Prueba Mazda MX-5 RF Dark Red Edition, distinción sin renunciar a la diversión
El Mazda MX-5. El deportivo más vendido del mundo, estrenó hace unos años su nueva versión RF de techo duro retráctil, hoy conocemos su acabado denominado Red Dark Edition que promete mucha distinción sin renunciar a lo que mejor sabe hacer: divertirnos.
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Publicado: 20/07/2020 20:00
Coches los hay de muchos tipos y para todo tipo de gustos. Los muy aceptados SUV, para personas a los que les gusta la comodidad y los coches altos; las elegantes berlinas, los utilitarios más urbanitas o los todoterrenos, los grandes reyes del off-road. Pero hay algo que ha sido inherente al mundo de la automoción desde prácticamente el principio de los tiempos de estos amigos de cuatro ruedas, y eso no es otra cosa que la diversión y la pasión por el disfrute del asfalto. Ese disfrute se traduce rápidamente en coches con buenas prestaciones, pero no necesariamente debemos restringir esta característica a coches potentes, pues en la mayoría de ocasiones un coche ligero y con una potencia media nos dará más satisfacciones que un coche potente pero pesado, y de esto la marca japonesa Mazda sabe mucho.
Nuestro calendario aún no marcaba la novena década del pasado siglo cuando Mazda sorprendió al mundo con un concepto que ya conocían bien marcas como Lotus. Coche ligero de peso, biplaza de tamaño reducido, tracción trasera y con una potencia nada desmesurada. Con esta receta tan básica fueron capaces de cautivar los corazones de todos los asistentes a aquel antiguo salón de Chicago de 1989 donde conocimos por primera vez al MX-5 en forma de prototipo conceptual. 30 años después, esa receta sigue intacta y el cariño por aquel pequeño deportivo sigue más vivo que nunca.
Y ya van 4 generaciones de este juguetón deportivo. Ya sabéis esa frase que dice “larga vida al rey”, y es que el MX-5 podríamos catalogarlo sin riesgo a equivocarnos, como el auténtico rey de los deportivos asequibles. Un coche que se ha convertido en un mito del automovilismo por méritos propios después de 30 años comercializándose y en cada uno de los cuales sus ventas no se han visto lastradas precisamente, sino más bien todo lo contrario. Hoy venimos a probar qué tal se desenvuelve en su versión RF junto al acabado denominado Red Dark Edition.
Lo cierto es que el MX-5 ya es un gran conocido y amigo de esta casa, de hecho ya pudimos probarlo en su versión Soft Top Nappa Edition, o incluso hicimos una comparativa entre las dos versiones que podemos encontrar en el concesionario hoy día. Como ya sabemos, esta cuarta generación (ND) trajo consigo el estreno de una versión con techo duro retráctil y estética tipo targa, pero aunque su estética fuese una auténtica apuesta arriesgada por parte de Mazda, si echamos un vistazo a las ventas del MX-5 nos sorprenderá ver como aquella apuesta que parecía tan arriesgada ha dado sus frutos y han resultado victoriosos.
Una estética que levanta pasiones
Un buen grado de culpa de este nivel ventas por parte del RF, es claramente su estética. Vale que no posee el clásico techo de lona. Vale que no podemos poner o quitar el techo del coche manualmente y a una rapidez fulminante, ya que en este es un mecanismo electrónico. Vale que su precio es considerablemente superior al del Soft Top pero, ¿habéis visto esa estética?. Decir que es un coche que levanta pasiones allá por donde pasa es quedarse muy corto. Y si a esa línea enamoradiza le añadimos el acabado que incluye la unidad de la que venimos a hablar hoy, esto puede convertirse en un flechazo sin parangón.
Exteriormente el Red Dark Edition tiene como principales características un elegante color Jet Black, pero posiblemente el campo que más miradas genere sean sus brutales llantas deportivas BBS de 17 pulgadas en color negro brillante. El matrimonio entre estos dos elementos estéticos y la línea del RF conjugan en un baile perfecto entre la elegancia y la deportividad. ¿Para qué más?.
Su línea estética deriva directamente del característico diseño KODO del que tanto presume la marca y tantas alegrías nos ha traído a todos. Unos trazos de líneas fluidas y dinámicas que culminan en unos faros traseros más que característicos con forma de flecha, y comienza en unas finas y estilizadas ópticas delanteras. Por supuesto, todo esto en un coche que apenas llega a los 4 metros de longitud. Ya sabemos que los mejores perfúmenes siempre se sirven en frascos pequeños.
Aunque hace menos de 2 años que conocimos la puesta a punto llevada a cabo por la marca sobre el MX-5, tanto sobre el Soft Top como en el RF, aquella actualización centró casi todo su potencial sobre la mecánica del mismo. Estéticamente se saldó con nuevas tonalidades para la carrocería, unas llantas más oscurecidas y un nuevo color para el techo de lona.
