Prueba Mazda MX-30, ¡llega la electricidad!
Nos ponemos tras los mandos del primer coche 100% eléctrico de Mazda, el MX-30. Un vehículo que viene a dar guerra dentro del mercado de los eléctricos más urbanitas. Tiene 200 kilómetros de autonomía media, 145 CV de potencia, y muchos detalles a destacar, tanto en su exterior como en su interior. Vamos a descubrirlos.
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Publicado: 26/09/2020 21:00
En un mundo automotriz cada vez más electrificado, Mazda pone a disposición de todos los clientes su primer modelo 100% eléctrico, denominado MX-30. ¿Por qué “MX”?, esta es la denominación que utiliza la marca para sus modelos más rompedores, véase el MX-5, el cual rompió con los estándares de la época ofreciendo un deportivo, descapotable y asequible, o el ya desaparecido MX-3, que montaba el motor V6 más pequeño del mundo. Pequeños aditamentos que hacen del coche todo un seductor. Pero el MX-30 no tiene pocos detalles a destacar precisamente. Vamos a conocerlo en profundidad.
Aunque bien es cierto que no es la primera vez que nos topamos con un MX-30 en la sección de pruebas de Motor.es, ya que hace apenas un par de meses pudimos tener una primera toma de contacto con él, durante su puesta de largo internacional, hoy hemos acudido a su presentación nacional para los medios españoles y la ruta ha sido mucho más generosa, de ahí que hayamos podido sacar muchos más detalles de este eléctrico.
Una estética bien diferenciada
De su estética ya pudimos hablar largo y tendido en aquella primera toma de contacto, pero sin enrollarnos mucho, demos unas pequeñas notas acerca del MX-30 y su particular estética. A priori su diseño no parece ser extremadamente rompedor, sino más bien continuista de lo que ya nos tiene acostumbrados la marca. Realmente podríamos compararlo sin ánimo a equivocarnos, con un Mazda CX-30, pues sus cotas son idénticas salvo por la cifra de altura, que en este caso está 2 centímetros por encima.
Desde la marca japonesa son conscientes de que podrían haberlo llamado Mazda CX-30 eléctrico, pero su desarrollo, así como la importancia de su incorporación a la gama, superan a toda posibilidad de añadirse como variante del pequeño SUV. Y como diferencias principales con su hermano de la gama CX, encontramos una calandra delantera mucho más pequeña, con la anchura justa para insertar el emblema de la marca. Si continuamos por su perfil, vemos un pilar C mucho más inclinado y que proporciona la sensación visual de estar ante un SUV de estilo coupé. Pero uno de sus puntos fuertes para llamar la atención del gran público son sus puertas de apertura tipo freestyle. Las traseras son dependientes de que las delanteras se abran primero, pues no montan ningún tipo de manetas para su apertura individual.
Pasando a la zaga, una inscripción en el ancho pilar C donde podemos leer el nombre de la marca y que dicha zona culmina en un embellecedor sobre los grupos ópticos traseros. Esta moldura, o más bien el techo completo, podremos escogerlo opcionalmente en contraste con el color de la carrocería, pudiendo escoger entre un gris más oscuro, otro más claro o el propio color escogido para el vehículo.
Finalmente, podemos leer los anagramas de “MX-30” a la izquierda de la trasera, y a la derecha “e-Skyactiv”, sinónimo de que estamos ante una mecánica no tan usual y que denota el protagonismo de una propulsión eléctrica. Por último, un generoso parachoques de plástico negro, ocupa toda la zona inferior, dando la sensación de poder enfrentarse a cualquier tipo de terreno sin apenas despeinarse.
