Prueba KIA Ceed 2019, un coreano sin complejos (con vídeo)
El KIA Ceed 2019 sigue la senda de su compatriota y hermano el i30 sufriendo una importante actualización más allá del plano estético. El compacto coreano llega sin complejos y mejora en muchos aspectos, metiendo cada vez más presión a sus rivales europeos.
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Publicado: 24/06/2018 20:00
A pesar del avance de los todopoderosos SUV, los compactos siguen conquistando a un buen número de clientes en toda Europa. Tal es así que todas las marcas luchan por conquistar una buena cuota de mercado. Entre esas marcas encontramos a KIA, la cual acaba de renovar su correspondiente modelo; el KIA Ceed que se deshace de su inservible apóstrofe como síntoma principal de una serie de importantes cambios. Aunque ya lo conocimos brevemente en el pasado Salón de Ginebra, ahora he tenido la ocasión de probarlo por primera vez en su presentación internacional.
Antes de nada decir que el Ceed es un coche de vital importancia para KIA, en su día fue el primero modelo de la marca en diseñarse y desarrollarse en Europa. Su lanzamiento tuvo lugar en el año 2007, llegando la segunda generación en el año 2012, y finalmente este 2018 ha sido el turno para la tercera y última edición, hasta el momento, del Ceed. La cual tiene pinta de ser la más interesante y completa de todas las que ha habido.
Resulta curioso como con el paso de los años el Ceed ha ido afilando su diseño. Solo hace falta recordar la primera generación para darse cuenta. De unas líneas redondeadas hemos pasado a un estilo mucho más agresivo, y por qué no decirlo, mejor. La verdad es que el salto con respecto a la segunda generación no ha sido tan drástico, pero por supuesto que hay cambios. De hecho muchos de ellos se centran en un morro que recuerda bastante al de su hermano mayor, el KIA Stinger, sobre todo por la parrilla “tigernose” típica ya de KIA y por la forma inferior del parachoques.
Al ver el lateral nadie puede negar que el Ceed y el Hyundai i30 son hermanos casi gemelos. Ambos son calcados en esta parte. Y curiosamente esta es, sin lugar a dudas, la parte que más cambia con respecto a la generación anterior. Si recordáis, en el pasado las líneas de las ventanillas traseras tendían a unirse hasta tocarse en el Pilar C. Ahora la línea inferior es completamente recta, lo que provoca una pérdida en cuando diseño dinámico pero que genera una fila trasera mucho más luminosa.
Llegando a la parte trasera también observamos cambios, aunque una vez más no resultan especialmente drásticos. En realidad todo cambia, pero la apariencia más o menos se mantiene con la correspondiente actualización que viene principalmente marcada por la forma del portón del maletero, que incorpora ahora la placa de matrícula, por los nuevos faros traseros, que recuerdan mucho a los del KIA Stonic y por los catadióptricos que se hacen mucho más pequeños.
Si por fuera el nuevo Ceed se parece en algo al antiguo, por dentro la verdad es que no lo recuerda nada en absoluto. Todo es nuevo, con nueva estructura y nuevos materiales que han mejorado mucho con respecto al modelo anterior. La verdad es que el ambiente es de calidad, con buenos ajustes y con una muy sensación de durabilidad. Una vez más me sorprende el salto de calidad dado por las marcas coreanas, que logran plantar cara a los fabricantes europeos. La misma sensación que tuve hace un año y medio cuando probé por primera vez el renovado Hyundai i30.
Uno de los cambios más llamativos es la posición de la pantalla central. Anteriormente ésta iba insertada en el centro de la consola central, ahora pasa a ocupar la parte más alta del salpicadero donde solamente está anclada por su base. Su tamaño oscila entre las siete y las ocho pulgadas, en función del nivel de equipamiento que seleccionemos, y por supuesto a través de ella podemos gestionar una amplia cantidad de funcionalidades, desde el navegador, hasta el equipo de sonido, pasando por supuesto por el más moderno sistema de infoentretenimiento que permite la conexión con dispositivos Android Auto, Apple CarPlay y MirrorLink.
La verdad es que una vez puesto tras el volante es donde más se nota que el efecto arriesgado del exterior se difumina. Todo está muy ordenado, todo está muy bien, algo más sobrio de lo esperado, y aunque la pantalla central resulte muy llamativa, yo me quedo con el cuadro de instrumentos. Dos grandes esferas nos muestran la velocidad y las revoluciones, y luego un enorme display central nos termina de informar sobre otros temas como los consumos, la navegación o el estado del coche. Por cierto, para que los que buscan tener más superficies digitales, saber que sí, que el Ceed también será capaz de disponer de cuadro de instrumentos digital, pero no por el momento.
