Prueba Kia Stonic 2018, lógico y sin estridencias
El Kia Stonic quiere hacerse un hueco entre la avalancha de crossovers urbanos que llegan al mercado. La apuesta coreana es muy equilibrada y cuenta con un estilo propio. Ya he podido conducir el nuevo Stonic en su presentación europea.
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Publicado: 26/09/2017 09:00
El segmento B-SUV es el de mayor crecimiento en Europa y su protagonismo toma cada vez más fuerza. Una de las últimas novedades en esta categoría es el Kia Stonic que se ha presentado en el Salón de Frankfurt 2017 y que he tenido ocasión de conocer y conducir en Berlín. El Stonic es uno de los modelos más importantes de la impresionante ofensiva de modelos que está realizado la marca coreana.
En los últimos meses, además de este crossover, han aterrizado los nuevos Picanto, Rio y Niro y en las próximas semanas llegarán el Stinger y el facelift del Sorento. Con una gama amplia y renovada, Kia España tiene como objetivo firmar el que será su octavo año consecutivo de crecimiento alcanzando las 60.000 unidades vendidas en nuestro mercado y colarse en el Top 3 de marcas en el canal privado.
Versiones del Kia Stonic para España
Los niveles de equipamiento del Stonic se dividen en tres acabados: Concept, Drive y Tech. Desde el nivel básico son de serie elementos como las llantas de aleación, las barras de techo, los retrovisores exteriores eléctricos y calefactables, el aire acondicionado, las luces diurnas de led, volante y pomo de la palanca de cambios de piel, el sensor de luces o el sistema multimedia con pantalla de 7 pulgadas.
Indudablemente el grueso de las ventas lo abarcará el nivel de equipamiento Drive porque resulta muy completo. Incluye retrovisores exteriores plegables eléctricamente, pilotos traseros de led, manecillas de las puertas cromadas, lunas oscurecidas, navegador y cámara trasera, climatizador, sensor de lluvia, sensores de estacionamiento traseros y reposabrazos para las plazas delanteras.
Con el tope de gama Tech se añade el retrovisor electrocrómico, el acceso sin llaves, el arranque por botón y el Color Package para el interior. También es de serie en el acabado superior el paquete de seguridad Advanced Driving Assistance Pack, que es opcional (y muy recomendable) para el resto de versiones. Integra la asistencia de mantenimiento de carril, el detector de fatiga, el panel de instrumentos tipo Supervision con pantalla LCD de 3,5 pulgadas, el asistente dinámico para luces de carretera y la asistencia de frenada de emergencia con detección de peatones.
La gama mecánica se compone de tres propulsores. Los dos motores de gasolina son ya conocidos en el Rio 2017. El 1.2 MPI de 84 CV es atmosférico, tiene cuatro cilindros e inyección multipunto. Por su parte el 1.0 T-GDI de 120 CV es un moderno bloque de tres cilindros turboalimentado con inyección directa. El apartado diésel corre a cargo del 1.6 CRDi de 110 CV.
Las tres opciones de motorización están asociadas a un cambio manual, aunque a mediados de 2018 está previsto introducir una transmisión automática de doble embrague y siete relaciones en el 1.0 T-GDI 120. En ese mismo plazo se ampliará la gama con un interesante 1.0 T-GDI de 100 CV y caja manual de cinco marchas.
Un diseño con personalidad propia
Con 4,14 m de longitud, las dimensiones del Kia Stonic le sitúan en el corazón del segmento B-SUV. Este segmento capta clientes de utilitarios, de compactos y monovolúmenes de dimensiones contenidas gracias a su versatilidad y a su atractivo estilo SUV. El Grupo Hyundai-Kia tiene otro modelo en esta categoría, el Hyundai Kona, pero al contrario de lo que pudiera parecer el Stonic tiene poco que ver con el Kona y comparte plataforma con el Rio.
El crossover de Kia se fabrica en la factoría coreana de Sohari pero no tiene una intención global. Se venderá exclusivamente en Europa y por este motivo las líneas maestras de su aspecto han sido concebidas por el centro de diseño de Kia en Frankfurt (Alemania), en colaboración con el centro de Namyang (Corea del Sur).
