Prueba Mazda CX-60 PHEV, una declaración de intenciones (con vídeo)

El Mazda CX-60 PHEV es el primer híbrido enchufable de la marca japonesa en el Europa y tiene la difícil tarea de tentar a los clientes que suelen decantarse por las marcas premium «de siempre». Trata de convencer con mucha personalidad y un precio interesante.

Prueba Mazda CX-60 PHEV, una declaración de intenciones (con vídeo)

19 min. lectura

Publicado: 14/11/2022 15:30

Prueba en vídeo del nuevo Mazda CX-60 e-Skyactiv PHEV

El nuevo Mazda CX-60 es el nuevo buque insignia de la marca japonesa situándose un escalón por encima del CX-5. No solo supone la entrada del fabricante en un nuevo segmento sino que además representa un paso fundamental en el audaz intento de Mazda de situarse como una marca premium. También evidencia el movimiento de la marca de Hiroshima hacia la electrificación, siendo su primer modelo híbrido enchufable. En definitiva, el CX-60 es toda una declaración de intenciones.

El SUV nipón luce un diseño fácilmente identificable como un Mazda. En general el resultado es un exterior elegante y relativamente discreto. Que apenas llame la atención no gustará a todo el mundo pero al menos puede presumir de no ser simplemente un CX-5 más grande sino que tiene una personalidad propia.

La longitud de la carrocería alcanza los 4,74 m, todo un SUV familiar

Reconozco que el diseño del frontal me causa sentimientos contradictorios, depende del ángulo me gusta o no. La enorme parrilla se ve imponente y en la vista lateral el larguísimo capó con el habitáculo retrasado sugiere una apariencia deportiva y potente. El diseño de los faros me agrada menos porque se ven muy pequeños en comparación con el resto del cuerpo de este SUV pero, sin embargo, el detalle lumínico que sale de ellos y atraviesa el marco de la parrilla es tremendamente original.

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Por fuera no está mal pero donde va a enamorar a cualquiera es en el interior: el habitáculo es espléndido, muy agradable a la vista y al tacto. Mazda ha recurrido a materiales de gran calidad, los ajustes han sido muy cuidados y se tiene una sensación de lujo sin caer en la ostentación. La gama para España se compone de los niveles de equipamiento Prime-line, Exclusive-line, Homura y Takumi.

El Prime-line es el más accesible desde el punto de vista económico pero por poco más merece la pena pasarse al acabado Exclusive-line que presenta una excelente relación precio-equipamiento. Trae de serie llantas de 20 pulgadas, faros led (matriciales adaptativos en opción), acceso y arranque sin llaves, navegador, instrumentación digital y HUD, asientos y volante calefactados, cámara trasera y un amplio compendio de sistemas de seguridad y asistencia.

El CX-60 Homura será, previsiblemente, la versión que acapare el mayor volumen de ventas

El acabado Homura añade un toque deportivo con múltiples detalles en color negro como las llantas, la rejilla de la parrilla delantera con diseño de panel de abeja, las molduras exteriores, los retrovisores, la tapicería de cuero e incluso las salidas de escape. También tiene paragolpes específicos con entradas de aire más grandes y los pasos de rueda van pintados en el color de la carrocería.

Estas dos últimas características también están presentes en el lujoso acabado Takumi, el tope de gama. Abundan los detalles cromados tanto en el interior como en el exterior, las llantas son de diseño exclusivo, viste tapicería de cuero nappa blanco y volante calefactado con costuras en blanco y luce paneles interiores de madera de arce natural. Sin duda, el más elegante y especial.

Un coche que se adapta a su conductor, literalmente

Una de las características más singulares del CX-60 es la incorporación de un sistema de reconocimiento facial. Mediante una cámara interior, el vehículo comprueba el rostro del conductor y estima la complexión mediante la posición de los ojos y pide indicar la altura en el sistema de infoentretenimiento. Con esta información, el sistema ajusta automáticamente la posición del asiento, del volante y de los retrovisores.

El perfil se puede modificar o guardar de manera que la cámara reconoce al conductor y pone la configuración guardada además de aplicar las preferencias personales de la climatización o del sistema de sonido que se hayan grabado. También se configura la asistencia de entrada y salida del vehículo mediante la cual el volante hacia arriba y el asiento hacia atrás para facilitar los movimientos de conductor.

