Prueba Mazda CX-5 2.2 SKYACTIV-D FWD (I): exterior, interior y maletero
El SUV compacto de Mazda trajo por primera vez la ideología SKYACTIV a modelos de producción en serie. Ha resultado ser mucho más que márquetin, y el modelo que tanto éxito ha tenido recibe una importante actualización en su tercer año de vida
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Publicado: 14/08/2015 10:00
Para este restyling Mazda se ha preocupado más de solucionar los pequeños problemas e inconvenientes del modelo previo, ya que el diseño estaba funcionando comercialmente. Vamos a encontrar pocas diferencias visuales, concentradas en el frontal, las llantas, grupos ópticos y dos nuevos colores: Sonic Silver y Titanium Flash.
Si nos fijamos en la parrilla frontal, vemos que ahora está atravesada por cinco lamas, en vez de un panal, y que los faros tienen más detalle. Salvo en el modelo básico, que usa faros halógenos, el CX-5 usa faros de ledes, más o menos sofisticados dependiendo de la versión. Las luces de circulación diurna también son de LED, así como los antinieblas en las versiones superiores.
En la más equipada los faros LED tienen función adaptativa lateral y longitudinal
Se modifica el haz de las luces dinámicamente para proporcionar el máximo de iluminación sin deslumbrar. Ahora ya no quita las luces largas cuando tiene coches delante, modifica el haz para seguir iluminando a largo alcance, dibujando una sombra alrededor del tráfico. Para quien conduzca mucho de noche, es todo un aliciente.
Echamos un vistazo rápido a los neumáticos, unos Toyo R36 en dimensiones 225/55 R19, orientados a carretera y no a campo. Las llantas de aleación tienen un nuevo diseño diamantado en dos tonos, también disponible para 17". Visualmente las 19" impactan, pero reducen el confort, especialmente en asfaltos bacheados o pistas de tierra poco preparadas.
Mazda no pretende engañar a nadie, es un coche más orientado a la carretera que a salir de ella. No tiene ángulos adecuados para superar obstáculos de dificultad media, y la suspensión es muy poco tolerante a baches, por su escaso recorrido. Un comportamiento bueno en carretera tiene sus contraprestaciones fuera de ella, es un SUV para asfalto.
Siguiendo por el lateral, encontraremos unos espejos retrovisores más pequeños, con el intermitente integrado. Mazda ha solucionado uno de los problemas del modelo previo, una vibración en los espejos antes de alcanzar 100 km/h que podía ser un poco molesta. Os recuerdo las impresiones de Oscar Magro con el CX-5 modelo 2012. Por último encontraremos luces LED en los grupos ópticos traseros.
Numerosos cambios en el interior
Mazda ha tenido en cuenta los comentarios de la clientela para mejorar el modelo 2015. Llama la atención la pantalla superior, más grande y ancha, que preside el salpicadero con más autoridad. Ahora dispone del sistema MZD Connect que ya disfrutan los Mazda3 y no llegó a tiempo para el CX-5. La ruleta selectora se ha adelantado, está en una posición más lógica.
Se ha suprimido el freno de mano convencional salvo en el modelo básico, y se reemplaza por un freno de estacionamiento eléctrico. Su funcionamiento es satisfactorio y tiene función automática, siempre que estemos con el cinturón de seguridad abrochado. Se despeja espacio en la consola y el diseño queda más limpio, ahora tiene un segundo posavasos central.
Respecto a los asientos, se ha mejorado la sujección de los delanteros, así como el confort en todas las plazas. Está disponible una nueva tapicería de cuero blanca, además de la negra. Ambas son opcionales, el modelo Luxury trae de serie una tapicería de tela de buena calidad y aspecto.
Una de las ventajas del CX-5 es su habitabilidad: pueden ir cuatro adultos de 1,9 metros de estatura sin tocar el imperial del techo ni forzar la posición de los asientos delanteros. No es mejor para gente alta porque los reposacabezas no suben tanto. La plaza central, como suele ocurrir, es incómoda para un adulto, aceptable para niños.
El fabricante también se ha preocupado de mejorar la sonoridad del coche, mejorando el aislamiento sin quitar al conductor de percibir lo que ha de percibir. Según Mazda, es hasta un 13% más silencioso en el interior. Circulando por autopista a velocidad de crucero el motor diésel de 150 CV prácticamente no se percibe, las ruedas y el ruido aerodinámico se notan más.
Por otra parte, también se ha mejorado el espacio disponible para los pequeños objetos habituales, rediseñando los huecos. La falta de salidas de aire para las plazas traseras se ha quedado como asignatura pendiente en este modelo, solo tiene la de los pies. Por lo demás, el CX-5 mantiene los atributos del modelo anterior, y el resto de impresiones siguen siendo válidas.
Un vistazo al sistema MZD Connect
El sistema de infoentretenimiento nuevo del CX-5 consta de cinco componentes: aplicaciones, música, comunicaciones, navegador y ajustes. Es relativamente fácil acostumbrarse a él, además, algunas funciones están disponibles mediante comandos de voz, pero eso ya requiere un poco más de entrenamiento.
En teoría el modelo superior tiene conectividad con radio por Internet Aha, así como con redes sociales y servicios de localización. Mientras manipulé los menús, no encontré nada de eso, tal vez mi teléfono móvil no era compatible. Las aplicaciones son tres, y ni una más: informa de consumos, estado del vehículo e intervalos de mantenimiento.
Además de la ruleta selectora, hay algunos botones que simplifican la navegación dando acceso directo. La pantalla es táctil, por lo que hay tres formas de manipular el sistema, además de la ruleta y los comandos de voz. El modelo Luxury tiene un sistema de sonido BOSE, que merece la pena si somos auténticos amantes de la música.
Maletero, tal y como lo tenía
No se han descrito cambios en este sentido, por lo que es igual que el modelo anterior. Eso incluye el portón trasero, que hace falta un poco de fuerza para cerrarlo, algo que también notó Oscar Magro en su día. Si contamos con la capacidad del doble fondo, tenemos 503 litros útiles. Es un maletero muy regular, aquí saca ventaja a un sedán de tamaño equivalente, con formas más irregulares.
Según Mazda, caben cuatro bolsas de palos de golf, y con palos largos. El máximo volumen de carga es de 1.620 litros, abatiendo los asientos traseros. La banqueta trasera está partida en tres secciones: 40/20/40, una ventaja sobre modelos de banqueta partida 40/60. La superficie resultante es prácticamente plana.
Sin contar con el doble fondo, hablamos de 463 litros de capacidad, ya no es tan sorprendente frente a un modelo compacto. Las versiones de tracción delantera (FWD), como la analizada, no tienen una mayor capacidad que las versiones de tracción total (AWD). Por último, no olvidar que un coche alto también tiene el maletero alto, la boca de carga queda a 742 mm del suelo.
Mañana analizamos el CX-5, dinámicamente hablando, no os lo perdáis...