Prueba KIA Sportage PHEV, jaque al diésel
El KIA Sportage es una de las opciones preferentes de los clientes españoles en el segmento C-SUV. Ahora, el modelo estrella de la marca coreana recibe por primera vez una versión híbrida enchufable con una autonomía eléctrica excepcional y grandes cualidades como vehículo familiar.
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Publicado: 23/06/2022 10:00
A pesar del revolucionario cambio de diseño de su quinta generación, el KIA Sportage sigue siendo uno de los SUV más populares del mercado. En España, en el arranque de este 2022 el nuevo Sportage ha superado el 9% de la cuota del mercado en el canal privado dentro de su segmento, solo superado por el Hyundai Tucson con el que comparte muchos componentes técnicos.
Es un resultado destacable teniendo en cuenta que en su lanzamiento comercial el SUV de KIA solo estaba a la venta con las versiones de gasolina y HEV. Ahora el fabricante de Seúl aumenta la gama con la llegada de las variantes diésel y PHEV, que agruparán en torno al 35% de la demanda, lo que podría aupar al Sportage a la parte más alta de la clasificación de ventas.
Esa nueva versión híbrida enchufable ha captado nuestra atención durante el evento de presentación a la prensa que la marca ha organizado en Valladolid. Evidencia la apuesta por la electrificación de KIA, un interés que se hace especialmente patente en este segmento ya que el Sportage PHEV es en realidad el tercer C-SUV híbrido enchufable de la marca: con otras cartas, también juegan en esta categoría el Xceed PHEV y el Niro PHEV.
De esta manera el Sportage presenta una completa oferta mecánica con versiones gasolina y diésel tanto con semihibridación como sin ella, híbrido no enchufable y el nuevo plug-in hybrid. Puestos a pedir solo faltaría una variante 100% eléctrica que no estará presente en esta generación y cuyo hueco cubre el e-Niro.
Qué hay de nuevo en el Sportage PHEV frente al resto de versiones
El estilo provocador de la nueva generación del SUV de KIA permanece inalterado. En la versión con mecánica enchufable no encontraremos ninguna diferencia estética salvo la tapa de recarga en la aleta trasera derecha, la inscripción PHEV en el portón posterior y el diseño de las llantas de 19 pulgadas. Tampoco cambian sus dimensiones exteriores, manteniendo sus 4,51 m de longitud que le otorgan una polivalencia de uso tanto en ciudad como en carretera.
La versión PHEV del modelo coreano presenta un maletero de 540 litros de capacidad. Suponen 47 menos que el Sportage híbrido no enchufable pero aun así es un volumen generoso para un PHEV de su tamaño y sigue siendo muy útil en un uso familiar. Conserva el doble fondo así que se puede jugar con el espacio poniendo en la parte inferior objetos de poca altura. Abatiendo los respaldos posteriores se consigue un espacio de 1.715 litros.
Por dentro, las plazas delanteras brindan todas las comodidades habituales en el nuevo Sportage. El todocamino destaca por ofrecer un puesto de conducción ligeramente curvado que integra dos pantallas de 12,3 pulgadas. Una, la del cuadro de instrumentos digital. La otra, la del sistema multimedia KIA Connect con navegador y servicios conectados.
Disponible con los acabados Drive, Tech y GT-Line, la dotación del híbrido enchufable de KIA puede incluir faros full led, climatizador trizona, volante calefactable, sistema de acceso y arranque sin llaves, cargador inalámbrico para smartphones, techo solar panorámico, asientos delanteros calefactados y ventilados o un sistema de audio premium Harman Kardon.
Del mismo modo, el equipamiento de seguridad es abundante y se pueden equipar un airbag central delantero, sistema de cámaras de 360 grados, control de crucero inteligente basado en navegación, asistente de ángulo muerto, alerta de tráfico trasero, asistente de prevención de colisión frontal en intersecciones o sistema de reconocimiento de señales de límite de velocidad.
