Prueba Kia Stinger, rompiendo barreras
Quemar etapas es algo natural y necesario en esta vida. Sin embargo siempre hay aventajados que evolucionan más deprisa que otros. Ese es el caso de Kia, que sigue asombrando al mundo con su última creación, el Kia Stinger, que ya he tenido ocasión de probar.
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Publicado: 06/10/2017 09:00
En tiempos relativos luce muy parecido al prototipo GT que vimos hace ya seis años.
Personalmente lo considero bonito. Sobre todo el frontal, donde se ubican la mayor parte de los rasgos estéticos habituales de Kia. Su mirada atrae, y encima deja entrever que está no es otra aburrida berlina alemana. Lo que no me termina de convencer es la trasera, sobre todo los reflectantes que parten de los faros posteriores hasta el lateral. Sólo es un detalle, pero creo que sin ellos el diseño sería más redondo. Aun así repito que me gusta.
El Stinger se sitúa un poco en la tónica de las últimas berlinas de estilo coupé que han llegado al mercado, séase el Volkswagen Arteon, uno de los rivales más claros del coreano, sino el que más. A este respecto Kia asegura que sus rivales son, además del Volkswagen, el Audi A5 Sportback y el BMW Serie 4. Esta afirmación está basada en la forma, porque en realidad el Stinger es difícil de catalogar.
Y no te dejes engañar por la marca, porque en ciertos aspectos el Kia puede estar a la altura de sus potenciales rivales. Uno de esos aspectos es la calidad interior, si tal como lo lees. No voy a descubrir nada nuevo si digo que Kia lleva tiempo incrementando la calidad de sus materiales y acabados, pero si te digo que con el Stinger han dado un salto más allá. No tengo dudas que este es el coche coreano mejor acabado que hay. A excepción de la gama Génesis de Hyundai.
Los materiales seleccionados son muy buenos, con una agradable sensación al tacto y una mejor percepción de durabilidad gracias a unos ajustes finos. Estoy sorprendido con el trabajo final. Me llama la atención el cuidado que han tenido a la hora de crear ciertos detalles. Por ejemplo el techo, los pilares y los parasoles son de Alcántara, y los asientos de piel, pudiendo ser incluso de Nappa. Es decir que se nota que han querido hacer las cosas bien, y aunque no llegue al nivel de sensaciones que un Audi, no le anda lejos.
Donde sí se descuelga un poco es en el tema equipamiento. No en la cantidad, pero si en la forma de exponerlo. Kia no dispone de cuadro de instrumentos digital, de controles mediante gestos, ni faros de LED matriciales, por ejemplo. Es por ello que el Stinger parece ser un coche menos tecnológico, pero realmente no lo es, pues por el contrario sí que pude disponer de muchos elementos iguales a los de sus rivales: Head-Up Display, conectividad Android Auto y Apple Car play, pantalla de hasta ocho pulgadas, asientos climatizados delante y detrás, asistentes a la conducción, control de crucero adaptativo, faros full LED, cámaras con visión 360º grados, apertura y arranque sin llave
Kia se preocupa mucho de dar un buen equipamiento de serie. Son cuatro niveles de equipamiento, Style, XTreme, GT Line, y GT. Más allá de estos la marca no ofrece paquetes externos, por lo que su gama es sencilla. La mayor capacidad de elección llega a la hora de seleccionar el color, hasta nueve posibles, las llantas, cuyo tamaño oscila entre las 18 y las 19 pulgadas, y el color de la tapicería. Con cuatro pasos tienes configurado tu Stinger.
La tracción está principalmente dirigida al eje trasero, sin embargo el diésel también puede contar con una tracción total, que llega de serie en el V6
Esto también se hace patente a la hora de escoger el motor. Sólo hay tres ofertas disponibles, dos gasolina y uno diésel. La variante de acceso, por precio, es un bloque gasolina, turboalimentado, de 255 caballos de potencia. Le sigue el motor diésel de dos litros y 200 caballos. Y por último llega el más prestación alguna de todos, el V6 biturbo de 3,3 litros y 370 caballos de potencia, que únicamente podrá ser asociado al acabado GT. En todos los casos las mecánicas están asociadas aúna transmisión automática de convertidor de par desarrollada por Kia con ocho velocidades.
Bien, tenemos diseño, calidad, equipamiento y mecánicas, es hora de saber los precios de venta. La oferta es interesante, pues Kia ha fijado un precio de lanzamiento de 37.900 euros para la versión diésel con el acabado Style. El 2.0 T-GDI de 255 CV apenas resulta 1.000 euros más caro con el mismo equipamiento. Y por supuesto el más caro es la joya de la corona, el Stinger GT con el V6 de 370 caballos, cuyo precio final es de 54.150 euros.
Prueba Kia Stinger
Antes de analizar el comportamiento del Stinger, debo comentar algo que sin duda resulta vital para entender este coche. Hace unos años Kia y Hyundai se hicieron con los servicios del antiguo director técnico de la sección M de BMW (ya te haces una idea de por dónde van los tiros). El fichaje ha resultado esencial, pues ha sido el propio Albert Biermann el que se ha encargado de llevar la batuta a la hora de desarrollar el coche y de aportarle un carácter dinámico. Y la pregunta está clara, ¿se nota la mano?
