generación y asumibles por todo el mundo.

El Kona casi suma los tres factores en su haber. Nadie puede negar que es llamativo. Te gusta o lo odias, pero indiferente no te va a dejar. Lo es desde el preciso momento que Hyundai lo presentó al mundo, allá, por el año 2017. Y su restyling, el modelo que nos ocupa en esta prueba, lo es más. Algunos dirán que es feo, otros que es extraño y bastantes dirán que es bonito, pero lo que está claro es que es diferente. Diferente a todos los B-SUV que vemos en el mercado.

Eso es algo bueno porque, como ya he dicho, con tanta competencia, andar con medias tintas no te sirve de nada. O tienes un largo recorrido comercial tras de ti, como es el caso del Renault Captur, o tienes que jugártela para llamar la atención. A los coreanos le ha salido muy bien la jugada porque mes tras mes el Kona es uno de sus modelos más vendidos. Sin ir más lejos ocupó la octava plaza de los SUV más vendidos en nuestro país.

Los cambios aplicados en el exterior han sido pocos pero bien presentados. La mayoría se centran en el morro, y otros pocos en la trasera. De delante hacia detrás hay que mencionar la nueva parrilla, los nuevos faros principales (los de abajo), faros diurnos más estrechos (los de arriba), parachoques diferente y nueva posición del emblema, pasando de la parrilla al frente del capó. Pasando por el lateral no se aprecian cambios salvo los pasos de rueda delanteros rematados de una mejor forma por el cambio de los faros, y los nuevos juegos de llantas de hasta 18 pulgadas.

La zaga recibe más o menos los mismos cambios. Parachoques nuevo, pasos de rueda modificados y faros de nuevo diseño. Los superiores (los principales), mantienen el tamaño pero cambian la firma lumínica. Los inferiores cambian por completo, mantienen la posición pero mejoran la integración y el aspecto general. Con todo ello se puede decir que el Hyundai Kona sigue siendo "diferente" pero con un toque más elegante gracias a los elementos mejor rematados. Ah, también se suman nuevos colores a la paleta.

Saltando al interior nos encontramos también con mejoras. No tanto en diseño como en equipamiento y tecnología. Los coches pequeños ya no rechazan la tecnología de última generación, y al igual que el diseño importa, el equipamiento también suma puntos a la hora de ganar ventas y relevancia. Como ya digo, la disposición de los elementos no cambia mucho, ni la calidad de acabados. En este punto he de decir que esperaba una ligera mejoría en ese aspecto.

El excesivo uso de plásticos duros reduce la sensación de calidad percibida. Cierto es que son plásticos de calidad y bien rematados, pero esperaba que este restyling hubiera valido para introducir alguna mejora en ese aspecto. Obviamente el precio ha marcado la pauta. De sumar más calidad la factura final se hubiera resentido, y eso es algo que no te puedes permitir en un segmento donde cada euro cuenta. Así que para mantener el precio ajustado se ha rebajado la calidad de algunas zonas. Algo completamente lógico y razonable.

Pasa en todos los modelos, en algunos mucho más que en este, como es el caso del SEAT Arona o el Volkswagen T-Cross. Así que buena calidad y mucho equipamiento. La renovación de 2021 suma más sistemas a uno de los B-SUV mejor equipados. Hay diferentes niveles de equipamiento, de menor a mayor carga son: Klass, Maxx, Tecno, Style Sky, y el novedoso N-Line que le dota de un aspecto más deportivo. En el acabado base ya podemos toparnos con muchos elementos interesantes como el sistema multimedia con pantalla de 8 pulgadas con conectividad para smartphones o la cámara de marcha atrás

Obviamente, si saltamos a los acabados superiores vamos a encontrarnos con toda la tecnología que el Kona es capaz de incluir en sus 4,2 metros de largo 1,8 metros de ancho. Ahí sí que podemos destacar muchos atributos, algunos ejemplos son: faros full LED, cuadro de instrumentos digital de 10,25 pulgadas (novedad), Head-Up Display, sistema multimedia con pantalla táctil de 10,25 pulgadas, navegador, cargador por inducción, asientos delanteros calefactables y todo el equipamiento de asistentes y seguridad posible.

