Prueba Hyundai KONA 2023, ¿realmente tiene sentido el Tucson?

El Hyundai KONA es uno de esos coches polivalentes que tan buenos resultados dan a las marcas. Su nueva generación llega cargada de novedades que nosotros ya hemos podido probar en primera persona durante su presentación.

Prueba Hyundai KONA 2023, ¿realmente tiene sentido el Tucson?

17 min. lectura

Publicado: 13/07/2023 18:00

A lo largo de los últimos 30 años, tiempo que Hyundai lleva en España, el panorama de coches ha cambiado mucho. Hoy los conductores buscan compras que antes ni existían y los SUV se llevan el gato al agua por su apariencia y versatilidad. Si hablamos de polivalencia pocos pueden igualar las capacidades del Hyundai KONA, una auténtica navaja suiza mecánica que es capaz de ofrecer una solución diferente para cada tipo de comprador. Una nueva generación ya ha llegado al mercado.

Hyundai mantiene la apuesta por el diseño extravagante copiando elementos del Staria

Antes de entrar a valorar esta nueva etapa del KONA, echemos un poco la vista atrás para darnos cuenta de la importancia que este coche tiene en Hyundai. La primera vez que supimos del KONA fue en el año 2017 durante la celebración del Salón del Frankfurt. Nada más presentarse ante el gran público alemán todos nos dimos cuenta de que estábamos ante un coche de volumen. Su imagen era lo primero que llamaba la atención, pero una vez entrabas en detalle te dabas cuenta que era mucho más que un coche diferente, y no lo digo sólo por el conflictivo nombre en Galicia.

Sus medidas siempre han sido ideales para muchos tipos de compradores. La nueva generación, la segunda, crece ligeramente, adentrándose más en el segmento C-SUV europeo. Exteriormente sus nuevas cotas lo llevan hasta los 4,35 metros de largo (4,38 metros para los acabados N Line), 1,82 metros de ancho y 1,58 metros de alto. A esas medidas hay que sumar una distancia entre ejes de 2,66 metros, 6 centímetros más que en el modelo ya descatalogado. Eso tendrá una ventaja importante como ahora te contaré.

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El KONA crece en todas sus medidas, acercándose mucho al Hyundai Tucson

Una vez más el KONA no trata de pasar desapercibido. Los diseñadores de Hyundai han cogido el concepto innovador de la primera serie y lo han llevado a una nueva cota de extravagancia. No hay forma de definirlo ni un término medio en cuanto a gusto. O te gusta o no, pero a tenor de las cifras de venta de la primera generación está claro que se puede decir que ha gustado. Personalmente, esta segunda generación me parece más atractiva y que en persona gana más que en las imágenes. Sobre todo destaco las dos franjas de LED que sirven para la iluminación delantera y posterior.

La renovación estética no se queda únicamente en el exterior. El habitáculo cambia drásticamente, adaptándose a la nueva política de diseño de Hyundai. Destacan las líneas limpias y los espacios abiertos donde la digitalización toma el control. La presentación es muy llamativa, aunque no se puede decir que la calidad sea excelsa. Hyundai ha empleado demasiados plásticos en zonas en los que no deberían estar como el salpicadero o los paneles de las puertas delanteras. Son plásticos de tacto agradable, pero plásticos al fin y al cabo. Se echa en falta un puntito más de calidad, pero también hay que tener en cuenta que se comería al Tucson.

La presentación del habitáculo es muy buena, aunque los materiales podrían ser mejores

Como en todo coche moderno que se precie hay que destacar la digitalización de los sistemas. Las pantallas permiten reducir el número de botones, pero en este caso Hyundai ha buscado un punto intermedio muy logrado. Instrumentación y sistema multimedia se muestran en un panel curvo corrido con sendas pantallas de 12,3 pulgadas cada una. Es la misma presentación que ya hemos visto en otros productos importantes como el Hyundai Tucson o el Hyundai Ioniq 6. Las pantallas destacan por su mucha información, buena calidad de imagen, aunque no tanto por sencillez de uso. Requiere un tiempo de adaptación.

