Prueba Mercedes CLA Shooting Brake, practicidad sobre todas las cosas
El Mercedes CLA es uno de los modelos más queridos y que mejores cifras de ventas están generando para la marca de la estrella. Hoy nos ponemos tras el volante de su carrocería más útil y familiar, el Shooting Brake, una variante que nos deja, como principal baza, un amplio espacio de carga y una estilizada estética más que acertada.
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Publicado: 22/09/2020 20:00
¿Las variantes de carrocería familiares están de moda?. Es una pregunta que tiendo a hacerme últimamente. Muchas marcas se están decantando por lanzar variantes de sus berlinas con este tipo de espaciosas alternativas. Otras marcas, en cambio, ponen en el mercado vehículos en los que su única carrocería es de este tipo, como es el caso de Kia ProCeed, aunque su línea de sangre venga de modelos de tintes compactos.
Mercedes por su parte, nunca ha dejado en la estacada a los más fieles amantes de las carrocerías familiares, pero sí ha diferenciado entre carrocerías Estate y Shooting Brake. La principal diferencia entre una y otra es que los denominados Estate son derivados de carrocerías tipo berlina clásica con sus 3 volúmenes, y en caso de los Shooting Brake, son los derivados de carrocerías tipo coupé. Hasta hace unos años, el CLA compartía este apellido con el ya extinto Mercedes CLS Shooting Brake.
Es por ello que decidieron apellidar a su berlina compacta coupé con este término hace ahora varios años, durante su generación precedente. Pero desde el pasado Salón del Automóvil de Ginebra 2019, la marca alemana desveló la que sería la carrocería más práctica de sus compactos derivados del Clase A. El CLA Shooting Brake había nacido.
El espacio como principal argumento
Tanto este CLA, como la práctica totalidad de los modelos de carrocería familiar, nacen con el propósito de otorgar un mayor espacio de carga en el maletero, así como una mejor habitabilidad en las plazas traseras, y en este modelo concretamente, no iba a ser menos. El Shooting Brake mantiene idénticas todas las cotas con respecto a su hermano coupé, pero al alterar considerablemente la línea de la caída del techo logramos el resultado buscado.
Hasta el pilar B, ambos CLA son idénticos, pero es a partir de este punto donde la cosa cambia considerablemente. La línea del techo se amplia y comienza a caer levemente a partir del pilar C, llegando a unirse perfectamente en un pilar D con la zaga. Aunque la línea cien por cien coupé se haya perdido, sí quedan algunos remanentes característicos, como la caída del acristalamiento lateral, el cual termina de una forma mucho más marcada y puntiaguda que, por ejemplo, el Mercedes Clase C Estate.
Pero hasta aquí llegan los cambios sufridos para transformar al CLA Coupé en todo un familiar Shooting Brake. Sus faros parecen haber sido modificados, pero en realidad es que al estar algo más encastrados a la carrocería por culpa de una zaga más vertical, tienden a dar esa sensación. Como he dicho, este ha sido su cambio más relevante, pero como buen modelo familiar que es, los auténticos cambios los encontraremos en la zona interior.
Como he dicho anteriormente, hasta el pilar B, este shooting brake es idéntico a su hermano coupé, por lo que en todo lo que corresponde a las filas delanteras, tanto habitabilidad, tecnología y/o calidades, no guardan ningún tipo de diferencia entre ambas variantes. En nuestra prueba a fondo al modelo Coupé podréis leer y encontrar la video prueba donde ahondamos mucho más en estos términos. Nosotros en este caso, nos centraremos del mencionado pilar intermedio hacia atrás, donde se encuentran los verdaderos cambios.
Algo que ha mejorado (no notablemente), con respecto al modelo coupé es la facilidad de acceso a la segunda fila de asientos. Aunque seguirás haciendo una maniobra extraña, puesto que debes inclinar mucho la cabeza y contornearte para tener un buen acceso sin riesgo a golpearte la cabeza con el marco superior de la misma. Esto conjuga mano a mano con unas puertas que no tienen un ángulo de apertura excesivo, así como un hueco de entrada reducido.
Una vez en su interior, notamos una mejoría en la habitabilidad, principalmente en la altura para la cabeza ya que al no tener una caída del techo tan acusada, se han ganado unos pocos centímetros. Personas de alta estatura no tendrán problemas para viajar cómodamente. Y hablando de viajar cómodamente, mucho mejor dejar que el total de pasajeros sean 4, puesto que aunque el vehículo esté homologado para 5 pasajeros, llevar un quinto significará una mayor incomodidad para los tres que viajen sentados detrás, y principalmente para el que se sitúe en el asiento central. Este mejor dejarlo para contadas ocasiones o trayectos cortos.