Es decir, mucho pero que mucho equipamiento, más digno de un segmento superior que de un B-SUV. Sinceramente no vas a echar en falta nada, pero tampoco creo que se necesite tanto en un SUV que a priori está pensado para la ciudad, aunque no le tiene ningún miedo a otros escenarios salvo el campo donde no se siente nada a gusto. El único inconveniente es el coste extra que vamos a tener que pagar por todos los sistemas. Ciertamente alto teniendo en cuenta la categoría.

Donde no se produce cambio alguno es en la habitabilidad interior. Al no haber un cambio en la estructura o en la plataforma del coche, se sigue ofreciendo un espacio muy bueno en la fila trasera, donde tres pasajeros podrán viajar con cierta comodidad, aunque estarán limitados por la distancia de hombros. La capacidad de carga tampoco sufre alteraciones, manteniendo los 374 litros de capacidad mínima, reducidos a 332 litros en las versiones eléctricas por la presencia de las baterías y los componentes auxiliares. Es un volumen algo menor al de sus rivales pero lo suficiente para el segmento.

En cuanto a mecánicas, hay opciones para todos los gustos y colores. La novedad reside en la tecnología de 48 voltios. Se trata de un sistema Mild-Hybrid que cada vez es más corriente y habitual. La DGT lo cataloga como un vehículo híbrido y gracias a ello obtiene la ventajosa etiqueta ECO de la DGT. Este sistema lo único que hace es maximizar la actuación de los sistemas de asistencia de consumo como el Start & Stop y el modo vela.

Se introduce de serie en el motor diésel y resulta opcional en la variante de gasolina de 120 caballos. De esta forma la gama se estructura en una variante diésel de 136 caballos, tres variantes de gasolina con 120, 141 y 198 caballos y dos motores diferentes. Un tricilíndrico de un litro y un bloque de cuatro cilindros y 1.598 centímetros cúbicos. A esas unidades sumamos un híbrido de gasolina con 141 caballos, batería de 1,56 kWh de capacidad y aproximadamente dos kilómetros de autonomía eléctrica.

La variante más limpia y ecológica es el Kona Electric. Mantiene la misma estructura que ya fue presentada y que ya probamos hace tiempo, pero obviamente recibiendo las novedades de gama más arriba mencionadas. Se caracteriza por un bloque eléctrico de 136 caballos o 204 caballos que está alimentado por una batería de iones de litio con 39,2 o 64 kWh de capacidad, respectivamente. Ofrece una autonomía máxima homologada de 484 caballos y una potencia de recarga máxima de 100 kW, pudiendo recuperar del 0 al 80% de la batería en apenas 45 minutos.

La mayoría de las versiones envían la fuerza del motor al eje delantero, aunque las versiones 1.6 TGDI de 198 caballos también pueden repartirla entre las cuatro ruedas mediante un programa 4x4 a demanda por parte del conductor. Las opciones de cambio también son dispares, pudiendo optar por cambios manuales de seis velocidades o transmisiones automáticas de doble embrague de seis (híbrido) o siete velocidades. La unidad eléctrica cuenta con su propio sistema de cambio de pares de engranajes y una marcha.

Antes de entrar en detalle sobre qué tal le sientan al Kona los cambios aplicados una vez estamos en marcha, decir que lamentablemente los precios también han sufrido cambios. El precio de salida del Hyundai Kona 2021 es de 22.390 euros, sin ofertas o promociones. Ese valor corresponde a una unidad con motor 1.0 T-GDI de 120 caballos con cambio manual y acabado Klass. El híbrido eleva la factura mínima hasta los 27.790 euros, sin promociones y con acabado Maxx. El más caro es el Kona Electric con 204 caballos y 484 Km de autonomía. Su precio arranca en los 40.650 euros, sin contar ofertas o promociones.

Prueba del Hyundai Kona 2021

Estructuralmente hablando el Kona de 2021 es exactamente igual al Kona de 2017. Los cambios introducidos han sido pocos, y principalmente hacen referencia a la suspensión y la dirección. Ambos componentes han sido reajustados para ofrecer una conducción más suave y un mejor aplomo en carretera, sobre todo cuando se circula a ritmo elevado.