La sensación calidad de realización interior proporciona una atmósfera lujosa

El SUV de Mazda emplea un sistema multimedia con una pantalla de 12,3 pulgadas. A diferencia de otros modelos no se lleva el protagonismo absoluto en el salpicadero si no que, a pesar de su tamaño, queda integrada en la parte superior de manera bastante discreta para que los usuarios del vehículo no se sientan abrumados por la tecnología. Tiene una magnífica calidad de imagen, es fácil de utilizar mediante un mando giratorio en la ancha consola central y tiene compatibilidad inalámbrica con Apple CarPlay y Android Auto.

Además, tanto la climatización como el equipo de audio tienen botones específicos que facilitan su utilización. La presencia de estos interruptores no resta elegancia al conjunto y tienen un manejo placentero. Por su parte el cuadro de instrumentos digital con display de 12,3 pulgadas tiene una buena resolución pero las opciones de visualización son limitadas; la personalización de este elemento es un aspecto que claramente puede mejorar.

Como no podía ser de otra manera, el CX-60 disfruta de la última generación del sistema multimedia Mazda Connect

Los asientos delanteros pueden estar calefactados y ventilados mientras que los traseros, a los que se accede a través de unas grandes puertas posteriores que se abren casi 90º, también pueden disfrutar de calefacción. Esta segunda fila es espaciosa, aunque no es excepcional en cuanto a sitio para las piernas pasajeros de más de 1,80 m de estatura si tenemos en cuenta su tamaño exterior. Supongo que es el peaje a pagar por tener una cabina retrasada, parte de la longitud se queda en el largo morro.

Por anchura hay cabida a tres adultos sin grandes problemas de anchura y con una plaza central menos confortable que las de los extremos como es habitual. Hay tomas USB, un enchufe de 150 W opcional y salidas de aire, si bien no cuentan con una zona climática propia para ajustar la temperatura específica de las plazas posteriores.

El Mazda CX-60 PHEV presenta un maletero de 570 litros, un volumen generoso comparado con sus rivales PHEV. Es suficientemente grande para su uso como vehículo familiar y en su versión híbrida enchufable tiene la misma capacidad que tendrán las versiones diésel y gasolina. Las formas son muy regulares y aprovechables y en su interior se puede equipar un enchufe de 1.500 W. El volumen aumenta a 1.726 litros si se abaten los respaldos de la segunda fila en este SUV de 4.745 mm de longitud.

El CX-60 presume de un maletero de buen tamaño para ser un PHEV

El CX-60 es del tamaño del SEAT Tarraco o el KIA Sorento pero a diferencia de esos modelos el SUV nipón no ofrece siete plazas sino que siempre presenta una configuración de cinco asientos. Tiene sentido porque su enfoque es completamente diferente. En estos últimos años Mazda ha iniciado su acercamiento al selecto grupo de marcas premium y con el CX-60 quiere plantar cara a modelos como el Mercedes GLC o el BMW X3.

Vuelvo a insistir en que Mazda se quiere posicionar como una marca premium y, por tanto, no es suficiente con crear un producto lujoso como éste sino que también los servicios disponibles para el cliente deben ir en consonancia y ofrecer una experiencia premium. Por ello voy a hacer un inciso para hablar del programa Mazda Unique Experience, que es la denominación bajo la que se aglutinan todas las ventajas que ha implementado la marca para que su servicio también sea de alta calidad.

Aquí hay que destacar la ampliación de la garantía del vehículo hasta los 6 años o 150.000 km y la disponibilidad de un vehículo de cortesía gratuito. También pequeños detalles como que cuando el coche pasa por el taller oficial devuelven el coche lavado o que hay un sistema de comunicación online entre el concesionario y el cliente -para pedir una cita o recibir un presupuesto, por ejemplo- de una manera transparente, rápida y sencilla. No es de extrañar que Mazda sea una de las marcas que tiene un mayor índice de fidelización y satisfacción de sus clientes.

El PHEV de Mazda tiene un cargador de a bordo de 7,2 kWh

El Mazda más potente de la historia

El todocamino de referencia de Mazda no solo quiere ser más espléndido en cuanto a tamaño sino también en lo que respecta a sus opciones mecánicas. La gama del CX-60 estará compuesta por interesantes motores con seis cilindros de nueva factura en gasolina y diésel que se ofrecerán en 2023. De momento llega a los concesionarios en versión híbrida enchufable y tiene todos los visos de que será la variante que acaparará más ventas cuando la gama esté completa.

