Prueba del Mercedes C 220 d Estate, resiste todo lo que puedas
Las berlinas ya no son tan queridas como antes, pero siguen siendo una excelente opción para aquellos que se resistan a la moda SUV. El Mercedes C 220 d Estate tiene todo para enamorarte. Capacidad, confort, calidad y mucho más. Descúbrelo.
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Publicado: 26/07/2022 19:00
Toca ir cerrando. La música se para y las luces se encienden. El sueño de poder viajar durante más de 1.000 kilómetros sin parar se acaba. La historia ha sido bonita mientras ha durado, nada es eterno en esta vida. En unos años los diésel de bajo consumo estarán penalizados. Dentro de unos años el Mercedes C 220 d Estate formará parte del pasado, de un capítulo de la historia que tuvo grandes momentos y otros no tan buenos. Los eléctricos están venciendo la batalla y, muy posiblemente, la guerra.
Años, décadas, ha costado a los ingenieros alcanzar el grado de eficiencia que hoy vemos en cada vez menos coches. Los diésel están demonizados en Europa porque nuestros políticos nos dicen que así tiene que ser. La mecánica que antes representaba más del 50% de las ventas hoy apenas suponen una pequeña parte de lo que las marcas ofrecen. No es que no valgan, no es que no sean buenos, es que no quieren que los tengas.
El miedo se ha instalado en la cabeza de los compradores. "Uy un diésel no, que los van a quitar". La verdad es que hay que reconocer que a los políticos le ha bastado unas pocas palabras para lograr su propósito. El problema, además del obvio, es que no han presentado un recambio generacional válido. Los eléctricos son el futuro, no hay duda, pero no todo el mundo puede pasarse a una tecnología que ha demostrado que todavía tiene mucho que mejorar.
Quien se compra un diésel a día de hoy es por dos razones: o es un loco, o no le teme a nada. La media de edad del parque automovilístico español es de 12,8 años, una de las más longevas de la Unión Europea. Siguiendo esa regla, el que hoy, año 2022, se compre un coche nuevo, vivirá con él hasta el final de los días de los coches de combustión, fijado por nuestra querida Unión Europea para el año 2035. En 13 años ya no se venderán sucios y contaminantes coches térmicos. Si hoy te compras el C 220 d Estate, cosa que deberías, la regla dice que tu próximo coche será eléctrico.
Y es que, dejando a un lado el aspecto emocional de la tecnología, el Mercedes C 220 d Estate está cargado de razones para ser comprado. La primera de ellas es el diseño. Se trata de un coche, una berlina familiar, elegante, atractivo y con ciertos toques deportivos. Es un diseño equilibrado con proporciones naturales y clásicas que jamás pasarán de moda. Su estilo está condicionado por la función, pero en Mercedes llevan mucho tiempo haciendo este tipo de coches, y los bordan.
Solo hace falta abrir la puerta para descubrir otra razón para comprarse uno. Los de Stuttgart llevan años presentando los habitáculos más vistosos del mercado. Casi todas las marcas han acabado "copiando" su formato de doble panel, y justo cuando los enemigos han claudicado va Mercedes y vuelve a cambiar el formato. Doble pantalla sí, pero en este caso bien separadas para mostrar una vez más un aspecto que te enamorará. No se puede negar.
Ahora bien, debo reconocer que las calidades ya no son lo que eran. Si bien a simple vista todo parece maravilloso, indagando un poco más se aprecian ciertas zonas de aspecto mejorable. Los plásticos duros de algunas secciones podrían ser mejores para tratarse de un Mercedes de este precio. No hay disculpa y si se dice lo bueno, también hay que comentar lo no tan bueno. Sobre todo lo digo por los guarnecidos laterales del túnel central. Impropios de un coche de esta marca.
En conjunto la nota media es alta, lo mismo que en materia de tecnología y equipamiento. Todo lo que puedas imaginar el Mercedes C 220 d Estate lo tiene, aunque no de serie. Al igual que el resto de marcas premium, Mercedes quiere que te rasques el bolsillo con las muchas chucherías disponibles en el catálogo de opcionales. Es fácil picar en el señuelo y una vez empiezas es difícil parar. Combinaciones de molduras con tapicerías, colores exteriores, llantas... Un gran abanico de personalización que hará las delicias de quien pueda permitírselo.
Caso parecido es el del equipamiento. Aunque el Mercedes Clase C está lejos en tamaño y acabados del Mercedes Clase S, es capaz de ofrecer tecnologías muy similares a este. En el impresionante catálogo destacan elementos como: faros matriciales de LED Digital Light con proyección en el asfalto, instrumentación digital con pantalla de 12,3 pulgadas, Head-Up Display de gran formato con realidad aumentada, sistema multimedia MBUX con pantalla táctil de 11,9 pulgadas, mando fónico, conexión inalámbrica para smartphone, servicios conectados, techo solar y mucho más.
Todos los pasajeros podrán disfrutar de una gran experiencia de viaje, también en materia de seguridad. Una gran colección de asistentes a la conducción otorga un nivel 2 de conducción autónoma y una valoración de cinco estrellas en los test Euro NCAP. De los 4,75 metros de largo del C Estate, 2,86 metros se destinan a la distancia entre ejes. Eso quiere decir que el espacio interior es bastante generoso para cuatro pasajeros, no tanto para cinco ya que la plaza central trasera es prácticamente inútil por anchura y altura.