Mecánicamente el modelo más potente, que por entonces ya gozaba de unos más que perfectos 160 CV, pasaba a contar ahora con 184 CV, una puesta a punto generalizada que ahora permitía un rango de vueltas mayor y un sonido que emana por el escape más contundente. No os lleve a engaño esto último, el MX-5 no presume de estridentes petardeos ni sonidos artificiales, de hecho, posiblemente sea el deportivo actual con un sonido más sincero. Suena a motor.
Aquella puesta a punto también centró su vista en el interior del pequeño deportivo, y es que como he dicho, su tamaño es reducido, esto hace que personas altas no se sientan tan cómodas en el interior del MX-5, pero desde Mazda incurrieron en poner un pequeño paliativo a esto, dotando a la dirección de ajuste en profundidad, ya que anteriormente solamente gozaba de la regulación en altura. Una nueva regulación que cuenta con apenas 30 mm, pero que son más que agradecidos para todos aquellos que quieren disfrutar de este coche.
Pero, además de estas novedades, nuestra unidad en concreto incorpora unos asientos tapizados de cuero perforado rojo, al igual que los paneles interiores de las puertas y el salpicadero. Pero como no solo se vive de la estética, también incorpora nuevos aditamentos en materia de seguridad, tales como sistema de asistencia a la frenada en ciudad con reconocimiento de peatones (SCBS), sistema de asistencia a la frenada trasera en ciudad (RSBS), el reconocimiento de señales de tráfico, la cámara de visión trasera o el detector de fatiga del conductor. Todo esto viene de la mano de la edición Dark Red que tenemos entre manos.
Acabados, gama mecánica y precios
La gama MX-5 ha resumido considerablemente toda su oferta con el lanzamiento del MY2020. En la versión anterior disponíamos de una mayor variedad de oferta, tanto de acabados como mecánica, ahora el modelo de techo de lona limita sus acabado a dos: Origin y Zenith, reservando únicamente el motor de 1.5 litros Skyactiv-G de 132 CV para el acabado Origin de acceso. Para el Zenith contamos con el motor más potente 2.0 Skyactiv-G de 184 CV.
La entrada a la gama del modelo la encontramos en el acabado Origin con el motor Skyactiv-G de 132 CV y techo de lona. Este tiene un precio de partida de 28.025 euros, y cuenta de serie con llantas de 16 pulgadas, faros Full LED, la pantalla multimedia de 7 pulgadas con conexión Android Auto y Apple CarPlay, volante multifunción y espejos térmicos.
El acabado superior (Zenith), incorpora además del motor más potente, unas llantas de 17 pulgadas, tapizado interior en piel con asientos calefactables, alerta cambio de carril, sensor de parking trasero, acceso sin llave, navegador o el arranque por botón. Este tiene un precio de partida de 33.635 euros.
Pero si pasamos ya a la versión RF, los precios se ven considerablemente encarecidos, pues aunque encontramos 3 acabados diferentes, Zenith Sport, Zenith y Dark Red Edition, el primero comienza su andadura desde los 38.435 euros, 50 euros menos que el Dark Red Edition que llega desde los 38.485 euros.
Y aunque todos estos acabados que hemos mencionado vienen considerablemente bien equipados, también disponemos de un buen catálogo de extras, donde encontramos accesorios para el exterior como un pequeño spoiler trasero, kit de suspensión rebajada, un paquete aerodinámico o un escape deportivo. La lista es extensa y continua con apartados como el interior, confort y utilidad, infoentretenimiento y seguridad y protección. Es decir, si somos caprichosos la factura final puede que no sea tan asequible como esperaríamos que fuese, pero como he dicho, los acabados vienen con un equipamiento de serie más que correcto.
El disfrute de la conducción como filosofía
El Mazda MX-5 en cualquiera de sus versiones ha hecho derramar ríos de tinta desde que lo conocimos hace ya más de 30 años. Su condición y filosofía de deportividad pura ha sido pasto de todos los amantes de las cuatro ruedas, y hoy vamos a probar esta cuarta interacción del pequeño descapotable japonés.
Pero, por supuesto, tenemos que empezar hablando de su celestial motor. Como he dicho anteriormente, nuestra unidad monta el 2.0 Skyactiv-G de 184 CV. Una auténtica maravilla que es capaz de estirar el régimen de vueltas hasta más allá de las 7.000 revoluciones. Estamos hablando de un coche de aspiración natural, nada de turbos, aquí venimos a pasarlo bien, y para sacar provecho de toda su potencia, la aguja del cuentavueltas debe coquetear con la zona roja ya que es en las 7.000 revoluciones donde alcanzaremos el techo de potencia. Me reitero: una delicia. El sonido del propulsor a bajas revoluciones es bronco y se deja oír con sutileza. Es a partir de las 3.000 revoluciones donde se hace mucho más perceptible la sinceridad de su sonido. Pero es conforme sube la aguja de las revoluciones cuando proporcionalmente aumenta nuestra sonrisa.
