Prueba Lexus ES 300h 2021, lejos del mundanal ruido

Aunque en Europa conocemos el Lexus ES desde 2018, la berlina ejecutiva de la marca japonesa acumula nada menos que siete generaciones a sus espaldas desde su nacimiento en 1989. Este modelo, que llegó al Viejo Continente sustituyendo en la gama al Lexus GS, ha recibido una puesta al día donde su novedad más destacada es la introducción de retrovisores digitales.

No hay novedades estéticas del ES 300h 2021 que sigue la estela del buque insignia nipón, el Lexus LS. De esta manera el sedán construido sobre la plataforma GA-K presenta unas formas fluidas y una estilizada línea de techo que evidencian su gran diseño aerodinámico. Sin duda es uno de los modelos más llamativos y elegantes del segmento.

La gama 2021 incorpora los nuevos niveles de equipamiento Premium y Luxury D-View, que se unen a los ya existentes Eco y F-Sport. El Lexus ES Premium, que se sitúa como acabado intermedio, lleva de serie llantas de aleación de 18 pulgadas, volante calefactado o cargador inalámbrico para smartphones, además de ampliar la equipación de seguridad con el sistema de detección de ángulo muerto (BSM) y la alerta y freno por tráfico posterior (RCTAB).

No menos interesante es el empleo de un renovado sistema multimedia con pantalla de 12,3 pulgadas. Es compatible con Apple CarPlay y Android Auto pero la pantalla no es táctil, la interacción con el sistema de infoentretenimiento es mediante órdenes de voz o un engorroso touchpad.

Por su parte el acabado Luxury D-View estrena en exclusiva la gran novedad de esta actualización, los retrovisores digitales. En realidad esta característica se mostró hace dos años con el lanzamiento de la nueva generación pero es ahora cuando puede equiparse tras la correspondiente fase de homologación. El Audi e-tron y el Honda e también recurren a sistemas similares.

El dispositivo de Lexus emplea dos cámaras alojadas en unas finas carcasas aerodinámicas que casan perfectamente con el diseño exterior y llevan alojadas las luces de intermitencia. Al ser más pequeñas que los retrovisores convencionales reducen el ruido del aire y apenas obstaculizan la vista en la diagonal.

La forma de la carcasa evita que las gotas de lluvia se acumulen en las cámaras, que además cuentan con calefactores integrados para no se empañen o se forme hielo, garantizando una buena visibilidad en cualquier circunstancia climatológica. Además al cerrar el coche se pueden plegar, una característica inédita en este tipo de retrovisores.

Dentro, la visión procede de dos monitores a color de 5 pulgadas situados en la base de los pilares A, un tamaño más pequeño que las soluciones de Audi (7 pulgadas) y Honda (6 pulgadas). La integración podría ser mejor pero se ha preferido dejar en un segundo plano la estética en favor de la funcionalidad ya que esa situación los coloca justo en un lugar intuitivo para el conductor. En comparación, el Audi e-tron sitúa las pantallas empotradas en las puertas pero en un lugar más bajo que obliga a mover la cabeza más de lo habitual.

Aunque hace falta un pequeño periodo de adaptación, el uso de los retrovisores digitales de Lexus es muy satisfactorio porque elimina el ángulo muerto y proporciona una gran visibilidad trasera. Las líneas guía ayudan a tener una adecuada sensación de profundidad y un sensor de luminosidad que reduce automáticamente el deslumbramiento de los faros de los vehículos que circulan detrás por la noche.

El sistema de Lexus permite hacer algunos ajustes personalizados (como el nivel de brillo o la retracción automática de las cámaras) mediante unos controles en el panel de la puerta del conductor, aunque el menú resulta algo más complicado de lo deseable. Afortunadamente no es algo que haya que tocar mucho.

Cuando el conductor activa los intermitentes o selecciona la marcha atrás, los retrovisores digitales cambian la vista automáticamente para proporcionar una imagen con más angular, una visión ampliada del entorno que facilita las maniobras. Esta función es desactivable pero funciona realmente bien.

Bajo la carrocería del ES 300h se mantiene el sistema híbrido que asocia el motor de gasolina Atkinson de cuatro cilindros y 2,5 litros con un motor eléctrico y una batería de hidruro de níquel-metal situada bajo el asiento trasero. El conjunto desarrolla una potencia de 218 CV que mueve con alegría al sedán nipón en línea recta.

En zonas de curvas, el Lexus ES prefiere tomarse las cosas con calma porque no es un modelo especialmente ágil y desde luego no invita a practicar una conducción deportiva. El fabricante japonés ha apostado decididamente por la comodidad en marcha y por ello propone una suspensión blanda que trata con mucho mimo a los pasajeros. Según la versión también se puede tener una suspensión adaptativa variable.

Si por algo destaca el rodar del ES es por ser increíblemente silencioso con la intención de mantener a los ocupantes lejos del mundanal ruido, como diría el novelista inglés Thomas Hardy. Un habitáculo con un buen aislamiento es clave para proporcionar un gran confort de marcha.

El análisis en vídeo del Lexus ES cuando aterrizó en el mercado español sigue plenamente porque el modelo 2021 apenas cambia

Durante el desarrollo del modelo se puso especial énfasis en eliminar las fuentes de ruido ajustando concienzudamente la posición de los retrovisores y los limpiaparabrisas, entre otros elementos, se eliminaron aberturas por las que podía entrar ruido y se aplicó un material fonoabsorbente en elementos de suspensión, bastidor y guardabarros. El resultado es sencillamente sobresaliente.

Otro punto destacado de la dinámica del sedán japonés es el frugal consumo de combustible. La hibridación permite que el motor eléctrico reduzca el esfuerzo del propulsor de gasolina y en muchos momentos el ES puede desplazarse en modo 100% eléctrico. Gracias a ello es posible realizar recorridos rondando los 5,5 l/100 km sin esfuerzo, un consumo excepcional para un modelo de este tamaño y potencia.

El nuevo Lexus ES 300h 2021 ya está a la venta en los concesionarios españoles con un precio de partida de 47.900 euros. Esta berlina de lujo que propone una experiencia relajante de viaje y un interior rebosante de calidad hasta el más mínimo detalle en todas sus versiones pero si se quieren los novedosos retrovisores digitales, que están reservados en exclusiva para el acabado tope de gama Luxury, la factura asciende hasta los 72.200 euros.