Prueba Mazda3 e-Skyactive X, el mayor de los galanes
Mazda ha lanzado sus nuevos motores de gasolina llamados e-Skyactive X. Uno de los modelos seleccionados para equiparlo es el Mazda3, el cual no decepciona en ningún detalle: estética, comodidad, practicidad o consumos. Las cifras obtenidas durante la prueba sobre este último apartado puede que sean de lo mejor que podemos adquirir actualmente sobre este segmento y potencia.
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Publicado: 19/08/2021 19:00
Actualmente podemos decir, sin miedo a equivocarnos o caer en insulsas trifulcas, que el Mazda3 es uno de los compactos más bonitos del mercado actual. Pocas dudas caben en este sentido, pero ¿qué sucede cuando unimos belleza, funcionalidad y eficiencia?. La respuesta es fácil, y no tiene otro nombre que Mazda3 e-Skyactive X.
Desde Mazda han hecho sobresalientemente bien todo su trabajo. Hace unos años, todas las marcas se dedicaron a hacer sus motores cada vez más pequeños y a quitar cilindros, lo que se conoció en su día como downsizing. Los responsables de la marca nipona, por su parte, viraron en un sentido opuesto al del resto, continuando con unas cilindradas de tamaño medio y motores de 4 cilindros, o lo que puede ser incluso más llamativo: la ausencia total de turbo. Mazda tomó el camino difícil, el de implementar altos niveles de ingeniería en mecánicas, que para muchos serían antiguas, mientras que el resto de fabricantes optaron por el “camino fácil”: quitar cilindros y reducir cilindrada para así gastar menos.
Durante el año 2019 la marca presentó al mundo sus nuevas motorizaciones más eficientes pero sin renunciar a ningún atributo de los ya mencionados: cilindradas medias, 4 cilindros y, añadir a esto, unas cajas de cambios manuales de las mejores que podemos comprar hoy en día. Aún así, los modelos demostraron unos consumos realmente buenos que, acompañados de un pequeño apoyo eléctrico a través de un sistema mild-hybrid, incluso podía portar la ansiada etiqueta ECO de la DGT. ¿Cómo lo consiguieron?. La nueva motorización e-Skyactive X podríamos decir que es una de las que encierra una ingeniería auténticamente loca.
No sé si os habéis parado a pensar en algún momento sobre cuánto tiempo vamos con el pedal del acelerador a fondo, pero las estadísticas nos dicen que tan sólo el 5% del total del tiempo iremos de esa manera, por lo que el 95% del tiempo circularemos con el pedal a poco o medio gas, y precisamente en ese espacio porcentual es donde Mazda ha sabido trabajar muy bien.
Los nipones supieron ingeniárselas muy bien dando vida al llamado método de “encendido por compresión controlado por chispa” o Sistema SPCCI (Spark Controlled Compressión Ignition). A groso modo podríamos decir que estos motores han sido puestos a punto para realizar una relación de compresión mayor de lo normal en motores de gasolina, pero esta ingeniería no se queda tan sólo en eso.
Ya sabemos que el funcionamiento de los motores de gasolina es simple: la gasolina se inyecta en la cámara de combustión, el cilindro se eleva comprimiéndola, y acto seguido se provoca una chispa con la que el combustible hace una explosión que empuja el cilindro hacia abajo. La teoría es fácil, pero ahora llegan los ingenieros de Mazda y le dan una pequeña vuelta de tuerca a esta fórmula centenaria.
Los motores e-Skyactive X realizan la misma función pero trabajando con una mezcla mucho más pobre prácticamente en todo momento, intentando imitar el funcionamiento de un motor diésel, es decir, que la explosión sea por compresión obteniendo una relación de compresión mayor. Las consecuencias principales de llevar a cabo una variación de este tipo pueden suponer perder el control de la explosión exactamente en un punto de no retorno. ¿Cómo solucionarlo?, fácil: volviendo a inyectar combustible en una pequeña cantidad para que cuando el cilindro vuelva a subir no se produzca la combustión. Es entonces cuando se vuelve a inyectar gasolina junto a la bujía, acto seguido se produce la chispa quemando toda la mezcla presente dentro del cilindro. Toda esta locura está apoyada en un pequeño compresor volumétrico que ayuda a comprimir el aire del motor cuando se activa el modo SPCCI. ¿Complicado?. Recordad el nombre: encendido por compresión controlado por chispa. Ahora todo cuadra mejor, ¿verdad?.
Pero, ¿qué sucede cuando le exigimos al Mazda3 circular a ese 5%, es decir, con el pedal a fondo?. Sencillamente el motor funcionará como un Skyactive-X (sin la “e”) aunque con puntualizaciones, como una relación de compresión mejorada de 15:1, mejorando también el sistema de control de la combustión, así como la sincronización de las válvulas de admisión. Por último, el sistema eléctrico ha recibido una actualización generalizada con la que ofrece una mejora general.