Por lo demás, el espacio para las piernas sigue siendo idéntico al del coupé, ya que no ha variado absolutamente la medida de longitud ni batalla. También tendremos el mismo espacio de anchura, que como ya he mencionado, mucho mejor dejar que tan sólo dos ocupantes viajen cómodamente en esta fila trasera.
Únicamente encontraremos diferencias con el Coupé si miramos del pilar B hacia atrás
Por último, para esta zona, incluye útiles como un par de redecillas detrás de los asientos delanteros, en las que guardar objetos tales como una revista. En el túnel central encontraremos dos bocas para el aire acondicionado, así como un pequeño cajón extraíble donde también veremos un par de tomas tipo USB-C. El asiento central nos deja con el clásico reposa brazos con capacidad para dos bebidas.
Pero pasamos a la zona de carga, la cual es de vital importancia en esta variante de carrocería. El maletero se hace más espacioso, eso es un hecho típico de los modelos de corte familiar. En este caso, el volumen aumenta en 45 litros con respecto a su hermano de carrocería coupé, llegando así hasta un espacio de carga mínimo de 505 litros (10 litros más que la generación precedente), y que gracias al abatimiento de los asientos traseros en una proporción 40:20:40, podemos llegar a una cifra máxima de 1.370 litros.
La boca de carga es mucho más amplia en esta variante ya que se utiliza un portón como tal, pero la parte inferior se encuentra a una distancia elevada del suelo, lo que puede dificultar el cargar objetos pesados. A su vez, también existe un notorio escalón entre esta parte y el piso del maletero. El espacio interior es muy cuadrado y aprovechable. Posee dos pequeños enganches a modo de perchas en ambos lados del espacio, muy útiles cuando queramos asegurar bolsas, por ejemplo. También se sitúa bajo el piso un doble fondo en el que almacenar útiles de emergencia como los triángulos, kit antipinchazos o un chaleco reflectante de repuesto.
Prueba de conducción
Pero llega el momento de ponernos tras el volante del modelo más familiar de la gama compacta de Mercedes, y lo haremos junto a la mecánica de gasolina de 4 cilindros, 1.3 litros de cilindrada y 163 CV. La denominada versión 200, la cual se puede configurar con cambio manual de 6 relaciones o automático de 7. Este último fue nuestro caso. Una combinación de lo más lógica y que goza de un nivel de ventas bastante considerable.
Lo primero que cabe destacar a la hora de hacernos un hueco en el asiento del Mercedes CLA Shooting Brake, es la buena calidad que desprenden la mayoría de acabados. Y digo la mayoría, por que una vez más el negro piano hace acto de presencia en el túnel central, así como en la zona alta del salpicadero. Ya sabéis que es un material que será imposible mantener mínimamente limpio y que se araña con mucha facilidad. Pero salvo este punto, el resto goza de la calidad esperada. La mayoría de paneles sensibles al tacto poseen un pequeño mullido, así como otras están acabadas en cuero alcántara. Esto conjuga a la perfección con unos pespuntes en color rojo y unas molduras en acero pulido.
Por supuesto, el sistema MBUX que tan buenas sensaciones ha cosechado, está disponible en este coche a través de la clásica doble pantalla horizontal de 10,25 pulgadas sobre el salpicadero, una para la instrumentación y otra para el sistema de info-entretenimiento. Como siempre, este sistema podremos manejarlo a través del control táctil situado en la consola central entre los dos asientos delanteros, de forma táctil sobre la propia pantalla, a través de los controles situados en el radio derecho del volante, o por comandos de voz, el cual se activa con la frase “ey Mercedes”, aunque también funciona con otras más amistosas como “hola Merche”.
Pero ahora es momento de comprobar qué tal se desenvuelve este familiar. Y es que lo cierto es que Mercedes ha hecho de este coche todo un competidor directo a los que siempre han sido más seguidores del Clase C. Mide prácticamente lo mismo, pero es considerablemente más económico y, entre otras cosas se percibe con algo menos de calidad general, pero también gana en volumen del maletero con respecto al C Estate. Cuentión de gustos y preferencias, por supuesto.
