Prueba Jaguar F-TYPE Coupé P575 R, un duro adiós
Después de 12 años desde su llegada al mercado, Jaguar dirá adiós para siempre a un vehículo que ha buscado competir contra un duro sector y que ha sabido resistir como pocos antes que él. Es hora de decir adiós, pero lo hacemos a bordo del elegante deportivo coupé junto a su motor V8 de 575 CV.
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Publicado: 07/01/2024 20:00
Jaguar será una compañía completamente eléctrica dentro de apenas unos meses. En las últimas semanas han mostrado al mundo la última interacción que comercializarán sobre el F-TYPE, la llamada versión «ZP». Después de esto, el elegante deportivo dirá adiós para siempre, dejando así una huella imborrable para muchos aficionados y amantes de los automóviles más espectaculares y llamativos del mercado actual.
El Jaguar F-TYPE llegó al mercado allá por el año 2013 como demostración de lo que podía hacer la firma británica en cuanto a deportivos pasionales. Aquello marcó una época de renacimiento para la compañía, junto a la llegada de otros vehículos como el Jaguar XF o el XE. Por supuesto consiguió lo que buscaba: posicionar a Jaguar como una auténtica marca lujosa y pasional. No obstante, los años dorados para la marca, por desgracia, tuvieron los días contados.
Aunque posteriormente continuaron con el lanzamiento de nuevos modelos, como el i-PACE o el E-PACE, entre otros, lo cierto es que la firma dejó de mostrar ese aura tan particular que la marca venía años buscando. Tanto fue así que en los últimos años han dejado de evolucionar la gama de vehículos actual para encarar una nueva vida: la de la electrificación pura. A partir del año 2025, Jaguar se deshará de su familia de vehículos actuales y lanzará una totalmente renovada y completa formada por vehículos totalmente eléctricos.
No obstante, antes de que eso suceda, la compañía ha querido dar un último adiós a uno de sus motores más queridos y cotizados. Por supuesto hablamos del V8 de 5.0 litros de cubicaje que eroga un total de 575 CV; y este no podía despedirse instalándose sobre otro coche que no fuera el Jaguar F-TYPE. Bajo el nombre de «F-TYPE P575 R», esta es la variante mecánica más deportiva y prestacional de toda la gama del biplaza británico, situándose así por encima del P300 y del P450.
Estética puramente «british»
Si por algo se caracteriza el Jaguar F-TYPE es por presentar una imagen deportiva y elegante a partes iguales. A finales del año 2019 fue presentada una actualización generalizada del modelo en todos sus apartados, donde la estética era el gran elemento diferenciador. Aunque el cambio entre uno y otro no fue más que un restyling, lo cierto es que, debido a sus grandes cambios, muchos lo atribuyeron a un cambio generacional, aunque no fue así.
Entre sus cambios más sustanciales estuvo la modificación profunda de sus grupos ópticos delanteros. Hasta entonces había adoptado una forma más generosa y de diseño vertical. A partir de su actualización estos pasaron a ser de corte horizontal y de aspecto más fino y estilizado. Por otro lado, también modificó en grandes términos su parrilla frontal, adoptando ahora un tamaño más generoso, así como las entradas de aireación laterales. Todo ello en pos de generar una mayor sensación de deportividad y agresividad.
Aunque en menor medida, el resto del vehículo también sufrió algunos cambios. El perfil, por su parte, siguió exactamente la misma tónica: morro alargado y habitáculo retrasado con una generosa caída del pilar C. Esto daba continuidad a una trasera con unos faros horizontales que apenas han cambiado más allá de incorporar una nueva firma lumínica LED o un nuevo difusor más generoso y llamativo.
Concretamente, en la versión más prestacional del Jaguar F-TYPE, cuenta con una cuádruple salida de escape, mientras que en los modelos menos potentes se encuentra una doble situada en el centro del conjunto. Como decimos, sobre esto poco cambió en su actualización porque, ¿para qué cambiar una imagen indiscutiblemente excelsa?
Por otro lado, el interior del Jaguar F-Type cuenta ahora con una imagen más tecnológica, en términos generales. La instrumentación es ahora totalmente digital con un panel de 12,3 pulgadas, y la pantalla central de info-entretenimiento es más generosa, alcanzando ahora las 10 pulgadas y compatibilidad con Apple CarPlay y Android Auto de forma inalámbrica.
Por otro lado, se han modificado también paneles y tapicería, dando ese paso premium extra que muchos echaban en falta en la versión previa. Entre ellos están una palanca de cambios de diseño más depurado o un volante renovado. El resto de elementos no se han tocado en términos de fabricación.
Los asientos (los dos) tienen la regulación eléctrica situada en los paneles de las puertas, con tres puntos de memoria; el volante también cuenta con esta mencionada regulación electrónica, así como los asientos con un diseño deportivo y una habitabilidad general bastante buena. El espacio de carga, por su parte, instala un portón de apertura y cierre automático que da lugar a un maletero con 310 litros de capacidad.
Prueba de conducción
No obstante, pese a toda la brillantez que guarda el Jaguar F-TYPE en su imagen, especificaciones o equipamiento, su punto más destacable, sin lugar a dudas, es uno que no se ve a simple vista: su mecánica. Concretamente hablamos de que la variante P575 adopta un bloque motor V8 de 5.0 litros alojado en posición delantera. Este se combina a la perfección con una transmisión automática por convertidor de par y 8 relaciones, la cual transmite toda la potencia al asfalto a través de una tracción total.
