Prueba Mercedes-AMG A 35, rendimiento deportivo a un alto precio
¿Qué se le pide a un deportivo que precie de llamarse así? Pues obviamente velocidad, prestaciones, rendimiento y diversión. El Mercedes-AMG A 35 es capaz de entregar eso y mucho más, pero a un alto precio que puede arruinar el concepto por completo.
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Publicado: 27/09/2019 20:00
El día en el que Mercedes decidió cambiar el Clase A fue un gran día para la casa alemana. Seguramente sus directivos esperaban mejorar las ventas, algo que tampoco era muy difícil, pero seguro que no se imaginaban el éxito de ese modelo que ya se ha convertido en familia. El Clase A es el modelo más vendido de la casa gracias en parte a una gama tan extensa que es capaz de contentar a casi cualquier cliente, desde aquel que busque un simple compacto a premium a ese loco que desee las prestaciones y el rendimiento del Mercedes-AMG A 35 4MATIC. Porque si hay algo que defina a ese coche, es la locura.
Cuando a un Mercedes se le suma el apellido AMG, el de verdad y no ese de pega que viene en muchos acabados, hay que mirarlo de otra manera. La rama deportiva de la casa lleva años especializada en mejorar cada modelo que sale de la línea de montaje de Stuttgart, y en el caso del Mercedes Clase A han convertido a un burgués compacto es un coche de rendimiento excelente y diversión asegurada. Ahora bien, ¿cuáles han sido esos cambios?
Todo parte de un Clase A normal y corriente. El A 35 se monta en la misma línea de montaje que el resto de sus hermanos convencionales, por lo que en un alto porcentaje estamos hablando del mismo coche que ya hemos probado en ocasiones anteriores y en formatos diferentes. Eso nos deja con una base muy buena a la que se le debe dar ese tratamiento especial. Lo primero que se retoca es la estética con modificaciones en parachoques, difusor trasero y alerón posterior para así dotarle de un aspecto acorde al rendimiento.
El cambio logrado no es muy diferente al que si optamos por un Clase A normal con paquete estético AMG, pero lógicamente hay diferencias como el doble alerón trasero y sobre todo la parte inferior del parachoques posterior que incluye un marcado diferencial y dos salidas de escape que dejan clara evidencia de que no estamos ante un modelo normal y corriente. A todo eso, por supuesto, se añaden las consabidas identificaciones y una paleta de colores algo más chillona para que así no pasemos desapercibidos si es que no queremos hacerlo.
Por dentro los cambios son más nimios. De hecho la única diferencia reside en la instalación de chapas identificativas que nos advierten que este Clase A ha pasado por las manos de AMG. Por lo demás es el mismo coche. De hecho cuesta saber si nos encontramos ante el Mercedes A 180d que probamos hace un tiempo, o este A 35. Eso no es nada negativo porque al fin y al cabo hablamos de un gran espacio donde estar, con buena calidad y muchísima tecnología.
Hace años los coches más deportivos trataban de deshacerse de todo el equipamiento posible para así perder peso y ganar prestaciones. Ahora el concepto ha cambiado y queremos deportividad pero sin tener que renunciar a equipamiento y comodidades propias del siglo XXI. A día de hoy el Clase A es el compacto más equipado del mercado gracias a gadgets tan impresionantes como la doble pantalla del salpicadero o el sistema MBUX. Éste último, sin lugar a dudas, es el mejor sistema fónico que hay actualmente en el mercado, y le saca unos cuantos años de ventaja a su más inmediato perseguidor, el de BMW.
Ya hemos hablado muchas veces de él, pero nunca está de más repasar los conceptos básicos. El sistema puede ser controlado completamente por voz mediante instrucciones al coche. Tales como subir la temperatura, poner una ruta en el navegador o cambiar de emisora de radio. De hecho si el coche está conectado a la red podemos activar Spotify o consultar el estado del tiempo. Además de por la voz el MBUX se maneja de forma táctil a través de la pantalla, que en este caso alcanza un tamaño máximo de 10'1 pulgadas, y a través del mando aptico que hay en el túnel central.
