Prueba Mazda MX-5 2.0 Skyactiv-G 184 CV Nappa Edition, pureza y sofisticación
En cada actualización el Mazda MX-5 profundiza aún más en la esencia de la conducción deportiva con una apuesta sencilla pero muy inteligente y perfectamente llevada a cabo. El facelift MX-5 2019 aporta un toque de clase con el nuevo acabado Nappa Edition
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Publicado: 05/12/2018 19:00
Placer de conducción, estilo inconfundible, coste razonable. El Mazda MX-5 es capaz de unificar en una única propuesta las tres características que todo amante de los deportivos quiere tener en su garaje. La última actualización del roadster japonés profundiza aún más en esos cimientos que han convertido al descapotable japonés en un indiscutible icono del mundo del automóvil.
Todas las novedades del MX-5 2019 ya te las conté en el primer contacto con este modelo de ruta por Transfăgărășan, una de las carreteras más especulares del mundo. Quedé con ganas de más así que llegó el momento de hacer una prueba con mayor profundidad y para eso he escogido una unidad con un nuevo acabado que posiblemente sea el más sofisticado e interesante de la gama actual. Es el Mazda MX-5 2.0 Skyactiv-G 184 CV Nappa Edition.
La versión Nappa Edition hace del Miata tan bonito como siempre pero con un punto más llamativo y está disponible tanto con el motor de gasolina 1.5 de 132 CV como con el poderoso 2.0 de 184 CV. En esta prueba he disfrutado del propulsor más potente, que también ha sido el que más modificaciones ha recibido con este facelift.
A primera vista, el elemento identificativo del MX-5 Nappa Edition que inmediatamente llama la atención es la capota de lona de color marrón. Esta tonalidad crea un interesante contraste con el color de la carrocería que presume de las líneas fluidas y dinámicas del característico diseño KODO que visten los modelos de la marca nipona en estos últimos años.
En el interior ese color castaño también está muy presente. La parte más evidente son los asientos calefactados con tapicería de cuero napa marrón, envolventes y realmente cómodos. Dan un aspecto más deportivo al habitáculo gracias a los reposacabezas integrados. Unos reposacabezas que, a su vez, esconden en su interior dos de los nueve altavoces del sistema de audio Bose que viene de serie.
Gracias a estos dos altavoces UltraNearField se puede disfrutar de una excelente calidad de sonido incluso con la capota bajada. El especialista Bose también propone para el MX-5 un altavoz de graves situado bajo la zona para los pies del acompañante y un amplificador digital de siete canales situado debajo del espacio de recogida de la capota de lona que incluye tecnología de compensación de ruido AudioPilot y un circuito de procesamiento de señal TrueSpace que crea una percepción del sonido más amplia que la distancia que realmente existe entre los altavoces.
Para rematar la coloración de la versión Nappa Edition, los paneles de cuero de las puertas y la moldura que recorre todo el frontal del salpicadero también es marrón. Estos elementos hacen que el interior se perciba aún más cuidado y valioso que en el resto de versiones. Una sensación de calidad que no sólo es visual sino que se confirma con el tacto de los mandos, los buenos ajustes y por la ausencia de ruidos parásitos indeseados.
Lástima que la tonalidad marrón de la capota y la del interior no tiene el mismo matiz, son ligeramente distintas quizá debido a las diferencias de material con que están hechos los elementos. Sólo es un detalle que no afecta a la belleza del modelo pero a mí me habría gustado más que ambos tonos hubieran sido idénticos. Teniendo en cuenta que uno de los grandes rasgos de identidad de este acabado es la capota de tela en color marrón no es ninguna sorpresa saber que el MX-5 Nappa Edition sólo está disponible en versión Soft Top, es decir, con el techo textil.
Con el techo duro metálico, que siempre es del color de la carrocería, el MX-5 RF queda fuera del alcance de este acabado pero eso no quiere decir que no pueda disfrutar de un interior similar. En este caso Mazda propone el Pack Nappa opcional específico para el targa con los mismos asientos, paneles de puertas y moldura del salpicadero en cuero nappa marrón. Una vez más no es fácil elegir entre Soft Top y Retractable Fastback.
Volviendo MX-5 Nappa Edition con capota de lona hay que decir que este acabado no sólo da una pincelada de clase adicional gracias a sus elementos de diseño exclusivos sino que además llega cargado de abundante equipamiento de serie. De hecho el único opcional disponible es el color de la carrocería que dependiendo de la tonalidad escogida tiene un sobreprecio de hasta 700 euros (es el caso del nuevo color Soul Red Crystal) con la única excepción del Artic White que no tiene sobrecoste.
En el exterior el equipo que viene de fábrica incluye los faros Smart Full LED adaptativos que proporcionan una magnífica visibilidad nocturna y regulan la intensidad de la iluminación automáticamente para evitar deslumbramientos. El roadster también monta unas bellas llantas Bright Dark de 17 pulgadas en esta versión de 184 CV (una pulgada menos si se elige el motor de 132 CV).
Dentro, en este exclusivo acabado también se incluye el sistema multimedia MZD Connect con pantalla flotante de siete pulgadas. Es un sistema de infoentretenimiento fácil de usar y muy completo al incluir navegador, radio digital, reconocimiento de voz y conectividad con Android Auto y Apple CarPlay. También encontramos soluciones como el acceso inteligente sin llave, los retrovisores exteriores eléctricos y calefactados, el retrovisor interior con oscurecimiento automático, el climatizador automático y los sensores de lluvia y luces.
Las plazas delanteras brindan espacio suficiente para pasajeros de hasta 1,80 m de estatura. A partir de ahí comienza la lucha entre la posición de la cabeza y la capota dependiendo de la postura que cada uno encuentre cómoda. El conductor podrá aprovechar que con la actualización del pequeño MX-5 se ha añadido el ajuste en profundidad de la dirección. En cualquier caso, los ocupantes de más de 1,90 m no son bienvenidos.