En primera instancia, el CLA Shooting Brake, puede percibirse como un coche con una dinámica más mermada que en el Clase C, por eso de trasladar sus ruedas motrices al tren delantero. Nada más lejos de la realidad. Su agilidad y precisión a la hora de conducir por carreteras algo más reviradas es más que notable, sólo cuando estemos rozando el límite percibiremos que estamos ante un tracción delantera, pero seamos sinceros, muy pocas veces llegaremos a exigirle de esa manera al CLA, pues su conducción no te pide velocidad ni deportividad, más bien tranquilidad y disfrute de una conducción lógica y sosegada.
La suspensión que incluye de serie, aunque es firme y muy estable, también es suave y camufla generosamente las imperfecciones que nos podamos encontrar en la vía. Podríamos decir que está en este punto intermedio que sirve para todo. Para los más exigentes, Mercedes comercializa en forma de extra la suspensión adaptativa, la cual cambia su dureza en función de nuestras necesidades. El ruido de rodadura apenas es perceptible cuando circulamos a velocidad constante en vías rápidas, y tampoco lo es el aerodinámico. Pero en cuanto al del motor, una vez superamos el rango medio de revoluciones sí es muy perceptible, aunque no llega al nivel de ser un sonido molesto o desagradable.
El CLA Shooting Brake goza de una dinámica muy buena conjugada con una practicidad sobresaliente y un diseño más que acertado
Y ya que hemos mencionado el motor, es el momento de hablar del corazón de este CLA 200 Shooting Brake. A primeras, es bastante silencioso a bajas vueltas, aunque en la arrancada en frío suene algo más acalorado, en cuanto se estabilizan las revoluciones pasa a modo prácticamente imperceptible. Este tiene un rango de giro muy aprovechable, ya que su par máximo de 250 Nm tiene una entrega desde las 1.620 hasta las 4.000 revoluciones, lo que desde bajas vueltas tendremos un correcto empuje. Circulando por autopista y en caso de querer realizar un adelantamiento, el coche no precisará una reducción de marcha.
En esto juega mano a mano con la caja de cambios automática de doble embrague con 7 relaciones (7G-DCT), que aunque no es de las más afinadas que tiene la marca de la estrella, lo cierto es que trabaja correctamente durante la gran parte del tiempo. En ocasiones se le nota algo brusca, como en la salida de un semáforo si no pisamos el acelerador con una suavidad felina. Pero a la hora de ejercer cambios de marchas, estos son notablemente rápidos y no excesivamente perceptibles. Nuestra unidad también monta las levas tras el volante, que si bien nos dan el poder de elección cuando queramos realizar los cambios, no será lo que más usaremos, pues como digo, su comportamiento automático es más que correcto en la práctica totalidad de circunstancias.
Los consumos obtenidos han sido considerablemente buenos, tratándose de un propulsor de gasolina con una potencia generosa. En vías urbanas la media habitual se situaba en los 6,1 litros de media, pero en vías rápidas como autopistas, este se situaba fácilmente por debajo de los 5,5 litros. Su depósito tiene una capacidad de 43 litros, por lo que la autonomía general ronda los 700 kilómetros, siempre que establezcamos una conducción tranquila y eficiente, por supuesto.
Y como conclusión…
Debo decir que el CLA Shooting Brake me ha gustado mucho, no solo en el ámbito de la dinámica de conducción en el día a día, ya que esta la conocíamos de pruebas anteriores al Clase A o al CLA Coupé, sino más bien, con respecto a su utilidad, pues el maletero es sobradamente espacioso para la práctica totalidad de situaciones. También hay que incidir en el apartado estético, y creo que en Mercedes han hecho bien los deberemos con este coche ya que se ve igual o más bonito que su hermano coupé, y aunque esto dependa directamente de los gustos personales, creo que una buena mayoría estaréis conmigo en que el coche tiene una línea más que acertada.
En contrapunto, es hora de hablar de precios, y es que como buen coche del segmento premium que es, aquí las cifras ascienden más de lo que nos gustaría. El Mercedes CLA Shooting Brake de entrada parte de los 33.200 euros, con cambio manual de 6 relaciones y motor de gasolina de 136 CV. La motorización que estamos probando hoy (CLA 200) parte de los 35.774 euros con cambio manual de 6 velocidades, pero si lo que queremos es una unidad calcada a la que hemos podido probar hoy tendremos que sumar algunos euros extra al precio de partida para llegar hasta los 52.995 euros. No es una cantidad asumible para la mayoría de bolsillos, pero a cambio contamos con utilidad, calidad y estética en un mismo vehículo.