Prueba Lexus GS 300h, eficiencia y ahorro por encima de todo
Lexus ha sabido desde el principio aprovechar al máximo las evoluciones de su matriz Toyota, enfocándose a un mundo más premium. Lo suyo son las berlinas como la que os presentamos en esta ocasión, el Lexus GS 300h, un híbrido clásico y eficiente.
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Publicado: 05/01/2018 09:00
No se sabe muy bien por qué hubo una época en la que los coches híbridos y eléctricos eran representados de una forma un tanto peculiar, sirva de ejemplo el Nissan LEAF o el propio Toyota Prius. Sin embargo Lexus siempre ha apostado por un estilo de buen gusto, sin abusar de estridencias. El coche de esta prueba es el vivo ejemplo de esa filosofía, una berlina premium con un alto grado de eficiencia, el Lexus GS 300h.
El GS es la berlina media de Lexus para el mercado mundial. Se sitúa en medio de la gama de la compañía, quedando por debajo el Lexus IS, y por arriba el recién renovado Lexus LS, el buque insignia. A día de hoy asociamos al GS con una conducción tranquila y eficiente, al menos en nuestro país, pero no es justo pues como buena berlina premium siempre ha montado, y todavía lo hace, grandes motores. Pero como ya he dicho, estas quedan actualmente reservadas a mercados donde es más comercial, tales como Estados Unidos y Japón.
Y es que Europa ya no quiere berlinas, ahora quiere SUV, y para ello Lexus está transformando su gama para incorporar más modelos X. Ya cuenta con dos, el Lexus NX y el Lexus RX, pero dentro de no mucho tiempo llegará el más pequeño de todos ellos, el Lexus UX. Pero bueno, no me quiero ir por las ramas porque esta prueba no versa sobre la gama crossover, pero sí quiero que veas que actualmente los japoneses se han centrado en otros menesteres.
Si hablamos de diseño nadie puede negar que estamos ante un coche bonito. Durante cuatro generaciones el Lexus GS ha ido evolucionando de forma gradual, asociándose con las corrientes de diseño de Lexus. El modelo de hoy de hoy es el restyling de la cuarta generación, un lavado de cara para así afrontar de forma honrosa la segunda etapa comercial antes de la llegada de la quinta generación, de la que por cierto todavía no se tiene ni idea de cuándo llegará y de cómo será, pues se ha llegado a especular que el GS podría mutar a un coupé de cuatro puertas.
Mientras las cabezas pensantes de Japón determinan que futuro darle a este coche, la verdad es que tengo que reconocer que golpe de vista me gusta. Me gusta porque es una buena mezcla entre lo oriental y lo occidental. Los hermanos pijos de Toyota, así podríamos llamarlos, saben cómo acertar con el diseño, y aunque resulten diferentes no lo son tanto como para tacharlos de extravagantes. El diseño del GS es sin lugar a dudas una de sus bazas.
Otra, la principal, es la calidad. Lexus ha sido sinónimo de calidad desde siempre, de hecho es la compañía japonesa premium por antonomasia, y a día de hoy sigue siéndolo. Cuando abres las puertas del GS te recibe una atmósfera de buena calidad, con materiales nobles como la madera y una piel que resulta exquisita al tacto. Siempre lo he dicho, Lexus buenos cueros desde los acabados básicos, no como hacen las alemanas que si quieres uno mejor tienes que pasar por caja, y bien pasado.
Eso sí, la calidad va acompañada de un toque clásico, algo que no acompaña al exterior moderno y atractivo. Y es que al GS le pesan los años. La cuarta generación vio la luz en 2011, no hace tanto de aquello, pero ya entonces lucía un aspecto interior no muy moderno. A día de hoy los interiores se hacen de otra manera, con una mayor presencia de superficies digitales y táctiles. Cierto es que con la actualización se incluyó una enorme pantalla en lo alto del salpicadero, pero más allá de eso...
Y lo peor no es el aspecto que presenta, si no la disposición de los elementos que conforman la parte delantera del coche. Hay cosas raras como el botón que activa y desactiva los sensores y la cámara de aparcamiento, que queda oculto bajo el reposabrazos central. Un sinsentido que eso esté ahí, y demuestra que la ergonomía no se ha cuidado ni siquiera en la actualización de hace dos años, dónde se podrían haber corregido estos errores que deslucen un interior de calidad.