Su diseño es esbelto, con formas suaves y sencillas, que no simples. Las líneas horizontales, unos voladizos cortos y un capó relativamente largo aportan una imagen más dinámica. El carácter crossover ha sido remarcado con los recubrimientos negros en la parte inferior de la carrocería, los protectores de bajos delantero y trasero y las barras de techo.
Los diseñadores han logrado que la imagen del Stonic sea rápidamente identificable como un Kia pero con una personalidad propia, diferente al resto de modelos del fabricante de Seúl. No podía faltar la característica parrilla tiger nose que identifica a todos los modelos actuales de Kia, aunque ésta ha evolucionado con un borde tridimensional para ganar presencia. El frontal se complementa con unos grupos ópticos de aspecto muy moderno, si bien los faros son halógenos en todas las versiones y no se puede optar por xenón o led ni siquiera en opción.
El catálogo ofrece una escasa variedad de llantas de aleación de 15 o 17 pulgadas, dos posibilidades que dependen de la motorización escogida. En la parte inferior de la puerta lateral trasera se observa un marcado volumen que Kia denomina kick-up line que no me termina de convencer, pero sí la musculosa línea de hombros y los arcos de rueda traseros.
En el segmento B tiene mucha importancia la individualización y en ese sentido la marca coreana no se ha quedado atrás. De hecho, el Stonic puede presumir de ser el Kia más personalizable de la historia. Elegir la opción bitono es todo un acierto porque es cuando más destaca el marcado pilar C, que envuelve el techo para transmitir una mayor sensación de robustez. Este rasgo me parece muy original y se ha inspirado en el prototipo Kia Provo presentado en el Salón de Ginebra de 2013. Hay cinco colores disponibles para el techo (blanco, negro, rojo, verde y naranja), además de otros nueve para el cuerpo del Stonic dando como resultado hasta 20 combinaciones posibles de color exterior.
Mucho equipamiento de serie
Echando un vistazo a su interior encuentro pocas sorpresas porque algunos elementos interiores me resultan conocidos de otros recientes lanzamientos como el Kia Rio. Es el caso de la instrumentación, el módulo de climatización o el sistema de infoentretenimiento. Los plásticos duros abundan, los ajustes son correctos y en general, aunque sin lujos, está bien resuelto.
Las opciones de individualización del habitáculo son mucho más limitadas que las posibilidades del exterior. Para los niveles Concept y Drive hay una sobria combinación de molduras en gris y tapicería de tela negra mientras que el acabado Tech se reserva el atractivo Orange Color Package que muestra detalles en naranja y una tapicería mixta de cuero sintético y tela con costuras de contraste.
La apuesta tecnológica del modelo queda patente con el completísimo sistema multimedia. Cuenta con una pantalla táctil de 7 pulgadas que proporciona una buena calidad de imagen y reacciona con precisión y rapidez. La interfaz es muy intuitiva y dispone de serie de conectividad con Android Auto y Apple Carplay. Salvo en la versión de acceso Concept, este sistema también incluye la radio digital, navegación y el paquete de servicios online Connected Services de Kia. Proporcionados por TomTom, estos servicios de conectividad informan del estado del tráfico en tiempo real, avisan de la localización de cámaras de velocidad, permite buscar de puntos de interés y proporciona previsiones meteorológicas.
Los asientos delanteros son muy confortables por su mullido y se ajustan bien al contorno del cuerpo. El habitáculo retrasado del Stonic me hacía pensar que me encontraría unas plazas traseras pequeñas pero resultan mucho más espaciosas de lo esperado, con sitio suficiente para pasajeros de hasta 1,85 m de estatura. Como ocurre en todos los modelos de su segmento, no hay anchura suficiente para que tres adultos viajen con desahogo.
