Prueba Lexus RZ 450e, más coche que eléctrico
Lexus sigue sumando unidades 100% eléctricas a la familia. El RZ 450e es el más elegante, caro y grande de la casa. Tiene todo lo bueno de un Lexus, pero también muchas cosas que deben mejorar.
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Publicado: 10/08/2023 18:00
Resulta curioso que Lexus sea la primera marca del Grupo Toyota en dar el salto a la electricidad. Los japoneses se han tomado con mucha calma la transición y mientras que otros fabricantes son alumnos adelantados de la nueva escuela de movilidad, en Toyota todo transcurre a otro ritmo. Lexus será un fabricante 100% eléctrico en 2030, pero ya están llegando al mercado las primeras unidades. El Lexus RZ 450e es el primer modelo serio de la casa, pensado y desarrollado para ser totalmente eléctrico.
Sí, ya sé que no es el primero en la casa. Ese honor siempre le corresponderá al Lexus UX 300e, pero a diferencia de este, el RZ se ha diseñado desde un principio para albergar sistemas mecánicos eléctricos. El UX ofrece versiones híbridas y el eléctrico se ha tenido que acoger a una plataforma polivalente. En el caso que hoy nos ocupa estamos ante la primera unidad de la firma en asentarse sobre la nueva plataforma eléctrica de Toyota, denominada e-TNGA. Es la misma que usan el Toyota bZ4X y el Subaru Solterra.
El cambio, aunque parezca mínimo es fundamental. Lo que los ingenieros de Lexus han hecho ha sido coger la nueva arquitectura y adaptarla a su particular forma de ver el mundo. Si bien el Solterra y el bZ4X son prácticamente dos calcamonías, nadie podrá negar que el RZ apuesta por un diseño totalmente diferente. A la legua se reconoce el estilo de la casa. El frontal denota elegancia y presencia con un morro que si bien no rinde cuentas con la aerodinámica, resulta muy llamativo. Se parece mucho a los nuevos Lexus NX y RX.
Los japoneses apuestan por el estilo llamativo, aunque la unidad de pruebas no saca todo el provecho que debería de esa atractiva carrocería. Acabado en una única tonalidad denominada Gris Sonic, el RZ 450e no luce todo lo que puede. En el catálogo de opcionales, Lexus propone tres alternativas en dos tonalidades, donde destaca el Cooper Sonic con el capó y el techo pintados en negro. El efecto es muy llamativo, como ya te conté hace unos cuantos meses cuando tuve ocasión de conocer por primera vez el RZ al natural.
Siempre digo que en cuestiones de diseño no hay nada escrito, pero nadie puede negar que Lexus sabe hacer coches estéticamente atractivos. De puertas para dentro también se mantiene la filosofía de calidad. Si bien es el tridente alemán el que suele llevarse toda la popularidad en cuanto a calidad, pero ahora mismo destacaría a tres fabricantes internacionales capaces de ganarse realmente el apellido de premium: BMW, Volvo y Lexus. La firma japonesa más elitista se lo merece y nadie puede decir lo contrario.
La calidad de materiales es tan buena como la calidad de ejecución. Basta con abrir la puerta para darse cuenta que es un coche muy bien hecho. La atención al detalle es extremo y como ya es habitual, todo parece estar compuesto para durar mucho, mucho tiempo. El RZ no sólo está bien acabado, también incluye la oferta tecnológica de última generación de la casa. Por fin Lexus puede ofrecer un sistema de última generación. Ya era hora de decir adiós a la antigua presentación con el siempre denostado Touch Pad que llevaba años obsoleto.
Obviamente, tal y como mandan los cánones actuales, los japoneses optan por la digitalización. Bastan dos pantallas para centrar toda la atención. La primera es algo más cutre. La instrumentación digital es pobre, no ocupa todo el espacio del cuadro y apenas puede variar su diseño. Nada que ver con la de un Audi o un Mercedes. Su calidad tampoco es excepcional y parece ser el único elemento compartido con sus primos de Subaru y Toyota. Personalmente creo que Lexus debería haber apostado por un formato mejor y más grande, algo que posiblemente dejen para futuras actualizaciones.
No hay duda que la atención principal es la de la pantalla multimedia integrada en la consola central. Con 14 pulgadas de tamaño es una de las más grandes del mercado. Destaca su calidad de imagen y la buena experiencia de usuario de la interfaz. Es fluida, los botones son grandes y no hay excesivos menús o categorías que compliquen el uso. Los accesos rápidos te permiten modificar parámetros rápidamente y la conexión con dispositivos móviles es rápida y muy natural. También hay control por voz, pero dado lo bien que va todo en la pantalla te olvidas de él.
Me gusta que los japoneses no hayan caído en la tentación de integrar la climatización en algún menú interior que requiera varios toques en la pantalla. En la parte inferior del panel se integran las ruedas de la climatización para subir y bajar la temperatura de forma individual. Una solución elegante, práctica y, sobre todo, segura. Para modificar otras funciones sí es necesario tocar la pantalla, pero los botones del clima siempre están a la vista. El tamaño es grande y el menú sencillo. No se puede hacer mejor la integración.
Ese no es el único equipamiento del Lexus RZ. La división española nos propone varios acabados: Business, Executive y Luxury. Las principales diferencias entre ellos radican en materia de tecnología. En el acabado más alto encontramos elementos como: faros Fulls LED, equipo de sonido Mark Levinson de 13 altavoces, techo panorámico electrocrómico, cámaras de 360 grados, Head-Up Display, asientos delanteros eléctricos y climatizados, cargador inalámbrico y un completo equipo de asistentes cuya única pega es que resultan demasiado intrusivos por las numerosas alertas injustificadas que provocan.
