Prueba Hyundai Tucson 2024, rejuvenecido y listo para seguir dando mucha guerra

Poco a poco, con el paso de los años, Hyundai ha ido dando los pasos acertados en la buena dirección. La marca ha cambiado mucho en las tres décadas que lleva presente oficialmente en España. Poco o nada queda de aquella marca barata que apenas llamaba la atención. Hoy está considerada como una de las empresas más importantes del panorama. Su flota ha crecido y se ha diversificado, pero el Hyundai Tucson sigue representando su modelo de mayor éxito. Una nueva edición llega ahora a las calles con la intención de reeditar ese logro.

El Tucson no siempre ha sido conocido como tal. La primera generación podríamos datarla del año 2004, en los albores de la era de los SUV comerciales. Aquella primera edición hoy tendría la consideración de todocamino utilitario dados sus 4,32 metros de largo. En 2009 llega la segunda iteración con importantes cambios. Su tamaño crece hasta los 4,41 metros y es rebautizado como Hyundai iX35 para así adaptarse a la por entonces nomenclatura coreana. En 2015 Hyundai vuelve a los orígenes. El Tucson vuelve a llamarse así y el tamaño crece hasta los 4,47 metros. Fue entonces cuando Hyundai empieza a ganar popularidad.

El Tucson de tercera generación plantó los cimientos que hoy lo convierten en uno de los SUV más demandados del mercado. La verdadera explosión la vivimos a partir del 2020, un mal año para la industria en general, pero excelente para los intereses de Hyundai. El Tucson más moderno de todos hizo honor a su consideración con un aspecto único. Su imagen ha sido el gran baluarte para su éxito, pero no ha sido la única razón para ello. Hay muchos más argumentos que han decantado la balanza a su favor, como el precio, el equipamiento y la oferta mecánica.

A finales del año pasado Hyundai anunció la llegada de un nuevo Tucson, el mismo que hoy centra toda nuestra atención. Tras haberse asentado firmemente en el mercado europeo, los coreanos han adoptado una mentalidad muy germánica: no toques nada que funcione. Es por eso que el Tucson de 2024 es casi idéntico al Tucson de 2020. No parece el lavado de cara más trabajado del mundo. No lo es y las razones están justificadas. Los cambios más notables los encontramos en los parachoques, en las llantas y en la paleta de colores. Al menos visto desde el exterior. Las medidas no cambian, manteniéndose en los 4,51 metros de largo y 2,68 metros de batalla.

Cosa bien diferente es cuando abrimos la puerta y echamos un rápido vistazo al interior. Ahí que se se pueden apreciar cambios a simple vista. La presentación es totalmente nueva. El salpicadero recibe ahora el formato de doble panel corrido. Dos pantallas individuales de 12,3 pulgadas que se unen para incrementar la carga tecnológica de un coche que ya de por sí venía muy completo. Otra importante novedad la encontramos en el túnel central. La palanca de cambios tradicional desaparece y se reubica en la columna de la dirección como ocurre en las más modernas unidades eléctricas. El espacio dejado se rellena ahora con una consola de efecto flotante que alberga varios espacios porta objetos y el cargador inalámbrico.

En un arrebato de sensatez, alejándose de la corriente actual de la industria, los diseñadores de Hyundai instalan un módulo de la climatización por separado. Bastante más vistoso que el del modelo de 2020, todo hay que decirlo. Botones y diales que facilitan el proceso. Se agradece. El sistema operativo también cambia para actualizarse a su última versión. Un equipo sencillo pero completo que mejora la calidad gracias a un panel de mayor resolución y a nuevas funciones añadidas. Como ya he dicho, la tecnología da un salto adelante, integrando sistemas como el HUD de 12 pulgadas, la llave digital o los faros matriciales de LED.

Desde su acabado de serie estamos hablando de un coche muy completo. Como ya es habitual en la casa, la gama de equipamientos se fractura en varios acabados: Klass, Maxx, N Line, Tecno Sky, N Line Sky y N Line Style. Un abanico muy completo de posibilidades que permite a cada cliente encontrar la solución que mejor se adapta a sus necesidades y a su presupuesto. Si bien el habitáculo va ganando en vistosidad a medida que ascendemos en la escalera, hay que reconocer que la calidad es buena desde el modelo más básico. Materiales blandos que arrojan una óptima sensación de confort y durabilidad. Es un coche bien hecho.

Dado que no se ha cambiado la plataforma o la estructura del coche, el Tucson de 2024 sigue mostrando los mismos índices de habitabilidad del pasado. Eso quiere decir que los pasajeros delanteros disfrutan de las mayores comodidades de todas, mientras que en la fila posterior se reserva mucho espacio para albergar a un máximo de tres adultos de forma cómoda. Se mantienen los elementos de confort como la salida de ventilación, el climatizador o los asientos calefactables (sólo en los acabados superiores). En cuanto a espacio de carga, el Hyundai Tucson anuncia 546 litros de capacidad mínima, ampliables a 1.725 litros si se abate por completo la segunda fila de asientos.