Sí, el Jaguar F-TYPE es tracción total, algo que muchos podrán catalogar de «aburrido» o «poco juguetón». Nada más lejos de la realidad. Pese a contar con una tracción a las cuatro ruedas, el modelo cuenta con una puesta a punto muy permisiva, en términos de poder jugar con su trasero, pero sin llegar a temer en ningún momento por que la cosa se vaya de las manos. Su equilibrio es el justo para correr muchísimo y poder divertirte con él en cada una de las curvas.
En el primer momento en el que te sientas en sus atractivos asientos deportivos, la sensación de calidad y deportividad está presente por doquier. Asimismo, aunque estas dos sensaciones están muy enfocadas, lo cierto es que hay una tercera que lo hace aún más especial, y es la comodidad.
Como buen coche británico, Jaguar no sólo hizo hincapié en la velocidad, la deportividad o la calidad de materiales, sino también en que el coche se sienta como todo un GT. A bajas velocidades se puede sentir como todo un coche de lujo. Si no queremos (que por lo general querremos) apenas se hará notar el sonido que emana de sus escapes y puede presentar una conducción realmente tranquila.
No obstante, que no te engañen sus reacciones tranquilas y siempre señoriales, pues para mover esos ocho pistones es necesario darles de comer su recomendada ración de gasolina. Concretamente, en territorios urbanos, difícilmente veremos sus cifras bajar de los 15 litros, aún circulando de forma relajada, pues los continuos «para-arranca» del tráfico urbano hará que su sed se dispare significativamente. Sin embargo, esto no es algo que sucederá en asfaltos más propios del modelo que es; es decir, fuera de las urbes.
Alejándonos del mundanal ruido y bullicio urbano, el Jaguar F-TYPE P575 R puede ser todo un seductor a la hora de realizar un viaje. Principalmente, gracias a la comodidad que este proporciona en todo momento, pues como ya hemos mencionado, estamos ante todo un GT destinado a tal fin; aunque este GT, en concreto, tenga una cara B con algo de «mala uva».
Y es que, pese a su orientación dócil y elegante, el Jaguar F-TYPE puede ser todo un seductor ante carreteras reviradas. Para llegar a estas, por lo general, deberemos encarar alguna que otra autopista donde el británico deslumbrará por su comodidad, pero también por unos consumos algo inferiores (que no bajos). En dichos tramos rápidos, sus cifras se situarán más en torno a los 11 litros de consumo medio; el auténtico dilema llegará una vez abandonemos esta vía para encarar otras de mayor diversión.
Como cabría esperar, el Jaguar F-TYPE R corre. Corre mucho. Su V8 es toda una joya que habría que exponer en los mejores museos de arte del mundo. Todo lo que hemos mencionado (y alagado) hasta ahora en este coche, puede quedarse muy atrás si lo comparamos con su bloque motor de ocho pistones. Es una maravilla que es capaz de estirar las marchas hasta niveles insospechados, pero también ilegales.
El par motor lo entrega entre las 3.500 y las 5.000 revoluciones, pero no será hasta las 6.500 vueltas donde saldrán a relucir sus 575 potentes pencos, apenas 700 revoluciones antes de que entre en acción el corte de inyección. Para ese momento ya iremos muy rápidos. Tanto es así que en apurando la segunda marcha, en ciertos asfaltos ya iremos muy por encima de la velocidad límite. Sin embargo, no es un coche en el que por mucho que corras sientas miedo o algo de desconfianza. Para nada.
Parte de culpa sobre esto la tiene su tracción total, la cual, aunque prima sobre el eje trasero, siempre ayudará a que el Jaguar vaya por donde tiene que ir y a la velocidad que no te esperas que pueda entrar con soltura en una curva. Su dirección también hace un buen trabajo sobre esto, ya que tiene la inmediatez y el peso perfectos.
Las suspensiones también serán realmente excelentes ante todo tipo de trazados, aunque cuentan con la capacidad de regular su rigidez según el momento y el lugar, con sólo seleccionar el modo «Dynamic», el más deportivo. Lo mismo sucederá con sus cambios de marchas, los cuales buscarán exprimir aún más el rango máximo de revoluciones, en caso de tener seleccionado el mencionado modo de conducción.
Sea como fuere, un tema que dejamos aparcado hace unos párrafos es el siempre controvertido asunto del consumo de combustible en territorios fuera de la urbe. El Jaguar F-TYPE P575 R ha marcado una media total de 11,5 litros a los 100 kilómetros después de una semana de uso. No obstante, esto supone una media general. En territorios como el urbano, como ya hemos visto, esta cifra crece significativamente. Lo mismo sucede en el caso de darte una alegría por carretera de montaña, donde el número será superior a los 12 litros. ¿Merece la pena tal gasto de combustible? Por supuesto.
Conclusión
El Jaguar F-TYPE P575 R me ha parecido una auténtica obra maestra. Pero como todo culmen de la ingeniería guarda para sí algunos inevitables peros, como es su consumo (bastante alto aunque no circules forzando la máquina), su espacio interior (algo escueto para tallas elevadas) y algunos elementos interiores que se sienten algo desfasados. Sin embargo, todo ello lo borra del mapa en términos de diseño, dinámica y, por supuesto, su motor V8. En general, un coche que sabe conquistar corazones con sus grandes virtudes y sus pequeños defectos.