Se nota y se siente. Kia ha querido unir dos conceptos en el Stinger. Uno es el concepto de berlina rutera, donde demuestra un comportamiento confortable y silencioso. La suspensión ayuda en ambos casos, y apenas se filtran irregularidades en el habitáculo. Tampoco lo hacen ruidos molestos, pues en líneas generales es un coche con poca rumorosidad. Sólo el diésel en fases de fuerte aceleración resulta algo ruidoso. Por el contrario los gasolina son más refinados y en el caso del GT sí que dejar filtrar el sonido de un V6 muy agradable.
Como buen rutero, su habitabilidad está pensada para que los pasajeros viajen de forma cómoda. Aquí tengo que poner una pega, y es el acceso a las plazas traseras. No resulta tan cómodo como en su hermano el Kia Óptima, porque parte del asiento está ocupado por el paso de rueda trasero. Una vez sentado es muy cómodo, pero la entrada y la salida a la segunda fila podrían ser mejor.
En cuanto a maletero las cifras son correctas. Se dispone de un volumen mínimo de 406 litros, que crecen hasta los 1.114 litros si abatimos la segunda fila de asientos. Ésta se pliega a través de unos tiradores ubicados en los asientos laterales, y obviamente lo hace en una proporción 60:40. Por otro lado el portón trasero presenta unas generosas dimensiones, con una apertura y cierre automáticos.
Pero llega el turno de ir al concepto más deportivo que Kia ha querido integrar en el ADN del Stinger. La gama mecánica ha sido pensada para demostrar un cierto poderío de rendimiento. Tras haber probado las tres variantes, mi elección sería la de cualquiera de las unidades gasolina. Eso no significa que el diésel no me haya gustado, sino que tras probar los otros dos, los prefiero. Además, obviamente, su rendimiento no es equiparable, pues sale perdiendo en cuanto a potencia. Sin embargo para un comprador de unos cuantos miles de kilómetros al año, puede que sea su opción preferida.
El Stinger GT cuenta con un sistema Launch Control que permite que el coche haga el 0 a 100 Km/h en 4,2 segundos
Los gasolina por el contrario son más silenciosos, más refinados y más prestacionales. Sólo por eso ya merecen ser elegidos como primera opción, pero es que además son más divertidos, sobre todo el V6, que me ha sorprendido una barbaridad. Un Stinger equipado con este motor es equiparable a un BMW 440i xDrive o al Audi S5 quattro que en su momento también tuve ocasión de probar. Con esta configuración el Stinger cambia radicalmente, y a sus mandos ni siquiera parece que uno esté conduciendo un Kia.
Cierto es que no llega al limite de rendimiento que sus supuestos rivales alemanes, no es tan preciso, ni tan salvaje, pero te juro que es más manejable llegando al extremo. Los desarrolladores lo han configurado para que así sea, y para que supiéramos lo que su nueva joya es capaz de hacer, tuve ocasión de probarlo en circuito y a día de hoy sigo alucinando.
Alucinado por qué sinceramente en mi vida hubiera podido imaginarme a un Kia derrapando y quemando rueda. Yo no lo hubiera pensado jamás, pero para Kia es como si llevara toda la vida haciéndolo, más que nada porque el Stinger es un arma de sobrevirar, y no de sobrevirar de cualquier manera, si no de hacerlo de forma controlada, fácil y segura. En modo Sport + el ESC se desconecta casi al completo, y te que permite jugar con la trasera de forma segura. Deja mucho margen de maniobra, y solo cuando él considera que ya ha habido suficiente actúa recolocando el coche de una forma sutil.
Hay que reconocer que su V6 no ni el más potente, ni el más prestacional, ni el más salvaje, y posiblemente tampoco sea el más ahorrador. Sin embargo es un V6, y al coche le sobra y le basta con la entrega que consigue. Lo mismo pasa con el dos litros turbo de 255 caballos. Obviamente se queda más corto que el V6 en cuanto a entrega, pero rinde de forma más que correcta.
Lo que puede afear un poco la mezcla es el cambio. Ha sido desarrollado por Kia, y se trata de un covertidor de par que no dispone de modo secuencial. Sí que se puede controlar la subida y la bajada con las levas que hay tras el volante, pero al final es el cerebro del ordenador el que acaba haciendo la subida de marcha, impidiendo en algunos momentos bajar a tu voluntad. Es sin lugar a duda lo menos bueno del tren motriz, porque con respecto a lo demás no hay pegas que poner.
Conclusiones
Las conclusiones de la prueba del Kia Stinger resultan ser varias. La primera de todas es que el coche, es un gran coche. Kia ha conseguido crear una berlina coupé de altas prestaciones que puede plantar cara a sus rivales de una forma muy elegante y divertida. Bien es cierto que lo más dudoso de todo son sus rivales, no hay uno claro, pero ahí está lo bueno, el Stinger puede agradar a muchos tipos de clientes, aunque estos no resulten ser demasiados. No es un coche de volumen, es un coche con el que crear imagen de marca.
Esto me lleva a la segunda conclusión, una que me hace pensar hacia dónde se dirigen Kia y Hyundai. Hace apenas unos años los coreanos eran casi considerados como marcas low-cost. Hoy son capaces de imaginar, desarrollar, creer y vender coches como el Stinger. ¿De qué serán capaces en 10 años? Solo el tiempo lo dirá, pero de algo estoy muy seguro, que más de uno ponga sus barbas a remojar, porque en Corea ya están en pleno proceso de corte.