Además de toda esta ingeniería, el Mazda3, o más bien, los motores e-Skyactive X concretamente, ya que estos también se instalan en el Mazda CX-30 que pudimos enseñaros hace poco, montan un pequeño sistema mild-hybrid con una batería auxiliar de 24 voltios. En ella se almacenará la energía recuperada de frenadas y que, posteriormente, podrá ser utilizada en dar un pequeño apoyo al motor de gasolina en aceleraciones o cuando mantengamos una velocidad constante por una autopista, propiciando el conocido “efecto vela”. Aunque otros componentes también se aprovechan de la existencia de esta batería, como el sistema de Star/Stop (denominado i-Stop aquí). Gracias a esta batería ubicada en los bajos del coche, nuestro modelo portará orgulloso la ansiada etiqueta ECO de la DGT, así como algunos beneficios a la hora de adquirirlo. Y no, lo de la “e” del nombre del motor (e-Skyactive X) no tiene nada que ver con la existencia de este soporte eléctrico, ya que el anterior también la montaba y no había ninguna “e”.
Mecánicas y precios del Mazda3
Si hablamos sobre las opciones mecánicas dentro de la gama del Mazda3 podríamos acabar rápido, pues únicamente se ofrece con dos niveles de potencia. En primer lugar encontramos el denominado e-Skyactive G, con 122 CV y como escalón superior, el e-Skyactive X de 186 CV. Ambas potencias son extraídas de un bloque con 2 litros de cubicaje, aunque no es el mismo motor per se, pues el primero no posee la ingeniería del más potente. Tampoco encontramos alternativas diésel en el catálogo.
Según qué nivel de acabado hayamos escogido (Origin, Evolution o Zenith), podremos acoplar una caja de cambios manual de 6 velocidades o una automática de las mismas relaciones. En el caso de los acabados de acceso únicamente podremos escoger las variantes manuales, mientras que si escogemos el acabado más alto será cuando entren en juego las variantes automáticas.
Los precios en los que se mueve el Mazda3 no son de los más asequibles del mercado, todo sea dicho, pero de lo que estoy seguro es de que no nos arrepentiremos lo mas mínimo a la hora de pasar por caja. El compacto con acabado Origin tiene un precio de partida de 27.645 euros, mientras el Evolution y el Zenith parten de los 29.045 euros y los 30.345 euros, respectivamente. Para las cajas de cambios automáticas habrá que desembolsar una media de aproximadamente 1.000 euros de sobre coste, y también existe una versión tope de gama que cuenta con tracción total AWD, la cual parte de los 33.047 euros.
Prueba de conducción
Llega la hora de ponernos tras los mandos del Mazda3. La experiencia de prueba con este coche no ha sido precisamente la misma que ya he podido vivir con otros vehículos de prensa. El Mazda3 e-Skyactive X que hoy protagoniza este artículo fue el encargado de llevarme en una ruta por la Costa Azul, de cuya historia os hablé en este otro artículo. 3.000 kilómetros de carreteras donde he podido empaparme de todo lo que es capaz de ofrecer este coche, y a modo resumen debo decir que me ha encantado.
Este coche es capaz de ganarte fácilmente con mirarlo, su estética es de las más logradas del mercado actual, pero en el momento en el que nos situamos tras el volante y damos vida al cuatro cilindros, las sensaciones pueden verse intensificadas. Motor de gasolina, la ausencia de turbo y caja de cambios manual de 6 relaciones, es probable que estemos ante un auténtico vieja escuela actualizado, y eso hace que el encanto de este coche crezca de una forma más que considerable.
Durante los primeros metros de recorrido podremos notar cómo el Mazda3 nos deja con un tacto general de conducción bastante suave pero igualmente comunicativo. Su dirección es muy directa y nos da un feeling notable de todo lo que pase más allá del aro. Esto se trasmite a la perfección por una dureza justa y excelente en todos los escenarios posibles, tanto urbanos como por autopista o carreteras secundarias, da igual por donde circules, el Mazda3 te atrapará en todo momento.
Pero si tengo que quedarme con un único elemento de este coche, sería su caja de cambios. Es perfecta. Poco más puedo añadir. Bien dirigida y con un tacto y una dureza que la hacen realmente excelente. Mazda es una marca firmemente defensora de este tipo de transmisiones, y no es para menos, después de probarla no querremos volver a oír hablar de un cambio automático jamás.