Está claro por dónde tiene que afrontar Lexus la nueva generación del GS, de hecho solo tienen que copiar lo que han hecho con el LS y reducirlo de escala. Además de eso hay que mejorar la carga tecnológica. Viendo lo que hoy en día hacen sus competidores; Audi, BMW y Mercedes, Lexus tiene que plantar cara con más tecnología, evolucionar la actual y presentar un coche que sirva de referencia.
Dado que el GS se fabrica en Japón, los paquetes de equipamiento son cerrados, la mayoría de los extras son accesorios
Con todo ello no quiero decir que el coche actual sea analógico, pero obviamente se ha quedado desfasado de cara a lo más actual. Si por algo destaca en la actualidad es por la tecnología asociada a la conducción segura. La cantidad de asistentes es buena gracias al paquete Safety System Plus, donde destacan elementos como el control de crucero adaptativo, el asistente de mantenimiento de carril, el sistema de seguridad pre-colisión, el lector de señales de tráfico y el sensor de luces largas/cortas con adaptación del haz para evitar deslumbramientos.
Dejando a un lado el campo de la seguridad, que es mucha, el sistema de infoentretenimiento podría ser claramente mejor. Actualmente las pantallas dominan el control de los equipos, pero en el GS todo se controla a través de una especie de ratón ubicado en el túnel central. Huelga decir que no es el mejor del mercado, de hecho su funcionamiento es tosco y nada sencillo. Es otro detalle, al igual que el de los botones ocultos, que no tiene sentido que siga incluyéndose tal y como está. Cuesta manejarlo y encima distrae enormemente de la conducción.
Pero oye, no todo es malo. Sí que es cierto que los apartados de tecnología y diseño interior le penalizan pero es capaz recomponerse gracias a un alto grado de confort interior. Ahí sí que no puedo poner pega alguna. El GS hace honor al segmento premium y hace que sus ocupantes viajen muy cómodamente. Por supuesto los delanteros serán los que reciban la mayoría de las comodidades, pero los traseros tampoco irán escasos gracias a un gran espacio para piernas y cabeza. En cuanto a maletero solo hay un volumen, 468 litros que se quedan fijos ya que los asientos traseros no se pueden abatir.
Como he dicho más arriba, el GS no siempre ha sido el paradigma de la eficiencia y el ahorro. Desde hace un tiempo Lexus ha optado por contar únicamente con variantes híbridas, a excepción de la gama F que no tiene nada de ahorradora con sus V8 atmosféricos. Pero no es el caso, así que voy a centrarme en la versión de acceso de las dos que hay, es decir en el 300h.
Prueba Lexus GS 300h
Como ya digo, el 300h es la variante de acceso a la gama GS. Por encima de ella se encuentran los GS 450h, con 345 caballos y el poderoso Lexus GS F con su V8 y sus 477 caballos. En este caso tendremos que conformarnos con 223 caballos, que resultan de la suma conjunta de un motor de gasolina de cuatro cilindros que cuenta por sí solo con 181 caballos a lo que hay que sumar otro motor eléctrico que a su vez presenta un máximo de 143 caballos.
Asociado a ese motor eléctrico está un conjunto de baterías de níquel-hidruro que se encuentran en la parte trasera y que presentan una autonomía aproximada de dos kilómetros. Sé que no parece demasiado pero resultan más que suficientes para el uso que va a recibir. Por último, el encargado de gestionar toda esta maraña de motores y baterías es una caja de cambios automática, tipo CVT, con seis velocidades, que si por algo destaca es por ser suave en transiciones y buscar el máximo ahorro posible.
Porque si hablamos de prestaciones y rendimiento el GS 300h queda muy lejos de los estándares. Si miramos las tablas observamos que la velocidad máxima es de 190 Km/h y con una aceleración de 0 a 100 Km/h en nueve segundos. Es decir, datos discretos. Pero conseguir buenas cifras de rendimiento no es el objetivo de este GS, sino más bien todo lo contrario; el ahorro. Si miramos esos datos el GS saca pecho y con razón pues homologa un gasto medio de 4,9 litros a los 100 kilómetros.