Obviamente los sistemas y la avanzada tecnología no se quedan ahí porque dado que estamos ante un coche premium el equipamiento y la factura van a juego. A ese MBUX con sistema de doble panel de alta calidad hay que sumar elementos como los faros matriciales de LED, asientos delanteros eléctricos y climatizados, conexión para Android Auto y Apple Car Play, cámaras y sensores de aparcamiento, cuadro de instrumentos digital de alta calidad, acceso y arranque sin llave, cargador por inducción y también un amplio despliegue de asistentes a la conducción y elementos de seguridad, algunos de ellos tan molestos como el sistema de alerta de salida de carril que asusta más que ayuda dado que da fuertes frenazos en cuanto detecta que nos vamos a salir.
Como ya he dicho en más de una ocasión en un 90% estamos hablando de un Clase A normal y corriente. La plataforma no se ha tocado y eso quiere decir que disponemos del mismo espacio interior que ya conocíamos. Un espacio justo pero correcto donde cuatro pasajeros viajarán con comodidad. El quinto ocupante hará que todo se vuelva muy estrecho detrás, además que tendrá que hacer frente a una plaza en exceso incómoda. El volumen de carga tampoco cambia, y sigue mostrando los 370 litros de capacidad mínima y los 1.210 de capacidad máxima.
El verdadero secreto de esta versión se esconde bajo el capó. En un vano motor que va muy apretado por cierto. Aunque lleva instalado un bloque de aluminio con cuatro cilindros y dos litros, esteha pasado por las manos de AMG y por lo tanto no es exactamente igual al del resto de la gama. En este caso se han cambiado cosas como la ECU, pistones, cigüeñal, árboles de levas y muchos componentes auxiliares, además el turbo es más grande, y gracias a todo ello, y a una puesta a punto especial, el A 35 es capaz de rendir un máximo de 306 caballos de potencia y 400 Nm de par máximo.
Acoplado a ese motor encontramos una caja de cambios automática 7G-DCT de doble embrague que trata de administrar como puede tanto rendimiento para así dirigirlo a las cuatro ruedas, ya que Mercedes, en un ataque de sensatez, pensó que tantos caballos eran muchos para dirigirlos a un solo eje, así que de serie el A 35 lleva asociado un sistema de tracción a las cuatro ruedas 4MATIC+. Todo ello nos deja con unas cifras de prestaciones de absoluta locura, de 0 a 100 kilómetros por hora en 4,7 segundos y velocidad punta limitada a 250 Kilómetros por hora.
Seguro que estás deseando que te hable de cómo va el A 35, aunque por mis palabras ya podrás hacerte una idea, pero para analizar en conjunto déjame acabar esta parte de la prueba con otro dato, el del precio. Mercedes tiene en muy alta estima a sus clientes y a sus ingenieros de AMG, por ese motivo el precio de venta es elevado. ¿Cuánto? Pues una barbaridad. Por lo que vale el Mercedes-AMG A 35 4MATIC+ antaño casi te podías comprar un Mercedes Clase S, y no te estoy tomando el pelo ya que el precio de salida está fijado en los 58.550 euros. Pero si sumas detalles y cositas te irás muy por encima de ese precio, como el de la unidad de pruebas. que ¡¡¡¡rondaba los 75.000 euros!!!!
Prueba Mercedes-AMG A 35 4MATIC+
Bueno, tras este pequeño sobresalto llega la calma, al menos en un sentido figurado. Porque el AMG A 35 puede ser muchas cosas pero calmado no lo es. De hecho es como un perro rabioso enjaulado y deseando que lo desaten para salir disparado a devorar lo primero que se encuentre por la calle. Mira que el Clase A es un coche tranquilo que no te incita a correr y que siempre busca optimizar recursos y consumos. Este es totalmente opuesto, te pica para correr y por supuesto para gastar.
