Prueba Infiniti Q30 2.2d AWD Sport, individualista y con carácter
El Infiniti Q30 es el primer compacto de la marca y su modelo más europeo. Probamos el diésel 2.2d de 170 CV con cambio DCT de doble embrague y tracción AWD asociado al acabado Sport, que presenta una personalidad diferenciada del resto de la gama.
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Publicado: 17/03/2016 08:00
El Infiniti Q30 ha llegado al mercado con muchas ganas de dar guerra. La marca japonesa, hermana premium de Nissan que nació para competir en Estados Unidos, quiere asentarse en el Viejo Continente. Como punta de lanza estará su primer modelo fabricado en Europa y destinado al segmento más competido, el de los compactos.
En nuestro país, el Q30 también jugará un papel determinante ya que será la base para lograr el ambicioso objetivo de triplicar las ventas en los concesionarios en este 2016. En nuestro primer contacto en su presentación internacional el modelo japonés nos dejó tan buen sabor de boca que no dudamos en que era el mejor compacto de 2015.
Hemos vuelto a tener un encuentro con el primer compacto de Infiniti, pero esta vez el escenario ha cambiado radicalmente. Las bucólicas carreteras costeras de Lisboa han dejado paso al frío, el hielo y la nieve del Pirineo catalán. El puerto de la Bonaigua y los alrededores, con sus carreteras reviradas y exigentes, sacan a relucir el lado más dinámico del Q30.
Por eso en este nuevo contacto con el atrevido compacto japonés nos hemos centrado en el acabado Sport, un nivel de equipamiento con numerosas divergencias respecto al resto de versiones. El Q30 Sport tiene un enfoque más dinámico pero también más individualista y diferenciado.
Diseño sugerente y con carácter
De un simple vistazo es fácilmente identificable por los paragolpes delantero y trasero de diseño deportivo, los faldones laterales en color de la carrocería - son negros en el resto de versiones- o la parrilla frontal de doble arco con malla específica. También son propios del acabado Sport los retrovisores en color negro, las llantas de 19 pulgadas, la doble salida de escape en cromo oscurecido y el logotipo Q30S en el portón trasero.
En el interior también es fácil encontrar numerosos elementos destinados a la variante más deportiva de la gama entre los que destacan los magníficos asientos deportivos tapizados en Alcantara y cuero sintético, con un diseño muy envolvente y reposacabezas integrado. Son muy confortables y la única pega es que estos asientos no pueden contar con regulaciones eléctricas.
Las diferencias en el habitáculo no terminan ahí. El diseño de los botones del volante multifunción es diferente al carecer de relieves, el pedalier es de aluminio, el techo está revestido en color grafito y el salpicadero tiene una lujosa terminación en Alcantara. Un ambiente muy refinado y con un toque exclusivo.
El sistema de navegación Infiniti InTouch es opcional y el precio parece algo desproporcionado. Los 1.599 euros que cuesta son para pensárselo, aunque bien es cierto que también incluye en el paquete la radio (DAB) y el sistema de reconocimiento de señales de tráfico. Tampoco se ofrece de serie en el acabado Sport el acceso sin llave o una cámara trasera, esta última especialmente relevante porque la visibilidad trasera es deficiente debido al diseño del coche.
Equilibrado a nivel dinámico
Respecto al resto de versiones, el Infiniti Q30 Sport también tiene algunos ajustes que animan a una conducción más alegre. Estos son unos frenos Brembo de mayor rendimiento y perforados para disipar mejor el calor además de una amortiguación deportiva con un reglaje específico que acerca la carrocería al suelo.
El tema de la suspensión resulta especialmente interesante. Una de las particularidades del Infiniti Q30 es que su altura libre al suelo es muy grande, nada menos que 17,3 centímetros que lo sitúa muy por encima de cualquier compacto e incluso de buena parte de los SUV de tamaño medio ¡Y el futuro QX30 tendrá 4 centímetros más! El Q30 Sport ve rebajada esa distancia en tres centímetros, quedándose a 14,3 centímetros del suelo pero aún por encima de coches como el crossover Mercedes GLA y sus 13,4 centímetros.
El tarado de la suspensión Sport es ligeramente más duro que el de los acabados Premium, con unos muelles un 7% más firmes según anuncia Infiniti. La marca japonesa no ha querido extremismos y de esta manera no perjudica el confort general de marcha aunque rodemos sobre asfalto irregular pero sí que hace un buen trabajo conteniendo balanceos excesivos de la carrocería.
Esta configuración, junto con la notable rigidez del chasis, transmite gran sensación de seguridad y mucho aplomo. Algo a lo que contribuye la tracción integral inteligente AWD de la unidad que pudimos disfrutar. En condiciones normales el sistema funciona con tracción delantera y ante una pérdida de adherencia un embrague multidisco es capaz de enviar automáticamente hasta el 50% del par motor al eje trasero.
La unidad del Infiniti Q30 Sport que probamos por el Pirineo leridano montaba el motor turbodiésel de 2.143 centímetros cúbicos que desarrolla 170 CV y 350 Nm. El rendimiento de este propulsor es bueno en toda la gama de revoluciones y las prestaciones son correctas: en este sentido no ayuda el peso bruto de 2.075 kilos que anuncia esta versión.
El motor 2.2d está vinculado exclusivamente a la transmisión automática de doble embrague y siete velocidades del grupo Daimler. Este cambio DCT no es especialmente rápido pero sí muy suave en las transiciones de una marcha a otra. Puede ajustarse en un modo eficiente (para tratar de mantener un consumo bajo), deportivo (realiza los cambios a un mayor régimen de revoluciones) o manual (permite el cambio secuencial con las levas del volante).
Es una mecánica refinada y con un nivel de sonoridad bajo. Todas las versiones del Infiniti Q30 con el motor de 2,2 litros equipan un Control Activo de Ruido que neutraliza los ruidos de baja frecuencia generados por el motor con unas ondas de de sonido de fase opuesta, resultando en una conducción más silenciosa. El ruido aerodinámico está presente cuando rodamos cerca de los límites de velocidad en autovía, pero nunca llega a resultar molesto.
La dirección tiene un peso acertado y el consumo real puede rondar los 6 l/100 km en un uso variado y sin exigencias. Es un coche muy agradable de conducir aunque no transmite una sensación de deportividad elevada como sí puede hacerlo, por ejemplo, un BMW Serie 1 (un 120d xDrive sería la versión más parecida en este caso).
El Infiniti Q30 2.2d AWD Sport está a la venta en España por 39.500 euros. El precio del Q30 es ligeramente superior al de un Mercedes Clase A 220d 7G-DCT 4Matic (38.975 euros), un Audi A3 Sportback 2.0 TDI S tronic quattro (38.025 euros) o un BMW 120d xDrive 5p (37.400 euros) pero el japonés cuenta con un equipamiento de serie mucho más completo. Está claro que al Q30 no le faltan argumentos para proponerse como alternativa al trío alemán que tradicionalmente lidera el segmento de los compactos premium.