Pero el motor es solo el 50% de esta ecuación, ya que sin lugar a dudas el otro 50% se lo lleva su portentosa caja de cambios. Es perfecta. Sin más. La ejecución del cambio de marchas es adictiva. Su tacto es duro y su recorrido muy corto, sientes como se mueve cada pieza ahí debajo, y es que el filtro entre la palanca como tal y la caja, es mínimo, de ahí que en marcha la palanca se mueva mucho, pero esto es parte de su encanto y tiene buena culpa del maravilloso tacto del cambio.
Pero si lo que os interesa saber es si podemos viajar cómodamente en el RF tanto con el techo desplegado como abatido, la respuesta es un rotundo sí. Pero empecemos por ir con el techo puesto, y es que la insonorización es realmente buena, poco tiene que envidiar a un coche de techo estándar. El sonido del motor se cuela cuando le damos algo más de ánimos al cuentavueltas, ya que mientras tanto el sonido más acusado es el de rodadura y sólo cuando circulamos por una autopista.
Una vez echamos el techo abajo, el RF siempre ha supuesto un quebradero de cabeza para los que nos gusta circular con el cielo como techo el mayor tiempo posible, debido a las turbulencias de aire tan incómodas que podían formarse en el interior del habitáculo. Esto ya no es así, el poder ir sin el techo a 120 km/h ya no es algo impensable. Es cierto que tiene más ruido que el modelo con el techo de lona, pero la propia estructura del pilar B crea una resistencia al aire, por mínima que sea.
El proceso para dejar el techo guardado se inicia manteniendo pulsado el interruptor situado en la consola central, junto a la palanca de cambios. Un pequeño anagrama nos irá informando de la situación del proceso en la propia pantalla del cuadro de instrumentos, y nos informará con una señal acústica cuando haya culminado. Este proceso se demorará durante unos 13 segundos y podremos efectuarlo a una velocidad máxima de hasta 10 kilómetros por hora.
Pero una vez ya acomodados en el interior del MX-5 RF es hora de pasarlo bien y disfrutar de la conducción que para eso ha sido concebido este coche. Y lo cierto es que por norma general la gente tiende a atribuir diversión al volante con ir rápido, esto no va necesariamente unido en el pequeño Mazda, ya que con sólo recorrer unos pocos metros, estirar el régimen de vueltas y hacer cambios de marchas, ya puedes contar con una sonrisa de oreja a oreja.
La posición de conducción es muy baja. Dinámicamente el coche no tiene ningún pero. La dirección es precisa, directa, con una dureza perfecta y el volante tiene un tamaño ideal en todas sus cotas. La suspensión por su parte tiene un tarado duro, aunque no el más duro del mercado, pues en carreteras sinuosas podemos llegar a sentir un mínimo balanceo en las suspensiones, de ahí que Mazda comercialice en su catálogo de extras un kit de suspensión rebajada.
La zaga, a pesar de ser la que lleva la voz cantante, no presume de locuras ni estridencias, si quieres ir rápido y tomar una curva algo pasado, el MX-5 te permitirá seguir en el juego sin temer por tu integridad física, pero si llegado el momento quieres que la trasera sea juguetona, esta lo hará siempre con un profundo respeto hacia tus órdenes. La nobleza de este coche es absoluta en todos los apartados.
Imaginarás que los consumos son los propios de un coche con este nivel de diversión, nada más lejos de la realidad. En tramos de autopista con el aire acondicionado puesto y el techo cerrado, es fácil observar como el ordenador de a bordo nos marca cifras por debajo de 5 litros. En cambio, si desplegamos el techo y nos decidimos por subir un puerto de montaña de forma digamos, divertida, nos costará muchas insinuaciones con la zona roja del cuenta vueltas, subir el consumo medio de 6 litros. Mazda ha dado en el clavo en todo lo que concierne a la dinámica de este coche, incluyendo algo tan poco frecuente en estos vehículos como es el consumo.
Conclusiones
Las conclusiones en este tipo de vehículos son fáciles de sonsacar. Con el MX-5 RF tienes lo que esperas tener: diversión, diversión y más diversión, aderezado con un pequeño toque de utilidad y eficiencia en el consumo. Es cierto que la diferencia de precio entre el MX-5 Soft Top con el motor y el acabado de entrada roza los 10.000 euros con respecto al modelo de entrada con techo duro. ¿Merecen la pena esos 10.000 euros extras?, posiblemente no, pues con el modelo de entrada y sus 132 CV tendrás diversión más que suficiente. Pero si eres de los que les gusta un toque de distinción y por supuesto, un extra de potencia, merecerá la pena sin lugar a dudas, pues la relación sensaciones/precio que nos deja este coche siguen coronando la lista y guardando grandes distancias con sus competidores más directos.
De los más de 30 años que lleva el MX-5 con nosotros, esta generación ha sido el culmen del mito en muchos aspectos, como es la dinámica, las prestaciones, el consumo de combustible y la distinción estética. Han sido muchos años en los que la marca nipona ha sabido pulir los pequeños “peros” que poseían las generaciones pretéritas. Todo esto hace que el pequeño biplaza de Mazda sea el deportivo asequible por antonomasia en el mercado, pues podríamos decir que ningún otro te da tanto por tan poco.