El A 35 no es que sea un compacto deportivo, es un deportivo y punto. Su máximo rival es el nuevo BMW M135i xDrive
Dispone de varios modos de conducción; Confort, Sport, Sport +, Individual y Calzada deslizante. Ni siquiera en el modo más cómodo de todos es capaz de estar tranquilo. Basta con pisar un poco de más el acelerador para que automáticamente el coche, por su propia iniciativa, baje un par de marchas suban las revoluciones y salga disparado. Se supone que en este modo debemos obtener una conducción más tranquila, y la verdad es que comparándolo con el resto de modos sí que es más tranquilo.
Pero tampoco es que sea especialmente cómodo porque al llevar una suspensión más firme y un neumático de perfil estrecho la comodidad lógicamente se resiente. Y no me refiero solo a los baches, que notas todos y cada uno de ellos, sino también a la rumorosidad interior. Las llantas de 19 pulgadas obligan a montar neumáticos de alto rendimiento que irremediablemente conllevan un aumento en el ruido de la rodadura. Son gomas pensadas para agarrar y rendir, y por lo tanto la rumorosidad interior crece en cuanto nos metemos por una vía algo rota.
Ese es el precio a pagar por incrementar el rendimiento, ese y mucho más dinero. Por lo tanto este coche no va enfocado al típico comprador de un Clase A, el A 35 va enfocado a un cliente joven con mucho dinero y que no le importe que a cada badén se salten los empastes. O eso o un adulto de 40-50 años, también con mucho dinero, que quiere recordar tiempos pasados y se vea genial en un compacto de alto rendimiento. Si no eres de ninguno de estos grupos, este coche no es para ti.
Siguiendo con los modos de conducción, el siguiente en hacer acto de presencia es el modo Sport. Un sinsentido para mí porque nos deja en un término medio de rendimiento, en una especie de limbo prestacional que apenas tiene significado. Cierto es que al activarlo el coche tensa su comportamiento, pero tampoco mucho más que si hablamos del modo anterior y menos que si hablamos del siguiente. Por lo tanto el modo Sport solo es una molestia para llegar al máximo rendimiento.
El Sport +, la deportividad extrema. Aquí sí hay diferencia. Si en los dos programas anteriores la bestia estaba ligeramente liberada en este caso se desata por completo. Más vale que agarres bien el volante al poner la configuración Sport + porque el A 35 se convierte en un verdadero cohete de 4,4 metros. Aunque el empuje no es nada supremo, hablamos de 400 Nm entre las 3.000 y las 4.000 vueltas, la forma en la que este bicho adquiere velocidad es de locura total. De hecho diría que a partir de 4.000 vueltas el coche empuja más por el trabajo de un turbo que se deja notar con la clásica emisión de un gustoso soplido.
A alta velocidad el A 35 adquiere todo su sentido dejando atrás el exagerado precio de venta. Si piensas que no corre estás muy equivocado porque sin darte cuenta puedes estar circulando a velocidades que te llevarán directamente a la cárcel sin pasar por la casilla de salida. Es una absoluta locura lo que corre este coche. Y ojo, que correr en línea recta al fin y al cabo puede hacerlo cualquiera, pero es que también lo hace en curva, donde realmente un coche debe demostrar de qué está hecho.
El chasis tiene una puesta a punto impecable, es capaz de absorber esfuerzos exagerados sin despeinarse y él solo se encarga de dirigir al resto del conjunto. En coches como este queda patente que un buen chasis es esencial para elevar el rendimiento. Obviamente no es lo único, pero sin lugar a dudas es el que más trabajo hace a la hora de adentrarnos en una carretera divertida. La verdad es que la puesta a punto puede llegar a justificar el precio elevado, pero solo un poco.