Hablemos de su habitáculo
Pero, ya que el exterior está a la vista de todos y sabemos bien diferenciar su estética, abramos sus puertas tan características y echemos una ojeada al interior. Como detalle, no veíamos unas puertas con este tipo de apertura desde el ya extinto Mazda RX-8. En el interior no se ha abandonado el particular estilo de la marca, pero sí se han retocado varios elementos, entre ellos el módulo de la climatización, que ahora pasa a ser una pantalla táctil de 7 pulgadas situada tras la palanca del cambio, la cual no podremos manejarla únicamente a través de esta tecnología, sino que también posee varios botones físicos tanto a su izquierda como a su derecha.
A la hora de configurar el interior de nuestro Mazda MX-30 podremos escoger entre dos tipos de acabados, uno denominado Modern, con tonos mucho más claros y limpios, o Vintage, con colores más cálidos y un uso más extendido del cuero sintético. Ambos acabados tienen sus propias particularidades, pero los dos comparten el gusto por los materiales naturales, como el corcho, o incluso reciclados, como el tejido utilizado en los paneles de las puertas o en zonas de los asientos, este proviene directamente de botellas de plástico recicladas.
Si continuamos observando el habitáculo, llama la atención su nueva “consola flotante”. Mazda ha llamado así a la superficie que acoge entre otros elementos, a la palanca del cambio o el mando con el que desplazarnos por los distintos menús del sistema de info-entretenimiento. Su diseño tan particular hace que podamos encontrar un generoso hueco portaobjetos debajo de este, donde también tenemos dos tomas USB, así como un enchufe convencional de 220v.
La firma japonesa ha puesto especial hincapié en los acabados interiores que son de lo más llamativos
En la zona delantera encontramos numerosos huecos en los que guardar pertenencias, así como una habitabilidad considerablemente buena. Como diferenciación de sus hermanos de gama, el MX-30 posee unas levas tras el volante con las que podremos ajustar el sistema de retención para la frenada regenerativa, y un cuadro de instrumentos en el que su pantalla de 7,7’’ ha sido puesta a punto para ofrecernos un nivel de información acorde con las características propias del vehículo.
Pero pasemos a hablar de las plazas traseras, y es que hay mucho que comentar aquí, comenzando por su acceso. Como ya hemos visto, las puertas de apertura freestyle dan un toque más que característico al perfil del MX-30, pero a la hora de acceder al interior del eléctrico pueden llegar a no ser tan cómodas como esperamos. En primer lugar por que el espacio que dejan estas puertas que es bastante ajustado, teniendo que desplazar los asientos delanteros para poder acceder con mayor espacio. Como si de un 3 puertas se tratase.
Tras la banqueta del copiloto tenemos un tirador que hará que podamos abatir dicho asiento y desplazarlo longitudinalmente. Para el caso del asiento del conductor encontraremos unos botones situados en la zona trasera del propio sillón para así poder hacer la misma función que el tirador del contrario, sólo que con mucha más suavidad y comodidad.
Una vez sentados en la fila posterior vemos cómo no hay un espacio precisamente sobrado para las piernas, pero sí el justo para no viajar apretados. Personas de estatura media-alta no deberían tener problemas para viajar en este eléctrico. Eso sí, la banqueta central mejor reservarla para viajes cortos o esporádicos, ya que su mullido no es tan generoso y su anchura es limitada. En el respaldo de este encontramos un reposabrazos para los pasajeros de izquierda y derecha.
Como ya hemos visto, las puertas freestyle pueden darnos algún quebradero de cabeza para el acceso al interior del MX-30, pero no sucederá lo mismo a la hora de bajarnos, pues para este movimiento, la facilidad es inmensamente mayor. Por último, destacar las pequeñas ventanas que poseen las puertas traseras, que aunque dan una buena visibilidad exterior a los ocupantes traseros, estas no tienen unas dimensiones generosas ni tampoco son practicables.
¿Qué hay de su mecánica?