El habitáculo bien aprovechado le ha pasado factura al maletero de 332 litros de capacidad. El espacio de carga del Stonic es algo justo para su categoría, quedándose lejos de algunos de sus rivales que superan los 400 litros. La boca es muy grande (la más ancha del segmento según Kia) para facilitar la introducción de objetos voluminosos y tiene un doble fondo para dividir el espacio en cuya parte inferior se sitúa la rueda de emergencia que viene de serie. El hueco superior cuenta con argollas y perchas para sujetar objetos pequeños. Con los asientos traseros abatidos, el volumen de carga crece hasta los 1.135 litros.
Prueba Kia Stonic 1.6 CRDi 110 CV
La marca prevé que las versiones de gasolina supongan alrededor del 60% de las ventas en los concesionarios españoles. El 1.0 T-GDI será previsiblemente la opción que concentrará el mayor número de pedidos y desde luego parece la opción más interesante por su relación precio/prestaciones y por la suavidad de marcha. Es una opción más recomendable que el 1.2 MPI, que se queda corto de fuerzas cuando se aleja del tráfico urbano.
La demanda de versiones diésel está en declive en todo el continente pero aún siguen acaparado una buena parte del pastel de ventas así que una opción diésel no podía faltar y es la que he conducido durante la presentación en Berlín de este modelo. En el caso del Stonic, el 1.6 CRDi cuesta 1.200 euros más que la versión equivalente del 1.0 T-GDI.
Aunque resulta algo más áspero que el T-GDI, en el CRDi la sonoridad y vibraciones son contenidas siempre que no nos vayamos a la zona alta del cuentarrevoluciones. Este motor resulta especialmente interesante para quienes hagan un uso intensivo del vehículo porque el consumo resulta contenido, manteniéndose habitualmente por debajo de los 6 l/100 km. Gracias a su par máximo de 210 Nm también es una buena opción para quienes realicen frecuentes trayectos con mucha carga y/o pasajeros.
Los ingenieros de la marca coreana han trabajado en conseguir que el Stonic brinde una experiencia de conducción más dinámica que la del Rio 2017 y para ello se han realizado ajustes en la dirección y la suspensión. El volante ofrece un buen guiado y hace la conducción agradable, algo a lo que también contribuye de manera importante la caja de cambios manual satisfactoria y precisa. La amortiguación se nota más firme que la del Rio, dando al crossover un buen aplomo en curva con un buen compromiso entre confort y estabilidad.
Las buenas maneras en el apartado dinámico también se deben a las funciones específicas integradas de serie en el Sistema de Gestión de Estabilidad (VSM) de Kia. Éstas son la vectorización de par por frenado (el sistema frena las ruedas interiores para reducir el sobreviraje cuando se acelera en curva), el control de frenado en curva (el sistema frena las ruedas interiores en curva para mantener la trayectoria) y la estabilidad en recta (frena individualmente las ruedas en frenadas de emergencia, para impedir movimientos laterales del coche).
A pesar de su aspecto, el Stonic no tiene ninguna vocación campera. En todos los casos este crossover urbanita confía en la tracción al eje delantero, no estando prevista la incorporación de versiones con tracción total. La altura libre al suelo de 183 mm (165 mm en el 1.2 MPI) es generosa y útil si se circula por sencillos caminos no asfaltados.
Ya a la venta
Con la llegada de este nuevo crossover, Kia puede presumir de una de las gamas SUV más completas del mercado ya que junto con el Stonic, la marca alinea el Soul, el Niro, el Sportage y el Sorento. Las primeras unidades del B-SUV coreano ya están llegando a los concesionarios, siendo las de carrocería monótono las primeras en llegar porque las bitono se harán esperar hasta final de año.
El nuevo Kia Stonic es un coche que cumple bien en todo lo que se espera de un crossover urbano. No me ha parecido sobresaliente en ningún aspecto, pero tampoco tiene lagunas dignas de mención. Es equilibrado, atractivo y tiene un precio muy contenido (desde 12.919 euros, con promociones incluidas), especialmente si tenemos en cuenta la amplia dotación de serie. El Stonic 1.0 T-GDI con el acabado Drive es un acierto seguro.