Prueba Mazda3 1.5 Skyactiv-D 105 CV, más racional y económico
El Mazda3 estrena una versión con el motor turbodiésel 1.5 Skyactiv-D de 105 CV, que presume de bajos consumos y de la tecnología Natural Sound Smoother que reduce de forma notable la sonoridad y las vibraciones. Nosotros ya lo hemos probado.
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Publicado: 19/05/2016 08:00
La gama del Mazda3 siempre ha pecado de tener una reducida gama diésel. De hecho, hasta el momento sólo estaba disponible con la única mecánica que brindaba el propulsor 2.2 Skyactiv-D de 150 CV. Por ello la marca japonesa ha añadido un nuevo motor de gasóleo, que completa la oferta por debajo: se trata del 1.5 Skyactiv-D de 105 CV.
Esta mecánica ya la emplea en la actualidad el CX-3. Se trata de un propulsor de 1.499 centímetros cúbicos, inyección directa common rail y turbo de geometría variable. Recurre a la avanzada tecnología Skyactiv para ser más ligero -el bloque y la culata están fabricados en aluminio- y eficiente -con una baja relación de compresión de 14,8 a 1 como una de sus claves-, lo que le convierten en uno de los motores de gasóleo más interesantes del mercado.
El motor de 1,5 litros que equipa el compacto de Mazda desarrolla una potencia de 105 CV a 4.000 rpm y un par máximo de 270 Nm disponibles desde muy abajo, a tan sólo 1.600 rpm. Puede estar asociado a un cambio manual o a una transmisión automática de convertidor de par, en ambos casos con seis marchas.
El 1.5 Skyactiv-D Se ofrece tanto en las variantes con carrocería de 5 puertas como en la de 4 puertas SportSedan, ésta última con un sobreprecio de 500 euros. No se puede combinar con la versión de acceso Pulse pero sí con los otros dos acabados (Style y Luxury).
De esta manera el equipamiento siempre resulta muy completo y generoso, como es habitual en Mazda. De serie lleva elementos como el volante y pomo del cambio en piel, climatizador bizona, asistente de arranque en pendiente (HHA), sistema de asistencia a la frenada en ciudad (SCBS), arranque por botón.
Durante la presentación del nuevo Mazda3 1.5 Skyactiv-D pudimos conducir dos unidades del hatchback, una con cambio manual y otra automático. Nos ha parecido una elección muy sensata. No tiene el notable empuje de la mecánica de 2,2 litros pero las prestaciones son más que suficientes para una conducción normal. La aceleración -de 0 a 100 km/h en 11,0 segundos- es adecuada para un coche de esta potencia y tamaño.
Este motor destaca por su suavidad y además las vibraciones al ralentí son casi imperceptibles. Se mueve bien incluso desde pocas revoluciones, aunque para sacar el máximo rendimiento realizando una conducción dinámica tendremos que estirar las marchas hasta las 4.000-4.500 rpm. No es nada perezoso y sube de vueltas con facilidad.
El compacto con este motor brinda una rumorosidad baja en comparación con otros rivales de su categoría, en parte gracias a la buena insonorización del habitáculo. Es, en definitiva, muy agradable de conducir por su buen hacer y porque el Mazda3 es de por sí un coche ágil y cómodo.
La escasa sonoridad y vibraciones de este motor de 1,5 litros están motivadas por la tecnología Natural Sound Smoother, que no está presente en la mecánica diésel de 2,2 litros. Este sistema de Mazda emplea un amortiguador dinámico en el bulón que conecta el pistón a la biela para neutralizar las vibraciones y ruido de detonación a frecuencias en torno a 3,5 kHz, que son precisamente las que resultan audibles al arrancar y en aceleraciones suaves.
Sin duda uno de los grandes alicientes de esta versión del compacto japonés es su bajo consumo de combustible. En el mejor de los casos -carrocería de cinco puertas y cambio manual- homologa un consumo de 3,8 l/100 km y unas emisiones de CO2 de 99 g/km, unos datos excelentes. El sistema de parada y arranque automáticos i-stop es de serie.
Durante la presentación pudimos constatar que el Mazda3 con cambio manual es capaz de rodar por vías rápidas con consumos próximos a los 4 l/100 km según el ordenador de abordo. En un uso variado es posible conseguir medias por debajo de la barrera de los 5 l/100 sin esfuerzo, dejando claro el buen trabajo de los ingenieros de la marca en este apartado.
La versión automática gasta algo más, 0,6 l/100 km más que el manual según las cifras homologadas. Un valor que parece próximo a la realidad por lo que hemos podido comprobar si bien, por las características de esta toma de contacto, no realizamos el mismo recorrido con ambas variantes y por este motivo hay que tomar los datos como aproximados.
Lo que sí está claro es que el cambio manual es preferible al automático porque es muy agradable de utilizar, las marchas están muy bien escalonadas y permite aprovechar mejor el rendimiento del motor. La transmisión automática no es muy rápida y aumenta el precio en 1.800 euros.
Aunque no tiene una respuesta tan contundente como la mecánica 2.2 de 150 CV, el nuevo motor turbodiésel 1.5 de 105 CV del Mazda3 tiene una respuesta razonable y un funcionamiento suave y silencioso. Es una buena opción para quien busque un buen equilibrio entre prestaciones y consumo. Además, no hay que olvidar que es 1.600 euros más barato que el 2.2 a igualdad de equipamiento, un dato a tener muy en cuenta.
El precio de partida del compacto japonés con el motor de gasóleo de acceso es de 22.525 euros. Actualmente Mazda ofrece una campaña de descuento de 2.200 euros, a la que se restan otros 1.000 euros más si se financia la compra -con 5 años de mantenimiento gratis de regalo- más los incentivos del Plan PIVE. Es decir, acumulando estas promociones es posible adquirir un Mazda3 1.5 diésel desde 18.575 euros.
Versión | Consumo | Emisiones CO2 | Precio sin promociones |
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Mazda3 1.5 Skyactiv-D 105 Style | 3,8 l/100 km | 99 g/km | 22.525 € |
Mazda3 1.5 Skyactiv-D 105 Luxury | 3,8 l/100 km | 99 g/km | 25.265 € |
Mazda3 1.5 Skyactiv-D 105 AT Luxury | 4,4 l/100 km | 114 g/km | 27.065 € |
Mazda3 Sportsedán 1.5 Skyactiv-D 105 Style | 3,8 l/100 km | 99 g/km | 23.025 € |
Mazda3 Sportsedán 1.5 Skyactiv-D 105 Luxury | 3,8 l/100 km | 99 g/km | 25.765 € |