El CX-60 2.5 e-Skyactiv PHEV es el primer híbrido enchufable de Mazda. Por supuesto, la marca de Hiroshima siempre tiene su propia forma de hacer las cosas y donde otros recurren a pequeños motores turbo, la marca japonesa ha optado por utilizar un motor de gasolina atmosférico de 2,5 litros con 191 CV. Es el mismo bloque que ya utiliza el Mazda CX-5.

Esta mecánica se complementa con un potente motor eléctrico de 129 kW (175 CV) y una batería de iones de litio con 17,8 kWh de capacidad. La potencia combinada es de 327 CV y con ello el CX-60 PHEV es el Mazda en serie más potente de la historia. El par máximo del conjunto llega a los 500 Nm y se traslada al suelo mediante el sistema de tracción total i-Activ AWD con una trasmisión automática de 8 velocidades.

El confort de marcha es soberbio

Gracias a su caballería este voluminoso modelo tiene unas prestaciones sensacionales siendo capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en solo 5,8 segundos. No es tan ágil como un CX-5 pero aun así se desenvuelve razonablemente bien en carreteras reviradas. Lo consigue en base a una dirección de buen tacto y precisión y a una suspensión de un tarado acertado.

Definitivamente tiene el toque deportivo que siempre imprime Mazda a sus modelos -dentro de lo que se puede esperar en un SUV híbrido grande y pesado- pero se disfruta más conduciendo relajadamente porque la caja de cambios, de factura totalmente nueva, es suave pero no especialmente rápida.

En esa conducción tranquila se aprecia una de las ventajas de la movilidad eléctrica, el silencio de marcha. La excelente insonorización de la cabina hace los viajes agradables incluso a velocidades altas, sobre todo cuando el motor de combustión está apagado. El CX-60 PHEV homologa 63 km de autonomía 100% eléctrica, un buen dato, y el cargador de a bordo (OBC) llega a los 7,2 kW lo que permite una carga completa de la batería en alrededor de dos horas.

Los modos de conducción ajustan algunos elementos para dar una respuesta más precisa y optimizar el uso eléctrico

La batería también se puede recargar gracias al sistema de frenada regenerativa. Igualmente, es posible forzar que se haga la recarga de la batería eléctrica mediante el propio motor de combustión, una solución que es muy poco eficiente pero que ahí está por si la necesitamos en algún momento. Seleccionando el modo de conducción EV, en trayectos variados estará más cerca de los 50 km reales que está bien para los trayectos rutinarios del día a día.

En el modo Normal, el sistema se encarga automáticamente de elegir la fuente de energía más apropiada, unas veces hará uso del motor de combustión otras veces se moverá gracias al motor eléctrico. Este modo es el más adecuado al realizar viajes largos porque en ese caso el sistema va dosificando la carga de batería durante el trayecto y vamos a conseguir consumos más bajos.

Este modo también es el que se selecciona automáticamente cuando la batería está completamente descargada. En ese caso de que la batería esté sin carga y por lo tanto apenas tengamos un apoyo eléctrico son los momentos en los que el consumo va a ser mayor y lo habitual será rondar los 6,5 l/100 km. Es un valor muy razonable teniendo en cuenta que estamos hablando de un todocamino de gran tamaño con más de 300 CV de potencia.

Además de tratar de conquistar a nuevos clientes particulares, el Mazda CX-60 será una baza importante para la marca en el canal de empresas

Queda claro que los híbridos enchufables son el trampolín perfecto para los coches eléctricos. Estos últimos todavía no son para todo el mundo, pero un PHEV permite moverse a diario sin usar una gota de gasolina al mismo tiempo que elimina cualquier límite de autonomía en los ocasionales trayectos de larga distancia.

En cierto modo, el SUV de Mazda presume de versatilidad porque en ciudad tiene las ventajas de la etiqueta medioambiental Cero y es capaz de moverse sin gastar una gota de gasolina, mientras que en carretera se muestra potente, muy confortable y silencioso. En ese sentido es un coche muy polivalente.

El Mazda CX-60 PHEV parece haber llegado en el momento preciso, cuando los híbridos enchufables han ganado peso en el mercado. Por diseño, calidad, equipamiento y comportamiento es una opción convincente y un punto de inflexión para posicionarse como marca premium.

El modelo japonés tiene la difícil tarea de tentar a los clientes que suelen decantarse por marcas premium tradicionales. Es un segmento muy competido pero el CX-60 se guarda un as en la manga: un precio de venta que arranca en los 52.115 euros, una tarifa mucho más baja que las alternativas PHEV equivalentes de Mercedes, BMW, Audi, Volvo o Lexus.

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