Como ya sabemos, la mecánica de este Mazda MX-30 es puramente eléctrica. En un futuro próximo la marca comercializará una segunda alternativa que equipará un pequeño motor rotativo Wankel como generador para rango extendido. Desde Mazda son conscientes que el uso prioritario de aquellos propietarios que poseen un vehículo eléctrico es el urbano. Aquel que realiza una media diaria de 50 kilómetros para ir hasta su lugar de trabajo o hacer algunas compras. Es por este motivo por el que los japoneses han dispuesto al MX-30 de una autonomía algo escasa bajo los estándares actuales, pero que es más que suficiente para un uso y desplazamiento en el día a día.
La media española no realiza más de 50 kilómetros diarios, por lo que con esos 200 kilómetros de autonomía tendremos más que de sobra en un uso cotidiano
Cuenta con un motor eléctrico situado en posición delantera (bajo el propio capó), el cual se alimenta de una batería de iones de litio con una capacidad de 35,5 kWh. Posee un total de 145 CV y 271 Nm de par máximo. Estas cifras le hacen situar su autonomía media, homologada por ciclo WLTP, en 200 kilómetros. ¿Piensas que son pocos kilómetros?, puede que sí lo sean para un uso de único coche, pero como segundo vehículo para desplazamiento diario, tenemos más que de sobra.
Pongamos a prueba al Mazda MX-30
Una vez nos ubicamos sobre el cómodo asiento del MX-30 salta a la vista la buena calidad de los acabados, algo en lo que los japoneses han puesto especial ímpetu. Resulta curioso el uso del corcho en algunas zonas ya que le sienta realmente bien y hace las funciones de guiño al pasado e inicio de la compañía como fabricante de este material.
En Mazda se han acostumbrado a poner en el mercado vehículos que tienen una dinámica más que notable. En este caso no iba a ser menos. La puesta a punto del MX-30 es más parecida a lo que podemos encontrar al conducir un coche de combustible tradicional, más que a un eléctrico, o al menos tal y como los están poniendo a punto otros fabricantes. Generalmente la aceleración en estos coches es muy instantánea, dándonos esa falsa sensación de deportividad, y los frenos también suelen ser algo bruscos, pero en Mazda han hecho bien su trabajo y han puesto a disposición de los clientes un coche de los más lógico, en cuanto a su dinámica se refiere.
La aceleración es muy buena, pero nada descabellada. Hace el 0 a 100 km/h en 9,7 segundos, de los cuales donde recibe la mayor patada es de 0 a 70 km/h, a partir de ahí todo funciona mucho más tranquilo y pausado. No quiere ni necesita prisas o carreras de aceleración, este coche sabe muy bien qué cartas jugar. No me entendáis mal, su aceleración es buena, de hecho mejor que la mayoría de coches del segmento que nos encontramos por nuestras calles habitualmente, pero no entra en el juego que otros muchos fabricantes sí, y es que jugar a correr mucho pero después no saber manejar esa velocidad no entra en la filosofía Mazda.
De hecho con el MX-30 puedes ir medianamente rápido, su velocidad máxima es de 140 km/h, pero lo mejor de este coche no es ni su aceleración ni su velocidad máxima. Si tuviese que elegir el caballo ganador del eléctrico japonés es su dinámica a la hora de encarar curvas. La dirección es muy comunicativa y directa. Está muy en relación con la que ya hemos podido probar en más de una ocasión en el Mazda3, y es que su chasis, a pesar de ser nuevo para poder albergar toda la maquinaria eléctrica, deriva directamente del que ya monta el compacto estrella. Una apuesta total a caballo ganador.
La frenada es muy buena, como he dicho y a diferencia de otros vehículos eléctricos que nos dejan con un tacto algo tosco y poco refinado. La reducción de velocidad en este coche la podemos llevar a cabo de la forma tradicional (pisando el pedal de freno) o aplicando la frenada regenerativa. Esta tiene 3 niveles, el primero es el desconexión total, el segundo es un nivel intermedio y por último, un tercer nivel que aplica una retención más notable. Esto nos llevará, en la mayoría de ocasiones, a no tener que pisar el pedal de freno, incluso en alguna carretera de curvas sinuosas. Gracias a este mecanismo recuperaremos la energía de esa frenada e irá a parar directamente a nuestra batería en forma de autonomía extra.