Obviamente, el nuevo Hyundai KONA esconde muchas más chucherías en su interior. Existen varios niveles de equipamiento, los habituales en Hyundai: Maxx, Tecno, N Line y N Line Style. En los acabados más completos encontramos elementos tan interesantes como los faros Full LED, Head-Up Display, conectividad inalámbrica para smartphones, navegador, servicios conectados, actualizaciones remotas, acceso mediante llave digital, climatizador automático, iluminación ambiental y mucho más, incluyendo un paquete completo de asistentes a la conducción con un nivel 2 de autonomía.

La pantalla central cuenta con el último S.O de Hyundai. Más sencillo y usable

Hay que reconocer que el espacio interior del nuevo KONA es mejor que el de su predecesor. La mayor superficie acristalada y las tapicerías claras generan una mayor sensación de amplitud que se ve corroborada con el metro en la mano. Los ocupantes de la banqueta trasera irán más cómodos porque tienen más hueco para las piernas. La altura tampoco supone ningún problema para los pasajeros más altos, hasta 1,85 metros podrán ir muy bien. La anchura es la cota más limitada. No caben tres sillas infantiles y tres adultos viajarán algo incómodos en largos recorridos.

El mayor tamaño del nuevo KONA también le permite ofrecer un volumen de carga considerablemente más grande. Con 466 litros de capacidad mínima y 1.300 litros de capacidad máxima se puede decir que dispone de mucho espacio donde guardar objetos. Son casi 100 litros más que la generación anterior. El modelo con mayor volumen de carga es el KONA Electric. En ese caso el maletero amplía su tamaño hasta los 493 litros como mínimo. La ventaja es que cuenta con un pequeño baúl delantero de apenas 27 litros que resulta muy práctico a la hora de guardar los cables de carga.

El maletero es muy práctico, con formas rectangulares y una bandeja con dos alturas

Ya que hablo de cables de carga, es buen momento para contarte cómo está distribuida la gama mecánica del nuevo KONA. Hay que tener en cuenta que por ahora sólo han salido al mercado las unidades térmicas e híbridas, pero al igual que en el pasado, se esperan unidades de gasolina, híbridas no enchufables y versiones 100% eléctricas. Lo que no está confirmado por el momento es la llegada de una versión deportiva firmada por N, aunque teniendo en cuenta la buena aceptación de la gama no sería nada extraño pensar que sí acabará llegando.

Las potencias oscilan entre los 120 y los 218 caballos. Las unidades térmicas montan los bloques turboalimentados 1.0 TGDI de tres cilindros y 120 caballos y 1.6 TGDi de cuatro cilindros y 198 caballos. Mientras que el primero sí puede asociarse con un esquema MHEV de etiqueta ECO, el segundo no tiene esa posibilidad. El KONA HEV se sitúa en un término intermedio de potencia. Ofrece el motor 1.6 GDI atmosférico de gasolina que se asocia con un propulsor eléctrico y una batería de 1,56 kWh de capacidad bruta. El conjunto desarrolla una potencia máxima de 141 caballos y siempre se asocia con la etiqueta ECO y un cambio automático DCT de siete marchas.

La versión híbrida se antoja como la ideal por prestaciones, consumo y precio

Con respecto al KONA eléctrico, hay dos modelos. La versión de acceso, denominada Standard Range, cuenta con un motor delantero de 155 caballos y una batería de litio con 48,4 kWh de capacidad bruta. La autonomía de esta versión todavía no ha sido homologada. El modelo superior, tildado como Long Range, eleva la potencia de su motor delantero hasta los 218 caballos y está alimentado por una batería de iones de litio de 65,4 kWh de capacidad bruta. En este caso, Hyundai aplica un rango eléctrico homologado en ciclo WLTP de 490 kilómetros. Una cifra que se avecina como muy real si tenemos en cuenta los registros obtenidos durante la prueba del KONA Electric anterior, con el cual pudimos hacer 550 kilómetros sin parar a recargar.

Al volante del Hyundai KONA 2023

Después del Hyundai Tucson, el KONA es el modelo más vendido de la marca coreana en nuestro país, pero tras probar el modelo más pequeño uno empieza a dudar realmente si merece dar el salto al superventas. Apenas hay 15 centímetros de diferencia entre ellos y 80 litros de volumen de carga. Es decir, no es una diferencia realmente significativa si tenemos en cuenta que ambos podemos considerarlos dentro del segmento C-SUV. ¿Dónde salimos ganando con el Tucson? Pues sinceramente creo que la única ventaja que tiene es en calidad de acabados y en espacio, pero tampoco tanto.