Las sensaciones dinámicas con las que puede dejarnos el Mazda3 e-Skyactive X son de auténtico coche clásico
Sus asientos delanteros son particularmente cómodos en todo momento, aunque en nuestra cabeza esté la idea de hacernos un viaje de largo recorrido, no sufriremos cansando o fatiga a consecuencia de estos en ningún momento. Por otro lado, su segunda fila de asientos sigue siendo algo justa de espacio y quizás algo claustrofóbica para sus ocupantes, ya que el pilar C ocupa un gran espacio y la superficie acristalada es bastante justa. Salvo por esos detalles, sus asientos aquí son también muy cómodos y nos dejan con un reposabrazos central donde poner bebidas u otros objetos. Observando brevemente su espacio de carga, este no ha variado y continúa ofreciendo un espacio mínimo de 358 litros, que podremos aumentar abatiendo la segunda fila de asientos, con lo que llegaremos a 1.026 litros.
En términos de conducción pura, el Mazda3 e-Skyactive X se nota que ha mejorado con respecto a su versión previa. Se siente más vivo, con un motor más lleno y con unas capacidades cuantiosamente mejoradas. En cuanto llegas a las 6.000 revoluciones sabes que has tocado los 186 CV con los que cuenta este coche, aunque las revoluciones seguirán subiendo hasta las 7.000, lugar en el que se produce el corte. El rango donde conoceremos todo el par motor lo encontraremos en las 4.000 revoluciones, donde nos concederá los más que notables 240 Nm.
Y no os equivoquéis, no estamos ante un deportivo, pero el Mazda3 puede hacérnoslo pasar muy bien. Al estirar sus marchas puede darnos esas sensaciones casi extintas de coche con una mecánica de corte clásico, aunque esta tenga un nivel de ingeniería que pocos asumiríamos. El sonido de este nos remite a otra época en la que los turbos apenas se conocían, un sonido de motor puro y sin concesiones a través de la línea de escape.
Su visibilidad al exterior es notable, únicamente siendo algo restrictiva cuando miramos a través del retrovisor interior, pues la luna trasera es algo justa por sus propias formas pero, aún así, nos deja con una visión clara de lo que pasa más atrás del portón del maletero. Por el diseño del coche, los retrovisores están posicionados en una ubicación muy atrasada, lo que genera una vista mejorada a través de ellos, pues aunque no poseen un tamaño excesivo, el tenerlos “tan cerca” aumenta nuestra sensación de que todo es más visible.
Como decía más atrás, el Mazda3 e-Skyactive X, nos deja con unas prestaciones mejoradas si lo comparamos con su motorización predecesora. Aunque ya sabemos el régimen máximo de giro y entrega de prestaciones, lo cierto es que no será necesario llegar hasta ahí, pues la entrega de potencia se lleva a cabo de forma muy lineal, pues a pesar de montar un pequeño compresor volumétrico que puede proporcionarnos un pequeño empuje extra, las sensaciones dinámicas serán las de conducir un bloque de aspiración natural. Y a pesar de que sus prestaciones han mejorado notablemente, sus consumos y emisiones han disminuido.
Los consumos obtenidos durante mi largo trayecto, (más de 3.000 kilómetros a través de toda clase de vías: ciudad, autopista, carreteras de montaña, etc…) fueron de apenas 5,3 litros de media total, una cifra que puede llegar a resultar de broma, pero que fui capaz de obtener sin ningún esfuerzo ni bajo los efectos de una conducción realmente eficiente. Para nada. Aire acondicionado conectado y rodando a velocidades legales en todo momento. En mediciones puntuales por ciudad o autopista, los consumos registrados fueron de 6,1 y 4,7, respectivamente, es decir, cifras de matrícula de honor para Mazda y su mecánica que desafía todos los estándares actuales de coches dominados por la turboalimentación y las transmisiones automáticas.
Los consumos pueden parecer de risa, pues tras más de 3.000 kilómetros circulando por todo tipo de vías, nos dejó con un consumo medio final de apenas 5,3 litros. ¡Sorprendente!
El Mazda3 e-Skyactive X es capaz de obrar su milagro sin que el conductor, o cualquier otro pasajero, note cuando se activa o desactiva el llamado SPCCI, por lo que las sensaciones al fin y al cabo serán las de que estamos conduciendo un coche de gasolina al uso, algo que es sensacional, ya que mientras nosotros sólo debemos preocuparnos por conducir, su mecánica hará todo el trabajo y nos encandilará con unas cifras de auténtico coche diésel.
Conclusión
No os voy a mentir, el Mazda3 es un modelo que siempre me ha gustado mucho en todos los sentidos, pero una vez pruebas esta nueva mecánica puede acabar por enamorarte del todo. Estética, prestaciones, sensaciones, confort y practicidad, son 5 cualidades que este coche los toma para sí con rabiosa facilidad. ¿Recomendaría este coche para comprarlo?. No me cabría ninguna duda. Pero si por contrapartida, tengo que buscarle algún “pero” a este bonito compacto, me decantaría pedir una mejora en la segunda fila de asientos, la cual puede llegar a ser bastante justa de espacio, o un precio algo elevado para un coche de estas especificaciones y segmento.