La línea exterior tan atractiva tiene una pequeña pega, y es que con solo 1,45 metros de altura, el acceso al coche no resulta especialmente cómodo para personas mayores o de movilidad reducida. El hecho de dejarse caer al coche puede suponer una incomodidad, pero la compensa con un gran baúl de carga. El maletero del Mercedes Clase C Estate anuncia 490 litros de capacidad mínima, una cifra muy notable que puede extenderse hasta los 1.510 litros si se abate por completo la segunda fila de asientos.
Siguiendo con las razones que justifican su compra, llega el momento de hablar del motor. Un bloque diésel turboalimentado de cuatro cilindros y 1.992 centímetros cúbicos que cuenta con un sistema Mild-Hybrid de 48 voltios que le permite homologar la etiqueta ECO de la DGT. Un apaño muy conveniente que logra cubrir la necesidad actual de los conductores con respecto a las etiquetas medioambientales favorables. Con la pegatina ECO no tendrás problemas, y de regalo tendrás un excelente propulsor de gasoil.
Prueba del Mercedes C 220 d Estate
En ningún momento el motor eléctrico es capaz de mover al coche, por lo que no se trata de un híbrido convencional. El propulsor sólo ayuda en ciertas fases de la conducción, aliviando el trabajo del motor diésel para lograr reducir consumos y emisiones. Las cifras de rendimiento dictan una potencia máxima de 200 caballos y 440 Nm de par motor entre las 1.800 y las 2.800 revoluciones. Una caja de cambios de convertidor de par con nueve velocidades se encarga de enviar toda la fuerza al eje trasero, o a las cuatro ruedas si se opta por la tracción total 4MATIC.
En todos los modelos de Mercedes en los que he probado este motor me ha resultado la versión más recomendable de todas y, de hecho, es la versión mecánica más vendida. Sinceramente no se necesita más. Con la variante 220 d tenemos prestaciones y empuje suficiente para cualquier necesidad. Ya sea para circular a altas velocidades por autopista, para viajar tranquilos por nacionales o para adelantar en secundarias. No veo un escenario donde este motor no salga victorioso, y de ahí que lo considere uno de los mejores motores diésel del momento.
En el Mercedes Clase C Estate también encaja como un guante, convirtiendo a la berlina media de la casa en toda una estrella. Su conducción es otra de las razones que justifican la compra. Cómodo, suave y cumplidor. No será tan efectivo en curva como su rival el BMW Serie 3 Touring, pero ni lo necesita ni se requiere. Es una berlina familiar pensada y desarrollada para poder viajar cientos, miles de kilómetros sin inmutarse. Impecable en lo suyo.
Cuenta con varios modos de conducción: Eco, Confort, Sport e Individual. Las diferencias entre ellos son mínimas
Como punto menos favorecedor diré que el ruido del motor no es del todo agradable. Todos sabemos cómo suena un motor de gasoil, no es el sonido más emocionante del mundo, pero en este caso sólo le falta un poco de refinamiento para ser perfecto. Por dentro no resulta tan desagradable, pero por fuera sí. Inconveniente que creo que puede pasarse por alto teniendo en cuenta las múltiples razones que ya te he dado previamente. Y lo mejor está por venir.
Y es que lo mejor de todo es el consumo que es capaz de lograr con semejantes prestaciones. Ese equilibrio entre potencia y ahorro es imposible que no te emocione cuando te hablan de que un eléctrico es capaz de recorrer 500 kilómetros sin parar a recargar. Con una autonomía superior a los 1.000 kilómetros, sin despeinarse, el Mercedes C 220 d Estate logra consumos absolutamente ridículos en una conducción real y normal. Las cifras homologadas anuncian un gasto medio de 4,7 litros a los 100 kilómetros.
Todos sabemos que muchas veces la teoría no se aplica a la práctica, pero en este aso puedo decir que es muy fácil conseguir cifras próximas o incluso inferiores a las oficiales. Durante la semana de pruebas habitual, haciendo recorridos de todo tipo, el consumo ha oscilado entre los 4,2 y los 6,4 litros a los 100 kilómetros. Medias excelentes teniendo en cuenta las exigencias de algunos de esos tramos. En carretera, en viajes largos es fácil rodar en torno a los 5 litros, y si a eso le sumamos un tanque con 66 litros de capacidad echa cuentas.
Conclusiones
Las berlinas así tienen la obligación de resistir todo lo que puedan, no lo van a tener fácil pues enfrente tienen a toda la política europea con sus tremendos grupos de presión por detrás. La libre elección debería ser lo único que tuviese cabida. El que quiera un eléctrico ahí los tiene, cada día mejores. El que quiera o necesite un diésel, a su disposición, y el que quiera un híbrido, también. El mundo no es blanco o negro, no es térmico o eléctrico. Hay un gran abanico de grises.
El Mercedes C 220 d Estate es una opción super recomendable para quien busque una berlina familiar diésel de gran autonomía, mucho confort, buen espacio, amplia tecnología y con generosa calidad. Poco más se puede pedir. Los inconvenientes están en el refinamiento acústico de ese glorioso motor, en los acabados de algunos plásticos interiores, y en el precio. El coste mínimo que Mercedes pide por un C 220 d Estate es de 53.466 euros. A nada que empieces a sumar chucherías el precio se dispara mucho.