En lo que a oferta mecánica se refiere, Hyundai apuesta por ofrecer mucha gama, desde motores diésel a soluciones híbridas e híbridas enchufables. Las potencias oscilan entre los 115 y los 252 caballos. Las versiones térmicas, diésel y gasolina, cuentan con sistemas MHEV que les permite ofrecer la pegatina ECO de la DGT en sus versiones de cambio automático. Las unidades con caja manual lucen el distintivo C. Menos ventajoso. El híbrido reduce su potencia de los 230 a los 215 caballos, mientras que el híbrido enchufable es el único en lucir la etiqueta CERO. Con 252 caballos de potencia es capaz de recorrer hasta 63 kilómetros de forma eléctrica gracias a una batería de 13,8 kWh de capacidad.

Prueba del Hyundai Tucson 2024

Se puede decir que el ahora el Tucson es mejor de lo que nunca ha sido. Tiene la imagen, la calidad, el equipamiento, el espacio y el buen rodar para seguir conquistando el mercado. Al sentarse tras el volante te recibe un puesto de conducción alto que permite tener una excelente visibilidad en todos los ángulos. Es fácil conducirlo tanto en ciudad como fuera de ella, donde muestra un gran aplomo y un agradable refinamiento gracias a una mejora en los materiales aislantes. Apenas se filtran ruidos al habitáculo, lo que ahonda la sensación de calidad percibida.

Sí que es cierto que no es el SUV más dinámico del mercado, pero hay lógica para que sea así. Hyundai busca hacer que cada desplazamiento sea cómodo y agradable. Podrían haberlo hecho más dinámico incluyendo soluciones técnicas avanzadas como la suspensión adaptativa o el eje trasero dirrecional, pero eso habría supuesto elevar el precio final y eso tampoco lo querían los coreanos. La puesta a punto es blanda, la suspensión tiende al rebote y el coche en general al subviraje cuando se trata de llevarlo al extremo. No hay ningún problema con ello, pero hay que ser conscientes que no estamos ante un SUV deportivo si es que eso es lo que se busca.

Los kilómetros caen de forma tranquila, pero con la respuesta suficiente para adelantar o salir desde parado. La oferta se muestra muy variada y completa. Como ya pasase en el pasado, la compra más lógica y racional recae en el Tucson híbrido. Primero porque es más barato que sus homónimos ECO sin electrificación y segundo porque rinde mejor y con menos consumo. Su motor de cuatro cilindros se combina con un propulsor eléctrico para generar 215 caballos de potencia y 350 Nm de par motor. Otra de sus ventajas es que es capaz de moverse de forma 100% eléctrica durante muchos tramos urbanos, aportando un toque adicional de confort que los diésel no pueden igualar de ninguna de las maneras. La gestión se deriva a un cambio automático de convertidor de 6 velocidades.

El híbrido enchufable también puede ser una buena alternativa, pero, como ya sabrás, está condicionada a ciertos requisitos. Es imprescindible y obligatorio contar con un punto de carga doméstico pues de lo contrario estaremos pagando de más por la etiqueta. También hay que tener en cuenta que los híbridos enchufables se estropean si no se recargan, así que piensa muy bien si puedes sacar provecho al conjunto. Todas las unidades de la gama, a excepción de la versión de acceso, ofrecen la posibilidad de montar un sistema de tracción 4x4. Con una altura libre de apenas 17 centímetros no se puede decir que sea un SUV muy campero. Eso sí, la tracción total garantizará la mejor respuesta ante cualquier tipo de inclemencia climatológica.

En materia de seguridad el nuevo Tucson ofrece el paquete más completo que Hyundai es capaz de ofrecer. Muchos elementos que velan por nuestra protección y por la del resto de usuarios de la vía. Se agradece y se valora, pero hay que reconocer que no están bien integrados. Las alertas son muchas y muy variadas. Los pitidos se repiten por doquier y en muchas ocasiones el conductor no sabe qué aviso le está tratando de lanzar el coche. Resulta hasta molesto. Si se quiere conducir de forma tranquila, sin sobresaltos de pitidos y alertas, es necesario desconectar muchos de sus asistentes, por lo que el efecto de protección se desvanece.

Pero como siempre ha pasado con el Tucson, el precio es lo que desequilibra la balanza a su favor. En contra de la corriente habitual, Hyundai ha sabido crear un modelo muy completo que no sea disparatadamente caro, aunque tampoco luce los precios que lucía antaño. Hace unos días que publicamos los precios oficiales. Actualmente el Hyundai Tucson más barato que te puedes comprar está disponible desde los 32.925 euros, sin ofertas o promociones. La opción más lógica de todas, el Tucson Hybrid de 215 caballos con tracción delantera está disponible desde los 39.125 euros, sin promociones o descuentos. No es barato, pero es una compra de lo más razonable.

Conclusiones

Hoy cuesta encontrar un producto redondo de gran relación calidad-precio. Durante los últimos 30 años Hyundai ha estado trabajando para ocupar el puesto de las principales marcas generalistas europeas y se puede decir que lo han logrado. El Tucson es la muestra más evidente de ello. Un SUV muy completo y equilibrado al que le han sentado muy bien los cambios de esta nueva edición. Mantiene su estilo único, mejora su presentación interior y conserva una variada oferta mecánica. Aunque hoy puede ser tachado de caro, no se puede pedir más por lo que vale. Rivales europeos son más caros y no aportan el mismo valor. Eso sí, siguen sin gustarme los asistentes excesivamente intrusivos ni el dinamismo. Es excesivamente blando con una dirección que transmite muy poco.