El KONA ha ganado madurez en marcha. Un coche mucho más aplomado y cómodo

Al volante se nota que el KONA ha dado un salto importante hacia delante. El crecimiento en tamaño le permite ir más aplomado en carretera a altas velocidades. El aislamiento es muy bueno, al igual que la estabilidad. En autopista se siente cómodo al igual que seguro. Los kilómetros caen de forma sencilla y sin molestia alguna, ni siquiera cuando la carretera se pone especialmente rugosa o rota. El comportamiento tiende al confort por encima de cualquier otra cualidad, algo que está debidamente justificado teniendo en cuenta el enfoque general del coche.

Durante la presentación nacional he tenido ocasión de probar la versión que para mí es la más recomendable de todas, el KONA híbrido. La etiqueta ECO es un gran reclamo, pero también destacaría de él el comportamiento suave y agradable que tiene en marcha. Le falta algo de pegada a baja velocidad. Le cuesta ganar velocidad, pero una vez conseguida la mantiene sin problemas y lo hace manteniendo controladas las cifras de consumo. Hay que jugar un poco con el cambio para encontrarle la chicha y para eso están las levas tras el volante.

Las plazas traseras son muy generosas. Han ampliado su espacio con respecto al modelo anterior

Las palancas actúan de forma diferente en función del modo de conducción: Eco, Sport, Snow. Si bien la respuesta no cambia mucho entre cada programa, sí que cambia la respuesta de las levas tras el volante. En modo Eco permiten regular la regeneración del coche a la hora de levantar el pedal del acelerador. En el formato Sport sí actúan directamente sobre el cambio de doble embrague y seis marchas. Me ha gustado el hecho de poder controlar la frenada con las levas, algo habitual en los PHEV pero no tanto en los híbridos puros. Ayuda a regenerar la batería a baja velocidad y a extender lo máximo posible la autonomía de la batería.

A pesar de haber incrementado su tamaño, la pila no ofrece un rango eléctrico muy grande, apenas unos pocos kilómetros que dependerán en gran medida del uso que hagamos del acelerador. Si pedimos prestaciones el motor de gasolina atmosférico cobrará vida más de lo habitual, lo que supone un consumo de combustible mayor. Durante la presentación por tierras asturianas no ha habido lugar a comprobar los datos oficiales, pero si tenemos en cuenta que el objetivo nunca ha sido el ahorro, el ordenador ha arrojado datos próximos a los 6 litros de media por cada 100 kilómetros.

La conducción es muy agradable, aunque los asistentes son excesivamente intrusivos

Por último y no menos importante hay que hablar del factor económico. La primera generación del KONA fue un éxito porque ofrecía mucho por un precio contenido. Para esta segunda edición, el SUV coreano arranca sus precios en los 25.190 euros, con ofertas o promociones. Esa cantidad se refiere a un modelo de gasolina de 120 caballos con cambio manual y acabado Maxx. El más caro, por ahora, es el KONA Híbrido de 141 caballos que arranca sus tarifas en los 28.740 euros, con promociones. Sin duda alguna esta es la unidad más recomendable por precio, equipamiento y consumos.

Conclusiones

Hyundai ya tenía un coche estupendo. Sus ventas lo dejan bien claro. Así que lo que tenía que hacer para renovarlo era tan sencillo como complicado. El diseño extravagante sigue ahí, diferente, pero sigue. La presentación interior ha mejorado con la tecnología de la mano, aunque se sigue echando en falta algo más de calidad en algunas zonas. El espacio para los pasajeros traseros es mayor, al igual que la capacidad de carga. Su comportamiento no ha cambiado mucho, manteniendo sus muchas cosas buenas y algunas no tanto. En líneas generales hablamos de un coche más maduro, que no ha perdido interés. Más bien todo lo contrario.

El Tucson es 7.000 euros más caro. Sinceramente no sé si merece la pena dar el salto
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