Mazda ha puesto toda la carne en el asador y nos deja con un conjunto dinámicamente notable
Una incertidumbre clásica dentro de los modelos eléctricos es saber cuándo circulas exigiéndole más a la mecánica, pues a no tener sonoridad, este detalle lo perdemos si lo comparamos con un vehículo de motorización clásica. La solución que ha puesto Mazda, es insertar un sonido a través de los altavoces del propio habitáculo. Este sonido no es nada intrusivo ni molesto, simplemente se oye levemente un motor eléctrico girando a más o menos vueltas a partir de cierto rango.
Pero una de las grandes facetas del MX-30 es la comodidad de circulación en sus asientos delanteros. Estos acogen el cuerpo a la perfección y tienen un mullido notable. Su visibilidad exterior para el conductor es muy buena para todos los ángulos. El retrovisor exterior izquierdo está ubicado muy cerca del conductor, esto nos da un rango de visión trasera extraordinaria.
Por último y aunque sabemos que en una presentación de un modelo no es tan habitual hablar de consumos, puesto que debemos centrarnos más en la dinámica en sí del vehículo y no tanto de este dato. El consumo medio que marcó mi unidad en los 100 kilómetros de ruta fue de 16,1 kWh. ¿Se puede mejorar ese dato?. Holgadamente. Pero tendremos que esperar a hacerle la prueba en profundidad para saber si realmente ese dato es positivo.
Precios y acabados del Mazda MX-30
Como viene siendo habitual en Mazda los acabados del MX-30 son bastante generosos. Partiendo de la base de 4 acabados (Origin, First Edition, Evolution y Zenith), se ramifican cada uno de ellos en otros dos: Vintage y Modern, (exceptuando el Origin de acceso) los cuales hemos explicado un poco más arriba cuando hablábamos del habitáculo.
El acceso al modelo se realiza a través del Origin, tiene un buen surtido de golosinas desde el primer momento, tales como llantas de aleación de 18 pulgadas, control de crucero adaptativo, faros LED, Head-up display, cuadro de instrumentos digital, cámara trasera, conexión Apple CarPlay y Android Auto, así como navegador y regulación en altura del asiento del conductor, entre otras cosas. Este tiene un precio de partida de 30.375 euros.
Un paso por delante, encontramos el acabado First Edition, que tendrá una disponibilidad limitada y por un extra de 215 euros, añade al Origin, útiles como los faros Full LED adaptativos, asientos calefactados, cristales traseros tintados, ajustes electrónicos para el conductor o la posibilidad de escoger la tapicería tipo Modern o Vintage.
El siguiente escalón es el Evolution, que añade sobre el Origin la toma de 220v, retrovisor interior y exterior antideslumbramiento, volante calefactado, acceso inteligente sin llave o tiradores interiores en corcho. Este tiene un sobreprecio con respecto al Origin de 2.475 euros, lo que deja el precio total en 32.850 euros.
Por último llegamos al acabado cumbre, el Zenith. Este añade un sobrecoste al Evolution de 1.400 euros, partiendo así de un coste de 34.250 euros. Añade útiles como la visión 360º, sistema de asistencia a la frenada, detector de tráfico delantero y trasero y el sistema BOSE de 12 altavoces.
Gracias a la campaña actual para el MX-30, podremos hacernos con una unidad con acabado First Edition por 27.880 euros. Este precio lo alcanzaremos una vez restemos 1.210 euros de descuento de la marca y los 5.500 euros actuales de los que consta el Plan Moves II. Además de esto, y una vez nos hagamos con una unidad, la marca nos montará la instalación completa del Wallbox, el cual suele tener un sobrecoste de entre 1.000 y 1.500 euros.