La mayor tacha que se le puede poner al habitáculo del roadster japonés es la ausencia casi total de huecos portaobjetos lo que resta cierta practicidad. Hay un compartimento bastante grande entre ambos asientos que será prácticamente la única opción para colocar la cartera, llaves, el móvil o las gafas. No hay ninguna guantera tradicional ni tampoco encontraremos bolsillos en las puertas.
Cualquier cosa ligeramente voluminosa, como una mochila o un bolso, está condenada a ir al maletero. Ya sea con la capota puesta o quitada, el espacio de carga no varía. El maletero sólo tiene 130 litros y aunque es pequeño se muestra suficiente para escapadas en pareja con un par de maletas pequeñas y poco más. Eso sí, hay que tener paciencia y jugar al Tetris para aprovechar al máximo el espacio ya que las formas interiores son irregulares. La parte superior de la tapa metálica no tiene ningún tipo de tapizado, una pincelada que desmerece la buena calidad general del coche.
Un comportamiento intachable
En marcha enseguida queda claro algo que parecía evidente: el nivel de insonorización del MX-5 RF y su techo de metal es superior al de este Soft Top. La capota textil deja penetrar el ruido de forma evidente a ritmos de autopista, obligando a subir un poco el volumen de voz de los ocupantes pero manteniéndose en unos niveles sostenibles.
La sonoridad es una pequeña penalidad que se admite de buen grado a cambio de poder quitar el techo con una rapidez fulminante. Como es pequeño y ligero, sólo hace falta quitar un seguro y en un único movimiento se convierte en coupé o en cabrio. El proceso es completamente manual lo que significa que es posible poner y quitar la capota incluso en marcha a cualquier velocidad que deseemos (siempre manteniendo el sentido común).
Ya sea con el techo arriba o abajo, queda claro que es un biplaza construido para disfrutar de la conducción deportiva. Sentado en una posición baja, con el sonido natural del motor invadiendo el ambiente, el roadster nos invita a estirar las marchas. No hay problema porque manejar el cambio manual de seis velocidades de corto recorrido es una auténtica delicia y el complemento perfecto para disfrutar de un Miata. Que haya un MX-5 RF con caja automática es un sacrilegio.
Las prestaciones son buenas pero no impresionan. Con este motor de 2,0 litros, de inyección directa y distribución por cadena, se entrega la potencia máxima de 184 CV a 7.000 rpm pero empuja con brío en todo el rango de revoluciones a pesar de ser atmosférico. El par máximo de 205 Nm llega las 4.000 vueltas.
Además de por su buen empuje, el motor 2.0 asombra por su bajo consumo. En las generaciones anteriores el MX-5 se mostraba algo gastón pero esta cuarta generación ha dado en el clavo apostando por las tecnologías Skyactiv que redundan en una eficiencia inédita. Durante mi prueba el consumo medio fue de 5,6 l/100 km, una cifra magnífica obtenida a pesar de los frecuentes momentos de conducción espirituosa.
El comportamiento de este coche de propulsión trasera es neutro pero si queremos hacer deslizar la zaga se muestra siempre dispuesto, dócil y previsible. Cuando el firme es irregular sorprende la fidelidad de la dirección, manteniendo una precisión y guiado excelentes y sin una sola insinuación que nos haga dudar de la tracción.
El asfalto bacheado nos da un buen meneo en las vértebras, pero nada exagerado tratándose de un coche de corte deportivo. La amortiguación de serie que ofrece Mazda muestra un buen compromiso entre estabilidad y confort mientras que la suspensión deportiva Bilstein, de tarado más firme, no está disponible en este acabado del MX-5.
No hace falta ir rápido para gozar de un gran placer de conducción. Circulando con calma también resulta muy satisfactorio, una versatilidad poco frecuente en el universo de los coches deportivos. Resulta sorprendentemente cómodo hasta el punto en el que plantearse un MX-5 como coche de diario no es ninguna locura.
Incluso en entornos urbanos, territorio hostil para un deportivo, el roadster de Mazda se siente como pez en el agua. Con sólo 3,9 metros de longitud no hay problemas para moverse por callejuelas ni para encontrar un espacio de estacionamiento adecuado, siendo esta última una maniobra que se facilita con los sensores de aparcamiento traseros incluidos.
Para lidiar con el tráfico las tecnologías de seguridad i-Activsense están más presentes que nunca en el Mazda MX-5 2019. El facelift del modelo ha servido para introducir elementos como el control de ángulo muerto (BSM) o el detector de tráfico trasero (RCTA) que se suman al sistema de alerta de cambio involuntario de carril (LDWS) que ya estaba disponible en el modelo precedente.
Puede convencer a cualquier tipo de público ya que el único requisito es no necesitar unas plazas traseras. Incluso el precio no supone una barrera. El Mazda MX-5 2.0 Skyactiv-G Nappa Edition está a la venta por 30.920 euros, un precio más que razonable para un precioso descapotable con buenas prestaciones y un comportamiento sublime. Es fácil de entender por qué el MX-5 es el roadster más vendido de la historia.
Tampoco hay que preocuparse ni del consumo ni del mantenimiento (que son similares a un coche normal) ni de la garantía (3 años). Si escogemos el motor 1.5 ahorraremos 2.200 euros en la factura. Este acabado Nappa Edition es una opción ideal por establecer un compromiso con un estilo propio distintivo gracias a los elementos en color marrón y un equipamiento de serie abundante. Nunca es una mala elección un coche que te dibuja una sonrisa en la cara cada vez que arrancas el motor.