Por supuesto al ser un coche de su época, no puedo dejar de hablar del aspecto tecnológico. Si llamativo es el salto de calidad dado por los fabricantes coreanos, no menos interesante es la presencia de tecnología. La lista de equipamiento y asistentes a la conducción es prácticamente interminable, y cabe mencionar la presencia unos faros Full LED, indicador del ángulo muerto, asistente de mantenimiento de carril, asistente a la frenada, cámara con lector de señales y detección de obstáculosy así un largo etcétera que hacen de este Ceed un coche semiautónomo de nivel 2.
El Ceed, al igual que el i30 en su momento, estrena plataforma. Esto permite que la habitabilidad se haya mejorado sin modificar en ningún momento las dimensiones del coche. Lo que se ha hecho básicamente es aprovechar mucho mejor la distancia entre ejes, que también es la misma. El trabajo ha resultado sorprendentemente satisfactorio porque la fila trasera es capaz de albergar a dos pasajeros de forma muy cómoda. Incluso una quinta no irá del todo mal aunque tendrá que ocupar la peor plaza de todas que resulta algo más dura.
No se sabe muy bien cómo pero a pesar de no haber modificado ninguna de las cotas del coche, el maletero del nuevo Ceed crece bastante con respecto a su predecesor. El volumen mínimo pasa ahora a ser de 395 litros. Si alguno no sabe cuánto es eso, basta con decir que es exactamente igual al de i30, y uno de los más grandes de su categoría, solo superado por el Peugeot 308 y por el gigante Skoda Octavia. Esta cifra crece si seleccionamos la carrocería más familiar, el Ceed Sportswagon, que alcanza un mínimo de 627 litros. Un dato que lo posiciona por encima incluso de modelos del segmento D.
Mecánicamente hablando el nuevo Ceed estrena una gama de motores actualizada y mejorada. Por el momento la oferta no está completa, pero en el momento del lanzamiento habrá tres versiones de gasolina, dos bloques tetracilíndricos y otro tricilíndrico, con potencias que oscilan entre los 100 y los 140 caballos, y una única opción diésel formado por un motor de 1.6 litros que será capaz de generar o 115 o 136 caballos de potencia. Todas las unidades llegan con tracción delantera y cajas de cambios manuales de seis velocidades, opcionalmente existe la posibilidad de montar un cambio automático DCT de siete velocidades.
Prueba KIA Ceed 2019
La teoría dice que KIA acostumbra a configurar sus coches con un tacto ligeramente más duro que sus hermanos de Hyundai, y este no es un caso aislado. Si lo comparamos con el i30, el Ceed tiene una puesta a punto algo más dinámica, más enfocada a una conducción algo más alegre. La verdad es que algos son capaces de hacer frente a eso y mucho más ya que al tener la misma plataforma que es fantástico Hyundai i30 N todo hacía presagiar que nos íbamos a encontrar con un coche cuyo rendimiento y habilidades se habían incrementado. Y tal cual.
Tanto confían los desarrolladores de su nuevo producto que KIA nos desplazó hasta el circuito de Portimão para que lo pudiéramos comprobar por nosotros mismos. Reitero que lo esperaba bueno, pero ha resultado ser hasta mejor. Se mueve con muchísima soltura gracias a varios ajustes nuevos, como la dirección retocada para ser más rápida y sobre todo por el chasis que es un 20% más rígido y un poco más ligero, aunque este detalle apenas es notable. Todo ello permite que estemos ante un coche divertido de conducir, nada de extremos eso sí, pero con una agilidad superior a la media del segmento.
Pero obviamente que un compacto de volumen como este vaya bien en el circuito apenas importa dado que pocas veces va a tocar uno. En carreteras normales, en un uso rutinario vaya, la tercera generación gana en factores determinantes como la calidad de rodadura y aplomo. Se ha trabajado para hacer un coche más firme en carretera y menos ruidoso. La rumorosidad es baja y solo cuando alcanzamos velocidades más altas empiezan a notarse los cuatro neumáticos.
Obviamente se ha mostrado especial atención al punto de la suspensión. Nunca resulta fácil equilibrar un coche para que sea capaz de ser cómodo en el día a día y ofrecer un rendimiento anormalmente alto en condiciones más exigentes. En este punto es posiblemente donde más diferencias podemos ver con respecto al i30, aunque tampoco tanto. Es algo más duro que este pero sigue ofreciendo altos niveles de confort y apoyo en curva. Un trabajo de puesta a punto muy logrado gracias a una nueva configuración de la suspensión trasera y a una nueva barra estabilizadora del eje trasero.