Sin embargo, sí hay diferencias en cuanto a la habitabilidad de la segunda fila. El espacio para las piernas en las plazas traseras es más pequeño, unos 4 cm menos que en el resto de versiones del Sportage. En la cota de altura y anchura no hay modificaciones y los elementos de utilidad presentes son notables con tomas USB, ganchos para bolsas, perchas para chaquetas, un reposabrazos abatible y las plazas de los extremos con calefacción.
Lógicamente, la parte más interesante de esta versión corresponde al apartado técnico. El KIA Sportage PHEV combina un motor de gasolina 1.6 T-GDI de 180 CV con un motor eléctrico de 66,9 kW (91 CV) asociados a un cambio automático de seis marchas de convertidor de par. Entre ambos propulsores generan una potencia combinada de 265 CV y un par máximo de 350 Nm.
Esa abundante caballería se traduce en unas prestaciones destacadas. El plug-in hybrid coreano es capaz de pasar de 0 a 100 km/h en 8,2 segundos, alcanza una velocidad máxima 191 km/h y permite realizar adelantamientos con solvencia. Incluso pisando el pedal derecho a fondo la respuesta no es intensa sino progresiva, como si el vehículo tratara de tratar con mimo a los ocupantes.
Con el todocamino de KIA se pueden cambiar los parámetros de la dirección, la respuesta del acelerador, el funcionamiento de la transmisión y el tarado de la amortiguación si se equipa el control electrónico de suspensión mediante los modos de conducción Eco y Sport. Curiosamente no se da una opción intermedia como sí ocurre con otras motorizaciones del Sportage. Las levas en el volante solo se proponen en el acabado GT-Line.
¿Un Sportage PHEV más barato que el Sportage Diésel? Con el MOVES es posible
Todas las versiones del Sportage PHEV están vinculadas a un sistema de tracción total de serie que aporta una mayor agilidad realizando una conducción dinámica. También da una ventaja a la hora de circular por superficies resbaladizas -por ejemplo en una escapada a la nieve- o en caminos no asfaltados de dificultad baja. Por supuesto no pretende ser un SUV con grandes habilidades offroad ni por cotas ni por la altura libre al suelo de 17 cm aunque si las cosas se complican hay un selector de modos de tracción para ayudarnos a salir del apuro.
El paquete de baterías de alta tensión está situada en el suelo del vehículo, entre ambos ejes, para mantener un centro de gravedad bajo. Es una batería de polímero de litio con 13,8 kWh de capacidad bruta, 360 V, 38,3 Ah y un peso de 140 kg. Esto lleva al SUV coreano a pasar de los 1.830 kg en la báscula, una masa notable que sin embargo no se deja notar demasiado en marcha.
La batería permite que el todocamino enchufable pueda presumir de una autonomía eléctrica de 70 km en ciclo WLTP, un gran resultado que consiente realizar la mayoría de trayectos diarios sin gastar una gota de combustible. El Sportage PHEV viene con un cargador de a bordo de 7,2 kW que permite una recarga en un tiempo de 2 horas 20 minutos.
Un detalle que no me suele gustar de los PHEV es que suelen mostrar un depósito de combustible de reducidas dimensiones. No es importante en los trayectos diarios que generalmente se cubrirán en modo eléctrico pero a la hora de viajar sí implica una autonomía reducida y, por lo tanto, frecuentes paradas a la gasolinera. En este caso, KIA no ha caído en el error y ha optado por un razonable depósito de combustible de 42 litros.
El KIA Sportage PHEV está a la venta desde 33.750 euros, un precio que incluye el Plan MOVES y las ofertas de lanzamiento y de financiación (desde 44.305 euros sin descuentos). Es una tarifa muy competitiva si se cumple con los requisitos para beneficiarse de los descuentos porque en ese caso puede ser menos costoso que las versiones diésel o el híbrido no enchufable de equipamiento similar.