Prueba Mazda CX-3: Diseño, habitabilidad y maletero (II)
El diseño KODO es uno de los grandes atractivos del nuevo Mazda CX-3 para hacerse con un hueco en el segmento B-SUV. La habitabilidad es uno de los aspectos a tener en cuenta ya que las plazas traseras no gozan de mucho espacio. El fabricante japonés espera vender en España unas 4.000 unidades anuales.
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Publicado: 10/06/2015 08:00
Sin duda, uno de los grandes valores del nuevo Mazda CX-3 es su atractivo diseño, que ha sido galardonado con el premio Red Dot Design Award 2015. Los trazos del lenguaje KODO le sientan realmente bien y le otorgan una imagen dinámica, moderna y juvenil tanto por fuera como por dentro.
El crossover urbano japonés deriva del Mazda2 y compite en el segmento B-SUV con unas medidas de 4.275 mm de longitud, 1.765 mm de anchura y 1.535 mm de altura. La distancia entre ejes es de 2.570 mm. La habitabilidad interior nos deja luces y sombras, con aspectos relevantes a tener en cuenta si es una de nuestras opciones de compra.
Diseño exterior
La carrocería del Mazda CX-3 tiene una altura menor que la de modelos como el Peugeot 2008, el Opel Mokka, el Renault Captur o el Fiat 500X. Esto también se debe a que a pesar de su diseño SUV, la distancia libre al suelo sólo es un poco mayor que la de un turismo convencional -155 mm- así que sus capacidad para circular fuera de vías no asfaltadas es limitada.
De todos modos en el catálogo de accesorios se ofrece un Pack Off-Road donde los umbrales inferiores de los paragolpes delantero y trasero tienen un acabado cromado. También se brinda la posibilidad de equipar un Pack Deportivo que incluye spoilers, alerón trasero y espejos retrovisores en color negro.
El diseño KODO se mostró al público por por primera vez en 2010 con el prototipo Mazda Shinari y desde entonces ha estado presente en los últimos productos de la marca japonesa. Este lenguaje le confiere al CX-3 un aire inconfundible. La carrocería, compuesta en un 63% por aceros de alta resistencia, muestra unas preciosas líneas tensas y deportivas. El resultado es uno de los modelos más bellos del segmento B-SUV.
El frontal resulta imponente con una gran parrilla compuesta por siete lamas plateadas y unas alas cromadas que se extienden hasta los faros. Precísamente aquí encontramos una de las grandes novedades del crossover de Mazda: el CX-3 cuenta con faros Full LED para el acabado superior, el primer modelo de su categoría en ofrecerlos.
En la vista lateral se aprecia mejor la silueta, caracterizada por su habitáculo desplazado hacia atrás. Los musculosos pasos de rueda aportan robustez al conjunto. Las llantas de aleación son de 16 pulgadas para las versiones Style, mientras que el acabado Luxury viene equipado con unas preciosas llantas de 18 pulgadas con corte diamantado.
La parte posterior del SUV urbano de Mazda también goza de mucho carácter con unos pilotos traseros afilados que muestran en su interior unas luces de freno con una firma lumínica tridimensional y una salida de escape doble. El CX-3 puede vestirse con nueve colores de carrocería diferentes, destacando la nueva tonalidad Ceramic Metallic.
Diseño interior
Al adentrarse en el interior del crossover japonés encontramos un ambiente familiar. El salpicadero es clavado al del Mazda2. La calidad visual está fuera de toda duda con un aspecto lujoso, limpio y refinado. Resulta especialmente atractivo con la suave tapicería de cuero de color blanco y ante negro del Pack White.
Si vamos más al detalle encontramos algunos aspectos mejorables como la parte superior del salpicadero en plástico duro o la guantera sin luz. No deslucen el resultado final pero sí hacen que el CX-3 pero se quede por detrás comparado con modelos premium, aunque se sitúa entre los mejores de los crossovers urbanos de marcas generalistas.
El cuadro de instrumentos es diferente según el acabado. La versión Style tiene una instrumentación con el velocímetro en posición central con un cuentarrevoluciones a la izquierda. El cuadro de la versión Luxury es mucho más atractivo y deportivo, con le cuentarrevoluciones en el centro, velocímetro digital y un Head Up Display.
El salpicadero muestra la pantalla táctil de 7 pulgadas del sistema de infoentretenimiento MZD Connect. Se trata de un sistema actualizable con conexión a internet a través de un smartphone y funciones de navegación, audio, telefonía y cámara trasera. La información del sistema se puede manejar de manera intuitiva a través de la pantalla o mediante el mando HMI de la consola central.
El equipamiento de seguridad puede ser muy amplio dependiendo del acabado y los paquetes opcionales montados. Así, el CX-3 puede disfrutar de las tecnologías i-Activsense mediante la información recibida por una cámara monocular de alta definición, un láser y un radar de onda milimétrica.
Las versiones más completas del crossover cuentan con un control de crucero adaptativo (MRCC) que ajusta de forma automática la velocidad para mantener una distancia de seguridad adecuada. También montan un sistema de frenado de emergencia (SBS) y un sistema de asistencia a la frenada en ciudad (SCBS), ambos capaces de detectar un obstáculo y precargar los frenos para, a continuación, aplicarlos de manera autónoma si es necesario.
El modelo japonés también cuenta con otras tecnologías ya conocidas en Mazda como el control de ángulo muerto (BSM), la alerta de cambio involuntario de carril (LDWS), el sistema de control de luces de largo alcance (HBC) o el asistente de cambio de carril (RVM) -que además integra la alerta de tráfico trasera (RCTA)-.
Habitabilidad y maletero
Las plazas delanteras son muy amplias. El conductor cuenta con la ventaja de amplias regulaciones en el ajuste de la columna de dirección y el asiento así que encontrar una postura de conducción correcta es sencillo. Además, las butacas tienen un mullido muy confortable y se ajustan bien al contorno del cuerpo.
Por el contrario, las plazas traseras son pequeñas. De hecho posiblemente sean las menos habitables del segmento porque hay poco espacio para las piernas y la anchura también es escasa. La línea de cintura alta deja una ventanilla pequeña, algo que intensifica esta sensación de falta de espacio.
El maletero del Mazda CX-3 tiene una capacidad de 350 litros. El portón pesa poco y deja una boca de carga bastante amplia. Abatiendo los asientos traseros se logra un espacio de carga de 1.260 litros hasta el techo. El maletero cuenta con un doble fondo, algo que ayuda a repartir la carga. La parte inferior es pequeña si se equipa el sistema de audio Bose porque es aquí donde se sitúa el subwoofer, perdiendo 63 litros de capacidad.