Durante la presentación he tenido la ocasión de probar dos variantes que tal y como se está postulando el mercado europeo pueden resultar especialmente atractivas. Ambas unidades han sido de gasolina. Por un lado el 1.4 T-GDi de 140 caballos. Al tratarse de la variante más potente de todas, se nota que el coche va sobrado. Presenta un total de 242 Nm de par que lo encontramos en un amplio rango de revoluciones, entre las 1.500 y las 3.200. Sin embargo lo mejor está a partir de las 2.000 vueltas, donde la patada es más contundente.
La respuesta del motor es muy agradable, al igual que el sonido que emite. Acoplado al bloque se encontraba una caja de cambios manual de seis velocidades. Si bien la transmisión permite aprovechar todos y cada uno de los caballos del motor, el tacto de la palanca no es especialmente refinada. Lo primero es que tiene demasiada holgura, y lo segundo es que en ciertos momentos cuesta meter las marchas, el recorrido es bueno, pero la precisión a la hora de entrar no es del todo satisfactoria. Puede que sea un problema por la juventud de la unidad de pruebas, pero ahí estaba.
El otro propulsor probado ha sido el tricilíndrico 1.0 T-GDi de 120 caballos. Es muy posible que este sea la opción más recomendada ya que cuenta con esa cifra de potencia que puede atraer a un mayor número de clientes. Puede que muchos de esos potenciales compradores se echen para atrás a la hora de escoger un bloque más pequeño, pero nada más lejos de la realidad. Ese cilindro que falta no se echa para nada de menos. El comportamiento es excelente y aunque la fuerza del propulsor no sea la misma, tan solo dispone de 172 Nm de par, la entrega es muy similar.
De hecho este motor es capaz de otorgar el par durante un mayor número de revoluciones. La entrega es mucho más paulatina eso sí, más lineal y progresiva podríamos decir. Pero eso no quita para que no tenga ningún problema ni ningún complejo a la hora de acelerar o adelantar, pues lo hará con toda la soltura del mundo. Un tricilindrico muy bien planteado y presentado. En ninguno de los dos casos había forma de modificar el comportamiento del coche, dado que los modos de conducción están únicamente dedicados a los que montan caja automática.
En un futuro no muy lejano llegarán más mecánicas a la gama. Una de ellas será la más eficiente de todas. Un Ceed Mild-Hybrid que empleará un sistema de corriente de 48 voltios promete reducir los consumos entre un 8 y un 10% con respecto a los actuales. También llegará una versión más potente. Empleará un motor de gasolina 1.6 T-GDi con 204 caballos, que utilizará el apelativo GT.
Si hablamos de consumos en la gama actual, decir que todas las mecánicas han sido completamente revisadas y actualizadas para así poder hacer frente a la nueva normativa europea de emisiones, los datos de consumos han descendido con respecto a la generación anterior. KIA anuncia que el Ceed más ahorrador es el 1.6 CRDI de 136 CV con un gasto medio oficial de 3,6 litros a los 100 kilómetros. En cuanto a los motores de gasolina, el más eficiente es el tricilíndrico 1.0 T-GDI de 120 CV que oficializa un consumo medio de tan solo 4,9 litros a los 100 kilómetros.
El lanzamiento comercial del Ceed no se producirá hasta el mes de septiembre, así que por el momento no hay lista de precios oficiales. La gama, eso sí, sabemos que estará compuesta por cuatro niveles de equipamiento: Concept, Drive, Tech y Emotion. En cuanto a carrocerías, habiéndose desecho de la carrocería de tres puertas, KIA prepara un gran desembarco con hasta cuatro modelos diferentes basados en el Ceed. Las dos que ya conocemos además de un Shooting Brake y un SUV, tal y como te adelantamos hace unos meses.
Conclusiones
Pues sí, los compactos van camino de ser devorados por sus homónimos SUV, pero a día de hoy siguen siendo uno de los principales nichos de mercado en el continente europeo. Todos los modelos del segmento están elevando el nivel para así poder mantener la cada vez más ligera ventaja que cuentan. El Ceed es uno de esos que ha crecido con su renovación. No lo digo por su tamaño, lo digo en cuanto a calidad, equipamiento, habitabilidad y sobre todo comportamiento.
A día de hoy los coches coreanos siguen avanzando a pasos agigantados y ya poco o nada tienen que desmerecer a sus rivales puramente europeos. Sí que es cierto que ha perdido el atractivo del precio bajo, pero aquí nadie da duros a pesetas. No es de extrañar que tanto KIA como Hyundai ganen tantos adeptos cada día. La apuesta que traen al mercado es de frescura en cuanto a diseño se refiere, y de una excelente relación precio/producto que no muchas marcas consiguen igualar.