Los pitidos inoportunos son cada vez más habituales en los coches más avanzados del mercado, pero en el caso del RZ me resultan excesivos. Lo que no falta es espacio. Con 4,8 metros de largo y 2,85 metros de distancia entre ejes, la habitabilidad en las plazas traseras es excelente. Resulta tan amplio como cómodo y sólo la incorporación de un pasajero central limitará el confort de los viajes. En cuanto a espacio de carga, Lexus anuncia una capacidad mínima de 522 litros, un dato excelente, que es posible ampliar hasta los 1.451 litros si se abate por completo la segunda fila de asientos.
El volante tipo Yugo todavía no está disponible en el mercado español. Su llegada se retrasará unos cuantos meses
Cambiando de tercio y adentrándome en el campo de la mecánica, no se puede decir que el RZ ofrezca una amplia gama de versiones. Tan sólo está disponible una versión denominada oficialmente como 450e. Cuenta con un esquema de motor dual, un bloque por cada eje, que genera un rendimiento máximo de 313 caballos y 435 Nm de par motor. Todo se alimenta de una batería de iones de litio con una capacidad bruta de 71,4 kWh con sistema eléctrico de 400 voltios. Ofrece una potencia de carga de hasta 150 kW en C.C y hasta 11 kW en C.A.
Al volante del Lexus RZ 450e
Si algo tienen en común los Lexus y los eléctricos es que destacan por su calidad de rodadura. Sólo hace falta imaginar la sensación que produce la mezcla. Decir que el RZ es un coche cómodo y silencioso es quedarse corto. Todo en él transcurre a otro ritmo. No hay prisa por llegar a ningún sitio. Calma, comodidad y suavidad unidos en un mismo coche. Posiblemente sea uno de los coches más cómodos que he conducido en los últimos tiempos. Así de bueno es.
El doble acristalamiento y el buen trabajo de aislamiento hace que el mundanal ruido se quede fuera una vez cierras las puertas. La suspensión se suma a la fiesta con un tarado blando y acogedor que si bien se siente fuera de lugar en una conducción agresiva, es tremendamente efectiva en una conducción normal. Encaja perfectamente con el coche y tiene que ser así. Cualquier otra cosa me habría sorprendido. El comportamiento en líneas generales es bueno. El bajo centro de gravedad ayuda a la causa, pero no hay ganas de elevar el ritmo ni de cambiar el programa de conducción.
Lexus propone varios formatos: Eco, Normal, Sport y Range. Obviamente, cada uno de ellos hace trabajar de forma diferente al conjunto mecánico, limitando de paso algunas funciones. El modo Range optimiza al máximo los recursos y con él se consigue la máxima autonomía. Eso sí, supone desactivar el climatizador, algo que en España no es nada sensato hacer bastantes días al año. Todos sabemos que el recurso de la climatización quita autonomía en los eléctricos, pero en el caso del RZ la pérdida de kilómetros es bastante significativa.
Al activarlo, el contador del rango pierde entre 50 y 70 kilómetros, pero tranquilo que hay un por qué. Lexus/Toyota ha sido demasiado conservadora con sus cálculos. Aunque el indicador lo ponga, la pérdida no es tan significativa. Los japoneses ya han dicho que van a actualizar el software pronto y una vez hecho la autonomía mejorará. También hay que decir que el equipo se guarda un gran margen de seguridad en cuanto a autonomía. Cuando el indicador de la batería está a cero todavía resta, aproximadamente, un 8% de la carga, lo que permite al usuario buscar el punto de carga más próximo y llegar a él.
Todos los fabricantes se guardan ese as bajo la manga, pero a Toyota se ha excedido en su conservadurismo. Tal es así que la autonomía es uno de los grandes problemas del RZ. Oficialmente la cifra homologada es de 395 kilómetros, pero en la práctica va a ser muy difícil superar el horizonte de los 330 kilómetros sin parar a recargar. Son muy pocos kilómetros teniendo en cuenta los estándares actuales. Un Tesla Model Y con una capacidad de batería similar es capaz de superar la barrera de los 500 kilómetros.
Las levas tras el volante permiten regular la retención, pero el RZ nunca se comporta como un coche de pedal único.
Aprovecho que saco a colación del modelo americano para decir que lo bueno que tiene uno lo tiene de malo el otro y viceversa. Como eléctrico el Model Y le da mil vueltas a la competencia, pero como coche deja bastante que desear. Al RZ le pasa lo contrario. Como coche es excelente, pero como eléctrico tiene mucho que mejorar en materia de eficiencia. Y eso que los consumos no son excesivos. En una conducción normal el ordenador de a bordo registra una media de 20 kWh por cada 100 kilómetros recorridos. Teniendo en cuenta las 2.2 toneladas de peso y los 4,8 metros de largo me parece un dato bastante correcto.
Pero sintiéndolo mucho y por muy buen coche que me parezca el RZ, la verdad es que con la cabeza cifra y la calculadora en la mano resulta difícil justificar su compra. Lexus lo anuncia en su web desde un precio de 77.000 euros y la unidad de pruebas alcanza los 89.400 euros. Es demasiado si tenemos en cuenta la autonomía que ofrece. Son 35.000 euros más que un Model Y. La diferencia de calidad y coche es muy alta, sí, pero no lo suficiente como para justificar el precio.
Conclusiones
Lexus ha creado un eléctrico que tiene muchas cosas positivas y unos pocos puntos débiles. Sin embargo, estos son los que desnivelan la balanza. Toyota/Lexus tiene mucho que mejorar si realmente quiere plantar cara a sus rivales. Un BMW iX3 sale igual de precio, también tiene mucha calidad y equipamiento, pero tiene 100 kilómetros más de autonomía. La presentación es buena, pero el RZ tiene que responder pronto para no perder el hilo de la electrificación.