Prueba Mazda CX-80, desafiando a los más grandes
Mazda lanza el nuevo CX-80 para enfrentarse a gigantes como el Audi Q7 o el BMW X5. ¿Este SUV imponente con hasta siete plazas tiene lo necesario para desbancar a los más grandes? Descubre en nuestra prueba si realmente está a la altura.
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Publicado: 06/10/2024 20:00
El nuevo Mazda CX-80 se presenta en Europa para convertirse en el nuevo buque insignia de la marca japonesa. Se trata de un SUV grande con tres filas de asientos que buscará hacer frente a los tradicionales dominadores de esta categoría que no son otros que el Audi Q7, el BMW X5, el Mercedes-Benz GLE o el Volvo XC90.
Son auténticos pesos pesados pero al fabricante nipón no le tiembla el pulso. Lleva tiempo tratando de demostrar que tiene lo necesario para competir sin tapujos entre los premium. El nuevo CX-80 lo he podido examinar a fondo durante su presentación europea.
Este SUV tiene mucho en común con su hermano pequeño del que deriva, el Mazda CX-60, tanto a nivel técnico como estético. De hecho, en un vistazo rápido podría confundirse con el CX-60 ya que presenta un estilo casi idéntico salvo porque el CX-80 es más largo y la forma del pilar D es diferente. Esto suele pasar en muchas marcas, no solo en Mazda, y tiene su sentido desde un punto de vista de desarrollo pero hay que reconocer que le quita algo de personalidad propia.
De todos modos, a mi modo de ver se trata de un coche atractivo. Se aprecia elegante, sólido e imponente con una gran parrilla delantera que contrasta con unos faros led relativamente pequeños en comparación, paneles laterales muy limpios, llantas de aleación de hasta 20 pulgadas y unos pilotos posteriores que subrayan la anchura del vehículo.
El lenguaje de diseño Kodo que lleva imperando en los modelos de Mazda en los últimos años se ha enfrentado al reto de adaptarse a un tamaño sin precedentes en la marca. Con unas dimensiones que se fijan en 4.995 mm de longitud, 1.890 mm de anchura y 1.705 mm de altura, el CX-80 llama la atención por fuera.
Interior con seis o siete plazas
También lo hace por dentro. El habitáculo nos recibe con materiales de primera calidad como la madera de arce, el cuero napa y los detalles cromados, con ajustes impecables y una atmósfera realmente acogedora. Aquí también el aspecto me recuerda mucho a la cabina del CX-60.
El diseño minimalista japonés elimina mandos innecesarios pero sin caer en los excesos de quitar todo lo que realmente hace falta o recurrir a la moda de los botones táctiles dudosamente útiles. Mazda mantiene un módulo de climatización separado del sistema de infoentretenimiento, múltiples botones físicos en el volante para manejarlo todo cómodamente y mandos de tacto agradable y preciso en la consola central.
Una pantalla táctil de 12,3 pulgadas corona el salpicadero. Es el sistema multimedia Mazda Connect que cumple bien su función aunque no llega a ser tan sublime como los que disponen BMW y Mercedes. Extrañamente la pantalla no es táctil y todo debe manejarse con un mando satélite. Funciona con fluidez y se puede integrar el smartphone sin complicaciones. Complementando la información para el conductor se dispone un cuadro de instrumentos digital.
Gracias a sus tres filas de asientos, el CX-80 ofrece espacio suficiente para hasta siete ocupantes. Digo hasta porque la segunda fila se puede configurar con tres asientos o con dos. En el caso de elegir los dos asientos individuales se pueden acompañar de una consola central o dejar el hueco a modo de pasillo para tener más sensación de amplitud.
En cualquier caso el espacio abunda en todas las cotas y además los ocupantes de esta segunda fila pueden beneficiarse de su propia zona climática y asientos calefactados e incluso ventilados. Además, la banqueta es deslizante longitudinalmente en 12 cm, un detalle que siempre resulta práctico. Los respaldos se pueden reclinar entre 15 y 33 grados y los respaldos se abaten con presionar un botón.
Mazda dice que los pasajeros de la tercera fila pueden viajar cómodos siempre que midan menos de 1,70 m. Me ha parecido que el espacio está bien aprovechado e incluso personas de una altura algo mayor también irán bien. A diferencia de ostros SUV, son dos plazas extra que se pueden usar con frecuencia y están preparadas con posavasos y tomas USB. También el acceso a estos asientos es razonable ya que el hueco de acceso es generoso, hay unos peldaños que facilitan la entrada y la apertura de las puertas traseras es muy grande, casi 90º.
En cuanto al espacio de carga, el SUV más grande de la marca japonesa entrega 258 litros de capacidad con las siete plazas en uso. Plegando la tercera fila, el maletero tiene un volumen de entre 566 y 687 litros dependiendo de la posición de la banqueta, un espacio muy grande. El hueco hasta el hecho con los asientos de la segunda y tercera fila abatidos llega a unos inmensos 1.971 litros.
Diésel o PHEV, tú eliges
La oferta mecánica del nuevo Mazda CX-80 incluye dos versiones: un híbrido enchufable (PHEV) y un diésel de seis cilindros con sistema híbrido ligero. Ambos motores están asociados obligatoriamente a una transmisión automática de ocho velocidades y al sistema de tracción total i-Activ AWD. La diferencia de precio entre amos es mínima así que elegir uno u otro dependerá exclusivamente de las necesidades y gustos de cada uno.
El CX-80 e-Skyactiv PHEV combina un motor de gasolina de 2,5 litros y 191 CV con un motor eléctrico de 129 kW. Juntos, ofrecen una potencia combinada de 327 CV y un par máximo de 500 Nm. Son suficientes para mover los casi dos toneladas de este SUV con agilidad como demuestra al ser capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 6,8 segundos.
La batería es de 17,8 kWh de capacidad. Con ella, la autonomía en modo eléctrico llega a los 61 km que ciertamente no parecen una cifra espacialmente impresionante viendo que algunos competidores superan el centenar. De todos modos permite realizar muchos desplazamientos cotidianos sin gastar una gota de gasolina y evidentemente recibe la etiqueta medioambiental Cero. Por cierto, con esta mecánica PHEV el CX-80 añade una toma de corriente alterna de 1.500 W en el maletero para cargar dispositivos.
La segunda opción es el CX-80 e-Skyactiv D con un motor diésel de 3,3 litros y seis cilindros en línea con 254 CV. Equipado con el sistema M Hybrid Boost de 48 V que le otorga el distintivo Eco, ofrece una conducción suave y eficiente, con un consumo medio que fácilmente estará por debajo de los 6 l/100 km. Una elección perfecta para los más viajeros por su bajo consumo.
Independientemente de la motorización escogida y a pesar de su gran tamaño, el Mazda CX-80 no renuncia al placer de conducción que caracteriza a la marca de Hiroshima. Este SUV se siente ágil con el sistema Kinematic Posture Control (KPC) que frena la rueda interior trasera para reducir el balanceo y mejorar el aplomo. No tiene suspensión adaptativa y la configuración de la amortiguación es bastante firme lo que beneficia a la dinámica pero hace que sea ligeramente menos confortable que los premium alemanes.
El nuevo Mazda CX-80 ya está a la venta en España por un precio que parte desde 60.444 euros, un cifra sensiblemente inferior a la de cualquiera de sus rivales premium. Mazda apunta alto con el nuevo CX-80 y ofrece un SUV que brilla por su relación precio/producto. ¿Será suficiente para convencer y arrebatar ventas a los gigantes del segmento?