Prueba Jaguar F-Type R Coupé (I): exterior
Probamos a fondo el Jaguar F-Type Coupé R, la versión más potente del deportivo británico. La última joya creada por los diseñadores de Jaguar en forma de automóvil. Empezamos hablando por su diseño exterior, con esas formas llenas de fuerza y elegancia que recuerdan a las del E-Type aunque traídas hasta el siglo XXI.
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Publicado: 11/08/2014 12:00
Se me hace difícil empezar esta prueba del Jaguar F-Type Coupé R, hablar del diseño exterior y no utilizar adjetivos que mis jefes no me van a permitir escribir. Así que tendré que decirlo de forma suave: es un coche extremadamente sensual. Excitante, desde cualquier ángulo. Estoy haciendo las fotos y no paro de ver detalles que me entusiasman, aquí y allá.
Observa el frontal: felino, como no podía ser de otra manera en un Jaguar. Pero hay algo distinto. No sólo intimida, también seduce.
Voy a decirlo con elegancia: el coche es muy sensual.
Esa fuerza lo hace más atractivo aún. Ya lo conocíamos, lo habíamos visto en cabrio y aquí, aunque con ligeras diferencias, es el mismo.
Dime que la delgada línea de diodos que forman las luces diurnas no le ponen un toque de 'rímel' a la mirada.
Las tomas de aire avisan de que el corazón de este Jaguar necesita más aire que ningún otro de la gama. Lo mismo que las del capó. Os hablaré más adelante sobre él.
Sigo haciendo fotos. Las llantas. 20 pulgadas de aleación ligera y 10 radios entre los que se asoman unas pinzas de freno de tamaño industrial con 380 mm de diámetro delante y 376 detrás. Discos ventilados. Enormes. Parece que van a reventar la llanta de lo grandes que son.
Entre las delanteras y traseras descubro un nuevo detalle que no había visto aún. El faldón lateral. De cerca parece excesivo para un 'Jag'. Demasiado. Pero de lejos, a un par de metros de distancia, lo entiendes. Tiene sentido. Porque este coche es la voluptuosidad sobre ruedas. Tiene curvas, como una guitarra española. Por compararlo con algo y que no digáis que en Motor.es tenemos la mente turbia.
Ya que me he alejado un poco, observo la línea lateral. Es muy compacto. Pienso en un momento en el XK. Nada tienen que ver, aunque sean hermanos. Aquel juega con un tamaño impresionante a pesar de sus dos puertas. Este aprovecha el músculo para ser igual de salvaje. Se mantiene la elegancia.
Por último la zaga. He leído que se han inspirado en el mito y busco los rasgos que deberían recordarme al E-Type. Los finos y elegantes pilotos traseros le dan un aire y ese remate semicircular que tiene la carrocería con la luna trasera también son del 'abuelo'.
En la parte baja rematan un difusor aerodinámico del que asoman cuatro tubos de escape que ponen punto y final a lo que empezaba en esas espectaculares tomas de aire delanteras, por el camino se produce el milagro de la mezcla de oxígeno y combustible de forma milimétrica, vanguardista y genuina.
No me gusta, me encanta. Lo miro desde diferentes alturas, ángulos y distancias. No hay lado malo. ¿Tengo delante el coche más bonito de la historia? Empiezo a tener serias dudas de que puede ser cierto.
Fotos: José Armando Gómez