Está claro que Lexus se ha centrado en su gama SUV, porque la flota de berlinas empieza a acumular años de más a sus espaldas
Pero obviamente esos son datos de laboratorio que nada tienen que ver en el mundo real. En un uso habitual costará ver esos consumos, aunque no niego que se puedan conseguir. Sirva como referencia que durante la semana de pruebas, con casi 1.000 kilómetros recorridos, el ordenador de a bordo desprendía un consumo medio de entre 6,6 y 6,8 litros a los 100 kilómetros. Ya sé que son casi dos litros más de lo homologado, pero dada la potencia y el peso del GS me resulta un consumo excepcional si tenemos en cuenta que buena parte de los kilómetros se hicieron en ciudad.
Esta es sin lugar a dudas la gran baza del GS 300h. A esto podemos sumar el refinamiento de marcha. La ayuda de la electricidad es notable para generar una calidad de rodadura elevada. En ciudad resulta una gozada moverse, pues la mayor parte del tiempo no se producirá ningún sonido y si entra en marcha el motor de combustión lo hará a bajas revoluciones, por lo que tampoco se filtrará mucho ruido al interior. Eso sí, cuando pisas llega un nada agradable sonido mecánico procedente del motor y de la caja de cambios.
Las transmisiones CVT tiene eso, una pérdida de rendimiento brutal en situaciones de máxima exigencia. Este caso no es ajeno, por lo que nos obliga a una conducción tranquila, relajada y muy predictiva. Gracias a unas levas tras el volante el comportamiento mejora, pero dado que el par máximo del motor de gasolina se encuentra entre las 4.200 y las 5.4000 rpms, nos obligará a circular en marchas cortas si requerimos de una respuesta más rápida del motor. Este coche con un convertidor de par o un doble embrague sería algo muy distinto.
Pero bueno, sigamos fijándonos en lo bueno. Se disponen de varios modos de conducción: Eco, Normal, Snow y Sport, además de un EV que por supuesto vuelve al GS 300h completamente eléctrico siempre y cuando las baterías tengan la vida suficiente. Entre los otros modos no hay grandes diferencias de comportamiento más allá del trabajo conjunto del motor de combustión y el eléctrico. Obviamente el modo Eco busca el máximo ahorro, mientras que el Sport quiere darnos todo de lo que el coche es capaz. Lo más recomendable es dejar que el coche gestione por sí solo la configuración, es lo más óptimo en cuanto a rendimiento y consumo.
Hay que ser conscientes que el GS 300h está pensado y desarrollado para ir de forma cómoda y tranquila. Gracias a su buen espacio interior los viajeros disfrutarán de un viaje en primera clase, rodeados de materiales de calidad y con mucha suavidad de conducción. En este tipo de conducción es perfecto, muy agradable sobre todo en ciudad y en atascos, pues es ahí donde saca a relucir las ventajas de la tecnología híbrida.
Por supuesto todo tiene un precio en esta vida, y como buen Lexus, no sale especialmente barato. El precio de partida de un Lexus GS 300h es de 45.900 euros para el más básico de sus cinco niveles de acabado: Eco, Edition, Executive, F Sport y Luxury. En el caso de la unidad de pruebas se trataba del acabado Executive que sumaba algunos extras que le hacen elevar la factura hasta los 58.620 euros, más o menos lo que viene a costar un BMW 525d o un A6 3.0 TDI.
Conclusiones
La tecnología híbrida tendrá sus defensores y sus detractores, pero está claro que ha llegado para quedarse. Marcas como Lexus apuestan claramente por la conducción eficiente, eliminando de sus gamas cualquier rastro de motores diésel. El GS 300h es buena muestra de ello. Puede que optar por esta configuración le reste algo de pasión y rendimiento a un coche que está pensado principalmente para una conducción tranquila, pero en contraposición también supone una serie de ventajas claras.
La mayor de todas es el ahorro de combustible que se genera. A esto hay que sumarle una calidad de rodadura elevada que a su vez ahonda en un gran confort. Todo ello rematado con la habitual calidad de materiales de Lexus, que a pesar de tener un aspecto antiguo presentan un tratamiento exquisito en cuanto a acabados y sensación de durabilidad. Si tenemos todo esto en cuenta el GS 300h es un gran coche, aunque en un futuro deberá evolucionar para así poder plantar cara a sus rivales alemanes.