El conjunto entero trabaja como una banda sinfónica. El chasis, la dirección, precisa pero algo blanda, la suspensión, la tracción y los diferenciales. Éste último caso se merece una mención especial. El diferencial trasero está liberado, sin bloqueos. Es así para crear la sensación de disponer de un diferencial de deslizamiento limitado que ayuda a girar rápidamente. El ESP en realidad actúa conjuntamente con ese diferencial y ayuda a frenar de forma selectiva las ruedas interiores para que así el coche sea más preciso en curva. La verdad es que el efecto es muy notorio, más en el modo Sport+, donde se puede notar que el coche te gira automáticamente hacia el vértice de la curva mediante la aplicación de ligeros toques a los frenos.
Esto se traduce en que el ritmo es endiabladamente rápido, de locos. De hecho durante la semana de pruebas al adentrarme en carreteras reviradas la sensación que he tenido es que yo me tenía que forzar mucho, sobrepasando los límites de seguridad, para llegar al nivel máximo del coche, y de hecho en todo momento he tenido la sensación de que el coche podía dar más. Lógicamente ese límite debe alcanzarse en circuito, en terrenos controlados y de máxima seguridad, porque en carreteras abiertas nos exponemos a serios peligros, a nosotros mismos y al resto.
El tema de que el ESP actúe de esa manera trae consigo otra consecuencia, y en este caso no es tan positiva. Dado que el coche está aplicando de forma casi constante pequeños toques a los frenos, al elevar el ritmo y darle un trato más duro a las pastillas el desgaste es más rápido. De hecho, aunque se monten discos perforados y de alto rendimiento, la fatiga de los frenos aparece más pronto que tarde y debemos tener cuidado con ello.
El cambio 7G-DCT es rápido y está bien configurado. Podemos actuar sobre él mediante las levas que hay tras el volante
Ya para acabar con esta parte debo, irremediablemente, hablar de consumos. Aunque el A 35 monta un motor de poca cilindrada el rendimiento que se autoexige es tan alto que los consumos se resienten de forma significativa. Mercedes homologa un gasto medio, en ciclo WLTP, de 7,9 litros a los 100 kilómetros. Un dato tan real que fue el obtenido durante la semana de pruebas, aunque con matices. En una conducción tranquila he llegado a realizar rutas con un gasto de 6,1-6,3 litros, sin embargo a nada que se pise el pedal del acelerador el consumo crece exponencialmente llegando a cifras de 10 litros o más. Si sumamos esto a un depósito de combustible de 51 litros la autonomía es algo corta, unos 450-500 kilómetros de media, y si subimos mucho el ritmo no pasaremos de 350. Muy justo.
Conclusiones
El Mercedes-AMG A 35 es un cochazo. Un coche potente, rapidísimo, ágil, preciso, radical y divertido. Es todo lo que uno podría esperar de un deportivo en toda regla. Es un coche que se basa en las emociones, en hacerte reír con sus aceleraciones y rugidos y en hacerte disfrutar en una carretera de curvas. Además su diseño, su tecnología, y su espacio suman puntos, pero lamentablemente este coche tiene un grandísimo problema, que no es otro que el precio de venta excesivo.
El hecho de que consuma mucho y que sea algo incómodo se puede entender. Al fin y al cabo hay que sacrificar algo para obtener semejante rendimiento, pero el precio de venta es totalmente inexplicable. Habrá quien pueda y quiera pagarlo, pero yo no le veo explicación. Hace tiempo por lo que vale este A 35 podrías comprarte una gran berlina familiar de altos vuelos, y a día de hoy puedes hacer verdaderas maravillas en el mercado de segunda mano como el de Motor.es. De hecho, casi por la mitad de dinero de este A 35 puedes comprarte un Hyundai i30 N, que no será tan rápido, ni tan preciso, pero dime Dios que te lo pasarás igual de bien por mucho menos dinero.