La verdad es que el coche va mejor asentado, más refinado en un tacto normal y más estabilidad cuando se eleva el ritmo. Sigue sin ser un SUV especialmente dinámico, para eso ya llegará el Kona N de 280 caballos que tiene una pinta fenomenal. El resto de las versiones ofrecen un comportamiento ya conocido y más que probado.

Eso no quiere decir nada malo pues hablamos de un SUV muy equilibrado pero con un claro enfoque confortable. Es decir, justo lo que busca el típico cliente de un SUV utilitario. Pequeño, fácil de maniobrar y aparcar, económico, barato de mantener, y cómodo y seguro cuando te vas de viaje. Se podría decir que no destaca en nada, pero tampoco presenta ningún problema o defecto grave.

La gama mecánica está muy equilibrada. Como es lógico Hyundai sabe que el Kona Hybrid va a ser el más vendido, más del 50% de las ventas. Le siguen las unidades de gasolina, y con un porcentaje más residual está el diésel y el Kona Electric. Es lógico que esto sea así porque al fin y al cabo con el híbrido convencional tenemos coche para todo, además con la más que práctica etiqueta ECO si somos más urbanos. Hay que decir que los coreanos no van a sacar un Kona PHEV, así que si lo estás esperando siento decirte que no lo va a haber.

Los Kona Hybrid y Electric tienen levas tras el volante que permiten modificar el grado de frenada regenerativa

La opción híbrida es la más completa, sin lugar a dudas, pero las versiones de gasolina MHEV también pueden ser una alternativa muy lógica para aquellos que no quieren dar el paso a un coche híbrido pero les interesa tener la etiqueta ECO. Su conducción es absolutamente normal, tan normal que la tecnología de 48V apenas se va a notar, si eso un poco en los consumos. Bien en respuesta, correctos en consumos y muy buena calidad de rodadura con motores que apenas transmiten vibraciones al interior.

Y si lo que buscamos es volvernos lo más eficientemente posible el Kona Electric es una de las mejores decisiones que puedes tomar. Con una autonomía 100% eléctrica que te permite hacer una vida casi normal, tu preocupación máxima va a consistir en recargarlo de vez en cuando. Te puede valer un enchufe doméstico normal y corriente con el que poder recuperar energía por las noches. Puedes también invertir un poco más en una toma reforzada de 3,2 kWh y ya sería perfecto. Meter cargadores más grandes también es posible, pero cada uno tendrá que echar cuentas para ver si le conviene.

Seguro que estás pensando que qué pasa cuando vamos de vacaciones. Si te compras un eléctrico de Hyundai tienes reservado un coche de combustión durante 15 días al año. Así podrás despreocuparte de los viajes largos y poder escaparte donde quieras. Es bueno que Hyundai haya pensado en dar soluciones reales y factibles. Todos sabemos que los eléctricos tienen sus desventajas, pero si la marca te ayuda a minimizarlas, bienvenido sea.

Escoger entre una u otra mecanización dependerá de los gustos, los hábitos de vida y del dinero de cada uno. La oferta está ahí para satisfacer un amplio abanico de posibilidades. La recomendación es optar por aquellas versiones que ofrezcan las menores limitaciones posibles, y ahí ganan el Kona Hybrid o el 1.0 TGDI de 120 caballos con sistema MHEV. Dos opciones con toda lógica que a buen seguro se van a convertir en las unidades más vendidas.

Conclusiones

Es lógico y normal que el Hyundai Kona sea un éxito de ventas. En su casa solo está superado por el todopoderoso Hyundai Tucson. Ofrece todo lo que se pueda necesitar y un poco más. El restyling le ha sentado muy bien en todos los aspectos. Diseño nuevo pero sin perder ese toque diferente, más equipamiento, más tecnología, gama mecánica de última generación y una conducción mucho más madura. Muchos son los factores positivos.

Si lo comparamos con rivales de su mismo segmento no destaca especialmente en nada, pero tampoco presenta ningún defecto grave. Convence por su polivalencia y por su capacidad de adaptación a las necesidades de muchos clientes. Posiblemente lo menos positivo sea el elevado precio de venta del Kona Electric o la diferencia de precio del Kona Hybrid con mecánicas convencionales. Pero al fin y al cabo son precios corrientes para el segmento y la industria. La electrificación sale cara, pero en este caso, al menos, compensa.